25 años del CB Murcia
Entrevista a John Ebeling
Pedro Serrano  | 07.09.2010 - 13:20h.
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Pedro Serrano  | 07.09.2010 - 13:20h.



Recordemos hoy un CB Murcia humilde y sufridor, que perdía muchos partidos y que estuvo cerrando la clasificación de la ACB durante muchas jornadas, pero que aún así, era orgulloso y no dejaba de luchar. Hablamos de la temporada 1993/94, un año "malo" que tuvo un final dulce, muy dulce. Tan dulce que no creo que ganar la Euroliga pueda proporcionar más alegría. Como mucho proporcionará la misma, la que da superar las adversidades, morir en la pista y remontar una eliminatoria al mejor de cinco partidos que se te ha puesto 2-0, y encima, con el factor cancha en contra. En ese CB Murcia jugaba un ala-pívot norteamericano. No era un portento físico y tampoco era demasiado alto, pero iba sobrado de dos cosas muy importantes para la práctica del baloncesto: inteligencia y compromiso. Su nombre, John Ebeling (Nueva Jersey, Estados Unidos, 1960). John colaboró decisivamente en una de las mayores hazañas del CB Murcia, de las de una entre un millón, y al mismo tiempo hizo más grande la historia del club rojiblanco apostando su propio dinero a que el equipo no descendería. De película.


Desde que me pongo en contacto con John, y tal y como me está pasando hasta ahora con los otros personajes a los que he localizado, el ex-jugador se muestra encantado de poder charlar sobre su paso por Murcia. El día antes nos comunicamos por e-mail para fijar la hora de la entrevista, y cuando ya está confirmada, no puedo evitar decirle que recuerdo perfectamente aquella eliminatoria que se remontó contra Valladolid, y por ejemplo, el soberano tapón que le puso a Óscar Schmidt en el quinto encuentro, para ya casi finiquitar la milagrosa permanencia del CB Murcia. Le digo "mañana hablamos", y él me responde "looking forward to it!" ("¡Lo estoy deseando!").


John Ebeling vive en Ferrara, en Italia, así que no tenemos diferencia horaria que considerar. Yo quería hacer la entrevista por video-conferencia, pero John tiene el micro del ordenador roto y hay que hacerla por teléfono. Una pena, porque siempre da gusto poder ver la cara del entrevistado. Lo llamo a la hora convenida, pero tras escuchar el tono, me salta una voz femenina enlatada diciéndome en italiano que ese es el contestador Vodafone de "John Ebeling", dice el propio John en un mensaje grabado. Espero unos minutos y lo vuelvo a intentar, pero sucede lo mismo. Espero un poco más, a penas cinco minutos, y entonces suena mi móvil. Ebeling se identifica y se apresura a disculparse:


Ebeling: Tenía mucha gente en casa y lo olvidé, lo siento. ¿Has terminado ya de trabajar?


Basketme: Sí, ya he salido. Ahora estoy en la playa, me he venido a pasar la tarde con la familia.


E: Oh, qué bien, ¿dónde?


B: En el Mar Menor, ¿Lo recuerdas? ¿Lo conociste?


E: Sí, sí, es muy bonito... ¿Hay mucha gente?


B: Pues no, hoy no hay demasiada gente y hace muy buen día... (Compruebo en persona lo que ya había intuido por e-mail, lo educado y buena gente que es este John). Oye, colgamos y te llamo yo, ¿vale?


E: No, no, está bien (risas).


B: (Dudo un poco porque siento reparo a que él pague la llamada, pero tampoco quiero insistir). Bueno, y tú estás en Italia, ¿verdad? ¿Vives allí?


E: Sí, vivo aquí desde que vine a jugar la primera vez. Luego fui a jugar a España, pero después volví aquí.


B: ¿A Ferrara?


E: Sí, vivo en Ferrara, he jugado en el equipo de Ferrara durante ocho años... y luego jugué en la división inferior. Creo que mi último año de jugador fue en 2002.


B: Bueno, pues tal y como te comenté por e-mail, se han cumplido 25 años de la vida del CB Murcia, y estoy realizando una serie de entrevistas a personajes importantes de la historia del club. John Ebeling tenía que estar aquí, porque aunque sólo jugaste un año en Murcia, y aunque esa temporada fue muy dura, al final todos nos sentíamos como si hubiésemos ganado la liga...


