25 años del CB Murcia
Los hogares del CB Murcia (y II)
Pedro Serrano  | 16.05.2011 - 00:10h.
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Pedro Serrano  | 16.05.2011 - 00:10h.


Hoy es el turno del Palacio de los Deportes, el actual hogar del CB Murcia, que nació de forma prematura y obligada por el pequeño aforo con el que se construyó el anterior pabellón municipal. Cuando hablamos de estas dos instalaciones, tendemos a llamar “viejo” al Príncipe de Asturias y “nuevo” al Palacio de los Deportes, pero lo cierto es que solo se llevan 9 años de diferencia –de 1985 a 1994 –. Esos son los mismos años de edad que tenía nuestro meteórico CB Murcia, el equipo que obligó a la ciudad a construirle nueva casa en un tiempo récord. Al momento de inaugurar el pabellón Príncipe de Asturias, todo el mundo coincidía en señalar que aquella era una instalación necesaria pero demasiado pequeña para las futuras necesidades de Murcia. El propio concejal de Deportes, Ricardo Cases, admitió que un pabellón así no se podía construir cada poco tiempo. La historia posterior ya la conocemos: con Juan Valverde al mando, con un jugador como Randy Owens en nuestro equipo y con un rival directo como Cartagena, en poco más de un mes el Príncipe de Asturias se vio superado por los acontecimientos, y desde sus pequeños graderíos presenciamos de la explosión del basket en Murcia.


Cuando el club logró su primer ascenso en 1990, llegó una presión añadida para el pequeño pabellón: la normativa de la ACB en cuanto al aforo de sus pistas. Se fijaba una cifra mínima de 5000 espectadores, algo que a duras penas pudo cumplir el Príncipe de Asturias –llenando todos los huecos con sillas la noche antes de la inspección de la ACB-. Se otorgó una moratoria a la ciudad y las autoridades se pusieron nuevamente manos a la obra. Mientras el pequeño pabellón se sometía a reformas de “chapa y pintura” –sustitución de los asientos individuales por otros corridos, instalación de nuevas gradas telescópicas, división y señalización de sectores en los graderíos e instalación de nuevas cafeterías-, el arquitecto municipal Miguel Ángel Beloqui –tristemente desaparecido pocos años después-, comenzó a proyectar un nuevo recinto deportivo. Esta vez se apuntó bien alto. Nada de cometer el mismo error, nada de quedarnos cortos.


El Palacio de los Deportes y el CB Murcia


Empezamos a recordar estreno del Palacio de los Deportes en septiembre de 1994, y para ello vuelvo a recurrir a la hemeroteca de la Biblioteca Regional. Lo primero que me llama la atención al ver los periódicos de aquella época es el diferente tratamiento informativo que se le daba al baloncesto en la prensa murciana. Está claro que nuestro deporte ya no era la novedad tal y como pasaba en 1985, y lo comprobamos en el número y extensión de noticias dedicadas al Palacio de los Deportes. Si en el caso del Príncipe de Asturias pudimos leer artículos de opinión, entrevistas e incluso un reportaje especial con más datos sobre la nueva instalación deportiva, en el caso del Palacio de los Deportes hay que ojear los diarios con más cuidado para poder encontrar algo relativo a la inauguración.





Publicidad en La Opinión sobre de la inauguración del Palacio


La primera noticia sobre el tema que encuentro en el diario La Verdad lleva fecha del 6 de septiembre de 1994 y la firma Andrés Egea. En ella se hace referencia a los actos programados para inaugurar la nueva cancha durante ese mes de septiembre: el día 14, una exhibición de gimnasia rítmica y aeróbic con las selecciones nacionales de España, Francia, Bulgaria y Bielorrusia; el día 15, una jornada dedicada por entero al fútbol-sala con dos partidos, ElPozo Murcia contra Papeles Beltrán de Alcantarilla y un duelo entre los mejores jugadores de la Liga Nacional de Fútbol-Sala; el 16 llegaba el turno para “el plato fuerte de la semana de inauguración”, el partido de liga ACB entre el CB Murcia de José María Oleart y el Andorra de Edu Torres; y por último, el día 20 era el momento de la música con el concierto múltiple de Ama, Cómplices, Kiko Veneno y Joaquín Sabina, con Pastora Vega como maestra de ceremonias. Además, la noticia remataba con un anuncio por parte del ayuntamiento de Murcia, el de presentar candidatura para la organización de la fase final de la Copa del Rey de baloncesto, igual que hizo –aunque de manera infructuosa- en los meses siguientes a la inauguración del Príncipe de Asturias. Esta vez no habría ni una sede rival favorecida, ni un aforo demasiado escaso, ni tampoco goteras precoces que estropearan el éxito de Murcia en uno de los eventos deportivos de mayor nivel que ha organizado la ciudad.





