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Josip Broz, más conocido por Tito, solía referirse, orgulloso por haberla dotado de cierta estabilidad, a Yugoslavia con una celebre sucesión matemática: “7 estados vecinos, 6 repúblicas, 5 naciones, cuatro lenguas, tres religiones, dos alfabetos… y un sólo país” (por cierto cuando el Che visitó Belgrado apostilló proféticamente aquello de “sí… y cero posibilidades de sobrevivir”). Con esta idea en la cabeza, y tras la independencia de Eslovenia, Croacia, Bosnia y Macedonia, las repúblicas de Serbia y Montenegro deciden mantener el nombre oficial de Yugoslavia, con lo que, tras levantar la ONU su sanción por la guerra de los Balcanes, nos encontramos que a finales de 1994 la selección yugoslava reaparece oficialmente.

Bajo esta denominación, y pese a estar formada sólo por jugadores serbio-montenegrinos, en el periodo que va desde 1995 hasta 2003 (fecha en que por primera vez la selección de basket compite con el nombre de Serbia y Montenegro), Yugoslavia completa un nuevo ciclo brillante con dos títulos mundiales (98 y 2002) 3 Europeos (95, 97 y 2001 más el bronce del 99) y una plata olímpica (Atlanta 1996). Sin embargo una vez abandonado el nombre de Yugoslavia, la decadencia se torna imparable culminando con la eliminación en primera ronda de los Juegos de Atenas o el ridículo local en 2005, aunque innegablemente las causas habría que buscarlas más allá de lo simbólico (renuncias, egos, problemas extradeportivos…).

Tras separarse definitivamente de Montenegro, Serbia participa en el EuroBasket 2007 por primera vez como nación única, pero el resultado es igualmente desalentador ya que el nuevo proyecto encomendado al genial (como jugador) "Moka" Slavnic naufragaba, incapaz siquiera de pasar la primera ronda y sumiendo al país en una autentica depresión deportiva. Afortunadamente, y tras tocar fondo, no todo eran malas noticias. Paralelamente al ridículo de la selección senior, las categorías inferiores serbias enlazaban medalla tras medalla y abrían la esperanza a una reconstrucción del prestigio perdido.

Para semejante obra, la Federación recurría a todo un clásico, Dusan Ivkovic, timonel de la mítica selección que enamoró a finales de los 80 y principios de los 90 y, sobre todo, hombre absolutamente respetado en todos los estamentos tanto políticos como deportivos del basket balcánico.

No se puede negar que los comienzos han sido cuanto menos alentadores: sin sus NBA y dejando de lado a buena parte de los veteranos, Ivkovic llevaba a cabo el relevo generacional sin traumas y conseguía una plácida clasificación para el EuroBasket (Francia o Italia podían atestiguar que no es poco…). Con un juego ordenado, de ritmo lento pero intenso, Serbia retomaba los valores tradicionales yugoslavos, donde el control del tempo no excluye los ramalazos de genialidad individuales.

La definitiva ausencia de la mayor parte de sus NBA y de Igor Rakocevic, unidas a los problemas físicos de Vujanic o Bogdanovic obligaban a Ivkovic a acelerar una reconstrucción que parecía seguir un claro objetivo: Londres 2012. Sin embargo el EuroBasket de Polonia dejaba claro que para la nueva Serbia no había transición posible y de la mano de un genial Teodosic el perfecto funcionamiento colectivo derivaba en una ilusionante medalla de plata que se antojaba sólo el inicio del camino.

Un año más tarde, la entrada de Rasic, Keselj y Savanovic dotaba al cuadro plavi de una nueva estructura con más poderío exterior, lo que desembocaba en un gran Mundial. Con el regusto amargo de la polémica derrota en la semifinal ante los anfitriones, Serbia apenas competía en el partido por el bronce en lo que entonces parecía un mero accidente. Un año más tarde, Serbia arrancaba el EuroBasket con igual solvencia hasta que un error de Savanovic en el último tiro ante Francia torcía las cosas. Esa derrota, la falta de confianza y los problemas físicos que asolaban al juego exterior terminaban por avivar los fantasmas de un conjunto que se quedaba sin su primer gran objetivo. Superado el mazazo, Dusan Ivkovic decidía continuar dos veranos más, dejando a Serbia clasificada para el Mundial y esbozando un nuevo relevo generacional pero con algunos signos preocupantes.

En esa tesitura, y con la sensación de que aquella medalla de plata llego demasiado pronto, el Strucni Savet elegía a Aleksandar Djordjevic para dirigir a la selección en busca de los Juegos de Rio. Con el Mundial como primera toma de contacto, Djordjevic se ha topado de nuevo con una convocatoria cuanto menos convulsa. Descartados jugadores como Erceg, Savanovic o Macvan en detrimento de Velickovic, la posterior renuncia de éste dejaba la primera polémica así como un preocupante hueco en la posición de cuatro. Por si fuera poco, las sucesivas lesiones de Dangubic, Kuzmic, Lucic, Micic o Nedovic dejaban a Serbia sin cuatro de los jugadores llamados a protagonizar el relevo, mientras que las de Teodosic y Krstic encendían todas las alarmas.

Con los dos últimos en disposición de llegar a la cita española, no todo han sido malas noticias para un cuadro serbio capaz de derrotar en la preparación a equipos de la talla de Croacia o Francia. El enorme progreso de Bogdanovic completa junto a la terna de bases un juego exterior de buen nivel, del que se cae a última hora Micov tras una bronca monumental con Djordjevic que terminó a empujones y con el técnico serbio afirmando que mientras él sea seleccionador el jugador no volverá a vestir la camiseta nacional.

En la pintura, el regreso de Raduljica, ausente desde la plata de Polonia, otorga un relevo de garantías a un Krstic que necesitará ser dosificado. Con Bjelica de hombre orquesta en el puesto de ala-pívot y con un Teodosic en su momento más dulce en años, Serbia mantiene una base con la que competir e intentar arañar alguna sorpresa en los cruces. Un mayor grado de velocidad en el juego sin perder el control del ritmo parece ser por otra parte, el principal objetivo de un Djordjevic que en su debut se esta mostrando exigente desde el primer día.


