El extraño caso Gerald Green |
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Que Gerald Green está sobrado para jugar a esto, lo saben hasta los chinos del Japón. Un jugador con una planta espectacular, con buena mano, capaz de crearse sus tiros, gran timing en el salto, buen defensor cuando quiere... ¿entonces cómo se entiende que esté dando tumbos por la liga? ¿Será un problema de coco?
Pues tiene toda la pinta. Green se declaró elegible en el draft del 2005 sin pasar por la universidad; algunos analístas le daban hasta en el top 5, sin embargo, llegada la hora de la verdad, cayó hasta el número 18, algo decepcionante para un jugador que llegaba con la etiqueta de "el próximo T-Mac". Se dijo que cayó tanto por tener una falange menos en uno de sus dedos de la mano, lo cual generaba dudas, etc, pero la verdad es que su 'coco' y sus amistades generaban infinitamente más dudas que los dedos de sus manos.
En su primera temporada estaba claro que no iba a jugar mucho, era tiempo de aprender de la mano de Paul Pierce. Tan sólo disputó 32 partidos y generalmente su aportación fue marginal. Sin embargo, en su segunda temporada ya daba muestras de su verdadero y grandísimo potencial como jugador. En un equipo totalmente en reconstrucción, que era de lo peorcito de la liga, GG empezaba a explotar. Además ganaba el concurso de mates, merecidamente, lo que ya le puso en la retina del gran espectador. Dicho año jugó 81 partidos, y se fue a una media de 10.5 ptos por noche. Los Celtics le consideraban como una de sus joyas del futuro.
Pero todo cambió ese verano. Los Celtics podían pasar de la mediocridad a serio candidato al anillo. Kevin Garnett aterrizaba en Nueva Inglaterra, y claro, no iba a desembarcar a cambio de nada. McHale pidió a cambio muchas de las jóvenes joyas de los Celtics, sobre todo Al Jefferson, pero también Gerald Green aparecía en la libreta de los dirigentes de los Wolves desde el principio de las negociaciones. Llegaba a Minny en su tercera temporada, la que muchos expertos consideran como clave para un jugador, donde se ve si hay o no hay lo que se debe tener. Todo parecía a su favor para que explotase: equipo donde en principio iba a tener muchos minutos, el gran público le conoce, dos jugadores que podían luchar con él por minutos se lesionan (Randy Foye y sobre todo Rashard McCants) e incluso la apuesta en el draft, Corey Brewer, se estrella estrepitosamente en su primera temporada en la liga.
Pero Green no juega nada. La pareja Telfair-Jaric es la titular e incluso un jornalero como Greg Buckner está por delante de él en la rotación. Según la prensa de Mineapolis, Green no llegó con la humildad y ética de trabajo que esperaba uno de la vieja escuela como Randy Wittman, forjado en Indiana. Sus roces en los training camp ya fueron continuos y esto apartó a Green de los minutos necesarios para aportar. La situación llegó a ser insostenible, y al final sólo jugaria 29 partidos con un papel marginal en los Wolves, siendo traspasado a Houston por un jornalero a años luz de su calidad como Kirk Snyder.
Llegaba a Houston, su ciudad, al equipo del jugador con el que le compararon cuando llegó a la liga.... pero solo disputaría 4 minutos como Rocket. Fin de temporada y los tejanos decidieron no ejercer la opción de renovación que tenían sobre él.
¿Una vez más la cabecita?... pues tiene toda la pinta. Ahora, en su cuarta temporada, se ha ganado un contrato garantizado con los Mavericks tras disputar la liga de verano. Hablan de que su actitud ha mejorado muchísimo, porque sabemos que de aptitud anda sobrado. Con 22 años está ante quizás su última oportunidad de hacerse un hueco en la liga, estando como está sobrado para jugar a esto.
Cabecita loca...