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Entrenador a posteriori del Radnicki, asistente de Maljkovic en el Limoges o seleccionador de los Emiratos Árabes, la carrera de Bata Djordjevic no se limita a los banquillos llegando a fundar junto a Slobodan “Piva” Ivkovic (el hermano de Dusan) la Asociación Yugoslava de Entrenadores o incluso a presidir en los años 90 el Strucni Savet. Cuenta la leyenda que, pese a esa influencia paterna, el pequeño Sasha crece como aficionado al Partizan por la influencia de su abuelo, e incluso a poco que se rebusque por internet no es difícil encontrar una foto en la que se le ve ondeando la bandera blanquinegra... el día que Marko Simonovic rompía los registros anotadores del derby de Belgrado.

Tal es la influencia que con apenas 10 años Djordjevic pasa ya a formar parte de la historia del kosarka al ser uno de los jugadores que disputa el primer gran torneo de minibasket del país en una Hala Sportova de Nuevo Belgrado que con el tiempo le sería muy familiar . Lo hace defendiendo al Marko Oeskevic su escuela primaria y lo hace además dirigido por Bozidar Maljkovic. Casual o no, esa es la primera influencia para un Aleksandar que con el tiempo habrá de trabajar a las órdenes de buena parte de la élite europea en los banquillos. Tras ese primer eslabón, Djordjevic pasa a formar parte de las categorías inferiores del Radnicki, donde coincide con Nebojsa Ilic a las órdenes de Goran Miljkovic. Por formar físicamente, Sasha comienza a dar muestras de su capacidad de trabajo y sobre todo de su capacidad de mando. Los problemas económicos del club propician la desaparición de buena parte de las categorías inferiores, por lo que Djordjevic pasa a formar parte de la estructura del Estrella Roja. Pese a lo que pueda parecer, el jugador no logra estabilizarse y da el salto al Partizan.

En la otra acera de Belgrado las cosas son muy distintas, y en apenas unas semanas Borislav Dzakovic le hace debutar en el primer equipo. Tras un año irregular, el Partizan de la 84/85 pasa a las manos de Zoran Slavnic, icono del baloncesto setentero y antiguo pupilo de su padre en el Estrella Roja. Bajo la dirección de Slavnic, Djordjevic, con tan sólo 17 años, pasa a formar parte ya de manera definitiva de la primera plantilla del Partizan ganando importancia de manera continuada. El equipo cae en semifinales, resultado que el fichaje de Petar Vilfan y la llegada al banquillo de Vladislav Lucic no pueden superar. Con una madurez impropia de sus años, Djordjevic empieza a destacar por su buen bagaje técnico, su buena dirección y una notable capacidad defensiva. Aún sin en la capacidad de tiro que le haría famoso, Sasha ya protagoniza sus primeros días de acierto ofensivo alcanzando su cénit en la disputada semifinal liguera ante la Cibona, con el recordado 124-123 a la cabeza.

VÍDEO: PARTIZAN-CIBONA 1986 (124-123)
http://youtu.be/z-d9xQZ2lPo


Con Dusko Vujosevic ya al mando, en ese verano de 1986 llegan al Partizan Zarko Paspalj (clave junto a Dusko Ivanovic en el tercer puesto del Buducnost el curso anterior) y un Vlade Divac del que poco más hay que decir. Con Sasha repartiendose el mando con Zeljko Obradovic, la sangre nueva y el rendimiento ofensivo de Goran Grbovic multiplican las opciones de un equipo que acaba por llevarse el título liguero ante el Estrella Roja.

Djordjevic se asoma a su vez a una Europa dentro de una Copa Korac donde consigue alguna de sus mejores actuaciones indiviuales del año: 22 puntos en Zaragoza, 30 en Torino... todo parece ir rodado y la 1987/88 no es una excepción. Aunque de inicio la marcha doméstica no es igual de brillante, el Partizan se convierte en la sensación de la Copa de Europa terminando como líder la liguilla semifinal y entrando por la puerta grande a la Final Four de Gante. Tras caer en las semifinales ante el Maccabi, el Partizan repite final tras eliminar a la Cibona en semifinales. Sin factor pista, los de Belgrado logran trabar el tercer partido sacando de su juego a un Drazen Petrovic que vive su último partido en Yugoslavia en la que es su tercera eliminación consecutiva como local. Al finalizar el encuentro y un tanto desquiciado por la defensa a la que se ha visto expuesto surge la polémica y con ella el supuesto veto en la selección del de Sibenik a Sasha. Sea como sea, el Partizan alcanza de nuevo la final.

VÍDEO: FINAL PARTIZAN-ESTRELLA ROJA 1987
http://youtu.be/cws24xL8fog

VÍDEO: ÚLTIMO PARTIDO DE DRAZEN PETROVIC CON LA CIBONA
http://youtu.be/FHL528tAPk0


Tras sendas victorias locales, la Jugoplastika, con un espléndido Sobin que suma 27 tantos y minimiza a Divac, se proclama vencedora y abre las puertas a su participación en la Copa de Europa. En una época en la que sólo el campeón liguero acude a la máxima competición continental, el título nacional cobra especial relevancia, como bien podían atestiguar la Cibona de 1986 o el Tracer de Milán de 1988, quienes tras proclamarse campeones de Europa no podían defender su condición la temporada siguiente.

A nivel personal, la 1988/89 significa un enorme paso adelante para un Djordjevic al que la baja de Obradovic le confiere un rol mucho más determinante en el aspecto ofensivo. Campeones coperos en Maribor ante la Jugoplastika, los de Belgrado suman el segundo título del año alzándose con la Copa Korac ante el Cantù. Djordjevic supera la veintena de puntos en los dos actos de la final y por si fuera poco resulta clave en el triunfo liguero sobre la Jugoplastik que, a dos jornadas para la final de la fase regular, da la ventaja de campo al Partizan. Tras algunos apuros en unas semis donde los triples de Oliver Popovic y la vuelta de Miroslav Peckarski de USA se antojan clave, el conjunto de Belgrado alcanza la final, donde espera la Jugoplastika.

Con la final programada por primera vez en la historia a cinco partidos, el duelo se antoja determinante no sólo para dirimir la hegemonía en Yugoslavia sino también en Europa… y es aquí donde Zan Tabak acabaría por ser el inesperado actor que acabaría por cambiar el rumbo de la historia. En un partido trabado y más del gusto de los de Split, el primer acto llega a sus dos últimos minutos con 71-70 para el cuadro local, pero un mate de Radja tras un excelente pick and roll con Sretenovic y una canasta de Sobin tras un error de Danilovic colocaban un 71-74 en el marcador. En un tramo final lleno de nervios, el Partizan reduce distancias con dos tiros libres de un Divac que acaba de forzar la quinta falta de Dino Radja. Una gran defensa posterior fuerza a los de Maljkovic a agotar la posesión, por lo que el balón del partido pasa a las manos de un Partizan que de nuevo trata de buscar a Divac, logrando que éste fuerce la eliminación de Sobin. En esa tesitura aparece un Zan Tabak que no había disputado ni un sólo segundo de partido hasta el momento y que tiene la misión de enfrentarse a Divac. Con siete segundos por jugar, el pívot del Partizan lanza un semigancho que tras tocar el aro es barrido por un Tabak que con ese palmeo devuelve el factor pista a la Jugoplastika… en una final que no habría de acabar, ya que en el segundo acto y tras verse 5 abajo, un supuesto monedazo a Divac (la final se jugaba de manera alterna en cada pista) provoca el abandono del Partizan y una posterior sanción que daba por terminada la final.