LA PLANTILLA


MVP de la final de la VTB y a un gran nivel en la preparación hasta su lesión de tobillo, Milos Teodosic volverá a ser el líder de una Serbia en la que siempre ha dado la cara. Ausente por lesión el verano pasado, Teodosic formó parte de los quintetos ideales del EuroBasket 2009 y el Mundial 2010, siendo el único exterior que dio la cara en 2011. Tan irregular como genial, el de Valjevo esta mostrándose mucho más incisivo en las penetraciones y aunque en ocasiones su selección es cuestionable pasa por ser el máximo referente serbio en el tiro. Su facilidad para generárselo en los momentos clave resulta muy útil en un equipo algo falto de dinamita. Creativo, especial y muy cercano a la definición de genio melancólico, la defensa sigue siendo su gran lunar pese a ciertos, y muy esporádicos, signos de mejoría, en especial en las ayudas.

En el polo opuesto, Stefan Markovic aporta rendimiento defensivo, sobriedad y buen tono físico. Buen pasador aunque sin especial creatividad, su falta de tiro exterior es su principal lastre.

Capaz de alternar los puestos de base y escolta, Nicola Jovic es una de las sorpresas de la lista. Grande para el perímetro y de notable envergadura, el jugador del Radnicki pasa por ser un notable defensor. Flojo en el tiro, ofensivamente tiende más a la distribución de juego aunque por piernas y primer paso tiene capacidad para atacar el aro.

Si ya el EuroBasket pasado destacaba por su saber estar, Bogdan Bogdanovic apunta este verano a ser uno de los jugadores nucleares del nuevo proyecto plavi. Competidor puro y de enorme carácter, Bogdanovic sigue progresando en el tiro y sin ser un especialista ha desarrollado una amplia gama de posibilidades que se multiplican en los momentos clave de partido. Buen defensor y de notable primer paso, la lesión de Westerman en el Partizan le llevó a disponer de muchos minutos como base en el equipo de Vujosevic, algo que ha redundado en su capacidad de mando.

Por fin en la selección, Vladimir Micov pasaba por ser uno de los jugadores más regulares de la actual Serbia. Pero todo saltó por los aires a una semana del comienzo del torneo en el amistoso frente a Nueva Zelanda en la Sala Pionir. El jugador tuvo un enfrentamiento dialéctico con Djordjevic que terminaba con el seleccionador mandando a empujones al alero a los vestuarios. Ya en rueda de prensa, el técnico declaraba "La corta carrera de Micov en la selección ha finalizado. En el momento en el que ha lanzando la toalla he decidido dejar de contar con él. No ha querido darse la vuelta cuando me he dirigido a él. Esta camiseta ha sido utilizada por nombres más grandes e importantes que el suyo”. Capaz de alternar los puestos de 2 y de 3, su peso en la rotación parecía asegurado, pero salvo sorpresa su carrera internacional con la selección puede haber terminado por el momento.

Recientemente fichado por el Estrella Roja, Nikola Kalinic repite presencia en la Reprezentacja confirmando su madurez como jugador. Desgarbado y algo acelerado en ocasiones, Kalinic destaca por su continua actividad, sus largas ayudas defensivas y su pelea en el rebote. Sin grandes miramientos a la hora de encarar la canasta, ha progresado en el pase e incluso ampliado su aún insuficiente arsenal de tiro.

Llegado por la puerta de atrás, Marko Simonovic esta opositando a una de las 12 plazas finales con una excelente preparación. Tras un año irregular en el Estrella Roja, el alero de Pristina está destapando su mejor versión recordando al jugador que pasó por el Buducnost. En plena madurez de juego, Simonovic cumple en defensa, explota los cortes y el juego sin balón y tiene suficiente capacidad para encadenar rachas de tiro notables.

Si la presencia de Nemanja Bjelica ya era fundamental, la catarata de ausencias notables en el puesto de 4 ha elevado la categoría del jugador del Fenerbahçe a imprescindible. Definitivamente ubicado en la pista, Bjelica ejerce una libertad absoluta que tan pronto le permite jugar al poste como subir la bola. Absolutamente delicioso cuando goza de ascendencia en el juego, su rango de tiro le convierte en un arma impredecible. Aunque en la preparación Djordjevic le ha probado como tres titular (para luego juegar de 4 el resto de rotaciones), el ex baskonista deberá evitar los problemas de faltas sin perder intensidad defensiva.

Natural de la Vojvodina, Luka Mitrovic no ha encontrado finalmente un hueco entre los 12 jugadores que acudirán a España. Cuatro de perfil moderno y con gusto por jugar de cara al aro, el del Estrella Roja debe mejorar su velocidad de ejecución en un tiro exterior ya correcto. Activo y buen reboteador gracias a sus largos brazos, destaca además por su facilidad para correr la pista.

A medio camino entre el 4-5, Stefan Bircevic ofrece buenas dosis de tiro exterior para el juego interior plavi. Muy coordinado para sus 2'09, Bircevic goza de presencia en el rebote ofensivo y puede hacer daño de dentro hacia fuera, lo que le lleva a forzar muchas faltas. Con capacidad para hacerse grande en defensa, necesita un mayor punto de agresividad y velocidad para ser un factor decisivo en esa parcela.

Esperado hasta el final, no cabe duda que la presencia de Nenad Krstic es fundamental para Serbia. Liberado de las exigencias messinianas de jugar de 4, el pivot de Kraljevo ejercerá de eje del juego ofensivo serbio. Sólido en el poste bajo y con paciencia y recursos para definir, su buena mano en la media distancia y su sólidez en el rebote le convierten en uno de los grandes interiores del torneo. De excelente conexión con Teodosic, en el aire queda la duda de su respuesta en los partidos de más exigencia.