Operarios dando los últimos retoques a la pista (Fuente: Juanchi López/La Verdad).


En ese mismo periódico del 6 de septiembre de 1994 también venía una noticia sobre la pretemporada del CB Murcia, que aún realizaba sus entrenamientos en el pabellón pequeño. En el titular del artículo, firmado por Santiago García, una premonitoria frase de Oleart: “La gente se lo pasará bien”. El entrenador se reconocía ilusionado ante el nuevo proyecto del club murciano, y afirmaba haber tenido toda la confianza de Juan Valverde y libertad para crear la plantilla. Sin Ebeling, el esquema iba a girar sobre el base americano Michael Anderson, que se convertiría en el centro de un equipo joven y con capacidad para correr: “Nos puede faltar experiencia, pero estos jugadores jóvenes irán subiendo su nivel. Se ha configurado una plantilla nueva y su rendimiento irá de menos a más”. Para Oleart, otra ventaja con respecto al año anterior, además de tener un equipo más compensado, era la mentalidad: “Mentalmente la plantilla es más fresca”. El técnico tenía dudas en el aspecto reboteador, y admitía que esperaba encontrar en Rogers toda la ayuda posible en esa faceta –aún no sabíamos lo bueno que nos iba a salir Bobby Martin-. Sobre el tema presupuestario, según Oleart, “Pamesa tiene un jugador nacional que cuesta más que todos los nuestros”; Santiago García le ponía nombre a ese jugador: Xavi Crespo. Eso sí, el gran esfuerzo murciano se había hecho en la tripleta de americanos, Mike Anderson, Johnny Rogers y Bobby Martin, cuyos contratos eran mejores que los que tuvieron Jim Thomas, John Ebeling y Ted Jeffries el año anterior.





Oleart entrenando en el Príncipe de Asturias (Fuente: Tito Bernal/La Verdad).


Al día siguiente, 7 de septiembre, y en el mismo diario La Verdad, encuentro una pequeña noticia con el siguiente titular: “El alcalde dio el visto bueno al nuevo Palacio de los Deportes”. Se acompañaba de una foto de Juan Leal en la que vemos a José Méndez, alcalde de Murcia, y a Manuel Pato, concejal de Deportes, probando las bicicletas estáticas del Palacio. “El alcalde mostró su satisfacción por la realización de la obra”, y junto a Pato y a los medios de comunicación, “recorrió detenidamente las instalaciones, escuchó las explicaciones de Miguel Ángel Beloqui, arquitecto director de las obras, y dio el visto bueno simbólico a un Palacio que satisface todas las exigencias”. El periodista también decía que “especialmente animada resultó la visita a la sala de musculación”, donde algunas personalidades probaron sus fuerzas en los aparatos.





José Méndez, alcalde de Murcia (a la derecha) y Manuel Pato, concejal de Deportes, en las bicicletas estáticas del Palacio Juan Leal/La Verdad)


