Shaq & Kobe, otro triunfo de Stern (Vídeo) |
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La celebración del All Star Game de la NBA la pasada noche en Phoenix ha servido para demostrar que cuando un producto es de calidad, éste se vende aunque ande devaluado. Y la liga que dirige con mano de hierro en guante de titanio blindado el sempiterno David Stern llevaba una década palmando audiencia televisiva hasta la resurrección de Boston Celtics el pasado año y su victoria en la Final ante el eterno rival, L.A. Lakers. La pasada campaña fue un brillo de esperanza en las arcas -para nada maltrechas- de la NBA. Y ésta se ha enfocado como la de la re-consolidación en el mercado de Estados Unidos.
Pero para ello, además de tener una competición deportiva atractiva para el mercado interno -la presencia de 'extranjeros' es brutal... y eso pica-, hay que montar espectáculos circenses como el de Howard & Robinson en el Concurso de Mates, aunque cueste sacrificar un peón como Rudy Fernández (de hecho, mejor si es Rudy Fernández, el latino flacucho que le hizo un 'in your face' al mismo Superman). O un 'homenaje' a las Selecciones USA para que el aficionado medio yankee sepa que hay más baloncesto aparte de la NBA. O shows musicales como el abrió el All Star Game y que sólo uno de los más grandes de la historia del baloncesto norteamericano como la Vieja Perra Gorda puede hacer.
Y, en el colmo del marketing, hay que escenificar además una supuesta reconciliación entre dos 'enemigos íntimos' como Shaquille O'Neal y Kobe Bryant, a la sazón MVP compartido del encuentro de las estrellas. La guinda del pastel, vamos. Y todo ante los flashes y cámaras de medio mundo para que haya constancia de que "ysisomoslosmejoresbuenoyqué...".
¿El partido? Soporífero. Eso, o que me estoy haciendo mayor, que también. ¿Pau Gasol? Bien, gracias, pero nada del otro mundo. El más contento ayer, una vez más, Stern, que sigue frotándose las manos mientras exprime hasta el último dólar a una liga necesitada de más 'Shaqs' y menos imitadores cansinos del único e incomparable Michael Jordan, por mucho que éstos hayan aprendido con el tiempo a sonreir en cuanto ven una cámara.
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