De regreso a la selección, Miroslav Raduljica apunta a ser el principal relevo de Krstic. Señalado por Djordjevic en la preparación por algún error de concentración, el pivot de los Bucks ha de convertirse en un baluarte defensivo. De perfil muy interior, sus buena manos y su uso del cuerpo le granjean puntos en el poste bajo aunque en ocasiones peca de excesiva lentitud en la definición. Buen reboteador, debe leer mejor las ayudas a la hora de doblar hacia los exteriores.

En lenta pero segura progresión, Vladimir Stimac ofrece rendimiento inmediato saliendo del banquillo. Duro e intenso, sus buenas manos y su sentido para el pick and roll le permiten aportar algunas soluciones ofensivas tanto de cara como de espaldas al aro. Con problemas en los libres es a cambio un notable defensor.

A punto de iniciar su carrera europea en el Agor, Dejan Kravic llega a la selección una vez terminada su etapa en Texas Tech. Grande aunque algo carente de fuerza, Kravic sufre en la defensa de jugadores en el poste bajo aunque gracias a su envergadura puede taponar o mostrarse activo en las líneas de pase. Rápido y capaz de poner el balón en el suelo, ofensivamente goza de un interesante juego de pies y un peculiar gancho más efectivo que efectista.


EL ENTRENADOR


Sin duda alguna, una de las grandes novedades que presenta la próxima copa del mundo de baloncesto será la llegada de Sasha Djordjevic al puesto de seleccionador de la selección serbia. De corto recorrido aun en los banquillos, pocas figuras del kosarka serbio pueden emular su consenso, como presentamos en el perfil del histórico ex-jugador que acompaña a esta Guía BasketMe en las siguientes páginas.

Heredero de un Dusan Ivkovic con el que no siempre guardó la mejor relación, Djordjevic llega a un cargo al que se puede decir que parecía predestinado ya desde sus tiempos de jugador y lo hace con un proyecto en el que el principal objetivo parece llegar a los Juegos de Rio pero donde la ambición parece presente desde el primer día.


DATOS, CLAVES Y CURIOSIDADES


EXPERIENCIA MUNDIALISTA: Milos Teodosic, Stefan Markovic, Nemanja Bjelica y Nenad Krstic estuvieron en el Mundial 2010. Como jugador, Aleksander Djordjevic disputó el de 1998 llevándose el oro.

WISH YOU WERE HERE: Factor indispensable a la hora de analizar a Serbia es enumerar sus bajas. A las ausencias de Velickovic, Macvan, Savanovic o Erceg el cuadro plavi ha unido las lesiones de Micic, Dangubic, Lucic, Kuzmic o Nedovic, además de la de Micov por motivos disciplinarios.

RITMO DE JUEGO: Uno de los aspectos en los que más está incidiendo Djordjevic en la preparación es en la adquisición de un mayor ritmo de juego, sin renunciar a las transiciones. Con Krstic recuperado, es probable que Serbia alterne dos biorritmos distintos.

FÍSICO: Pese a la ausencia por lesión de jugadores como Dangubic, Lucic o Nedovic, Serbia presenta un punto más de atleticismo con la progresión de Bogdanovic. La posibilidad de jugar puntualmente con Bjelica de 4 puede ser una opción.

EQUILIBRIO: Consciente de sus limitaciones, Serbia se está manejando muy bien en la parcela ofensiva alternando el juego interior con el exterior.

TIRO EXTERIOR: Sigue siendo uno de los puntos a mejorar. Con Teodosic y Bjelica como lo más cercano a unos especialistas, el crecimiento de Bogdanovic y el acierto que puedan presentar jugadores como Simonovic será fundamental.

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por IVÁN FERNÁNDE" /> DESCARGA GRATIS LA GUÍA BASKETME COPA DEL MUNDO 2014

Josip Broz, más conocido por Tito, solía referirse, orgulloso por haberla dotado de cierta estabilidad, a Yugoslavia con una celebre sucesión matemática: “7 estados vecinos, 6 repúblicas, 5 naciones, cuatro lenguas, tres religiones, dos alfabetos… y un sólo país” (por cierto cuando el Che visitó Belgrado apostilló proféticamente aquello de “sí… y cero posibilidades de sobrevivir”). Con esta idea en la cabeza, y tras la independencia de Eslovenia, Croacia, Bosnia y Macedonia, las repúblicas de Serbia y Montenegro deciden mantener el nombre oficial de Yugoslavia, con lo que, tras levantar la ONU su sanción por la guerra de los Balcanes, nos encontramos que a finales de 1994 la selección yugoslava reaparece oficialmente.

Bajo esta denominación, y pese a estar formada sólo por jugadores serbio-montenegrinos, en el periodo que va desde 1995 hasta 2003 (fecha en que por primera vez la selección de basket compite con el nombre de Serbia y Montenegro), Yugoslavia completa un nuevo ciclo brillante con dos títulos mundiales (98 y 2002) 3 Europeos (95, 97 y 2001 más el bronce del 99) y una plata olímpica (Atlanta 1996). Sin embargo una vez abandonado el nombre de Yugoslavia, la decadencia se torna imparable culminando con la eliminación en primera ronda de los Juegos de Atenas o el ridículo local en 2005, aunque innegablemente las causas habría que buscarlas más allá de lo simbólico (renuncias, egos, problemas extradeportivos…).

Tras separarse definitivamente de Montenegro, Serbia participa en el EuroBasket 2007 por primera vez como nación única, pero el resultado es igualmente desalentador ya que el nuevo proyecto encomendado al genial (como jugador) "Moka" Slavnic naufragaba, incapaz siquiera de pasar la primera ronda y sumiendo al país en una autentica depresión deportiva. Afortunadamente, y tras tocar fondo, no todo eran malas noticias. Paralelamente al ridículo de la selección senior, las categorías inferiores serbias enlazaban medalla tras medalla y abrían la esperanza a una reconstrucción del prestigio perdido.