E: (Ebeling suelta una carcajada). Sí, sí, lo recuerdo. Estoy de acuerdo contigo, fue como si hubiéramos ganado el campeonato.


B: Vamos a empezar por el principio y luego volveremos sobre el gran final de aquel año. Tú viniste a Murcia por Oleart, ¿verdad? Felipe Coello me dijo que José María te quería sí o sí en el equipo.


E: Sí, porque yo estuve con Oleart en Granollers y fue él quien me llamó para ir a Murcia. A Oleart, si te soy sincero, y ya lo he dicho en el pasado, le debo mucho de lo extensa que ha sido mi carrera. Él fue el primer entrenador que me enseñó a lanzar desde el exterior, de tres puntos. Antes de Oleart nadie me había dejado tirar desde fuera. Todos mis entrenadores querían que jugara en el poste bajo y no en la línea del triple, y cuando estuve en Granollers, Oleart me dijo que tirara más desde fuera. Se quedaba conmigo después de los entrenamientos, y entrenaba conmigo, y no paraba de decirme que siempre que me quedara sólo desde la línea de tres, que tirara. Él me hizo mucho mejor jugador porque me enseñó a hacer eso. Ya no podía saltar tanto, mi físico empezaba a necesitar descanso, y Oleart hizo que mi carrera fuera más larga, seguro, porque entonces tenía dos opciones, jugar abajo o salir a tirar de tres puntos. Al final creo que llegué a tener un 40% de acierto en tiros de tres, y fue gracias a que Oleart me dijo que tirara. Si él no lo hubiera hecho, mi carrera habría terminado diez años antes.





B: Muy bien, la verdad, y no era muy común por entonces, creo, a principios de los 90. Comentaba lo mismo con Ralph McPherson, cuyo juego también se movía entre la posición de 3 y la de 4. En su caso, él era más un 3, pero sacaba ventaja en la posición de 4. Tú eras un 4 que sacaba ventaja en la posición de 3, ¿verdad?


E: Sí, y todo empezó para mí en Granollers, porque estando allí, Oleart fichó a Kenny Skywalker, que había jugado en los Knicks. Entonces a mí me hacía jugar de 5 en defensa y de 4 en ataque para lanzar, es decir, yo por fuera y Skywalker por dentro, porque Kenny no tiraba muy bien. Esa fue la razón por la que empezó. La verdad, no sé porqué Oleart no ha tenido una carrera más larga, porque es uno de los mejores entrenadores que yo he tenido en mi vida. Fue estupendo para mí, nos llevábamos muy bien. Cuando me dijo que me viniera a Murcia, fue muy fácil decir que sí.


B: Así que él te llama y tú aceptas la oferta de Murcia, pero imagino que sabías que venías a un equipo con un presupuesto muy limitado. Sabías que ibas a sufrir hasta el final, como así fue.


E: Sí, sí, yo sabía que iba a ser una lucha, lo sabía, no como fue en Granollers. En Granollers fue fácil, teníamos mejor equipo, creo, porque teníamos a Joan Creus y a otros jugadores más experimentados que en Murcia, pero lo que teníamos en Murcia era que todos los jugadores eran luchadores, todos los jugadores luchaban. Decíamos, "vale, no seremos un gran equipo, pero no nos rendiremos, nunca dejaremos de luchar".


B: Ese CB Murcia fue extraño: perdió cinco o seis partidos por un sólo punto y luego recibió una de las mayores palizas de su historia (-43 en El Ferrol), pero también fue capaz de ganar hasta cinco partidos fuera de casa (Girona, Lugo, Málaga y dos veces en Valladolid), algo que no hemos podido ver muy a menudo... Y yo creo que a pesar de las derrotas y de lo que se sufría, la gente no perdía la confianza en vosotros porque veía que su equipo no dejaba de luchar, que sus jugadores se esforzaban. Ni siquiera con ese 2-0 en contra en la eliminatoria contra Valladolid la afición os dio la espalda: fuimos al tercer partido y llenamos el pabellón, ¿sentisteis el apoyo del público en ese partido?