Pocos días después, y “de forma oficiosa” en palabras de Santiago García, el CB Murcia pisaba por primera vez la nueva cancha para preparar su partido de ACB contra Andorra. El equipo ya había comenzado la liga la semana anterior con una clara derrota en el Ciudad Jardín de Málaga, y ahora Oleart daba un toque de atención a los suyos: “No estoy contento. No entrenamos como me gustaría y debemos reaccionar para no pasarlo mal”. García se preguntaba, “¿puede faltar motivación o entrega?”, pero el entrenador lo negaba: “observo entrega, pero el trabajo se realiza con muchos nervios y con mucha precipitación. Se quiere hacer bien, pero no se consigue”. Oleart recordaba esa vieja máxima del baloncesto: “tal como entrenas, juegas”, y añadía que “espero que la inauguración del Palacio y la presencia de nuestra afición sirvan de motivación. Ellos tienen ilusión por hacerlo bien”. Sin embargo, Oleart también hacía referencia al calendario, poco propicio para su equipo ante el potencial de su primer rival en casa, el Andorra de Conner Henry, Rickie Brown, los hermanos Llorente, Quique Villalobos, Remón y Zapata, entre otros.





Primer entrenamiento del CB Murcia en el Palacio de los Deportes.


En 1994 no se hablaba tanto de baloncesto, pero en una cosa sí que hubo coincidencia con las noticias de 1985: todos entendían que el plato fuerte del estreno del pabellón, que el único evento que podría llenar esa cancha era nuestro deporte. El día 14 de septiembre, primera jornada de inauguración del Palacio, el diario La Opinión sí que dedicó un especial a la nueva instalación deportiva con imágenes, artículos y datos sobre la misma, haciendo hincapié en la importancia del partido entre CB Murcia y Andorra. Tras resumir en la primera página los actos programados, el periodista Antonio Juárez decía, quizá con excesivo optimismo, que el nuevo pabellón “permitirá a Murcia que los equipos de élite de deportes de sala puedan disponer de suficiente aforo para que sus socios mantengan económicamente a sus clubes, afianzándose definitivamente los equipos punteros en sus ligas de honor y que en definitiva, sirva para promocionar el deporte en nuestra región”.





Portada del especial sobre el Palacio de los Deportes en el diario La Opinión.


En la página siguiente, y bajo el titular “Una canasta para la historia”, La Opinión se precipitaba al dar por seguro que el encargado de anotar la primera canasta del Palacio sería el ala-pivot norteamericano Randy Owens. En efecto eso es algo que el club intentó hacer, tal y como nos contó Daniel Barceló, pero al final fue imposible localizar al jugador que por entonces estaba en Argentina. El periodista nos pone en situación: “Hace ya nueve años que Randy Owens llegó a Murcia (…). Nadie como Randy sabe llenar los pabellones por donde pisa. Su debut en Torre Pacheco fue un acontecimiento de masas, desbordando ampliamente la capacidad del polideportivo”. Gracias a Randy, pero según el periodista, también a jugadores como Kevin Ross, Mike Williams, Tonny Simms y Russell Cross, el CB Murcia inició “una carrera fulgurante hasta llegar a situarse en la élite del baloncesto nacional”. Prosigue: “Uno de los motivos fundamentales para que este Palacio viera la luz es la norma de la ACB de exigir un aforo mínimo de 5000 espectadores (…). El Príncipe de Asturias se había quedado pequeño para las necesidades actuales y el ayuntamiento inició las gestiones para crear este complejo deportivo que goza de un aforo de 7500 espectadores”. La justificación del Palacio estaba clara: “Es por tanto el baloncesto, y concretamente el CB Murcia, una de las piedras angulares por las que ha sido posible que este Palacio fuera una realidad”; y por ello, el simbólico acto de la primera canasta tenía una trascendencia especial, aunque en La Opinión erraron al dar por seguro que correspondería a Owens anotarla. Ese artículo también informaba de las otras opciones que se habían barajado, como Epi e incluso algún NBA… Y no uno cualquiera: Magic Johnson. Sin embargo, “al final el elegido fue Randy Owens, un ala-pívot del que todos los murcianos guardamos muy buen recuerdo. Owens ha hecho historia en Murcia, fue el primer jugador americano que llegó a la ciudad prendiendo por su juego espectacular en los aficionados al buen baloncesto”.