Para semejante obra, la Federación recurría a todo un clásico, Dusan Ivkovic, timonel de la mítica selección que enamoró a finales de los 80 y principios de los 90 y, sobre todo, hombre absolutamente respetado en todos los estamentos tanto políticos como deportivos del basket balcánico.

No se puede negar que los comienzos han sido cuanto menos alentadores: sin sus NBA y dejando de lado a buena parte de los veteranos, Ivkovic llevaba a cabo el relevo generacional sin traumas y conseguía una plácida clasificación para el EuroBasket (Francia o Italia podían atestiguar que no es poco…). Con un juego ordenado, de ritmo lento pero intenso, Serbia retomaba los valores tradicionales yugoslavos, donde el control del tempo no excluye los ramalazos de genialidad individuales.

La definitiva ausencia de la mayor parte de sus NBA y de Igor Rakocevic, unidas a los problemas físicos de Vujanic o Bogdanovic obligaban a Ivkovic a acelerar una reconstrucción que parecía seguir un claro objetivo: Londres 2012. Sin embargo el EuroBasket de Polonia dejaba claro que para la nueva Serbia no había transición posible y de la mano de un genial Teodosic el perfecto funcionamiento colectivo derivaba en una ilusionante medalla de plata que se antojaba sólo el inicio del camino.

Un año más tarde, la entrada de Rasic, Keselj y Savanovic dotaba al cuadro plavi de una nueva estructura con más poderío exterior, lo que desembocaba en un gran Mundial. Con el regusto amargo de la polémica derrota en la semifinal ante los anfitriones, Serbia apenas competía en el partido por el bronce en lo que entonces parecía un mero accidente. Un año más tarde, Serbia arrancaba el EuroBasket con igual solvencia hasta que un error de Savanovic en el último tiro ante Francia torcía las cosas. Esa derrota, la falta de confianza y los problemas físicos que asolaban al juego exterior terminaban por avivar los fantasmas de un conjunto que se quedaba sin su primer gran objetivo. Superado el mazazo, Dusan Ivkovic decidía continuar dos veranos más, dejando a Serbia clasificada para el Mundial y esbozando un nuevo relevo generacional pero con algunos signos preocupantes.

En esa tesitura, y con la sensación de que aquella medalla de plata llego demasiado pronto, el Strucni Savet elegía a Aleksandar Djordjevic para dirigir a la selección en busca de los Juegos de Rio. Con el Mundial como primera toma de contacto, Djordjevic se ha topado de nuevo con una convocatoria cuanto menos convulsa. Descartados jugadores como Erceg, Savanovic o Macvan en detrimento de Velickovic, la posterior renuncia de éste dejaba la primera polémica así como un preocupante hueco en la posición de cuatro. Por si fuera poco, las sucesivas lesiones de Dangubic, Kuzmic, Lucic, Micic o Nedovic dejaban a Serbia sin cuatro de los jugadores llamados a protagonizar el relevo, mientras que las de Teodosic y Krstic encendían todas las alarmas.

Con los dos últimos en disposición de llegar a la cita española, no todo han sido malas noticias para un cuadro serbio capaz de derrotar en la preparación a equipos de la talla de Croacia o Francia. El enorme progreso de Bogdanovic completa junto a la terna de bases un juego exterior de buen nivel, del que se cae a última hora Micov tras una bronca monumental con Djordjevic que terminó a empujones y con el técnico serbio afirmando que mientras él sea seleccionador el jugador no volverá a vestir la camiseta nacional.

En la pintura, el regreso de Raduljica, ausente desde la plata de Polonia, otorga un relevo de garantías a un Krstic que necesitará ser dosificado. Con Bjelica de hombre orquesta en el puesto de ala-pívot y con un Teodosic en su momento más dulce en años, Serbia mantiene una base con la que competir e intentar arañar alguna sorpresa en los cruces. Un mayor grado de velocidad en el juego sin perder el control del ritmo parece ser por otra parte, el principal objetivo de un Djordjevic que en su debut se esta mostrando exigente desde el primer día.


LA PLANTILLA


MVP de la final de la VTB y a un gran nivel en la preparación hasta su lesión de tobillo, Milos Teodosic volverá a ser el líder de una Serbia en la que siempre ha dado la cara. Ausente por lesión el verano pasado, Teodosic formó parte de los quintetos ideales del EuroBasket 2009 y el Mundial 2010, siendo el único exterior que dio la cara en 2011. Tan irregular como genial, el de Valjevo esta mostrándose mucho más incisivo en las penetraciones y aunque en ocasiones su selección es cuestionable pasa por ser el máximo referente serbio en el tiro. Su facilidad para generárselo en los momentos clave resulta muy útil en un equipo algo falto de dinamita. Creativo, especial y muy cercano a la definición de genio melancólico, la defensa sigue siendo su gran lunar pese a ciertos, y muy esporádicos, signos de mejoría, en especial en las ayudas.

En el polo opuesto, Stefan Markovic aporta rendimiento defensivo, sobriedad y buen tono físico. Buen pasador aunque sin especial creatividad, su falta de tiro exterior es su principal lastre.

Capaz de alternar los puestos de base y escolta, Nicola Jovic es una de las sorpresas de la lista. Grande para el perímetro y de notable envergadura, el jugador del Radnicki pasa por ser un notable defensor. Flojo en el tiro, ofensivamente tiende más a la distribución de juego aunque por piernas y primer paso tiene capacidad para atacar el aro.

Si ya el EuroBasket pasado destacaba por su saber estar, Bogdan Bogdanovic apunta este verano a ser uno de los jugadores nucleares del nuevo proyecto plavi. Competidor puro y de enorme carácter, Bogdanovic sigue progresando en el tiro y sin ser un especialista ha desarrollado una amplia gama de posibilidades que se multiplican en los momentos clave de partido. Buen defensor y de notable primer paso, la lesión de Westerman en el Partizan le llevó a disponer de muchos minutos como base en el equipo de Vujosevic, algo que ha redundado en su capacidad de mando.

