Casselberry es una pequeña ciudad del estado de Florida, alejado miles de kilómetros de Atenas, la capital helena. Pero es allí donde nació hace 25 años el que puede ser el digno sucesor de los grandes bases griegos de los últimos años.

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Nick Calathes es americano, nació y se ha educado allí en base a aquella cultura. Sin embargo su abuelo era originario y nacido en la Hélade hasta que partió a Estados Unidos con 21 años, la misma edad prácticamente con la que Calathes hizo el camino inverso.

Gracias a sus raíces ha podido recuperar el apellido familiar de origen griego (Kalathis) y sobre todo un pasaporte que le hizo afrontar la aventura griega renunciando momentáneamente a la NBA o a seguir un año más en la universidad, una decisión que sorprendió a muchos y que ni el tiempo demostrará acertada o equivocada, pues el deseo de ser profesional latía en Calathes más fuerte que la aventura universitaria. El relativo fracaso en sus dos años de universidad pudo haber tenido que ver.

Calathes se acostumbró desde pequeño a jugar contra gente mucho más mayor, y deslumbrar en la cancha a cuantos se pusieran por delante. Con dos hermanos mayores que él (los gemelos Pat, este año en el BC Astaná, y John) que le tutorizaban en la cancha, formaba equipo a su vez con otro Gator que ya actuó en la ACB y que ha vuelto a la misma. Taurean Green siempre fue para él como un hermano mayor más del que aprender.

Los dos gemelos, 3 años y unos meses mayores que él, jugaban juntos en el instituto hasta que se descubrió a John una malformación (por exceso) en las arterias y venas del tronco cerebral que le impidieron jugar durante unos años. Esto sirvió de

acicate sobre todo a Pat, pero seguramente también influyó en un joven Nick que siempre ha estado muy unido a su familia.

Ya en el instituto jugó para los Silver Hawks de Lake Howell, junto a su inseparable Chandler Parsons, logrando ser uno de los tres únicos jugadores en la historia del Estado que ha sido acreditado dos veces como Mr. Basketball estatal y cosechando cuatro años consecutivos de estar entre los cuatro mejores equipos de Florida hasta que en 2007 les llegó el ansiado premio: levantar el trofeo de campeones.

Para entonces ya hacía tiempo que se había comprometido con la Florida de Bill Donovan. En su temporada sophomore de instituto tomó la decisión, y la mantuvo hasta el final. Un acierto para los Gators, porque cuando llegó su temporada senior ya era considerado uno de los mejores jugadores del país. Y eso que había rumores, no precisamente favorables, sobre su capacidad atlética, debido a que Calathes afirmaba con orgullo no haber hecho un mate en un partido durante su etapa de instituto. ¿Para qué si ya había impresionado a todos los asistentes viendo a un base de 2 metros dar asistencias llenas de magia y talento?

En sus dos años de universidad, el brillo de Calathes fue grande, pero no así el de su equipo. Los Florida Gators no consiguieron clasificarse para el torneo NCAA ninguno de los dos años, después de haber logrado dos títulos consecutivos las temporadas anteriores a la llegada de Calathes (el equipo bicampeón contaba con Joakim Noah, Al Horford, Corey Brewer o el propio Taurean Green).

La juventud del equipo en algunos partidos clave, dejó sin premio a un jugador que decidió tomar un rumbo distinto en su carrera, pero que también tuvo parte de culpa en las derrotas, pues en su debe siempre tuvo el estar demasiado desacertado cuando le tocaba asumir la responsabilidad anotadora en los partidos importantes.

En verano de 2009, Calathes tomaba las riendas de su carrera profesional, firmando un contrato con el Panathinaikos antes de salir elegido en el draft (finalmente el 45ª por los Wolves, que le traspasarían a los Mavs) Rumbo a Atenas, ciudad en la que coincidiría con sus mentores baloncestísticos Pat Calathes y Taurean Green. De nuevo juntos, aunque esta vez enfrentados en la pista.

Pero antes de todo eso, su primera competición de nivel profesional fue el EuroBasket de Polonia. Pocos jugadores pueden presumir de haber comenzado así su andadura profesional y menos de haber empezado con la suerte de capturar la medalla de bronce a pesar de las múltiples bajas helenas. Ya antes, en el verano de 2008, había hecho uso de su pasaporte para jugar el Europeo sub20 con un equipo griego de escasa relevancia y al que no consiguió hacer funcionar a pesar de su talento.

Tras unos inicios nada fáciles en el laureado equipo verde del Panathinaikos, Calathes dejó poco a poco unos destellos de talento tanto en el EuroBasket como en la HEBA, y tras una gran temporada 2012-13 en el Lokomotiv Kuban ruso donde era elegido MVP de la Eurocup, volvía a hacer las maletas rumbo a la NBA ya afirmado como uno de los mejores proyectos exteriores en Europa. Y quizá, sin la necesidad de realizar un solo mate.

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por JORGE DÍEZ