Randy Owens, en la imagen que acompañaba al artículo de La Opinión


El reportaje especial de La Opinión proseguía con las declaraciones de algunas autoridades. El Director General de Juventud y Deportes, Jesús Gómez Amor, afirmaba que “una instalación como el Palacio de Deportes puede servir para afianzar a nuestros equipos de élite, como ElPozo FS y el CB Murcia, permitiendo que se aumente el número de seguidores y se promocione el deporte en nuestra región”. El concejal de Deportes del ayuntamiento, Manuel Pato, justificaba el Palacio al admitir que “con el Príncipe de Asturias, por sus limitaciones de espacio, no era posible cumplir con las exigencias de la ACB. De esta manera hemos dotado a la ciudad de una instalación deportivo-cultural moderna y de gran capacidad”.


Por su parte, el diario La Verdad no dedicaba páginas especiales al Palacio el primer día de la inauguración, aunque sí que traía un artículo en el que se acertaba en el enigma de la primera canasta, acto que se llevaría a cabo dos días más tarde: “Un niño anotará la primera canasta”. Santiago García no hacía mención a Randy Owens, y desvelaba que el club había desestimado a un jugador NBA por su costo millonario: “Tras muchas gestiones, el departamento de marketing del CB Murcia, que dirige Mari Paz, se ha decidido por un niño de las categorías inferiores del club para anotar la primera canasta del Palacio”. Según García, “no se intenta buscar una gran espectacularidad con los actos programados con antelación al partido, sino más bien un homenaje a la afición por su entrega durante la pasada temporada”. Sin embargo, a renglón seguido informaba de que el CB Murcia había negociado con varios agentes para contar con algún jugador de la NBA, pero el presupuesto lo impidió. Por ejemplo, para venir a Murcia, Magic Johnson –que se encontraba en España por esas fechas realizando actos promocionales- pedía “una avioneta para trasladarse, la estancia y un par de millones de pesetas. Desestimada esta posibilidad, el club ha optado por un niño que represente el futuro del baloncesto murciano (…). Se ha buscado un símbolo que sirva de testimonio para este evento histórico”, que según García, se estaba organizando “con mucho entusiasmo aunque sin dinero”. El nombre del niño: Jorge Tomás García.





El Palacio desde la esquina suroeste (Fuente: Tito Bernal/La Verdad).


La noche del 14 de septiembre se levantó al fin el telón del Palacio con la exhibición de gimnasia, y al día siguiente tanto La Verdad como La Opinión dedicaban al acto una imagen de portada. Bajo la fotografía de La Opinión, tomada por Luís Ayuso, leíamos: “Murcia estrena su nuevo Palacio de Deportes. El recinto, uno de los más completos y funcionales del país, ha costado más de 1700 millones de pesetas, tiene una capacidad de 7500 espectadores y se calcula que recibirá cada semana a unos 6000 usuarios”. Las páginas interiores de La Opinión desarrollaban la noticia de este modo: “El alcalde José Méndez, acompañado del Director General de Infraestructuras del Consejo Superior de Deportes, Eduardo Blanco, y de la consejera Elena Quiñones, presentó el Palacio de Deportes”. Méndez destacaba el esfuerzo común de las tres administraciones, Gobierno central, gobierno autonómico y ayuntamiento, y el trabajo del arquitecto Miguel Ángel Beloqui y su equipo. Según el alcalde, “este es un gran día para Murcia”. Eduardo Blanco decía con sinceridad que “un recinto así me pone los dientes largos, porque me gustaría quedarme unos días más en Murcia para poder disfrutarlo”. Según él, la nueva instalación de Murcia “es punto de referencia para otras ciudades”.





Primer acto de inauguración del Palacio: gimnasia rítmica (Fuente: Ayuso/La Opinión).