Por fin en la selección, Vladimir Micov pasaba por ser uno de los jugadores más regulares de la actual Serbia. Pero todo saltó por los aires a una semana del comienzo del torneo en el amistoso frente a Nueva Zelanda en la Sala Pionir. El jugador tuvo un enfrentamiento dialéctico con Djordjevic que terminaba con el seleccionador mandando a empujones al alero a los vestuarios. Ya en rueda de prensa, el técnico declaraba "La corta carrera de Micov en la selección ha finalizado. En el momento en el que ha lanzando la toalla he decidido dejar de contar con él. No ha querido darse la vuelta cuando me he dirigido a él. Esta camiseta ha sido utilizada por nombres más grandes e importantes que el suyo”. Capaz de alternar los puestos de 2 y de 3, su peso en la rotación parecía asegurado, pero salvo sorpresa su carrera internacional con la selección puede haber terminado por el momento.

Recientemente fichado por el Estrella Roja, Nikola Kalinic repite presencia en la Reprezentacja confirmando su madurez como jugador. Desgarbado y algo acelerado en ocasiones, Kalinic destaca por su continua actividad, sus largas ayudas defensivas y su pelea en el rebote. Sin grandes miramientos a la hora de encarar la canasta, ha progresado en el pase e incluso ampliado su aún insuficiente arsenal de tiro.

Llegado por la puerta de atrás, Marko Simonovic esta opositando a una de las 12 plazas finales con una excelente preparación. Tras un año irregular en el Estrella Roja, el alero de Pristina está destapando su mejor versión recordando al jugador que pasó por el Buducnost. En plena madurez de juego, Simonovic cumple en defensa, explota los cortes y el juego sin balón y tiene suficiente capacidad para encadenar rachas de tiro notables.

Si la presencia de Nemanja Bjelica ya era fundamental, la catarata de ausencias notables en el puesto de 4 ha elevado la categoría del jugador del Fenerbahçe a imprescindible. Definitivamente ubicado en la pista, Bjelica ejerce una libertad absoluta que tan pronto le permite jugar al poste como subir la bola. Absolutamente delicioso cuando goza de ascendencia en el juego, su rango de tiro le convierte en un arma impredecible. Aunque en la preparación Djordjevic le ha probado como tres titular (para luego juegar de 4 el resto de rotaciones), el ex baskonista deberá evitar los problemas de faltas sin perder intensidad defensiva.

Natural de la Vojvodina, Luka Mitrovic no ha encontrado finalmente un hueco entre los 12 jugadores que acudirán a España. Cuatro de perfil moderno y con gusto por jugar de cara al aro, el del Estrella Roja debe mejorar su velocidad de ejecución en un tiro exterior ya correcto. Activo y buen reboteador gracias a sus largos brazos, destaca además por su facilidad para correr la pista.

A medio camino entre el 4-5, Stefan Bircevic ofrece buenas dosis de tiro exterior para el juego interior plavi. Muy coordinado para sus 2'09, Bircevic goza de presencia en el rebote ofensivo y puede hacer daño de dentro hacia fuera, lo que le lleva a forzar muchas faltas. Con capacidad para hacerse grande en defensa, necesita un mayor punto de agresividad y velocidad para ser un factor decisivo en esa parcela.

Esperado hasta el final, no cabe duda que la presencia de Nenad Krstic es fundamental para Serbia. Liberado de las exigencias messinianas de jugar de 4, el pivot de Kraljevo ejercerá de eje del juego ofensivo serbio. Sólido en el poste bajo y con paciencia y recursos para definir, su buena mano en la media distancia y su sólidez en el rebote le convierten en uno de los grandes interiores del torneo. De excelente conexión con Teodosic, en el aire queda la duda de su respuesta en los partidos de más exigencia.

De regreso a la selección, Miroslav Raduljica apunta a ser el principal relevo de Krstic. Señalado por Djordjevic en la preparación por algún error de concentración, el pivot de los Bucks ha de convertirse en un baluarte defensivo. De perfil muy interior, sus buena manos y su uso del cuerpo le granjean puntos en el poste bajo aunque en ocasiones peca de excesiva lentitud en la definición. Buen reboteador, debe leer mejor las ayudas a la hora de doblar hacia los exteriores.

En lenta pero segura progresión, Vladimir Stimac ofrece rendimiento inmediato saliendo del banquillo. Duro e intenso, sus buenas manos y su sentido para el pick and roll le permiten aportar algunas soluciones ofensivas tanto de cara como de espaldas al aro. Con problemas en los libres es a cambio un notable defensor.

A punto de iniciar su carrera europea en el Agor, Dejan Kravic llega a la selección una vez terminada su etapa en Texas Tech. Grande aunque algo carente de fuerza, Kravic sufre en la defensa de jugadores en el poste bajo aunque gracias a su envergadura puede taponar o mostrarse activo en las líneas de pase. Rápido y capaz de poner el balón en el suelo, ofensivamente goza de un interesante juego de pies y un peculiar gancho más efectivo que efectista.


EL ENTRENADOR


Sin duda alguna, una de las grandes novedades que presenta la próxima copa del mundo de baloncesto será la llegada de Sasha Djordjevic al puesto de seleccionador de la selección serbia. De corto recorrido aun en los banquillos, pocas figuras del kosarka serbio pueden emular su consenso, como presentamos en el perfil del histórico ex-jugador que acompaña a esta Guía BasketMe en las siguientes páginas.

Heredero de un Dusan Ivkovic con el que no siempre guardó la mejor relación, Djordjevic llega a un cargo al que se puede decir que parecía predestinado ya desde sus tiempos de jugador y lo hace con un proyecto en el que el principal objetivo parece llegar a los Juegos de Rio pero donde la ambición parece presente desde el primer día.


