2013 pasará a la historia como el gran año del baloncesto femenino y, tras ese verano inolvidable plagado de éxitos de nuestras selecciones senior y de formación, la Liga Femenina nos ha deparado una primera vuelta apasionante y a la vez ilusionante de cara al futuro inmediato.

El baloncesto femenino español sigue viviendo envuelto en un círculo virtuoso que le hace superar, desde la ambición deportiva de sus jugadoras, desde el trabajo silencioso de los directivos en los clubes – “Gente de baloncesto” - , desde la ayuda de patrocinadores e instituciones, desde la profesionalidad de los entrenadores, desde la cobertura de la prensa y desde el apoyo incondicional de sus aficionados una coyuntura que puede afectar pero no impedir su constante crecimiento. Los éxitos de un verano inolvidable han tenido continuidad durante el desarrollo de una Liga Femenina repleta de jugadoras de nueva generación que han encontrado no sólo el espacio sino el papel para dar un salto adelante en sus trayectorias deportivas y junto a ellas esas profesionales que durante tantos años mantienen un nivel altísimo en la competición. La LF ha encontrado un equilibrio necesario para convertir cada partido en batallas inciertas obligando a los favoritos a tener que intensificar al límite el esfuerzo cada semana ofreciendo a todos los equipos la oportunidad de poder competir siempre, de tu a tu en una liga donde por encima de todo y de todas se ha impuesto la “Ley de la Pista”.

Hemos conocido a los entrenadores y entrenadoras de la competición, nos hemos acercado a ellos y a ellas en entrevistas que han pretendido profundizar sobre sus orígenes encontrando ahí las razones de una pasión convertida e profesión. Los técnicos de la Liga Femenina unen diferentes realidades y características encontrando desde los más expertos a los debutantes, desde aquellos cuyo amor al baloncesto nació desde el banquillo a aquellos o aquellas que todavía piensan como jugadores o jugadoras. Todos suman, todos transmiten, todos se convierten en referentes de miles de entrenadores anónimos. Hemos conocido a las más jóvenes jugadoras en un seguimiento constante y también hemos despedido a una de las más grandes, Amaya Valdemoro, y lo hemos hecho desde la emoción, desde el sentimiento, desde el respeto a una trayectoria que impulsado nuestro baloncesto femenino, nuestra Liga.

La emoción forma parte del baloncesto y es la “Gente del Baloncesto”, la que lleva décadas implicándose desde diferentes sectores, ya sea en la pista o en los despachos, ya sea desde la teoría o desde la práctica, la que realmente reconoce la importancia de los sentimientos como ingrediente fundamental para completar ese maravilloso contenido llamado baloncesto. La Liga Femenina, un año más, lo está consiguiendo gracias a todos.

Doce jugadoras que anticipan una gran segunda vuelta

Y es que la Liga Femenina está siendo el mejor escaparate para las jugadoras nacionales, que están desempeñando un papel fundamental en sus equipos y han firmado un comienzo de curso para seguir muy de cerca. Nombres como Laura Gil, que en su primer año en Rivas Ecópolis y tras haber levantado el EuroBasket Women de Francia, se ha convertido en una de las piezas clave del esquema de José Ignacio Hernández. Pero también jóvenes veteranas, que con corta edad se han convertido ya en el santo y seña de sus equipos, como Marta Xargay, capitana de Perfumerías Avenida y timón de juego del equipo charro. Su papel es determinante con tan solo 23 años de edad.

Pero también la primera vuelta de la Liga Femenina ha sido la eclosión de jóvenes talentos aunque sobradamente preparados. El caso más visible es el de Iris Junio en el Gran Canaria 2014. La perla de la cantera isleña es ya una fija en las rotaciones de Maikel López y con 14 años da quebraderos de cabeza a jugadoras más veteranas. Unas veteranas que son muy jóvenes y que este año han demostrado que esta competición es su lugar, como Berta Chumillas. Su paso adelante en el Beroil Ciudad de Burgos ha traído el regreso del equipo burgalés a una Copa de la Reina que no jugaban desde 2007.

Las jóvenes están siendo parte fundamental de los equipos a la hora de llevar los momentos decisivos, y su descaro hace que estas chicas quieran seguir creciendo en la Liga Femenina y tengan hambre de sumar éxitos. Para muestra, una Carolina Esparcia sigue con su progresión en el Mann Filter, mientras que otra Marlés Balart ha regresado con ganas de sumar victorias tras la dura lesión de rodilla sufrida la temporada pasada. Nombres jóvenes que van de la mano con aquellos que tienen gran margen de mejora y que buscan seguir sorprendiendo a sus entrenadores. Juana Molina ya lo hizo con un triple estratosférico con el Bizkaia GDKO, y Marina Delgado no para de mejorar en el esquema de Alimentos de Zamora.

No obstante, la veteranía siempre es un grado. Y en la Liga Femenina hay muchas dispuestas a demostrar que el talento, como el buen vino, mejora con la edad. Una campeona de Europa como Cindy Lima en CB Conquero, una Esther Montenegro en el Embutidos Pajariel Bembibre de la que su entrenador sólo tiene palabras de elogio para ella, o toda una MVP de la Liga Femenina 2 que ha vuelto a la LF como la mejor base del curso con un debutante Gipuzkoa UPV, como Arantxa Novo, son claros ejemplos de este talento veterano que refuerza la competición. Juventud y veteranía. Una mezcla que lleva a una competición como la Liga Femenina hacia un círculo virtuoso que a partir del 10 de enero, se reanuda en todo el país.