La consejera Elena Quiñones se felicitaba “por la gran instalación que se ha conseguido para uso y disfrute de todos los murcianos”, y el concejal Manuel Pato anunciaba la creación de un abono para el uso del Palacio y de sus diferentes instalaciones, y cifraba en una media de 6000 sus usuarios semanales. También leíamos en La Opinión que el nuevo Palacio de Deportes “está llamado a ser el edificio emblemático de la gestión del alcalde Méndez y como tal está siendo tratado (…). Por lo demás, el Palacio es todo un logro para los murcianos”. Se daban algunos datos más: “La superficie total construida es de 17.000 metros cuadrados, y el coste global de la obra incluyendo edificación, instalación técnica, y mobiliario y equipamiento, es de 1700 millones de pesetas. El graderío de la cancha central tiene una capacidad de 7454 espectadores, siendo 1428 plazas las que están situadas en las gradas móviles. El Palacio está destinado sobre todo para uso deportivo de élite, aunque sus múltiples dependencias pueden albergar deportes minoritarios como las artes marciales, el squash, que dispone de seis pistas, una de ellas con graderío, tenis de mesa y billar entre otros, además de salas de musculación y acondicionamiento físico”, y también cuenta con “vestuarios totalmente equipados”


. Ese día 15 de septiembre, el toque literario de La Verdad lo ponía otra vez Benjamín Abellán, al igual que sucedió en 1985 cuando se inauguró el Príncipe de Asturias: “Llenar el nuevo Palacio de Deportes no va a ser cosa de todos los días, pero es bueno que se sepa que hay Palacio para varias décadas”. Con la primera jornada dedicada a la gimnasia rítmica y el aeróbic, y una asistencia estimada en 1200 espectadores, la Selección de Bielorrusia traía la anécdota al programa de actos al no comparecer “por problemas burocráticos surgidos poco antes de su desplazamiento a nuestro país”. Eran otros tiempos. Abellán también nos informaba de la ausencia de la presidenta de la comunidad, María Antonia Martínez, y del delegado del gobierno, que se encontraban de visita oficial en Madrid. El alcalde Méndez y el concejal Pato como maestros de ceremonias, presentaron la instalación a la ciudad de Murcia.





Bobby Martin en el primer partido del CB Murcia en el Palacio (Fuente: Martínez Bueso/La Verdad).


Por fin llegó el plato fuerte, el partido de baloncesto de la liga ACB entre CB Murcia y Andorra. Sucedió el sábado 17 de septiembre de 1994, a las 20 horas, tras el acto de la primera canasta y de la presentación del equipo y de sus “cheerleaders” –que, dirigidas por Susana Valverde, llegaron a gozar de prestigio en la ACB y fueron elegidas para actos oficiales de la liga-. La crónica de La Verdad, que ocupaba una hoja par en la última página de la información deportiva de ese periódico, estaba firmada por Santiago García.





Ficha técnica del partido inaugural del Palacio, en el diario La Verdad


A la crónica de García le acompañaba una columna con las elocuentes declaraciones del presidente de la ACB: “Nosotros exigíamos menos”. Eduardo Portela no escatimaba elogios para la instalación murciana: “Es uno de las grandes palacios de España. Reconozco que esta idea de construcción ha sido muy buena, no solo por la estética sino también por la funcionalidad. Estoy sorprendido gratamente (…). Se ha conseguido una obra extraordinaria, reitero que es una obra espectacular”. Información adicional para los lectores más jóvenes: hay que tener en cuenta que en aquella época el pabellón murciano fue el más grande inaugurado en España desde 1990, cuando se estrenó el Príncipe Felipe de Zaragoza (10500 espectadores). En 1991 se había inaugurado el Palacio de los Deportes de Granada (7300) y en 1992 el Pazo Provincial Dos Deportes de Lugo (6500), pero en el año 1994 aún no se había construido el Martín Carpena de Málaga (11000 espectadores, año 2000), ni tampoco se habían ampliado los antiguos pabellones de Vitoria (antes Araba, ahora Buesa Arena) y Barcelona (Palau Blaugrana, al que se le añadieron gradas superiores en los fondos). Así pues, en 1994 Murcia y su Palacio se colocaban en la élite de las instalaciones deportivas del país.


Por último, otro artículo de Benjamín Abellán en La Verdad relataba los actos que se efectuaron en el descanso del partido del CB Murcia: “Alcalde, concejal y presidenta de la Comunidad recibieron la insignia de oro y brillantes”. Estamos hablando otra vez de José Méndez, Manuel Pato y María Antonia Martínez. Además, Eduardo Portela recibió una placa de recuerdo de manos de Juan Valverde, y este a su vez recibió otra placa de manos del alcalde Méndez, quien en una breve alocución ensalzó la figura del presidente del club y la de todos sus colaboradores, a los que el alcalde de Murcia hizo responsables del auge del baloncesto en Murcia hasta provocar la construcción del nuevo Palacio de los Deportes. El periodista Abellán remata con “al final, todos contentos con ese primer triunfo del CB Murcia y la constatación de que el deporte de la canasta mantiene al personal en tensión hasta el último segundo”.