DATOS, CLAVES Y CURIOSIDADES


EXPERIENCIA MUNDIALISTA: Milos Teodosic, Stefan Markovic, Nemanja Bjelica y Nenad Krstic estuvieron en el Mundial 2010. Como jugador, Aleksander Djordjevic disputó el de 1998 llevándose el oro.

WISH YOU WERE HERE: Factor indispensable a la hora de analizar a Serbia es enumerar sus bajas. A las ausencias de Velickovic, Macvan, Savanovic o Erceg el cuadro plavi ha unido las lesiones de Micic, Dangubic, Lucic, Kuzmic o Nedovic, además de la de Micov por motivos disciplinarios.

RITMO DE JUEGO: Uno de los aspectos en los que más está incidiendo Djordjevic en la preparación es en la adquisición de un mayor ritmo de juego, sin renunciar a las transiciones. Con Krstic recuperado, es probable que Serbia alterne dos biorritmos distintos.

FÍSICO: Pese a la ausencia por lesión de jugadores como Dangubic, Lucic o Nedovic, Serbia presenta un punto más de atleticismo con la progresión de Bogdanovic. La posibilidad de jugar puntualmente con Bjelica de 4 puede ser una opción.

EQUILIBRIO: Consciente de sus limitaciones, Serbia se está manejando muy bien en la parcela ofensiva alternando el juego interior con el exterior.

TIRO EXTERIOR: Sigue siendo uno de los puntos a mejorar. Con Teodosic y Bjelica como lo más cercano a unos especialistas, el crecimiento de Bogdanovic y el acierto que puedan presentar jugadores como Simonovic será fundamental.

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Copa del Mundo 2014: Análisis de Serbia, por Iván Fernández
BasketMe  | 29.08.2014 - 18:17h.
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La jerga deportiva es rica en tópicos y frases hechas que muchas veces tornan por convertirse en certidumbres. Uno de los más habituales ejemplos es aquel que apela al 'peso del escudo o del nombre' para justificar alguna victoria de un equipo grande. Sin entrar en grandes detalles, el baloncesto serbio bien podría dar fe de ello.

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Josip Broz, más conocido por Tito, solía referirse, orgulloso por haberla dotado de cierta estabilidad, a Yugoslavia con una celebre sucesión matemática: “7 estados vecinos, 6 repúblicas, 5 naciones, cuatro lenguas, tres religiones, dos alfabetos… y un sólo país” (por cierto cuando el Che visitó Belgrado apostilló proféticamente aquello de “sí… y cero posibilidades de sobrevivir”). Con esta idea en la cabeza, y tras la independencia de Eslovenia, Croacia, Bosnia y Macedonia, las repúblicas de Serbia y Montenegro deciden mantener el nombre oficial de Yugoslavia, con lo que, tras levantar la ONU su sanción por la guerra de los Balcanes, nos encontramos que a finales de 1994 la selección yugoslava reaparece oficialmente.

Bajo esta denominación, y pese a estar formada sólo por jugadores serbio-montenegrinos, en el periodo que va desde 1995 hasta 2003 (fecha en que por primera vez la selección de basket compite con el nombre de Serbia y Montenegro), Yugoslavia completa un nuevo ciclo brillante con dos títulos mundiales (98 y 2002) 3 Europeos (95, 97 y 2001 más el bronce del 99) y una plata olímpica (Atlanta 1996). Sin embargo una vez abandonado el nombre de Yugoslavia, la decadencia se torna imparable culminando con la eliminación en primera ronda de los Juegos de Atenas o el ridículo local en 2005, aunque innegablemente las causas habría que buscarlas más allá de lo simbólico (renuncias, egos, problemas extradeportivos…).

Tras separarse definitivamente de Montenegro, Serbia participa en el EuroBasket 2007 por primera vez como nación única, pero el resultado es igualmente desalentador ya que el nuevo proyecto encomendado al genial (como jugador) "Moka" Slavnic naufragaba, incapaz siquiera de pasar la primera ronda y sumiendo al país en una autentica depresión deportiva. Afortunadamente, y tras tocar fondo, no todo eran malas noticias. Paralelamente al ridículo de la selección senior, las categorías inferiores serbias enlazaban medalla tras medalla y abrían la esperanza a una reconstrucción del prestigio perdido.

Para semejante obra, la Federación recurría a todo un clásico, Dusan Ivkovic, timonel de la mítica selección que enamoró a finales de los 80 y principios de los 90 y, sobre todo, hombre absolutamente respetado en todos los estamentos tanto políticos como deportivos del basket balcánico.

No se puede negar que los comienzos han sido cuanto menos alentadores: sin sus NBA y dejando de lado a buena parte de los veteranos, Ivkovic llevaba a cabo el relevo generacional sin traumas y conseguía una plácida clasificación para el EuroBasket (Francia o Italia podían atestiguar que no es poco…). Con un juego ordenado, de ritmo lento pero intenso, Serbia retomaba los valores tradicionales yugoslavos, donde el control del tempo no excluye los ramalazos de genialidad individuales.

La definitiva ausencia de la mayor parte de sus NBA y de Igor Rakocevic, unidas a los problemas físicos de Vujanic o Bogdanovic obligaban a Ivkovic a acelerar una reconstrucción que parecía seguir un claro objetivo: Londres 2012. Sin embargo el EuroBasket de Polonia dejaba claro que para la nueva Serbia no había transición posible y de la mano de un genial Teodosic el perfecto funcionamiento colectivo derivaba en una ilusionante medalla de plata que se antojaba sólo el inicio del camino.

