Polaris Murcia: Epílogo de la temporada ( y II) |
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En la primera vuelta el Polaris World CB Murcia firmó 7 victorias y 10 derrotas, las mismas que el año anterior, dando sensación de solidez en casa y haciendo el ridículo lejos de su pista. En la segunda vuelta también se consiguió el mismo balance de la última temporada con 6 victorias y 11 derrotas. La fortaleza como local se diluyó como un azucarillo en un café y la brillantez fue sustituida por urgencias y nervios a medida que avanzaba la temporada. Si el año pasado fueron únicamente dos las pistas en las que se consiguió la victoria, Alicante y Menorca, este año sucedió de nuevo, obteniendo premio tan solo en las canchas de Estudiantes y Fuenlabrada. Los números del equipo en su conjunto, y de cada jugador por separado, son realmente sorprendentes en la comparativa “casa/fuera”. Un auténtico “expediente X” que mi humilde inteligencia de ciudadano medio me impide analizar. En mi opinión, la ley del mínimo esfuerzo a domicilio ha podido estar provocada por el conformismo, por la falta de ambiciones y por el excesivo pragmatismo del entrenador Manolo Hussein, pero desde luego los hechos no pueden explicarse sólo con eso. Es demasiado simplista aunque estoy convencido de que es un elemento relevante dentro de toda una suma de factores.
Como ya he dicho, sin lesiones y con un equipo más completo se han repetido las sensaciones de inconsistencia del año pasado y también el balance de victorias y derrotas, pero se ha logrado superar en un puesto la clasificación anterior y se ha obtenido la permanencia con unas jornadas de adelanto con respecto al final de la liga. Esto último se puede explicar también en el menor nivel general de este año, con más equipos metidos en la misma lucha y con múltiples errores cometidos por todos ellos. Y una cosa más se desprende de eso que se pone como gran mérito del equipo este año, lo de haber logrado la permanencia con antelación y sin apuros: lejos de suponer un acicate y un estímulo para buscar más victorias y aspirar a quedar aún más arriba, la permanencia adelantada aumentó la apatía general, el conformismo y la ley del mínimo esfuerzo en el equipo. Es una muestra de lo que trae consigo exigirse lo mínimo en lugar de buscar lo máximo.
El Polaris World CB Murcia 2007/08 ha igualado la mejor clasificación de la historia del club murciano, el puesto 12º, aunque ello no deja de ser una anécdota con bastante inexactitud: ese CB Murcia que alcanzó el 12º puesto al final de la liga regular, en la temporada 1994/95, lo hizo en una competición con 20 equipos y tras sumar 18 victorias (5 más que el actual) y 20 derrotas (una menos que el actual). En ambos casos se dio la sensación de que se podía haber hecho algo más, pero aquel CB Murcia quedó más cerca de la gloria que éste, jugó de manera más regular y, sobre todo, derrochó ilusión y entusiasmó a su gente.
El Polaris World CB Murcia 2007/08 tuvo más capacidad de la demostrada en la pista: para mí habría alcanzado la calificación académica de 4’9, y porque el alumno es mi favorito, al final le habría aprobado por los pelos. Y ojo, no quiero restarle importancia a la permanencia. Al final esta temporada debe ser valorada como un paso más para alcanzar la merecida consolidación del CB Murcia en la ACB, tras 12 años disputados en la máxima competición. Debe ser una nueva piedra en los cimientos, parte de la buena base sobre la que apoyar el pie en la escalada. Creo que ya toca dar alguna alegría mayor y reenganchar a toda la ciudad con el baloncesto. Murcia se lo merece.
- Pieza por piezaComo última parte de mi análisis, incluyo un breve comentario a la trayectoria de cada jugador:
Thomas ha sido para mí una agradable sorpresa. Con sus limitaciones, sus excesivas pérdidas de balón y en ocasiones su incapacidad para encontrar la mejor solución en ataque, el cómputo final de su primera participación en la ACB es muy positivo. Además, a su buena imagen ha ayudado el nefasto recuerdo del puesto de base el año pasado. Le ha faltado un base suplente de garantías.