E: Sí, sentimos el apoyo del público durante todo el año. Sé que perdimos muchos partidos, no recuerdo cuántos, pero muchos partidos en los últimos segundos, y también sé que ganar esos cinco partidos que perdimos por un punto no es posible, pero si ganas dos o tres de esos partidos apretados, después quizá juegas de un modo distinto. Creo que si ganas algunos de esos partidos apretados, te cambia totalmente la mentalidad del equipo, porque después de perder tantos partidos por un punto es muy duro seguir luchando, es muy difícil seguir jugando.


B: Pero ¿Cómo se hace eso? Era difícil pero lo hicisteis, seguisteis luchando.


E: Sí, pero no fue fácil. Era cuestión de que hubiera jugadores que no se rindieran y que tiraran del resto. Un jugador así era Paco Martín, ¿sabes? Él siempre estaba ahí, gritando, diciendo "¡vamos!", siempre moviendo las manos y luchando, y cuando una persona tira de otra, y tienes tres personas haciéndolo, al final todo el equipo lo hace. Luego, en un momento dado, el equipo también cambió de americano, cambiamos a Ted Jeffries por Darren Morningstar.


B: Sí, y al principio Morningstar no jugó bien, no funcionó, y algunos pensamos que quizá había sido un error el cambio, pero luego fue fundamental para ganar y mantenernos.


E: Sí, Darren era un tío muy duro, un jugador muy duro. Si hablas con él, si lo miras, no lo parece, pero era muy duro. Tenía un buen gancho, muy bueno. En aquel momento no sabíamos si el cambio era la mejor opción porque Jeffries era un buen jugador, pero al final sí que funcionó, al final pudimos mantenernos. Cuando perdimos los dos primeros partidos en Valladolid, nunca perdí la confianza en que podíamos mantenernos. (Ebeling piensa durante un par de segundos y luego prosigue). Al principio cuando fuimos a Valladolid yo quería que ganáramos un partido, fui pensando en ganar un partido, porque así vuelves a casa, ganas tus dos partidos y ya lo tienes hecho. Pero cuando perdimos los dos, pensé que aquello iba a ser duro, que iba a ser muy duro.





B: En el segundo partido de la eliminatoria perdisteis por un punto, ¿recuerdas? Al final hubo un fallo en el cronómetro, se le quitó a Murcia la opción de jugar los últimos siete segundos porque no sonó la bocina de final de posesión de Valladolid, y luego también hubo incidentes con Fetissov en el camino a los vestuarios, ¿Qué pasó?


E: No recuerdo exactamente qué pasó, sólo sé que la tensión era muy alta durante el partido porque nosotros necesitábamos ganar al menos un partido de los dos antes de volver a casa, y ya habíamos perdido el primero. La tensión era muy alta, y la otra cosa es que Fetissov era un jugador muy joven. Yo era un jugador más experimentado, y es muy normal que en una situación así, el jugador más veterano intente intimidar al jugador más joven. Nosotros jugamos muy fuerte contra él, y él no estaba feliz precisamente. Lo puse así de loco, lo puse así de loco... (Ebeling se ríe).


B: Ahí empezó una "bonita relación de amor" entre Murcia y Fetissov (incluso el propio jugador ruso, de manera divertida, recordó a la afición murciana en una entrevista que le hicieron algún tiempo después de aquello). Creo que, en Murcia, la gente también se vino un poco arriba con este hecho, con lo del reloj y lo de Fetissov...


E: Sí, sí... Pero él era un gran jugador, muy buen jugador, muy duro, muy largo, atlético... y también es una buena persona. Contra Óscar Schmidt y contra él no era nada fácil ganar.


B: Es muy curioso, John, que según creo, sólo se haya remontado un 2-0 en dos ocasiones en toda la historia del baloncesto español, y que tú estés en esos dos equipos que lograron la hazaña. Tú ya remontaste un 2-0 en Granada (Ebeling se ríe).