El fin de fiesta fue el macro concierto del día 20 de septiembre de 1994, que venía a demostrar la versatilidad del Palacio de los Deportes y los múltiples tipos de eventos que en él se podían llevar a cabo: la actuación de Ama, Kiko Veneno con Raimundo Amador y Cómplices, precediendo a la actuación principal que correría a cargo de Joaquín Sabina, y todo ello con la presentación de Victoria Vera. Pero había más: el espectáculo comenzaba a las 21 horas con el grupo “Gusarapo Teatro” de Madrid. Catorce actores realizaron un “happening” introductorio mientras se proyectaban imágenes de actualidad. Otra de las sorpresas fue la demostración de “puenting” y escalada por parte de un grupo de escaladores. Sobre las 21:50 horas estaba prevista la actuación de Kiko Veneno con su nuevo trabajo, “Échate un cantecito”. Luego Cómplices presentaría su “Preguntas y flores”, y más tarde llegaría el turno de Joaquín Sabina y su nuevo “Esta boca es mía”. Pasada la medianoche, el show se trasladó al exterior del Palacio de los Deportes con un espectáculo pirotécnico: “veinte minutos de bengalas, volcanes, meteoros y truenos con música de Carmina Burana, Allegreto y el Nabuco de Verdi”. Este evento tuvo un coste de 34 millones de pesetas y 10.000 watios de sonido, con cuatro cámaras de televisión grabando todas las actuaciones. Al final agotó las 6000 localidades que se pusieron a la venta (a precios entre 1500 y 2500 pesetas). Manuel Pato desvelaba también los nombres de otros artistas con los que negoció para el concierto: Gloria Stefan, Miguel Bosé y hasta Prince.





Joaquín Sabina durante su actuación en el Palacio (Fuente: La Opinión).


Con el paso de los años, tanto CB Murcia como ElPozo FS han dado buena cuenta del Palacio, y también todos los murcianos que pasan diariamente por sus dependencias para practicar deporte. Hablando solo de baloncesto, el Palacio ha sido escenario de la fase final de la Copa del Rey de 1996, la del Manresa campeón, en la que el CB Murcia llegó a jugar la semifinal y estuvo a punto de colarse en la final. Fue testigo de un All-Star de la ACB en 1998, de varios partidos de la Selección Española de baloncesto (el último en 2009, dentro de la gira de preparación para el Eurobasket de Polonia), y también, al fin, ha logrado acoger un ascenso del CB Murcia: el 15 de abril de 2011 el equipo murciano derrotó en la prórroga a Isla de Tenerife Canarias (112-111) y certificó su regreso a la máxima competición por quinta vez, segunda en Murcia y primera en el Palacio de los Deportes. Esta instalación ha vivido también: una macrofiesta de Nochevieja; una de las fiestas de informática más grandes de España, organizada por la Universidad de Murcia; multitud de conciertos; mítines políticos; actuaciones infantiles como el famoso “Cantajuego” (lleno hasta la bandera, por cierto); y hasta actos religiosos, como bautizos multitudinarios. Nuestra ciudad lleva 17 años disfrutando de una instalación de primer nivel. Esperamos que sean muchos años más, y que el Palacio de los Deportes de Murcia acoja algún día un partido de competición europea con su equipo de baloncesto como protagonista. ¡Soñar no cuesta nada!





Último partido del CB Murcia en el Palacio hasta la fecha: el del regreso a la ACB (Fuente: La Opinión).


Al igual que en el artículo sobre el Príncipe de Asturias, tengo que dar las gracias por su amabilidad a la sección de hemeroteca de la Biblioteca Regional de Murcia.







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Artículo publicado por Pedro Serrano

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