Un año más tarde, la entrada de Rasic, Keselj y Savanovic dotaba al cuadro plavi de una nueva estructura con más poderío exterior, lo que desembocaba en un gran Mundial. Con el regusto amargo de la polémica derrota en la semifinal ante los anfitriones, Serbia apenas competía en el partido por el bronce en lo que entonces parecía un mero accidente. Un año más tarde, Serbia arrancaba el EuroBasket con igual solvencia hasta que un error de Savanovic en el último tiro ante Francia torcía las cosas. Esa derrota, la falta de confianza y los problemas físicos que asolaban al juego exterior terminaban por avivar los fantasmas de un conjunto que se quedaba sin su primer gran objetivo. Superado el mazazo, Dusan Ivkovic decidía continuar dos veranos más, dejando a Serbia clasificada para el Mundial y esbozando un nuevo relevo generacional pero con algunos signos preocupantes.

En esa tesitura, y con la sensación de que aquella medalla de plata llego demasiado pronto, el Strucni Savet elegía a Aleksandar Djordjevic para dirigir a la selección en busca de los Juegos de Rio. Con el Mundial como primera toma de contacto, Djordjevic se ha topado de nuevo con una convocatoria cuanto menos convulsa. Descartados jugadores como Erceg, Savanovic o Macvan en detrimento de Velickovic, la posterior renuncia de éste dejaba la primera polémica así como un preocupante hueco en la posición de cuatro. Por si fuera poco, las sucesivas lesiones de Dangubic, Kuzmic, Lucic, Micic o Nedovic dejaban a Serbia sin cuatro de los jugadores llamados a protagonizar el relevo, mientras que las de Teodosic y Krstic encendían todas las alarmas.

Con los dos últimos en disposición de llegar a la cita española, no todo han sido malas noticias para un cuadro serbio capaz de derrotar en la preparación a equipos de la talla de Croacia o Francia. El enorme progreso de Bogdanovic completa junto a la terna de bases un juego exterior de buen nivel, del que se cae a última hora Micov tras una bronca monumental con Djordjevic que terminó a empujones y con el técnico serbio afirmando que mientras él sea seleccionador el jugador no volverá a vestir la camiseta nacional.

En la pintura, el regreso de Raduljica, ausente desde la plata de Polonia, otorga un relevo de garantías a un Krstic que necesitará ser dosificado. Con Bjelica de hombre orquesta en el puesto de ala-pívot y con un Teodosic en su momento más dulce en años, Serbia mantiene una base con la que competir e intentar arañar alguna sorpresa en los cruces. Un mayor grado de velocidad en el juego sin perder el control del ritmo parece ser por otra parte, el principal objetivo de un Djordjevic que en su debut se esta mostrando exigente desde el primer día.


LA PLANTILLA


MVP de la final de la VTB y a un gran nivel en la preparación hasta su lesión de tobillo, Milos Teodosic volverá a ser el líder de una Serbia en la que siempre ha dado la cara. Ausente por lesión el verano pasado, Teodosic formó parte de los quintetos ideales del EuroBasket 2009 y el Mundial 2010, siendo el único exterior que dio la cara en 2011. Tan irregular como genial, el de Valjevo esta mostrándose mucho más incisivo en las penetraciones y aunque en ocasiones su selección es cuestionable pasa por ser el máximo referente serbio en el tiro. Su facilidad para generárselo en los momentos clave resulta muy útil en un equipo algo falto de dinamita. Creativo, especial y muy cercano a la definición de genio melancólico, la defensa sigue siendo su gran lunar pese a ciertos, y muy esporádicos, signos de mejoría, en especial en las ayudas.

En el polo opuesto, Stefan Markovic aporta rendimiento defensivo, sobriedad y buen tono físico. Buen pasador aunque sin especial creatividad, su falta de tiro exterior es su principal lastre.

Capaz de alternar los puestos de base y escolta, Nicola Jovic es una de las sorpresas de la lista. Grande para el perímetro y de notable envergadura, el jugador del Radnicki pasa por ser un notable defensor. Flojo en el tiro, ofensivamente tiende más a la distribución de juego aunque por piernas y primer paso tiene capacidad para atacar el aro.

Si ya el EuroBasket pasado destacaba por su saber estar, Bogdan Bogdanovic apunta este verano a ser uno de los jugadores nucleares del nuevo proyecto plavi. Competidor puro y de enorme carácter, Bogdanovic sigue progresando en el tiro y sin ser un especialista ha desarrollado una amplia gama de posibilidades que se multiplican en los momentos clave de partido. Buen defensor y de notable primer paso, la lesión de Westerman en el Partizan le llevó a disponer de muchos minutos como base en el equipo de Vujosevic, algo que ha redundado en su capacidad de mando.

Por fin en la selección, Vladimir Micov pasaba por ser uno de los jugadores más regulares de la actual Serbia. Pero todo saltó por los aires a una semana del comienzo del torneo en el amistoso frente a Nueva Zelanda en la Sala Pionir. El jugador tuvo un enfrentamiento dialéctico con Djordjevic que terminaba con el seleccionador mandando a empujones al alero a los vestuarios. Ya en rueda de prensa, el técnico declaraba "La corta carrera de Micov en la selección ha finalizado. En el momento en el que ha lanzando la toalla he decidido dejar de contar con él. No ha querido darse la vuelta cuando me he dirigido a él. Esta camiseta ha sido utilizada por nombres más grandes e importantes que el suyo”. Capaz de alternar los puestos de 2 y de 3, su peso en la rotación parecía asegurado, pero salvo sorpresa su carrera internacional con la selección puede haber terminado por el momento.

Recientemente fichado por el Estrella Roja, Nikola Kalinic repite presencia en la Reprezentacja confirmando su madurez como jugador. Desgarbado y algo acelerado en ocasiones, Kalinic destaca por su continua actividad, sus largas ayudas defensivas y su pelea en el rebote. Sin grandes miramientos a la hora de encarar la canasta, ha progresado en el pase e incluso ampliado su aún insuficiente arsenal de tiro.