VÍDEO: PARTIZAN 1988-89
http://youtu.be/beSsh54wl2c


La 1989/90 resulta diametralmente opuesta. Divac y Paspalj se van a la NBA, Danilovic se lesiona y Sasha tiene que realizar el servicio militar, por lo que apenas juega algunos partidos en la Recopa. Un año más tarde, con Djordjevic y Danilovic ya de vuelta, el regreso de Paspalj devuelve la competitividad a un equipo que no obstante no puede plantar cara a un Pop 84 intratable en la que a la postre resulta ser la última final de la liga yugoslava.

Con el trasfondo de la escisión detrás, la 1991/92 parece ser una temporada de transición con Zeljko Obradovic pasando de la pista al banquillo directamente y con el equipo viéndose obligado a jugar la Liga Europea en Fuenlabrada. Además, las salidas de jugadores de la talla de Zarko Paspalj o Miroslav Peckarski no hacen más que agravar la sensación de año de transición. Ya sin equipos croatas y eslovenos, el Partizan suma el doblete nacional con sólo una derrota, cosechada ante un Bosna de Sarajevo cuyo entrenador, el gran Mirza Delibasic, afirma tras el partido que ve a los de Belgrado como futuros campeones de Europa. Junto con Danilovic, Djordjevic queda ya como el jefe absoluto de un conjunto que sin demasiado ruido se cuela en los cuartos de final.

Con un formato de 1-2, el Partizan vuelve a casa para abrir con victoria su eliminatoria ante la Virtus de Bolonia. En el segundo acto, los de Messina igualan la serie con una agónico 61-60 pero en el tercero los de Belgrado consuman la machada colandose en su segunda Final Four. El resto es historia, 82-75 al Milán con 22 tantos de Danilovic y 21 de Djordjevic y nuevo recital en la final con 25 y 23 de la pareja, incluido el triple de un Djordjevic que entra en la historia con una de las canastas más famosas de la historia de la Final Four.

Cerrada la etapa yugoslava, las ofertas se multiplican y Sasha opta por el proyecto que comanda Mike D'Antoni en Milán, al que tanto había martilleado en el curso anterior (al margen de la semifinal, el Partizan ya había vencido en tierras lombardas con otros 23 tantos de Djordjevic). El serbio pasa a vivir la que probablemente es su etapa de mayor esplendor en el juego. El veto a la selección yugoslava y su ausencia de la Copa de Europa esconden para el espectador de estos lares la definitiva explosión de un jugador que se acerca a la definición de total. Rápido y de voracidad anotadora, su tiro se convierte de manera definitiva en letal y sus piernas le permiten auténticas penetraciones suicidas. A todo ello, Djordjevic suma una visión de juego tan notable que en la 1993/94 llega a liderar la LEGA en puntos y asistencias, y todo ello compartiendo perímetro con Riva primero y con Myers o Esposito después.

En esa primera temporada 1992/93, Djordjevic comanda la liga italiana en porcentaje de triples superando el 50% y llevando a la Philips al segundo puesto en la fase regular, pese a lo cual el equipo acaba cayendo en cuartos de final ante el Scavolini de Pesaro haciendo inútiles los 35 tantos de Sasha. Con todo, el año no resulta baldío y los milanistas se alzan con la Copa Korac de manera brillante. 35 puntos, 7 asistencias y 6 rebotes en la vuelta de las semifinales o 38 puntos, 7 asistencias y 6/8 en triples en la vuelta de la final, son sólo algunos de los números del que ya es el mejor base de Europa.

VÍDEO: OLIMPIA MILANO, CAMPEÓN KORAC 1993
http://youtu.be/H2RfbRmMmdo


Con una escuadra más debilitada, la 1993/94 resulta más irregular en el devenir colectivo, que no en el de Djordjevic. En una de las LEGA más exigentes que se recuerde, el base serbio supera los 27 tantos por noche liderando la liga en porcentaje de acierto y en asistencias. En 35 partidos disputados sólo baja de la veintena en tres ocasiones (dos veces 19 y 15) pasando hasta en 10 de los 30 puntos. En la Korac las semifinales son el límte esta vez de los milanistas, que no obstante pelean al final ante un Stefanel que en la vuelta de las semifinales encaja de parte de Sasha hasta 43 tantos con 9/14 en triples (en la ida Djordjevic se había conformado con 35).

Tras esos dos años gloriosos, los problemas ya recurrentes de la escuadra de las zapatillas rojas, llevan a Djordjevic a aceptar la oferta del Fortitudo Bolonia que dirige Sergio Scariolo. El impacto del base serbio es inmediato y en su primer año la "Effe" acaba segunda en la fase regular y alcanza las primeras semifinales de su historia. Un año después, Djordjevic vuelve a liderar la clasificación de asistencias al tiempo que su compañero Carlton Myers comanda la anotación... aunque el serbio no deja de protagonizar alguna que otra explosión anotadora (48 tantos al Varese, 47 al Scavolini...). De nuevo segundos en la fase regular y semifinalistas en la Korac, los de Bolonia dan un paso más y acceden a la primera final de su historia para acabar cayendo en una cerrada eliminatoria ante el Stefanel de Tanjevic, Blackman, Bodiroga, Gentile y Fucka.

Llegado a este punto, Djordjevic opta por probar en la NBA, en lo que es su segunda tentativa. La primera, con los Celtics en 1990, se había frustrado por la intransigencia del Partizan, pero en esta ocasión el de Belgrado logar hacerse un hueco en unos Blazers en los que no obstante apenas logra participar. A mitad de temporada, Djordjevic deja Oregon y llega a Barcelona. Llegado en medio de una fuerte expectación, enseguida justifica su fichaje. Si bien ya no muestra la voracidad anotadora de su etapa en la LEGA, su perfecto dominio del tempo del partido y su instinto ganador en los finales cambian a un Barcelona que a las primeras de cambio ya goza de su sangre fría en la resolución de su debut europeo ante la Virtus de Bolonia. La metamorfosis es tal que el Barça logra alcanzar la final de la Euroliga, aunque en ella Djordjevic se ve superado por David Rivers. Con todo, el año se cierra de manera triunfal y los azulgrana logran convertirse en el primer equipo que alza la ACB sin contar con el factor pista, y lo hacen además derrotando al Madrid en su campo y en el quinto partido.

El paso atrás de Aito, una mala configuración de plantilla y el poco peso de Manel Comas llevan al Barcelona a vivir un año gris y con él la vuelta del propio Aito. Sin excesivo feeling con el técnico madrileño, la 1998/99 supone la última etapa de Djordjevic en un Barcelona del que se despide ganando la Liga y su tercera Copa Korac, previa remontada ante un heroico Estudiantes. Dolido por su salida, opta por reunirse con Scariolo de nuevo en un Real Madrid que tres años después devuelve la moneda de alzarse con la liga como visitante en el quinto partido y en la pista del eterno rival. Pese a la lógica bajada de rendimiento Djordjevic es el líder del cuadro blanco y su imagen saltando en el Palau se convierte en una de las icónicas de la historia de la ACB.

