Retro NBA
'Sleepy' Floyd Is Superman!
Máximo Tobías  | 15.05.2013 - 03:02h.
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Máximo Tobías  | 15.05.2013 - 03:02h.



Supongo que todos los jugadores de la NBA que no son estrellas sueñan con un partido así, una noche en la que salten todas las barreras. Todos esos jugadores fueron líderes en sus institutos, famosos en su estado y quizás hasta All-Americans en la universidad, pero luego descubrieron que había un escalón más alto en la NBA y ellos no llegaban. Que serían buenos y jugarían muchos años y serían titulares, pero no estarían en un allstar ni en un quinteto ideal de la NBA, ni entrarían en la quiniela del MVP. “Sleepy” Floyd tuvo esa noche, y es especialmente apropiado que sucediera delante de James Worthy.


Porque la vida de Eric “Sleepy” Floyd transcurrió paralela a la de James Worthy durante sus primeros años. No sólo procedían de la misma ciudad, Gastonia en Carolina del Norte, sino que crecieron a poca distancia uno del otro. Se conocieron en las pistas de baloncesto, y luego acudieron a institutos vecinos en los que compitieron el uno contra el otro en los campeonatos estatales. Ahí alcanzó Floyd su única victoria, cuando se proclamó campeón del estado después de derrotar al equipo de Worthy. Y si Worthy terminaría asistiendo a la universidad de North Carolina (aunque fuera un año más tarde, porque era un año más joven), Eric Floyd se comprometió verbalmente con sus archirrivales de Duke. Sin embargo, en el último momento una visita a la universidad de Georgetown le hizo cambiar de opinión y lo llevó fuera del estado, lejos de la ACC y de James Worthy.







Hasta la final de la NCAA de 1982. “Sleepy” (apodado así por sus pesados párpados, que le daban un aire somnoliento igual que le sucedería con el tiempo a Sam Perkins) fue uno de los mejores anotadores de la historia de la universidad de Georgetown, y acompañado por el joven Pat Ewing se plantaron en la final del torneo de la NCAA contra la North Carolina de Worthy, Perkins y Michael Jordan. Ni los 18 puntos de Eric Floyd ni los 23 de Ewing fueron suficientes para impedir la victoria de los Tar Heels gracias a la famosa canasta de Jordan... y de un inesperado robo de James Worthy en el último ataque de los Hoyas. Ese partido, el último en las carreras universitarias de ese par de amigos, marcó el punto de divergencia en sus carreras. Ambos fueron escogidos en primera ronda del draft de la NBA de 1982, pero mientras que James Worthy iba con el número uno a los Lakers campeones, “Sleepy” Floyd terminaba en New Jersey con el nº 13.


En los Nets, Floyd se encontró compitiendo por minutos con otros dos bases, el joven Darwin Cook y el veterano “Foots” Walker. El resultado fue que apenas jugaba, hasta que un traspaso a mitad de temporada lo sacó del agujero: el entrenador Larry Brown se había enfrentado con el alero Mickey Johnson y estaba intentando traspasarlo; los Warriors ofrecían al base Michael Ray Richardson, un antiguo All-Star con graves problemas de conducta, pero además de Johnson querían recibir a un base para compensar la marcha de Richardson. Fue así como “Sleepy” Floyd se encontró en los Golden State Warriors, donde pasó a ocupar la plaza de escolta titular junto al base Lester Conner durante las dos temporadas y media siguientes. En 1985 Conner se enfrentó a la gerencia por lo que consideraba un contrato demasiado bajo para su aportación, y eso le dejó libre a “Sleepy” Floyd la posición de base titular. El jugador respondió promediando más de 15 puntos y cerca de 10 asistencias por partido, que le valieron una plaza en el partido del All Star de la NBA de 1987.