E: Sí, recuerdo lo de Granada, y honestamente, cuando supe que teníamos que hacer lo mismo en Murcia, pensé en Granada. Recuerdo que en Granada, después de ponernos con 2-0 en la eliminatoria por el descenso, paré a echar gasolina al coche, y un hombre me dijo "Ebeling, vais abajo, vais abajo" (Ebeling dice esto en español, con una buena imitación del acento andaluz), y yo le contesté, "escucha, alguien va abajo, y no es Granada" (esto también lo dice en español, se ríe, y luego lo repite en inglés). Alguien se va a ir para abajo, pero no va a ser Granada. Esa era la primera vez que alguien me decía algo fuera del pabellón, "vais abajo", y yo le dije, "no, no nos vamos abajo".


B: Entonces, cuando estabas en Murcia, ¿dijiste algo a tus compañeros? ¿No les dijiste, "oye, que esto yo ya lo hecho una vez y ahora lo podemos repetir"?


E: No, la verdad, pero recuerdo una cosa con Morningstar. Le dije que si nos manteníamos en la ACB, le pagaría mil dólares de mi bolsillo. Porque, ¿sabes? Cuando vas 2-0, es demasiado fácil rendirse. Puedes decir, esta bien, me rindo, perdemos un partido más y ya está, no hay problema. Yo tenía miedo de que, quizá, alguien del equipo pensara eso, así que le dije a Morningstar, "escucha, si ganamos y nos mantenemos en la ACB, te daré mil dólares de mi bolsillo", porque necesitaba asegurarme de que todos siguieran luchando, no sólo yo, sino todos en el equipo.


B: ¿Recuerdas a Juan Valverde? Os ofreció una prima si se alcanzaba la permanencia, ¿verdad?


E: Bueno, fue más bien así, recuerdas a Felipe Coello, el Director Deportivo, ¿verdad? Coello vino un día al pabellón y nos reunió a todos. Creo que aún nos tenían que pagar dos o tres meses de sueldo, y Felipe nos dijo que no habría sueldo, que se paralizaban los pagos hasta que estuviésemos salvados.


B: ¿Cómo? ¿Cuándo fue esto? (me sorprendo y le interrumpo, no lo sabía, y si lo sabía, no lo recordaba en absoluto).


E: Dijeron que no nos pagaban más, y creo que quedaban dos o tres partidos para acabar la liga regular. Dijeron que no se pagaban más cheques hasta que no estuvieran seguros de que estábamos salvados. Y yo les dije: "vale, pues yo no acepto esto, porque no me gusta, porque significa que yo no estoy haciendo mi trabajo... porque es cómo si yo no estuviera haciendo mi trabajo. Significa que vosotros pensáis que yo no estoy haciendo mi trabajo, y por eso no me pagáis. Estoy jugando duro todos los días y no voy a cobrar". Entonces les di una oportunidad, les dije: "vale, no me vais a pagar más, tres cheques, vale, no hay problema. Pero si el equipo se mantiene, me vais a pagar el doble". Entonces es cuando empieza toda la famosa historia del "doble o nada" (expresión que John me dice en español). Creo que todo el mundo en el equipo aceptó esto del "doble o nada". Puedes preguntarle a Felipe si se acuerda, estoy seguro de que sí. Y así que al final, cuando nos mantuvimos, doné mi dinero al orfanato de niños que hay en Murcia.


B: Entonces, ellos cumplieron su promesa y el CB Murcia pagó el doble, ¿no?


E: Sí, pagaron a todo el mundo el doble... (John parece pararse un poco a pensar). No, no creo que todos los jugadores aceptaran al principio. Creo que fuimos seis o siete los que aceptamos, y quizá dos o tres no aceptaron, pero si le preguntas a Felipe, él lo recordará, recordará cuando les dije aquello de "doble o nada" y ellos aceptaron. Es decir, que yo les dije que si perdíamos y bajábamos, yo no recibiría nada de dinero de esos tres meses.


B. Pero... (Sigo asimilando la información que me está dando John). Pero ¿por qué hicieron esto? Quiero decir, que es muy duro decirle a alguien que no le vas a pagar...


E: Es muy duro decir eso, sí, es duro poner una multa así, y para mí es muy duro aceptarla. Lo que yo quería que entendieran es que, en un momento así, a esas alturas, no me importa si me dan el dinero o no me dan el dinero, no me importa. Lo que me importa es que el equipo no baje, ¿sabes? Pero el dinero no era lo más importante para mí entonces. Así que, vale, si quieres multarme o dejar de pagarme, vale, eso quiere decir que crees que no estoy dando el 100%. Pero, por el contrario, si nos salvamos y nos mantenemos, me tienes que dar el doble.