Tras ese éxito, la carrera de Djordjevic entra en su recta final. Dos años más sin títulos en el Madrid y la vuelta a la LEGA. Ya en su ocaso, Sasha aún resulta clave para que el Scavolini sea subcampeón copero y un año después Milano lo sea de la LEGA.

Tal y como lo define Juanan Hinojo en el imprescindible “Sueños Robados. El baloncesto yugoslavo”: “Hábil, astuto, intuitivo, en su periodo de máximo esplendor alcanzó un grado de perfección técnica, tanto en el bote como en el lanzamiento que le sitúa en lo más alto de un hipotético ranking de elegancia. Uno de los mejores tiradores de la historia del baloncesto europeo y, posiblemente, el mejor en lanzamientos bajo presión. Killer”.


REPREZENTACIJA


Tradición familiar, una excelsa carrera a nivel de club, carácter ganador... pese a todos los ingredientes citados, la trascendencia de Sasha Djordjevic no puede terminar de entenderse sin su paso por las distintas selecciones yugoslavas.

Fuera del radar en categoría cadete, la primera aparición oficial de Sasha Djordjevic llega en el Preuropeo junior del 84. De la mano de Rusmir Halilovic, el base de Belgrado participa en Estambul en la fase de clasificación para el Europeo de Suecia. Con sólo una derrota, ante los anfitriones el último día, Yugoslavia certifica su pase a un torneo en el que se colgará el bronce aunque ya sin la presencia de un Djordjevic que ya en el Preeuropeo tiene una presencia testimonial entre los Pavicevic, Perasovic, Paspalj o Nakic. Tan sólo un año después, y con Goran Miljkovic en el banco, Djordjevic repite convocatoria junior en el equipo que disputa los Juegos de los Balcanes. Oro sin conocer la derrota, Yugoslavia tiene en Djordjevic a su máximo anotador con 135 puntos, 83 más que un Ilic que es el segundo máximo realizador del equipo. Meses más tarde, y con Svetislav Pesic como entrenador, Djordjevic repite en los Juegos Balcánicos senior sumando un nuevo oro, aunque con un papel lógicamente algo menos preponderante en un conjunto en el que sobresale su compañero en el Partizan Danko Cvjeticanin junto a nombres como Stojko Vrankovic, Slobo Jankovic o el genial Mario Primorac.

En la recta final del año, y tras participar en la preseleccion para la Universiada de Kobe, Kresimir Cosic cita a Djordjevic para disputar tres amistosos, en uno de los cuales endosa 29 puntos a Cuba. 1986 trae, al margen de una pequeña decepción en los Juegos de los Balcanes, el primer gran éxito de un Sasha Djordjevic que bajo las órdenes de Pesic se cuelga la medalla de oro en el Europeo de Gmunden. Junto a los Kukoc, Radja, Divac o Ilic (máximo anotador plavi), Sasha destaca en la dirección de un grupo histórico que tan sólo un año después tocará el cielo alzándose con el Mundial tras derrotar a USA en el inolvidable torneo de Bormio. Ese mismo verano de 1987, y no sin suspense, Djordjevic entra en la selección de Cosic para el EuroBasket de Atenas. Con una presencia testimonial, aprovecha su hueco para endosar 20 puntos a Rumania y acaba por tener un papel preponderante en el partido por el bronce.

VÍDEO: ESPAÑA-YUGOSLAVIA (ATENAS 1987)
http://youtu.be/mZsQ1MrafkA


Con todo a favor para convertirse en un fijo, Djordjevic no volvería a un gran torneo hasta el EuroBasket de 1991. La llegada de Dusan Ivkovic al cargo de seleccionador y el supuesto veto de Drazen Petrovic suscitan una polémica en torno a un jugador que brilla en el Partizan pero que no encuentra hueco en la Reprezentacija. Entre medias, Sasha suma un nuevo oro en los Juegos de los Balcanes de 1988. Coincidencia, o no, la ausencia de Drazen en Roma devuelve a Djordjevic a un gran torneo, siendo parte del oro que despide a una de las mejores selecciones de la historia.

Convocado para el Preolímpico de 1992, la sanción a Yugoslavia abre un periodo de casi tres años que se rompe de manera triunfal en 1995. La vuelta de los plavi tiene lugar en Bulgaria en el torneo de repesca para el EuroBasket de Atenas. Con cinco participantes, se disputa en modo liguilla y los dos primeros clasificados acceden a la fase final. Con más nervios y apuros de los previstos, Yugoslavia (ya sólo formada por Serbia y Montenegro) abre su participación necesitando de una prórroga para imponerse al cuadro local. La dureza del primer envite no resulta profética y Yugoslavia encadena trece triunfos para acabar colgándose el oro en una final memorable ante Lituania. Recordada como una de las mejores finales de la historia, la final de 1995 tiene muchos protagonistas pero ninguno como un Djordjevic que cierra un EuroBasket algo irregular con una exhibición que incluye 41 puntos y 9 triples (récords a día de hoy).

VÍDEO: YUGOSLAVIA-LITUANIA (1995)
http://youtu.be/xddMTa_tC94


Un año después, en los Juegos de Atlanta Yugoslavia arranca el torneo haciendo gala de un baloncesto cuasi superlativo. 91 puntos a Australia, 118 a Corea, 101 a Brasil, 97 a Puerto Rico y hasta 128 a China en cuartos atestiguan el salto ofensivo de una escuadra que se planta invicta en semifinales. Allí, de nuevo es Lituania el rival y aunque el partido transcurre por unos lances muy distintos a los de Atenas, el fin es el mismo. Ya en la final, la selección que dirige Obradovic afronta el reto de enfrentarse a USA s¡n la presencia de Zoran Savic. Pese a todo, durante más de 16 minutos se mantiene por delante e incluso a falta de poco más de 10 una canasta del propio Djordjevic deja el marcador en un sólo punto de diferencia. Finalmente, la eliminación de Divac y el desplome físico hacen el resto. Con todo, la medalla de plata es un nuevo éxito incuestionable.

Tras el éxito en los Juegos, Yugoslavia afronta el EuroBasket de España sin Paspalj ni Divac y con un Djordjevic que ya es definitivamente el líder de los plavi. Tras un arranque plácido ante Polonia, en la segunda jornada Yugoslavia cae ante la Italia de Messina pese a los 29 tantos de un Sasha que vuelve a superar la veintena en el siguiente choque ante Letonia. Con todo, el momento más recordado de ese torneo llega en la segunda jornada de la segunda fase. Por primera vez, Yugoslavia y Croacia cruzan sus caminos y lo hacen en situaciones inesperadas. Si la derrota ante Italia cuestiona a Yugoslavia, en el lado croata las cosas son bastante peores. Huérfanos de sus principales estrellas (faltan Kukoc, Radja, Komazec, Perasovic o Tabak), los croatas afrontan el partido como un cara a cruz ya que una derrota les deja fuera del torneo. El partido resulta tenso y trabado. Con Rimas como estilete ofensivo, los croatas acarician el triunfo pero en el último instante, y en una jugada que recuerda a la final de Estambul, Sasha Djordjevic da la vuelta al partido con un triple definitivo.

