Tras la derrota de las tropas coloniales españolas en 1898, Filipinas pasa a estar en la órbita de los Estados Unidos. Se establecen gimnasios de la YMCA (Young Men’s Christian Association) por todo el país y con ellos llega el recién creado baloncesto, que se afianza rápidamente en las islas como un deporte enormemente popular.

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El equipo filipino se convierte en la gran potencia asiática en la primera mitad del siglo XX, ganando todas las ediciones menos una de los Juegos del Lejano Oriente (disputados de 1913 a 1938) y disputando los Juegos Olímpicos de 1936 (quintos, una sola derrota) y 1948 (decimosegundos).

Se puede considerar la década de los 50 como la época de oro del baloncesto filipino a nivel de selecciones. Ganan las 3 ediciones de los Juegos Asiáticos disputadas (1951, 1954 y 1958), consiguen honrosas clasificaciones en las olimpiadas (novenos en 1952 y séptimos en 1956) y alcanzan su cénit en el Mundial de Brasil 1954 colgándose la medalla de bronce. El conocido en las islas como “Equipo Mítico” estaba liderado por Carlos Loyzaga (cuyo magnifico apodo era “La Gran Diferencia”), para muchos el mejor jugador filipino de la Historia. En el siguiente Mundial, Chile 1959, no pueden repetir la hazaña y terminan octavos.

A principios de los 60 Filipinas sigue siendo una potencia local en Asia, aunque baja unos peldaños a nivel mundial. Se impone en los Campeonatos FIBA Asia (luego AsiaBasket, creados para determinar quién se clasificaba para Olimpiadas y Mundiales) de 1960 y 1963, así como en los Juegos Asiáticos de 1962 (cuarta victoria consecutiva y la última hasta la fecha). En los Juegos de Roma 1960 termina decimoprimera.

Filipinas es elegida sede del Mundial 1963, pero la negativa del entonces presidente Diosdado Macapagal a permitir la entrada a países del bloque comunista hace que la FIBA se lleve el torneo a Uruguay. Filipinas no se clasifica ni para este Mundial ni para el siguiente (Yugoslavia 1970), pero sí lo hace para los Juegos de Mexico 1968 y Munich 1972, donde terminan en el pelotón de cola. En esta época la irrupción de Corea del Sur, Israel y China les aleja definitivamente del podio en los Juegos Asiáticos. La victoria en el AsiaBasket de 1973 les permite acudir al Mundial de 1974, donde su actuación vuelve a ser muy discreta, finalizando penúltimos.

En 1975 se produce el cisma en el baloncesto filipino. Cansados del amateurismo impuesto por la Federación Filipina de Baloncesto (BAP) en una liga que mueve grandes cantidades de dinero entre apuestas y patrocinadores, los mejores equipos dejan la liga federativa y crean una competición profesional paralela. Ha nacido la PBA (Philippine Basketball Association), cuyas reglas son un híbrido entre las del baloncesto FIBA y la NBA. Los mejores jugadores filipinos se pasan en bloque a la PBA y eso supone un golpe durísimo para el equipo nacional ya que, recordemos, en aquel momento la FIBA no permite jugadores profesionales en sus torneos.
La enormemente debilitada selección filipina hace un ridículo espantoso en el Mundial celebrado en su país, perdiendo los 8 partidos que juega y recibiendo una paliza tras otra. La octava plaza final se debe al sorprendente sistema de competición de la FIBA que clasifica directamente a los anfitriones y a los campeones en ejercicio (Yugoslavia) para la segunda ronda.

La travesía en el desierto dura hasta 1986. Junto al bronce en los Juegos Asiáticos, se imponen en el AsiaBasket, lo que les da el pasaporte para el Mundial. Sin embargo la política se iba a cruzar en el retorno a la alta competición de los filipinos. La caída en desgracia y subsiguiente expulsión del país del presidente-dictador Ferdinand Marcos se lleva por delante al máximo dirigente de la BAP y se decide no participar en el Mundial de España.

En 1989 la FIBA decide admitir a los pros en sus campeonatos. La vuelta de los mejores jugadores a la selección parece abrir una época de esperanza con una medalla de plata en los Juegos Asiáticos de 1990. Pero todo queda en un espejismo. Las luchas internas de la BAP y la PBA por controlar el equipo nacional hacen que se envíen sucesivamente bloques de jugadores amateurs y profesionales a los torneos internacionales. La falta de continuidad y la incertidumbre traen unos resultados deportivos desastrosos.

En la década de los 2000 los problemas políticos en el baloncesto filipino llegan a su punto álgido con ambas facciones intentando ganarse el reconocimiento exclusivo de la FIBA por separado. La FIBA reacciona suspendiendo a Filipinas y no permitiéndoles participar en campeonatos internacionales en 2001 y posteriormente de 2005 a 2007.

Para solucionar el problema se crea la SBP, un órgano consensuado que regirá los destinos del equipo nacional desde entonces. Readmitidos por la FIBA, la estabilidad vuelve poco a poco al equipo nacional que vuelve a contar de manera habitual con sus mejores jugadores. La segunda plaza en el campeonato AsiaBasket 2013 al calor de su público les ha permitido salir del túnel y volver a la élite, algo largamente esperado por una hinchada totalmente volcada con su equipo.

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