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10.12.08 | Santiago Salas (2870 lecturas)

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Sin noticias de Bayless

Apenas un mes desde el comienzo de la NBA, las cosas empiezan a estar bien claritas para Jerryd Bayless. Este novato combo-guard (como nos quieren vender ahora) y del que tan buenos informes llegaban procedentes de todos los ojeadores de baloncesto universitario, no ha entrado con buen pie en la franquicia de Oregon.


Su entrenador Nate McMillan, con fama de sargento de hierro y de disciplinado en la defensa, apenas le da minutos en cancha para demostrar siquiera un mínimo de facultades. Pese a lo que se le quiera criticar a McMillan por su cabezonería en el caso de Sergio Rodríguez, está haciendo lo mismo con Jerryd. Se me plantean dos cuestiones:


* Bayless llegó con cartel que no fue suficiente para ganarse la confianza del entrenador. Quizá sea un jugador talentoso en ataque, con un físico privilegiado, pero todavía no tiene arraigados los mecanismos tácticos que su entrenador valora. Posiblemente otros entrenadores habrían esperado que esos mecanismos se adquieran con el tiempo, con los minutos jugador, pero McMillan no. Paralelamente, Michael Beasley, por poner un ejemplo, tampoco está rindiendo al nivel que se esperaba en este comienzo de liga, pero su entrenador Erik Spoelstra, no goza de la suficiente autoridad entre sus jugadores para tomarse paciencia con Beasley y sentarle en el banquillo muchos más minutos. Normal.


* Se demuestra que lo de McMillan con Sergio no era empecinamiento. Obviamente, el canario tiene una capacidad para ver el baloncesto muy especial, pero en sí misma arriesgada. A medida que el juego de Sergio se ha ido "ortodoxizando", su entrenador sabe de sus condiciones y le pone sobre la cancha. Por naturaleza, Sergio Rodríguez siempre buscará opciones inverosímiles de recursos en ataque, pero cada vez menos.


* La defensa. Tanto para Bayless como para Rodríguez, McMillan no cuestiona su talento sino su esfuerzo y actitud defensivas.Eso sí, si no están dispuestos a bajar el culo al suelo es poco probable que Nate dé su brazo a torcer y las cosas cambiarán poco o nada.


A todo esto, el rumor sobre el traspaso de Sergio parece haber remitido. ¿Hasta cuándo?