VÍDEO: TRIPLE DE DJORDJEVIC A CROACIA (1997)
http://youtu.be/RKsQuzL5aHs


Tras deshacerse de Lituania una vez más, esta vez en cuartos, y de Grecia, Yugoslavia se planta en una final donde espera Italia. Hija de su época, la final del EuroBasket transcurre por derroteros de baja anotación y basket-control que derivan en un nuevo oro para Yugoslavia. A la alegría del título, Djordjevic suma el hecho de ser elegido como MVP del torneo. El último servicio del de Belgrado a la Reprezentacija llega en el Mundial de 1998. Duda hasta última hora por problemas físicos, Sasha viaja por el torneo de menos a más para acabar siendo fundamental en cuartos de final ante Argentina, y en definitiva completando su palmarés con una nueva medalla de oro.


BANQUILLOS


Con poca experiencia hasta la fecha, la carrera en los banquillos de Sasha Djordjevic contaba hasta la fecha con dos etapas bien marcadas. Sin casi transición de su etapa como jugador, coge la batuta del Armani Milán en plena 2005/06 sustituyendo a Lino Lardo. En su debut europeo, Djordjevic cambia la cara a los lombardos venciendo a un Maccabi que llega como vigente campeón por 23 puntos, aunque finalmente el techo de los milanistas llega en los cuartos de final ligueros.

En la 2006/07 el técnico serbio logra colarse en las semifinales de la LEGA. Expresivo, intenso y con rotaciones nada dogmáticas, Djordjevic ofrecía una cara relativamente controladora. Con un juego más dinámico, la segunda etapa del hoy seleccionador serbio llegaría en la temporada 2011/12, haciéndose cargo de una Benetton Treviso herida de muerte en la que seria su última temporada en la élite. El undécimo puesto sería el límite de un equipo que no obstante dejaba entrever unas señas de identidad cuanto menos interesantes.

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por IVÁN FERNÁNDE" /> DESCARGA GRATIS LA GUÍA BASKETME COPA DEL MUNDO 2014

Entrenador a posteriori del Radnicki, asistente de Maljkovic en el Limoges o seleccionador de los Emiratos Árabes, la carrera de Bata Djordjevic no se limita a los banquillos llegando a fundar junto a Slobodan “Piva” Ivkovic (el hermano de Dusan) la Asociación Yugoslava de Entrenadores o incluso a presidir en los años 90 el Strucni Savet. Cuenta la leyenda que, pese a esa influencia paterna, el pequeño Sasha crece como aficionado al Partizan por la influencia de su abuelo, e incluso a poco que se rebusque por internet no es difícil encontrar una foto en la que se le ve ondeando la bandera blanquinegra... el día que Marko Simonovic rompía los registros anotadores del derby de Belgrado.

Tal es la influencia que con apenas 10 años Djordjevic pasa ya a formar parte de la historia del kosarka al ser uno de los jugadores que disputa el primer gran torneo de minibasket del país en una Hala Sportova de Nuevo Belgrado que con el tiempo le sería muy familiar . Lo hace defendiendo al Marko Oeskevic su escuela primaria y lo hace además dirigido por Bozidar Maljkovic. Casual o no, esa es la primera influencia para un Aleksandar que con el tiempo habrá de trabajar a las órdenes de buena parte de la élite europea en los banquillos. Tras ese primer eslabón, Djordjevic pasa a formar parte de las categorías inferiores del Radnicki, donde coincide con Nebojsa Ilic a las órdenes de Goran Miljkovic. Por formar físicamente, Sasha comienza a dar muestras de su capacidad de trabajo y sobre todo de su capacidad de mando. Los problemas económicos del club propician la desaparición de buena parte de las categorías inferiores, por lo que Djordjevic pasa a formar parte de la estructura del Estrella Roja. Pese a lo que pueda parecer, el jugador no logra estabilizarse y da el salto al Partizan.

En la otra acera de Belgrado las cosas son muy distintas, y en apenas unas semanas Borislav Dzakovic le hace debutar en el primer equipo. Tras un año irregular, el Partizan de la 84/85 pasa a las manos de Zoran Slavnic, icono del baloncesto setentero y antiguo pupilo de su padre en el Estrella Roja. Bajo la dirección de Slavnic, Djordjevic, con tan sólo 17 años, pasa a formar parte ya de manera definitiva de la primera plantilla del Partizan ganando importancia de manera continuada. El equipo cae en semifinales, resultado que el fichaje de Petar Vilfan y la llegada al banquillo de Vladislav Lucic no pueden superar. Con una madurez impropia de sus años, Djordjevic empieza a destacar por su buen bagaje técnico, su buena dirección y una notable capacidad defensiva. Aún sin en la capacidad de tiro que le haría famoso, Sasha ya protagoniza sus primeros días de acierto ofensivo alcanzando su cénit en la disputada semifinal liguera ante la Cibona, con el recordado 124-123 a la cabeza.

VÍDEO: PARTIZAN-CIBONA 1986 (124-123)
http://youtu.be/z-d9xQZ2lPo


Con Dusko Vujosevic ya al mando, en ese verano de 1986 llegan al Partizan Zarko Paspalj (clave junto a Dusko Ivanovic en el tercer puesto del Buducnost el curso anterior) y un Vlade Divac del que poco más hay que decir. Con Sasha repartiendose el mando con Zeljko Obradovic, la sangre nueva y el rendimiento ofensivo de Goran Grbovic multiplican las opciones de un equipo que acaba por llevarse el título liguero ante el Estrella Roja.

Djordjevic se asoma a su vez a una Europa dentro de una Copa Korac donde consigue alguna de sus mejores actuaciones indiviuales del año: 22 puntos en Zaragoza, 30 en Torino... todo parece ir rodado y la 1987/88 no es una excepción. Aunque de inicio la marcha doméstica no es igual de brillante, el Partizan se convierte en la sensación de la Copa de Europa terminando como líder la liguilla semifinal y entrando por la puerta grande a la Final Four de Gante. Tras caer en las semifinales ante el Maccabi, el Partizan repite final tras eliminar a la Cibona en semifinales. Sin factor pista, los de Belgrado logran trabar el tercer partido sacando de su juego a un Drazen Petrovic que vive su último partido en Yugoslavia en la que es su tercera eliminación consecutiva como local. Al finalizar el encuentro y un tanto desquiciado por la defensa a la que se ha visto expuesto surge la polémica y con ella el supuesto veto en la selección del de Sibenik a Sasha. Sea como sea, el Partizan alcanza de nuevo la final.

VÍDEO: FINAL PARTIZAN-ESTRELLA ROJA 1987
http://youtu.be/cws24xL8fog

VÍDEO: ÚLTIMO PARTIDO DE DRAZEN PETROVIC CON LA CIBONA
http://youtu.be/FHL528tAPk0


Tras sendas victorias locales, la Jugoplastika, con un espléndido Sobin que suma 27 tantos y minimiza a Divac, se proclama vencedora y abre las puertas a su participación en la Copa de Europa. En una época en la que sólo el campeón liguero acude a la máxima competición continental, el título nacional cobra especial relevancia, como bien podían atestiguar la Cibona de 1986 o el Tracer de Milán de 1988, quienes tras proclamarse campeones de Europa no podían defender su condición la temporada siguiente.