Llegado por la puerta de atrás, Marko Simonovic esta opositando a una de las 12 plazas finales con una excelente preparación. Tras un año irregular en el Estrella Roja, el alero de Pristina está destapando su mejor versión recordando al jugador que pasó por el Buducnost. En plena madurez de juego, Simonovic cumple en defensa, explota los cortes y el juego sin balón y tiene suficiente capacidad para encadenar rachas de tiro notables.

Si la presencia de Nemanja Bjelica ya era fundamental, la catarata de ausencias notables en el puesto de 4 ha elevado la categoría del jugador del Fenerbahçe a imprescindible. Definitivamente ubicado en la pista, Bjelica ejerce una libertad absoluta que tan pronto le permite jugar al poste como subir la bola. Absolutamente delicioso cuando goza de ascendencia en el juego, su rango de tiro le convierte en un arma impredecible. Aunque en la preparación Djordjevic le ha probado como tres titular (para luego juegar de 4 el resto de rotaciones), el ex baskonista deberá evitar los problemas de faltas sin perder intensidad defensiva.

Natural de la Vojvodina, Luka Mitrovic no ha encontrado finalmente un hueco entre los 12 jugadores que acudirán a España. Cuatro de perfil moderno y con gusto por jugar de cara al aro, el del Estrella Roja debe mejorar su velocidad de ejecución en un tiro exterior ya correcto. Activo y buen reboteador gracias a sus largos brazos, destaca además por su facilidad para correr la pista.

A medio camino entre el 4-5, Stefan Bircevic ofrece buenas dosis de tiro exterior para el juego interior plavi. Muy coordinado para sus 2'09, Bircevic goza de presencia en el rebote ofensivo y puede hacer daño de dentro hacia fuera, lo que le lleva a forzar muchas faltas. Con capacidad para hacerse grande en defensa, necesita un mayor punto de agresividad y velocidad para ser un factor decisivo en esa parcela.

Esperado hasta el final, no cabe duda que la presencia de Nenad Krstic es fundamental para Serbia. Liberado de las exigencias messinianas de jugar de 4, el pivot de Kraljevo ejercerá de eje del juego ofensivo serbio. Sólido en el poste bajo y con paciencia y recursos para definir, su buena mano en la media distancia y su sólidez en el rebote le convierten en uno de los grandes interiores del torneo. De excelente conexión con Teodosic, en el aire queda la duda de su respuesta en los partidos de más exigencia.

De regreso a la selección, Miroslav Raduljica apunta a ser el principal relevo de Krstic. Señalado por Djordjevic en la preparación por algún error de concentración, el pivot de los Bucks ha de convertirse en un baluarte defensivo. De perfil muy interior, sus buena manos y su uso del cuerpo le granjean puntos en el poste bajo aunque en ocasiones peca de excesiva lentitud en la definición. Buen reboteador, debe leer mejor las ayudas a la hora de doblar hacia los exteriores.

En lenta pero segura progresión, Vladimir Stimac ofrece rendimiento inmediato saliendo del banquillo. Duro e intenso, sus buenas manos y su sentido para el pick and roll le permiten aportar algunas soluciones ofensivas tanto de cara como de espaldas al aro. Con problemas en los libres es a cambio un notable defensor.

A punto de iniciar su carrera europea en el Agor, Dejan Kravic llega a la selección una vez terminada su etapa en Texas Tech. Grande aunque algo carente de fuerza, Kravic sufre en la defensa de jugadores en el poste bajo aunque gracias a su envergadura puede taponar o mostrarse activo en las líneas de pase. Rápido y capaz de poner el balón en el suelo, ofensivamente goza de un interesante juego de pies y un peculiar gancho más efectivo que efectista.


EL ENTRENADOR


Sin duda alguna, una de las grandes novedades que presenta la próxima copa del mundo de baloncesto será la llegada de Sasha Djordjevic al puesto de seleccionador de la selección serbia. De corto recorrido aun en los banquillos, pocas figuras del kosarka serbio pueden emular su consenso, como presentamos en el perfil del histórico ex-jugador que acompaña a esta Guía BasketMe en las siguientes páginas.

Heredero de un Dusan Ivkovic con el que no siempre guardó la mejor relación, Djordjevic llega a un cargo al que se puede decir que parecía predestinado ya desde sus tiempos de jugador y lo hace con un proyecto en el que el principal objetivo parece llegar a los Juegos de Rio pero donde la ambición parece presente desde el primer día.


DATOS, CLAVES Y CURIOSIDADES


EXPERIENCIA MUNDIALISTA: Milos Teodosic, Stefan Markovic, Nemanja Bjelica y Nenad Krstic estuvieron en el Mundial 2010. Como jugador, Aleksander Djordjevic disputó el de 1998 llevándose el oro.

WISH YOU WERE HERE: Factor indispensable a la hora de analizar a Serbia es enumerar sus bajas. A las ausencias de Velickovic, Macvan, Savanovic o Erceg el cuadro plavi ha unido las lesiones de Micic, Dangubic, Lucic, Kuzmic o Nedovic, además de la de Micov por motivos disciplinarios.

RITMO DE JUEGO: Uno de los aspectos en los que más está incidiendo Djordjevic en la preparación es en la adquisición de un mayor ritmo de juego, sin renunciar a las transiciones. Con Krstic recuperado, es probable que Serbia alterne dos biorritmos distintos.

FÍSICO: Pese a la ausencia por lesión de jugadores como Dangubic, Lucic o Nedovic, Serbia presenta un punto más de atleticismo con la progresión de Bogdanovic. La posibilidad de jugar puntualmente con Bjelica de 4 puede ser una opción.

EQUILIBRIO: Consciente de sus limitaciones, Serbia se está manejando muy bien en la parcela ofensiva alternando el juego interior con el exterior.

TIRO EXTERIOR: Sigue siendo uno de los puntos a mejorar. Con Teodosic y Bjelica como lo más cercano a unos especialistas, el crecimiento de Bogdanovic y el acierto que puedan presentar jugadores como Simonovic será fundamental.

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por IVÁN FERNÁNDEZ




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