Gavel me ha decepcionado en su rendimiento. Cuando todo hacía indicar que daría un paso adelante y mejoraría su aportación en su segundo año, el eslovaco ha bajado el nivel con respecto al año pasado y no ha estado cómodo en ningún momento. Creo que le perjudicó empezar a jugar de escolta a principios de temporada. Luego no se volvió a encontrar a sí mismo ni supo qué es ser base. Ha tratado de suplir sus carencias con su incansable trabajo y su pundonor, y eso siempre es de agradecer.
Marco Gaona ha tenido pocas oportunidades para mostrarse y todas fueron en el inicio de la temporada. Lo poco que le he podido ver en acción me ha gustado: un base puro, organizador, con unas cualidades objetivas que le sitúan como una de las promesas para el futuro inmediato en su puesto. Sus limitaciones son propias de alguien con su edad: el físico y la mecánica de tiro. No encuentro justificación a que no haya entrado más en juego, sobre todo en partidos en los que Hunter tuvo que actuar como base.
Hunter ha cumplido con su cometido aunque muchas veces le he visto muy solo. Incluso se ha llegado a enfadar con sus compañeros por no contar con algo más de ayuda. Es un jugador muy inteligente en la pista, siempre ha sabido cuándo y cómo golpear, y en los partidos en los que no ha estado fino en ataque ha echado en resto en facetas más oscuras. Su aportación ha sido fundamental para el equipo, haya estado bien o no.
Robles ha estado marcado por la grave lesión que le impidió acabar la temporada pasada. Reconozco que es una de mis debilidades por su mecánica de tiro rápida y certera, pero este no ha sido su año. Al menos ha contado con oportunidades por parte del entrenador, algo de lo que no todos pueden presumir. Sus destellos de calidad han llegado, aunque con cuenta gotas. La inseguridad para con su físico se le ha notado en el rostro en algunos partidos.
Risacher se ha mostrado más regular que el año pasado y ha resultado totalmente decisivo en muchos partidos, sobre todo en la fase más caliente de la temporada. Se podría decir incluso que ha llegado al final de la liga en el mejor momento de forma desde que aterrizó en Murcia. Ha sido un lujo y un placer haber visto de cerca al alero francés durante este tiempo, por su calidad y por su elegancia. Sólo me queda darle las gracias y desearle suerte.
Opacak es uno de los extraños casos de esta temporada. Jugó bien al inicio de la competición e incluso gozaba de la titularidad, pero luego muchas veces era sustituido y no volvía a pisar el parquet. Los árbitros de la ACB no le han respetado y su adaptación al modo de pitar en España le ha lastrado. Con un físico potente, buenos movimientos y un tiro aceptable, opino que Opacak es un jugador muy válido para esta liga. Sin embargo creo que le ha pesado la aparente falta de confianza de su entrenador.
Kammerichs es un luchador nato y lo ha demostrado. Jugando de alapívot ha protagonizado grandes momentos para su equipo y ha conseguido levantar a la afición y a sus propios compañeros. Su presencia en pista no ha seguido un patrón que yo pueda entender, aunque demasiadas veces se ha perdido él solo. Quizá se le pueda pedir más al argentino, pero hay que reconocer que algunas de sus acciones más características no tienen precio. Como soy de los que espera más de Kammerichs, para mí su temporada no ha llegado al notable por poco. Se queda en “bien alto”.
Fajardo ha ido claramente de menos a más. Al inicio de la liga estaba perdido, lento, poco fiable en el rebote, nulo en intimidación y blando en defensa. Con el paso de los partidos ha ido creciendo y haciéndose importante. El cambio de rol que experimentó con la llegada de Roe y la salida de Reiner (y también con el bajón de Triguero) le beneficiaron. Al final su presencia en pista se hizo necesaria: aportó calidad, coraje y una defensa desquiciante para los interiores rivales. Lo aderezó con algún que otro triple. Muy bien Diego.