A nivel personal, la 1988/89 significa un enorme paso adelante para un Djordjevic al que la baja de Obradovic le confiere un rol mucho más determinante en el aspecto ofensivo. Campeones coperos en Maribor ante la Jugoplastika, los de Belgrado suman el segundo título del año alzándose con la Copa Korac ante el Cantù. Djordjevic supera la veintena de puntos en los dos actos de la final y por si fuera poco resulta clave en el triunfo liguero sobre la Jugoplastik que, a dos jornadas para la final de la fase regular, da la ventaja de campo al Partizan. Tras algunos apuros en unas semis donde los triples de Oliver Popovic y la vuelta de Miroslav Peckarski de USA se antojan clave, el conjunto de Belgrado alcanza la final, donde espera la Jugoplastika.

Con la final programada por primera vez en la historia a cinco partidos, el duelo se antoja determinante no sólo para dirimir la hegemonía en Yugoslavia sino también en Europa… y es aquí donde Zan Tabak acabaría por ser el inesperado actor que acabaría por cambiar el rumbo de la historia. En un partido trabado y más del gusto de los de Split, el primer acto llega a sus dos últimos minutos con 71-70 para el cuadro local, pero un mate de Radja tras un excelente pick and roll con Sretenovic y una canasta de Sobin tras un error de Danilovic colocaban un 71-74 en el marcador. En un tramo final lleno de nervios, el Partizan reduce distancias con dos tiros libres de un Divac que acaba de forzar la quinta falta de Dino Radja. Una gran defensa posterior fuerza a los de Maljkovic a agotar la posesión, por lo que el balón del partido pasa a las manos de un Partizan que de nuevo trata de buscar a Divac, logrando que éste fuerce la eliminación de Sobin. En esa tesitura aparece un Zan Tabak que no había disputado ni un sólo segundo de partido hasta el momento y que tiene la misión de enfrentarse a Divac. Con siete segundos por jugar, el pívot del Partizan lanza un semigancho que tras tocar el aro es barrido por un Tabak que con ese palmeo devuelve el factor pista a la Jugoplastika… en una final que no habría de acabar, ya que en el segundo acto y tras verse 5 abajo, un supuesto monedazo a Divac (la final se jugaba de manera alterna en cada pista) provoca el abandono del Partizan y una posterior sanción que daba por terminada la final.

VÍDEO: PARTIZAN 1988-89
http://youtu.be/beSsh54wl2c


La 1989/90 resulta diametralmente opuesta. Divac y Paspalj se van a la NBA, Danilovic se lesiona y Sasha tiene que realizar el servicio militar, por lo que apenas juega algunos partidos en la Recopa. Un año más tarde, con Djordjevic y Danilovic ya de vuelta, el regreso de Paspalj devuelve la competitividad a un equipo que no obstante no puede plantar cara a un Pop 84 intratable en la que a la postre resulta ser la última final de la liga yugoslava.

Con el trasfondo de la escisión detrás, la 1991/92 parece ser una temporada de transición con Zeljko Obradovic pasando de la pista al banquillo directamente y con el equipo viéndose obligado a jugar la Liga Europea en Fuenlabrada. Además, las salidas de jugadores de la talla de Zarko Paspalj o Miroslav Peckarski no hacen más que agravar la sensación de año de transición. Ya sin equipos croatas y eslovenos, el Partizan suma el doblete nacional con sólo una derrota, cosechada ante un Bosna de Sarajevo cuyo entrenador, el gran Mirza Delibasic, afirma tras el partido que ve a los de Belgrado como futuros campeones de Europa. Junto con Danilovic, Djordjevic queda ya como el jefe absoluto de un conjunto que sin demasiado ruido se cuela en los cuartos de final.

Con un formato de 1-2, el Partizan vuelve a casa para abrir con victoria su eliminatoria ante la Virtus de Bolonia. En el segundo acto, los de Messina igualan la serie con una agónico 61-60 pero en el tercero los de Belgrado consuman la machada colandose en su segunda Final Four. El resto es historia, 82-75 al Milán con 22 tantos de Danilovic y 21 de Djordjevic y nuevo recital en la final con 25 y 23 de la pareja, incluido el triple de un Djordjevic que entra en la historia con una de las canastas más famosas de la historia de la Final Four.

Cerrada la etapa yugoslava, las ofertas se multiplican y Sasha opta por el proyecto que comanda Mike D'Antoni en Milán, al que tanto había martilleado en el curso anterior (al margen de la semifinal, el Partizan ya había vencido en tierras lombardas con otros 23 tantos de Djordjevic). El serbio pasa a vivir la que probablemente es su etapa de mayor esplendor en el juego. El veto a la selección yugoslava y su ausencia de la Copa de Europa esconden para el espectador de estos lares la definitiva explosión de un jugador que se acerca a la definición de total. Rápido y de voracidad anotadora, su tiro se convierte de manera definitiva en letal y sus piernas le permiten auténticas penetraciones suicidas. A todo ello, Djordjevic suma una visión de juego tan notable que en la 1993/94 llega a liderar la LEGA en puntos y asistencias, y todo ello compartiendo perímetro con Riva primero y con Myers o Esposito después.

En esa primera temporada 1992/93, Djordjevic comanda la liga italiana en porcentaje de triples superando el 50% y llevando a la Philips al segundo puesto en la fase regular, pese a lo cual el equipo acaba cayendo en cuartos de final ante el Scavolini de Pesaro haciendo inútiles los 35 tantos de Sasha. Con todo, el año no resulta baldío y los milanistas se alzan con la Copa Korac de manera brillante. 35 puntos, 7 asistencias y 6 rebotes en la vuelta de las semifinales o 38 puntos, 7 asistencias y 6/8 en triples en la vuelta de la final, son sólo algunos de los números del que ya es el mejor base de Europa.

VÍDEO: OLIMPIA MILANO, CAMPEÓN KORAC 1993
http://youtu.be/H2RfbRmMmdo


Con una escuadra más debilitada, la 1993/94 resulta más irregular en el devenir colectivo, que no en el de Djordjevic. En una de las LEGA más exigentes que se recuerde, el base serbio supera los 27 tantos por noche liderando la liga en porcentaje de acierto y en asistencias. En 35 partidos disputados sólo baja de la veintena en tres ocasiones (dos veces 19 y 15) pasando hasta en 10 de los 30 puntos. En la Korac las semifinales son el límte esta vez de los milanistas, que no obstante pelean al final ante un Stefanel que en la vuelta de las semifinales encaja de parte de Sasha hasta 43 tantos con 9/14 en triples (en la ida Djordjevic se había conformado con 35).