A pesar de la grave lesión de rodilla del alero Purvis Short y de la “misteriosa” falta de rendimiento del jugador que habían escogido con el número tres del draft, el pívot Chris Washburn, los Warriors se colaron en playoffs liderados por George Karl desde el banquillo y por Floyd, Chris Mullin y Joe Barry Carroll en la pista. En primera ronda dieron la campanada al eliminar a los Jazz en Utah con 21 puntos y 14 asistencias de “Sleepy” Floyd, pero eso sólo servía para cruzarse en segunda ronda con los todopoderosos Lakers de “Magic” Johnson, Kareem Abdul-Jabbar y James Worthy, que habían sumado 65 victorias en la fase regular e iban camino del anillo. Los Warriors plantaron cara el primer partido, cuando llegaron al descanso en ventaja gracias a una gran anotación colectiva (incluso Larry Smith terminó con 17 puntos, lo nunca visto), pero a partir de ahí los Lakers pusieron la directa y ganaron directa y sucesivamente los tres primeros encuentros con ventajas cada vez más claras. Después de anotar 19 puntos en el partido inicial, “Sleepy” Floyd se quedó en los dos siguientes con unos pobres 11 y 14 puntos, ahogado por la defensa de Michael Cooper que terminó con un enfrentamiento entre ambos jugadores después de un espectacular tapón de “Coop”.







El cuarto partido en Oakland empezó con una ovación del público a George Karl por la temporada realizada que tenía aires de despedida, y más aún cuando Chris Mullin y Larry Smith fallaron dos bandejas fáciles en los primeros minutos. Pero nadie se lo había dicho al veterano Purvis Short, que no era el jugador que había sido antes de su lesión pero que aún así tomó el mando, robando dos saques de fondo de Lakers, capturando un rebote ofensivo, anotando seis puntos casi consecutivos y forzando la segunda falta personal de “Magic” Johnson que lo mandó al banquillo. Los Lakers tuvieron que pedir tiempo muerto para reconstruirse, y así lo hicieron. Cooper salió para secar a Short, empezaron a meterle balones a Jabbar y apretaron en defensa. Los Warriors se deshicieron como un azucarillo, y los angelinos parecían estar a punto de romper el partido a golpe de contraataques como el que Byron Scott culminó con un mate tras el que se encaró con Purvis Short. Sólo una racha final de “Sleepy” Floyd con un triple, dos tiros libres y un robo culminado en bandeja impidió que la diferencia en el marcador alcanzara lo decisivo, aunque los Lakers terminaron el primer cuarto con una ventaja de 34 a 27.


“Magic” Johnson volvió a pista, pero las faltas tempranas le habían roto el ritmo y no lograba recuperarlo. No sumó ningún punto, rebote ni asistencia hasta cerca de la mitad del segundo cuarto, y tuvo que ser Michael Cooper el que liderase a su equipo mientras los Warriors aguantaban de la mano de un inspirado Joe Barry Carroll. “Sleepy” Floyd anotó una canasta y dos tiros libres para llegar a los 12 puntos, pero también falló un sencillo “finger roll” y se enzarzó en una absurda disputa con AC Green. Los Lakers llegaron al descanso manteniendo su ventaja con 65-57, pero los Warriors no le habían perdido la cara al partido. El tercer cuarto siguió por el mismo camino, con los Lakers intentando irse y los Warriors haciendo la goma. Floyd añadió a su estadística otro robo y un triple para llegar a los 17 puntos, pero el mejor de su equipo seguía siendo Purvis Short, que en un lado defendía a “Magic” y en el otro anotaba en suspensión una canasta tras otra. Por fin, otro estallido de Michael Cooper puso los quince puntos de ventaja para Lakers, 98-83, y los Warriors tuvieron que pedir tiempo a falta de un minuto para el final del cuarto.