B: La tuya fue una gran respuesta, pero la cuestión es, ¿la multa fue por un hecho en concreto? Como ya hemos dicho, el equipo luchaba, el equipo luchó todo el año con independencia de que tuvierais más o menos suerte. Se veía que luchabais, así que, ¿cuál fue la razón? ¿Quizá la paliza de El Ferrol? ¿Cuándo fue esto?


E: No, no, no... Ahora que tengo 50 años sí que entiendo la razón, pero entonces, cuando estaba allí, tenía 30 ó 33 y no lo entendí. Ahora sí que entiendo la razón, y la razón es que, "vale, lucháis todo el año, ganáis, perdéis, perdéis por un punto algunas veces, estáis luchando y estáis cansados", ¿vale? ¿Qué es lo único que el club puede hacer para asegurarse de que vas a dar hasta la última gota de sangre en la cancha? Sólo hay una cosa que se pueda hacer, y es intentar alterarte, intentar hacerte algo para enfadarte, así que te multan, te dicen que no te pagan más, y en esa situación tú tienes que tomar una dirección u otra. Puedes decir "vale, no juego más, no me importa una mierda", o puedes decir "hijo de puta..." (Esto lo dice John en español con acento italiano, luego dice algo que no puedo entender y remata con...) "...los cojones..." (Ebeling y yo nos reímos a carcajadas).





B: Pero esto es muy arriesgado, es como un órdago en el juego del Mus. Es como cuando tú estás... (Empiezo a decir la palabra "From..." y me freno: he estado a punto de hacer la traducción literal al inglés de la frase "de perdidos al río", tal y como hace aquel divertido libro llamado "From lost to the river". Busco otra expresión). Esto es como decir que no tienes nada que perder.


E: Exacto, nada que perder, sí (John repite el "nothing to lose"). Así es como estaba el club: no tenían nada que perder. Fue un gran movimiento. El mejor movimiento, porque yo me enfadé...


B: (Interrumpo a John). Así que ¿estás de acuerdo con la medida adoptada por el club?


E: Bueno, sí, ahora que tengo 50 años sí que estoy de acuerdo. Yo haría lo mismo. Pero en ese momento, lo que el club no se esperaba era mi respuesta. No esperaban que yo les dijera "doble o nada" (vuelve a decir esa expresión en español con total claridad, más que antes). ¿Sabes?


B: Así que tú fuiste el que tomó la responsabilidad, fuiste la voz del equipo, ¿no?


E: Sí, yo tomé la responsabilidad en el equipo, pero primero hablé por mí mismo. Para mí, vale, no me estás multando, sólo te guardas el dinero y si nos mantenemos, me das el doble. Entonces los compañeros me oyeron y un jugador dijo, "yo también", y otro jugador dijo, "yo también", y Darren dijo, "yo también", y así, seis o siete dijimos eso y bueno, dijimos "ya tenemos algo".


B: Bueno, John, yo no sabía esto, y ahora para mí eres aún más grande (nos reímos). Jugarte así tu dinero... Es decir, aceptar que si el equipo baja, que era más que probable, no vas a cobrar el dinero que te corresponde por un trabajo que estás haciendo... Eres "el tío" con mayúsculas... (No puedo evitar recordar un hecho muy reciente: el caso de un jugador del CB Murcia que se negó a jugar el partido más importante del año porque se le debía un dinero, cuando además, ya estaba acordado su pago... ¡Qué diferentes que son John y aquel jugador! Ebeling me interrumpe riéndose).


E: Pregúntale al Director Deportivo por aquel momento, pregúntale. Sí... ese fue un momento increíble... ¿Has vuelto a leer los periódicos de entonces? No sé si los tienes, pero hazlo, hazlo... Sé que leí los artículos en aquel momento...


B: Pero yo pensaba que era una prima que se os ofreció, y que cuando la ganaste, tú la donaste al orfanato, no que fuera una multa.


E: No, dejaron de pagar y yo les dije lo del doble. Entonces ellos se lo dijeron al presidente, y el presidente dijo "vale, estoy de acuerdo".