Tras esos dos años gloriosos, los problemas ya recurrentes de la escuadra de las zapatillas rojas, llevan a Djordjevic a aceptar la oferta del Fortitudo Bolonia que dirige Sergio Scariolo. El impacto del base serbio es inmediato y en su primer año la "Effe" acaba segunda en la fase regular y alcanza las primeras semifinales de su historia. Un año después, Djordjevic vuelve a liderar la clasificación de asistencias al tiempo que su compañero Carlton Myers comanda la anotación... aunque el serbio no deja de protagonizar alguna que otra explosión anotadora (48 tantos al Varese, 47 al Scavolini...). De nuevo segundos en la fase regular y semifinalistas en la Korac, los de Bolonia dan un paso más y acceden a la primera final de su historia para acabar cayendo en una cerrada eliminatoria ante el Stefanel de Tanjevic, Blackman, Bodiroga, Gentile y Fucka.

Llegado a este punto, Djordjevic opta por probar en la NBA, en lo que es su segunda tentativa. La primera, con los Celtics en 1990, se había frustrado por la intransigencia del Partizan, pero en esta ocasión el de Belgrado logar hacerse un hueco en unos Blazers en los que no obstante apenas logra participar. A mitad de temporada, Djordjevic deja Oregon y llega a Barcelona. Llegado en medio de una fuerte expectación, enseguida justifica su fichaje. Si bien ya no muestra la voracidad anotadora de su etapa en la LEGA, su perfecto dominio del tempo del partido y su instinto ganador en los finales cambian a un Barcelona que a las primeras de cambio ya goza de su sangre fría en la resolución de su debut europeo ante la Virtus de Bolonia. La metamorfosis es tal que el Barça logra alcanzar la final de la Euroliga, aunque en ella Djordjevic se ve superado por David Rivers. Con todo, el año se cierra de manera triunfal y los azulgrana logran convertirse en el primer equipo que alza la ACB sin contar con el factor pista, y lo hacen además derrotando al Madrid en su campo y en el quinto partido.

El paso atrás de Aito, una mala configuración de plantilla y el poco peso de Manel Comas llevan al Barcelona a vivir un año gris y con él la vuelta del propio Aito. Sin excesivo feeling con el técnico madrileño, la 1998/99 supone la última etapa de Djordjevic en un Barcelona del que se despide ganando la Liga y su tercera Copa Korac, previa remontada ante un heroico Estudiantes. Dolido por su salida, opta por reunirse con Scariolo de nuevo en un Real Madrid que tres años después devuelve la moneda de alzarse con la liga como visitante en el quinto partido y en la pista del eterno rival. Pese a la lógica bajada de rendimiento Djordjevic es el líder del cuadro blanco y su imagen saltando en el Palau se convierte en una de las icónicas de la historia de la ACB.

Tras ese éxito, la carrera de Djordjevic entra en su recta final. Dos años más sin títulos en el Madrid y la vuelta a la LEGA. Ya en su ocaso, Sasha aún resulta clave para que el Scavolini sea subcampeón copero y un año después Milano lo sea de la LEGA.

Tal y como lo define Juanan Hinojo en el imprescindible “Sueños Robados. El baloncesto yugoslavo”: “Hábil, astuto, intuitivo, en su periodo de máximo esplendor alcanzó un grado de perfección técnica, tanto en el bote como en el lanzamiento que le sitúa en lo más alto de un hipotético ranking de elegancia. Uno de los mejores tiradores de la historia del baloncesto europeo y, posiblemente, el mejor en lanzamientos bajo presión. Killer”.


REPREZENTACIJA


Tradición familiar, una excelsa carrera a nivel de club, carácter ganador... pese a todos los ingredientes citados, la trascendencia de Sasha Djordjevic no puede terminar de entenderse sin su paso por las distintas selecciones yugoslavas.

Fuera del radar en categoría cadete, la primera aparición oficial de Sasha Djordjevic llega en el Preuropeo junior del 84. De la mano de Rusmir Halilovic, el base de Belgrado participa en Estambul en la fase de clasificación para el Europeo de Suecia. Con sólo una derrota, ante los anfitriones el último día, Yugoslavia certifica su pase a un torneo en el que se colgará el bronce aunque ya sin la presencia de un Djordjevic que ya en el Preeuropeo tiene una presencia testimonial entre los Pavicevic, Perasovic, Paspalj o Nakic. Tan sólo un año después, y con Goran Miljkovic en el banco, Djordjevic repite convocatoria junior en el equipo que disputa los Juegos de los Balcanes. Oro sin conocer la derrota, Yugoslavia tiene en Djordjevic a su máximo anotador con 135 puntos, 83 más que un Ilic que es el segundo máximo realizador del equipo. Meses más tarde, y con Svetislav Pesic como entrenador, Djordjevic repite en los Juegos Balcánicos senior sumando un nuevo oro, aunque con un papel lógicamente algo menos preponderante en un conjunto en el que sobresale su compañero en el Partizan Danko Cvjeticanin junto a nombres como Stojko Vrankovic, Slobo Jankovic o el genial Mario Primorac.

En la recta final del año, y tras participar en la preseleccion para la Universiada de Kobe, Kresimir Cosic cita a Djordjevic para disputar tres amistosos, en uno de los cuales endosa 29 puntos a Cuba. 1986 trae, al margen de una pequeña decepción en los Juegos de los Balcanes, el primer gran éxito de un Sasha Djordjevic que bajo las órdenes de Pesic se cuelga la medalla de oro en el Europeo de Gmunden. Junto a los Kukoc, Radja, Divac o Ilic (máximo anotador plavi), Sasha destaca en la dirección de un grupo histórico que tan sólo un año después tocará el cielo alzándose con el Mundial tras derrotar a USA en el inolvidable torneo de Bormio. Ese mismo verano de 1987, y no sin suspense, Djordjevic entra en la selección de Cosic para el EuroBasket de Atenas. Con una presencia testimonial, aprovecha su hueco para endosar 20 puntos a Rumania y acaba por tener un papel preponderante en el partido por el bronce.

VÍDEO: ESPAÑA-YUGOSLAVIA (ATENAS 1987)
http://youtu.be/mZsQ1MrafkA


Con todo a favor para convertirse en un fijo, Djordjevic no volvería a un gran torneo hasta el EuroBasket de 1991. La llegada de Dusan Ivkovic al cargo de seleccionador y el supuesto veto de Drazen Petrovic suscitan una polémica en torno a un jugador que brilla en el Partizan pero que no encuentra hueco en la Reprezentacija. Entre medias, Sasha suma un nuevo oro en los Juegos de los Balcanes de 1988. Coincidencia, o no, la ausencia de Drazen en Roma devuelve a Djordjevic a un gran torneo, siendo parte del oro que despide a una de las mejores selecciones de la historia.

Convocado para el Preolímpico de 1992, la sanción a Yugoslavia abre un periodo de casi tres años que se rompe de manera triunfal en 1995. La vuelta de los plavi tiene lugar en Bulgaria en el torneo de repesca para el EuroBasket de Atenas. Con cinco participantes, se disputa en modo liguilla y los dos primeros clasificados acceden a la fase final. Con más nervios y apuros de los previstos, Yugoslavia (ya sólo formada por Serbia y Montenegro) abre su participación necesitando de una prórroga para imponerse al cuadro local. La dureza del primer envite no resulta profética y Yugoslavia encadena trece triunfos para acabar colgándose el oro en una final memorable ante Lituania. Recordada como una de las mejores finales de la historia, la final de 1995 tiene muchos protagonistas pero ninguno como un Djordjevic que cierra un EuroBasket algo irregular con una exhibición que incluye 41 puntos y 9 triples (récords a día de hoy).

