| El frío, el calor... empezamos ante Dinamarca |
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¡Hola a todos! Me imagino que el calor ahora mismo en España debe ser insoportable… en cambio, mis pantalones cortos ya están en el armario y el chaquetón es mi mejor amigo durante estos días. Eso sí, es curioso el frío que hace en los pabellones españoles; cada vez que entreno en pantalones largos o con una sudadera mis compañeros aprovechan para recordarme que soy de Islandia y que ahí hace mucho más frío que en España (es una buena observación por su parte, pero aquí hay calefacción en todos los pabellones). En resumen, en España hace calor en la calle pero frío en el pabellón, pero en Islandia es al revés. Un dato curioso.
Bueno, otra vez me olvido de por qué estoy escribiendo este blog, la mítica selección Islandesa. Ahora mismo estamos entrenando a tope y mañana nos vamos a Dinamarca a jugar nuestro primer partido. Creo que va a ser un buen encuentro, muy igualado. Y me imagino también que va a haber muchos islandeses viéndonos allí, porque muchos han emigrado a ese país por la crisis económica. No sé mucho de su equipo pero imagino que juegan de manera similar a nosotros. Dicen que la liga danesa es inferior a la islandesa, pero eso no significa nada.
Los entrenamientos durante estos días han sido muy intensos y con muchos roces entre jugadores. Eso está bien, porque significa que estamos concentrados y con ganas, pero no me malentendáis, todos somos muy buenos amigos. Vamos a jugar al golf (con chaquetones) casi todos los días. Mi teoría es que las peleas en los entrenamientos vienen de jugar al golf: ahí somos muy competitivos; que si has hecho trampa, o no has contado bien tus golpes, o tus palos son mejores… Mi discusión favorita entre dos jugadores fue que el viento cambió de dirección mientras la bola estaba en el aire.
Otra vez me olvido… ¡¡¡Baloncesto!!!
Como ya os dije jugamos rápido, por eso nuestros entrenamientos se basan mucho en ejercicios de contraataque. Creo que a todos los jugadores les gusta la rapidez, y la verdad es que es más divertido jugar así. Es como lo hacías de niño, más descontrolado y casi sin reglas. ¡El baloncesto en su estado puro! Es inevitable que a veces nos volvamos locos y el entrenador tenga que pararnos un poco, pero él también sabe que esta es nuestra manera de jugar y por donde pasan nuestras opciones. Su trabajo es intentar controlar el descontrol.
Siempre acabamos los entrenamientos con un juego entre nosotros. Lanzamos tiros libres con los ojos cerrados y contamos cuántos seguidos podemos meter. El record es de 12 tiros libres consecutivos, pero todavía no se ha confirmado porque hay sospechas de trampa (hay rumores de que el jugador tenía un ojo un poco abierto). No sé cómo acabará este dilema, pero hasta entonces dicho jugador tiene prohibido participar.
Bueno, tengo que hacer las maletas para Dinamarca. ¡Hasta luego!
Pavel Ermolinskij
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