Óscar García es todo corazón. Su papel fue similar al del año pasado aunque quizá ha sido un poco menos importante. Siempre muy querido y respetado por la afición, en algunos partidos se le ha echado en falta sobre el parquet para demostrar a sus compañeros lo necesario para jugar al baloncesto (y que rima con “pantalones”). De nuevo, su actuación ante su “ex” TAU fue impagable.
Reiner se marchó por lo que ya he comentado: no había más remedio. No pudo exhibir las cualidades que tenía según los que le ficharon. Apenas intimidó, apenas reboteó, anotó muy poco y cometió faltas personales absurdas, quizá por la frustración de no poder demostrar su valía. Pagó cara su inadaptación aunque gozó de tiempo más que suficiente para adaptarse. Las lesiones tampoco le ayudaron.
Triguero pasó del ático al sótano sin parar en las plantas intermedias. Su grandísima primera vuelta provocó que su caída fuera más dura. De todos modos, sus números totales han sobrevivido a su discreta aportación en la segunda vuelta, lo que visto de otro modo, también revaloriza sus excelentes números de la primera. Lo peor es la sensación de apatía que ha dejado en el segundo tramo de la liga. Las cosas pueden salirte mejor o pero, pero siempre gozarás del apoyo de la gente si todos ven que te has dejado el alma en la cancha. Aún así, para ser justos, y desconociendo las razones de su estrepitoso bajón, habría que dar un notable al de Gandía en su segunda temporada en ACB.
Roe es el otro “viejo rockero” que me ha dejado boquiabierto este año. Lejos de estar de vuelta de todo, Lou Roe ha derrochado ganas y pasión además de calidad. Insustituible e incombustible, sus números hablan por sí solos y se quedan cortos. Intimidó, reboteó, robó balones, corrió al contraataque, anotó en la pintura y también desde el perímetro. Fue una auténtica pesadilla para los rivales. Sin embargo, no pudo hacer crecer a todos sus compañeros. Al igual que Risacher, a Roe hay que darle las gracias por habernos enseñado su calidad con la camiseta del CB Murcia.
Como ya he dicho antes,
Hussein ha pecado, en mi humilde opinión, de un exceso de pragmatismo y también de soberbia. Al margen de pormenores sobre los minutos de juego repartidos, sobre el porqué de ciertas decisiones o sobre la sensación de escasez de recursos tácticos en algunas facetas del juego (tema en el que Hussein, por formación y experiencia, puede y debe darme un repaso mayúsculo), tengo que reprochar al técnico canario su escasa sensibilidad hacia el público murciano, la nula ambición que ha transmitido, lo poco que ha conectado con la gente. Todo lo que hizo cuando llegó a este club, estando en LEB, ha quedado perdido en la memoria porque él se ha encargado de hacérnoslo olvidar. Como cualquier trabajador, ha podido estar más o menos inspirado según el día, pero la sensación que a mí me deja al final es la de conformismo. No ha sabido hacer un equipo con su grupo de jugadores y sacarles el máximo rendimiento.
La labor del
Director Deportivo es más difícil de juzgar por tratarse de un trabajo de despacho, de relación con el mundo profesional del baloncesto a un nivel que el público en general desconoce. Así y todo, visto lo visto diría que Miguel Ángel Morate ha mejorado con respecto al año anterior. Si el fichaje de Fizer fue un auténtico lujo, el equipo conformado este año mejoraba el nivel general del anterior y era más equilibrado e ilusionante. En mi modesta opinión, los resultados están por debajo de lo esperado pero el trabajo de Morate puede darse por bueno. El fichaje de Lou Roe fue decisivo, todo un acierto.