B: Sabía lo del orfanato, pero no todo lo demás...


E: Sí, bueno... Después de ganarlo... No quiero sonar como que me creo Jesucristo o Superman o algo así, pero creo que soy una buena persona. Quiero creer que soy una buena persona, pero también quería demostrar que, al final, el dinero no es lo que me hace ganar, ¿sabes? Eso es lo que quería demostrar al club, y de ahí lo del "doble o nada". Así que cuando gané el doble, dije, vale, págame mis tres meses, y el resto del dinero dáselo a los niños que lo necesitan. Felipe dijo que tenía un sitio, y yo le dije que vale, que confiaba en él. Luego me invitaron a ir allí pero no pude asistir, y los niños me hicieron un cartel muy bonito y todo, y me dijeron que estuvo muy bien. No pude ir, pero me dijeron que fue bonito. Es una de las cosas de la que más orgulloso me siento en toda mi carrera, me siento muy feliz por aquello, muy feliz.


B: No me extraña. Es una gran historia, cuando encima luego hubo que remontar el 2-0, el más difícil todavía...


E: Sí, sí, fue increíble. Aquel fue un momento muy tenso y muy interesante (risas). Creo que se quedaron impresionados cuando les dije que le dieran mi dinero a los niños. No se lo esperaban, porque recuerdo la expresión de sus ojos cuando se lo dije, y se quedaron impresionados ("they were shocked", la frase en inglés me parece más elocuente: les dio un "shock". John vuelve a reírse a carcajadas).


B: Normal, yo me hubiese quedado igual... ¿Recuerdas el quinto partido en Valladolid? Fue espectacular.


E: Sí, aquel partido fue alucinante, porque tengo que decir que no tenía mucha confianza en ese partido. Sabía que ganaríamos en casa, cuando ganamos el primero que jugamos en Murcia. Yo creo que ellos vinieron a Murcia pensando que tenían que ganar sólo un partido, que fue lo que intentamos hacer nosotros antes, lo de ir a ganar un partido y volver a casa. Pero claro, cuando vas y pierdes los dos partidos, todos tus planes son diferentes. Óscar Schmidt y Fetissov y toda esta gente vino aquí pensando en ganar sólo un partido, y después de ganar nuestro primer partido dije: "no, vamos a ganar nosotros, creo que nos vamos a mantener", pero no estaba muy seguro de que pudiésemos ganar en Valladolid. Pero el equipo reaccionó de manera increíble, era muy difícil... Había mucha presión, ¿eh? Mucha presión... (John pone tono de estar diciendo "las pasamos putas").




1994: Cuarto encuentro de la eliminatoria CB Murcia - Valladolid. Fue el último partido que se jugó en el Pabellón Príncipe de Asturias antes de inaugurar el Palacio de los Deportes



B: Pues allá que nos fuimos los aficionados con vosotros, en once autobuses y en coches particulares (fue el mayor desplazamiento hecho en Murcia para ver un partido de baloncesto: más de 600 personas). Allí estuvimos, viendo a todo el mundo a nuestro alrededor, viendo a la policía detrás de nosotros...


E: (Ebeling se ríe). Sí, sí...


B: Además, es que todos sabíamos que el Palacio de Deportes estaba ya casi terminado. Sabíamos que el año siguiente teníamos que estrenar la nueva cancha, y pensar que podríamos estrenarla en LEB era duro...


E: Sí, el Palacio de Deportes es muy bonito, es increíble, y pensamos que si nos íbamos para abajo sería un problema para todos, sí.


B: Bueno, y después de toda esta historia, de toda la alegría por la permanencia, tú te fuiste. ¿No se habló de tu continuidad en el equipo? ¿Preferías cambiar, o el club tenía otros planes?


E: Pues no recuerdo ni siquiera si hubo negociaciones para que yo volviera a Murcia. Había incertidumbre en el equipo en ese momento y no hablamos. No sé cuál fue el problema. Yo la verdad es que echaba mucho de menos a mi hija, a mi mujer, y mi hija iba a ir a la escuela, así que volví con mi familia. Creo que fue un problema más de mi decisión de volver con la familia, eso es todo.


B: Volviste a Italia, pero luego regresaste a la ACB con el Joventut.