Ése fue el momento escogido por “Sleepy” Floyd para convertirse en super guerrero. A la salida del tiempo muerto se escapó de Byron Scott y anotó por encima de AC Green, más tiro libre adicional. Un error suyo en defensa propició un rebote ofensivo de Scott saldado con un 2+1 de Mychal Thompson, pero no dejó que eso le frenara y forzó una personal del escolta rival para sumar dos tiros libres. Los Lakers terminaron el cuarto 102-88 y celebrando animadamente cada acción, algo que ya había provocado protestas de los Warriors en partidos anteriores y que sirvió para aumentar la motivación de Eric Floyd. Falló su primer lanzamiento, pero a continuación anotó un “finger roll” y luego bailó a toda la defensa de los Lakers para forzar una falta y un tapón ilegal de Kurt Rambis. Convirtió un balón perdido por “Magic” en un mate al contraataque, y eso forzó el tiempo muerto de un Pat Riley que había visto cómo sacar a Michael Cooper a marcar a “Sleepy” Floyd no había dado resultado. “Magic” y Terry Teagle intercambiaron canastas, y a continuación “Sleepy” volvió a la carga con una canasta remontando la línea de fondo y otra culminando un contraataque. Pat Riley tuvo que pedir su segundo tiempo muerto con los Warriors a tres puntos de distancia, 104-101, pero no sirvió de mucho. En defensa sus compañeros tenían que cubrir sus constantes pérdidas de posición, pero en ataque “Sleepy” Floyd seguía imparable y anotó otra penetración, forzó una pérdida de Michael Cooper y culminó el contraataque con una bandeja más para alcanzar los 37 puntos y provocar el tercer tiempo muerto de los Lakers.







Nada podía parar a “Sleepy” Floyd. “Magic” capturó el balón después de un salto entre dos, pero Floyd se lo arrebató de las manos y salió por velocidad, forzando la falta y anotando los dos tiros libres. Los Warriors estaban por delante, 106-107, y a continuación el jugador robó otro pase, subió el balón y anotó entre Scott, Kareem y Worthy con un lanzamiento altísimo que besó el tablero antes de caer dentro. En medio del delirio, el comentarista en la radio del equipo estalló: Sleepy Floyd is Superman!”, una frase que quedaría en la memoria de los aficionados. Cada vez que subía el balón aumentaban los aplausos de la grada, convencidos de que iba a volver a anotar, y Floyd no los decepcionaba. Por segunda vez consecutiva penetró por en medio de los Lakers y por segunda vez terminó en canasta. “Magic” estaba desquiciado, fallándolo todo y protestando a los árbitros, aunque también “Sleepy” Floyd se dejó llevar por el entusiasmo y cometió una evidente falta en ataque que los árbitros señalaron. No importaba: los Warriors volvieron a robar el balón (enorme Greg Ballard todo el partido) y Floyd culminó con otra bandeja. “Sleepy” anotó una suspensión por encima de Michael Cooper, su nueva pareja de baile, pero poco a poco la presión defensiva se hizo notar. Tuvo que empezar a pasar más y tirar menos, y uno de sus pases se fue fuera, pero pronto volvió por sus fueros con una suspensión seguida por dos tiros libres y una asistencia a Carroll. Un último contraataque con pase final para Terry Teagle y un espectacular tapón de Joe Barry Carroll sentenciaron el partido, y a falta de trece segundos George Karl sentó a “Sleepy” Floyd para que recibiera el aplauso del pabellón.


129 a 121. Fue una victoria del bloque, con el marcaje a “Magic” de Terry Teagle y Purvis Short, los rebotes de Larry Smith, los puntos de Joe Barry Carroll y la defensa de Jerome Whitehead, y la aportación de Greg Ballard desde el banquillo. Pero todo palidecía ante la estadística arrebatadora de “Sleepy” Floyd, con 51 puntos (18 de 26 canastas, 13 de 14 tiros libres), 10 asistencias y 4 robos, batiendo los records de puntos y canastas en un cuarto de un partido de playoffs.


No tuvo mucho tiempo para disfrutarlo. Los Lakers eliminaron a los Warriors en el quinto partido, y al año siguiente lo traspasaron a Houston como parte del intercambio de Ralph Sampson por Joe Barry Carroll. Allí jugó varios años, primero como titular y luego como suplente de Kenny Smith, pero lo cortaron el verano antes de ganar el primer anillo. No volvió al All Star, no fue campeón de la NBA, y nadie recordaría su carrera a pesar de durar 12 temporadas y haber sido titular durante la mayoría.


Excepto por el partido en el que fue Superman, claro.







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Artículo publicado por Máximo Tobías

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