VÍDEO: YUGOSLAVIA-LITUANIA (1995)
http://youtu.be/xddMTa_tC94


Un año después, en los Juegos de Atlanta Yugoslavia arranca el torneo haciendo gala de un baloncesto cuasi superlativo. 91 puntos a Australia, 118 a Corea, 101 a Brasil, 97 a Puerto Rico y hasta 128 a China en cuartos atestiguan el salto ofensivo de una escuadra que se planta invicta en semifinales. Allí, de nuevo es Lituania el rival y aunque el partido transcurre por unos lances muy distintos a los de Atenas, el fin es el mismo. Ya en la final, la selección que dirige Obradovic afronta el reto de enfrentarse a USA s¡n la presencia de Zoran Savic. Pese a todo, durante más de 16 minutos se mantiene por delante e incluso a falta de poco más de 10 una canasta del propio Djordjevic deja el marcador en un sólo punto de diferencia. Finalmente, la eliminación de Divac y el desplome físico hacen el resto. Con todo, la medalla de plata es un nuevo éxito incuestionable.

Tras el éxito en los Juegos, Yugoslavia afronta el EuroBasket de España sin Paspalj ni Divac y con un Djordjevic que ya es definitivamente el líder de los plavi. Tras un arranque plácido ante Polonia, en la segunda jornada Yugoslavia cae ante la Italia de Messina pese a los 29 tantos de un Sasha que vuelve a superar la veintena en el siguiente choque ante Letonia. Con todo, el momento más recordado de ese torneo llega en la segunda jornada de la segunda fase. Por primera vez, Yugoslavia y Croacia cruzan sus caminos y lo hacen en situaciones inesperadas. Si la derrota ante Italia cuestiona a Yugoslavia, en el lado croata las cosas son bastante peores. Huérfanos de sus principales estrellas (faltan Kukoc, Radja, Komazec, Perasovic o Tabak), los croatas afrontan el partido como un cara a cruz ya que una derrota les deja fuera del torneo. El partido resulta tenso y trabado. Con Rimas como estilete ofensivo, los croatas acarician el triunfo pero en el último instante, y en una jugada que recuerda a la final de Estambul, Sasha Djordjevic da la vuelta al partido con un triple definitivo.

VÍDEO: TRIPLE DE DJORDJEVIC A CROACIA (1997)
http://youtu.be/RKsQuzL5aHs


Tras deshacerse de Lituania una vez más, esta vez en cuartos, y de Grecia, Yugoslavia se planta en una final donde espera Italia. Hija de su época, la final del EuroBasket transcurre por derroteros de baja anotación y basket-control que derivan en un nuevo oro para Yugoslavia. A la alegría del título, Djordjevic suma el hecho de ser elegido como MVP del torneo. El último servicio del de Belgrado a la Reprezentacija llega en el Mundial de 1998. Duda hasta última hora por problemas físicos, Sasha viaja por el torneo de menos a más para acabar siendo fundamental en cuartos de final ante Argentina, y en definitiva completando su palmarés con una nueva medalla de oro.


BANQUILLOS


Con poca experiencia hasta la fecha, la carrera en los banquillos de Sasha Djordjevic contaba hasta la fecha con dos etapas bien marcadas. Sin casi transición de su etapa como jugador, coge la batuta del Armani Milán en plena 2005/06 sustituyendo a Lino Lardo. En su debut europeo, Djordjevic cambia la cara a los lombardos venciendo a un Maccabi que llega como vigente campeón por 23 puntos, aunque finalmente el techo de los milanistas llega en los cuartos de final ligueros.

En la 2006/07 el técnico serbio logra colarse en las semifinales de la LEGA. Expresivo, intenso y con rotaciones nada dogmáticas, Djordjevic ofrecía una cara relativamente controladora. Con un juego más dinámico, la segunda etapa del hoy seleccionador serbio llegaría en la temporada 2011/12, haciéndose cargo de una Benetton Treviso herida de muerte en la que seria su última temporada en la élite. El undécimo puesto sería el límite de un equipo que no obstante dejaba entrever unas señas de identidad cuanto menos interesantes.

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por IVÁN FERNÁNDE" data-page-subject="true" />
 
 
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Copa del Mundo 2014: El perfil de Aleksandar Djordjevic, por Iván Fernández
BasketMe  | 29.08.2014 - 18:31h.
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Repasar la historia baloncestística de Sasha Djordjevic equivale a repasar una parte fundamental del baloncesto serbio e incluso europeo. Integrado desde niño en un ambiente baloncestistico, el pequeño Sasha crece mientras su padre Bratislav se convierte en una institución en los banquillos. Dirigiendo al Estrella Roja, Bata Djordjevic logra la Copa del 71 y un año después alcanza el título liguero en un partido de desempate ante una Jugoplastika que semanas atrás se había quedado a un paso del título de campeón de Europa. Slavnic, Simonovic, Rakocevic o Kapicic forman una escuadra que al margen de sus éxitos locales logra alcanzar la final de la Recopa de 1972 (derrota ante el Simenthal Milano de Rubini) o las semifinales de la Copa de Europa del 73.

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Entrenador a posteriori del Radnicki, asistente de Maljkovic en el Limoges o seleccionador de los Emiratos Árabes, la carrera de Bata Djordjevic no se limita a los banquillos llegando a fundar junto a Slobodan “Piva” Ivkovic (el hermano de Dusan) la Asociación Yugoslava de Entrenadores o incluso a presidir en los años 90 el Strucni Savet. Cuenta la leyenda que, pese a esa influencia paterna, el pequeño Sasha crece como aficionado al Partizan por la influencia de su abuelo, e incluso a poco que se rebusque por internet no es difícil encontrar una foto en la que se le ve ondeando la bandera blanquinegra... el día que Marko Simonovic rompía los registros anotadores del derby de Belgrado.

Tal es la influencia que con apenas 10 años Djordjevic pasa ya a formar parte de la historia del kosarka al ser uno de los jugadores que disputa el primer gran torneo de minibasket del país en una Hala Sportova de Nuevo Belgrado que con el tiempo le sería muy familiar . Lo hace defendiendo al Marko Oeskevic su escuela primaria y lo hace además dirigido por Bozidar Maljkovic. Casual o no, esa es la primera influencia para un Aleksandar que con el tiempo habrá de trabajar a las órdenes de buena parte de la élite europea en los banquillos. Tras ese primer eslabón, Djordjevic pasa a formar parte de las categorías inferiores del Radnicki, donde coincide con Nebojsa Ilic a las órdenes de Goran Miljkovic. Por formar físicamente, Sasha comienza a dar muestras de su capacidad de trabajo y sobre todo de su capacidad de mando. Los problemas económicos del club propician la desaparición de buena parte de las categorías inferiores, por lo que Djordjevic pasa a formar parte de la estructura del Estrella Roja. Pese a lo que pueda parecer, el jugador no logra estabilizarse y da el salto al Partizan.