E: Sí, vine al Joventut y fue el mayor error de mi carrera.


B: ¿En serio?


E: Sí, porque no estaba en condiciones. Me llamaron en noviembre, creo. Yo estaba esperando en Italia a que la Federación me dejara jugar como italiano. Es increíble, porque yo había jugado en España teniendo ya la nacionalidad italiana, pero luego no podía jugar en la selección nacional italiana ni jugar como italiano en un equipo de Italia. Tuve que empezar un proceso legal y esperar hasta que me dejaran jugar, y entonces me llamaron del Joventut para ir allí a jugar. Una vez más estaba en una situación que no era fácil, porque si vas al Joventut a jugar, después de que el año anterior ganaran la Euroliga, y cubres el hueco que dejó Corney Thompson sin estar en forma... pues eres tonto (Ebeling se ríe).


B: Bueno, pero no es para tanto, quiero decir, que tú eres buen jugador aunque no estés en forma.


E: Ya, pero yo también sabía que no podía dar el 100%. No tenía molestias de lesiones, pero estaba fuera de forma. No había entrenado al baloncesto todos los días. Tenía un gimnasio, había hecho pesas, pero no había jugado al baloncesto. Fui en una situación en la que ya no podía ser el líder porque estaba fuera de forma. Si hubiese estado en forma, habría sido una buena temporada. En lugar de eso, fui y cometí un error. Luego me lesioné y cuando volví, me costó un mes empezar a jugar bien. Es el mayor error que he cometido, pero no por el Joventut, que es un club estupendo, sino porque no estaba en condiciones.


B: Bueno, pues ahora estás en Italia, estás casado con una italiana...


E: Sí, me casé en 1989 y tengo cinco hijos, y estoy muy bien aquí, es un buen lugar, un gran país. Ahora mi hijo juega al baloncesto, así que muy bien, disfruto viendo a mi hijo jugar.


B: Pues nada, eso es todo. Estoy sufriendo porque me has llamado tú...


E: Oh, no pasa nada, no hay problema (se ríe). No he oído el teléfono, porque estábamos fuera, estábamos jugando al baloncesto con mi hijo y algunos amigos, y eso, y entonces he dicho "¡Hostias!" (Ebeling dice eso en español. Veo que tiene mucha facilidad para recordar palabras fuertes, nos reímos a la vez). He visto que me has llamado dos veces desde España... No puedo creer que se me haya olvidado. Eso es todo, les he dicho "dejadme llamarlo y disculparme, sólo espero que coja el teléfono" (risas).


B: Por favor, no te disculpes. Muchas gracias por tu ayuda y por hablar conmigo. Te enviaré el enlace a la entrevista cuando la colguemos, aunque estará en español. ¿Tú hablas un poco español, verdad?


E: Sí, si la escribes en español no hay problema. Lo creas o no, mi español no es terrible, pero si no lo practico durante un tiempo, me siento estúpido, así que no lo hago.


B: Bueno, mi inglés tampoco está para tirar cohetes...


E: No, tú inglés es muy bueno (¡qué amable que es John!). Hablas bien, y también escribes muy bien. Me gustó la entrevista a McPherson, es un buen artículo, muy bueno.


B: Muchas gracias, John, gracias por todo, por el trabajo que hiciste aquí. Debes saber que aquí nos acordamos de ti. Quizá haya gente que piense que en Murcia no sabemos de qué va el baloncesto, pero sabemos reconocer a un buen jugador, no sólo en cuanto a su calidad sobre la pista sino también en cuanto a su compromiso e inteligencia. Por eso te recordamos aquí. Cuando recordamos la historia del equipo y de aquella temporada, decimos "¿te acuerdas de Ebeling?", y siempre se nos pone la sonrisa en la cara.


E: Gracias, escuchar eso es muy bonito. Cuando te vas haciendo mayor y te dicen algo así, cuando la gente te recuerda, es muy bonito. La gente a veces me envía e-mails y me dice que recuerda cuando jugué allí o allá, y es bonito (aunque el sonido del teléfono no es perfecto, noto cierta emoción en su tono de voz). Es bonito oír eso, porque a veces sientes que eres un ex-jugador y nadie lo sabe. Si le preguntas a alguien que tiene ahora veinte años, que quién es John Ebeling, no lo sabe (John estalla en una carcajada). Por eso es bonito cuando alguien te recuerda. Cuando tengas cincuenta años y alguien te diga, "¡eh, yo te conozco, tu escribías en una página Web!", verás que es muy bonito, te gustará (nos reímos, y después de unos segundos, John me pregunta): Felipe ya no sigue en el equipo, ¿verdad?


B: (Le cuento los acontecimientos pasados y los cambios en el club. John me escucha y asiente).


E: Y el equipo, ¿qué tal está? ¿Bien?


B: Pues el año pasado descendió a LEB, nos salió un año muy malo. Cuando veía al equipo, tenía malos presentimientos. No pasaba como contigo y aquel CB Murcia. En el CB Murcia del año pasado había jugadores que no querían luchar en absoluto (sigo haciendo comparaciones mentales, ahora entre John Ebeling y algunos de los jugadores de la pasada temporada. Sólo poner sus nombres junto al de Ebeling ya me resulta un pecado capital). Pero este año parece que tenemos buen equipo para intentar subir.


E: Muy bien, muy bien (John me pregunta quiénes llevan el equipo ahora, y yo le respondo).


B: Bueno, John, pues nada, ya sabes que aquí tienes un amigo. Si algún día vienes por Murcia, llámame y te invito a una cerveza.


E: No, no, yo te invitaré a ti.




Quinto encuentro entre Valladolid y Murcia: locura colectiva en la afición murciana



Así acaba nuestra conversación, y después de un rato, sigo emocionado por la hazaña de aquel CB Murcia y por las palabras de ese deportista con mayúsculas que es John Ebeling. Un caso el suyo, sin duda, para grabar y poner a los niños que empiezan a botar el balón y sueñan con llegar a profesionales, en esa etapa en la que emular a los ídolos es algo más que un juego sin trascendencia. Los niños deberían conocer este tipo de hechos para que sepan a quiénes deben emular y en qué aspectos, más allá del corte de pelo o de los coches lujosos, porque en el deporte, incluso en el profesional, la generosidad, el compromiso y el afán de superación son mucho más importantes que la fama o el dinero. ¿Cómo no nos vamos a acordar de John Ebeling en Murcia? Nos acordaremos siempre, seguro.


Nombre: John Michael Ebeling

Fecha y lugar de nacimiento: 2 de enero de 1960, Trenton (Nueva Jersey, EE.UU.).

Posición y altura: Ala-pívot, 203 cm.


Trayectoria: 1981-82, Universidad de Florida Southern. Drafteado en 1982, 5ª ronda, nº 101, por Detroit Pistons. Ese mismo año se marcha a Italia, donde juega seis temporadas seguidas, tres en Ferrara y dos en Florencia, llegando a participar en el All-Star de la LEGA en 1986. En 1989 juega un año en la liga suiza, y al año siguiente debuta en la ACB de la mano de Granada. La temporada 1991/92 se une al Granollers de Oleart, y después regresa a Ferrara para disputar un año más en la liga italiana. Desde Murcia, Oleart pide su fichaje y Ebeling vuelve a la ACB durante dos temporadas: Murcia primero, y Joventut después. En 1996 ficha por Cantú, y en Italia disputa sus últimos años, en Reggio Emilia, Fabriano y Ferrara, antes de retirarse del baloncesto profesional en 2002 (con 42 años de edad). Posee la doble nacionalidad italiana-estadounidense, y en la actualidad reside y trabaja en Italia.


Los números: en Murcia disputó una sola temporada (1993/94), 35 partidos en total, con un promedio de 19'4 puntos y 9'4 rebotes por partido. Además, estando en el equipo murciano fue elegido jugador de la semana en la jornada 11ª (24 puntos y 9 rebotes para un 29 de valoración total, en la victoria de su equipo en Girona por 75 a 81), y jugador del mes de noviembre. En sus cuatro temporadas en ACB terminó con unos promedios de 18'1 puntos y 8'2 rebotes.


Nota: Gracias a Felipe Coello por proporcionarnos la imagen de la celebración en el vestuario del CB Murcia, tras lograr la permanencia en Valladolid (abril de 1994).




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Artículo publicado por Pedro Serrano

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