En la otra acera de Belgrado las cosas son muy distintas, y en apenas unas semanas Borislav Dzakovic le hace debutar en el primer equipo. Tras un año irregular, el Partizan de la 84/85 pasa a las manos de Zoran Slavnic, icono del baloncesto setentero y antiguo pupilo de su padre en el Estrella Roja. Bajo la dirección de Slavnic, Djordjevic, con tan sólo 17 años, pasa a formar parte ya de manera definitiva de la primera plantilla del Partizan ganando importancia de manera continuada. El equipo cae en semifinales, resultado que el fichaje de Petar Vilfan y la llegada al banquillo de Vladislav Lucic no pueden superar. Con una madurez impropia de sus años, Djordjevic empieza a destacar por su buen bagaje técnico, su buena dirección y una notable capacidad defensiva. Aún sin en la capacidad de tiro que le haría famoso, Sasha ya protagoniza sus primeros días de acierto ofensivo alcanzando su cénit en la disputada semifinal liguera ante la Cibona, con el recordado 124-123 a la cabeza.

VÍDEO: PARTIZAN-CIBONA 1986 (124-123)
http://youtu.be/z-d9xQZ2lPo


Con Dusko Vujosevic ya al mando, en ese verano de 1986 llegan al Partizan Zarko Paspalj (clave junto a Dusko Ivanovic en el tercer puesto del Buducnost el curso anterior) y un Vlade Divac del que poco más hay que decir. Con Sasha repartiendose el mando con Zeljko Obradovic, la sangre nueva y el rendimiento ofensivo de Goran Grbovic multiplican las opciones de un equipo que acaba por llevarse el título liguero ante el Estrella Roja.

Djordjevic se asoma a su vez a una Europa dentro de una Copa Korac donde consigue alguna de sus mejores actuaciones indiviuales del año: 22 puntos en Zaragoza, 30 en Torino... todo parece ir rodado y la 1987/88 no es una excepción. Aunque de inicio la marcha doméstica no es igual de brillante, el Partizan se convierte en la sensación de la Copa de Europa terminando como líder la liguilla semifinal y entrando por la puerta grande a la Final Four de Gante. Tras caer en las semifinales ante el Maccabi, el Partizan repite final tras eliminar a la Cibona en semifinales. Sin factor pista, los de Belgrado logran trabar el tercer partido sacando de su juego a un Drazen Petrovic que vive su último partido en Yugoslavia en la que es su tercera eliminación consecutiva como local. Al finalizar el encuentro y un tanto desquiciado por la defensa a la que se ha visto expuesto surge la polémica y con ella el supuesto veto en la selección del de Sibenik a Sasha. Sea como sea, el Partizan alcanza de nuevo la final.

VÍDEO: FINAL PARTIZAN-ESTRELLA ROJA 1987
http://youtu.be/cws24xL8fog

VÍDEO: ÚLTIMO PARTIDO DE DRAZEN PETROVIC CON LA CIBONA
http://youtu.be/FHL528tAPk0


Tras sendas victorias locales, la Jugoplastika, con un espléndido Sobin que suma 27 tantos y minimiza a Divac, se proclama vencedora y abre las puertas a su participación en la Copa de Europa. En una época en la que sólo el campeón liguero acude a la máxima competición continental, el título nacional cobra especial relevancia, como bien podían atestiguar la Cibona de 1986 o el Tracer de Milán de 1988, quienes tras proclamarse campeones de Europa no podían defender su condición la temporada siguiente.

A nivel personal, la 1988/89 significa un enorme paso adelante para un Djordjevic al que la baja de Obradovic le confiere un rol mucho más determinante en el aspecto ofensivo. Campeones coperos en Maribor ante la Jugoplastika, los de Belgrado suman el segundo título del año alzándose con la Copa Korac ante el Cantù. Djordjevic supera la veintena de puntos en los dos actos de la final y por si fuera poco resulta clave en el triunfo liguero sobre la Jugoplastik que, a dos jornadas para la final de la fase regular, da la ventaja de campo al Partizan. Tras algunos apuros en unas semis donde los triples de Oliver Popovic y la vuelta de Miroslav Peckarski de USA se antojan clave, el conjunto de Belgrado alcanza la final, donde espera la Jugoplastika.

Con la final programada por primera vez en la historia a cinco partidos, el duelo se antoja determinante no sólo para dirimir la hegemonía en Yugoslavia sino también en Europa… y es aquí donde Zan Tabak acabaría por ser el inesperado actor que acabaría por cambiar el rumbo de la historia. En un partido trabado y más del gusto de los de Split, el primer acto llega a sus dos últimos minutos con 71-70 para el cuadro local, pero un mate de Radja tras un excelente pick and roll con Sretenovic y una canasta de Sobin tras un error de Danilovic colocaban un 71-74 en el marcador. En un tramo final lleno de nervios, el Partizan reduce distancias con dos tiros libres de un Divac que acaba de forzar la quinta falta de Dino Radja. Una gran defensa posterior fuerza a los de Maljkovic a agotar la posesión, por lo que el balón del partido pasa a las manos de un Partizan que de nuevo trata de buscar a Divac, logrando que éste fuerce la eliminación de Sobin. En esa tesitura aparece un Zan Tabak que no había disputado ni un sólo segundo de partido hasta el momento y que tiene la misión de enfrentarse a Divac. Con siete segundos por jugar, el pívot del Partizan lanza un semigancho que tras tocar el aro es barrido por un Tabak que con ese palmeo devuelve el factor pista a la Jugoplastika… en una final que no habría de acabar, ya que en el segundo acto y tras verse 5 abajo, un supuesto monedazo a Divac (la final se jugaba de manera alterna en cada pista) provoca el abandono del Partizan y una posterior sanción que daba por terminada la final.

VÍDEO: PARTIZAN 1988-89
http://youtu.be/beSsh54wl2c


La 1989/90 resulta diametralmente opuesta. Divac y Paspalj se van a la NBA, Danilovic se lesiona y Sasha tiene que realizar el servicio militar, por lo que apenas juega algunos partidos en la Recopa. Un año más tarde, con Djordjevic y Danilovic ya de vuelta, el regreso de Paspalj devuelve la competitividad a un equipo que no obstante no puede plantar cara a un Pop 84 intratable en la que a la postre resulta ser la última final de la liga yugoslava.

Con el trasfondo de la escisión detrás, la 1991/92 parece ser una temporada de transición con Zeljko Obradovic pasando de la pista al banquillo directamente y con el equipo viéndose obligado a jugar la Liga Europea en Fuenlabrada. Además, las salidas de jugadores de la talla de Zarko Paspalj o Miroslav Peckarski no hacen más que agravar la sensación de año de transición. Ya sin equipos croatas y eslovenos, el Partizan suma el doblete nacional con sólo una derrota, cosechada ante un Bosna de Sarajevo cuyo entrenador, el gran Mirza Delibasic, afirma tras el partido que ve a los de Belgrado como futuros campeones de Europa. Junto con Danilovic, Djordjevic queda ya como el jefe absoluto de un conjunto que sin demasiado ruido se cuela en los cuartos de final.

Con un formato de 1-2, el Partizan vuelve a casa para abrir con victoria su eliminatoria ante la Virtus de Bolonia. En el segundo acto, los de Messina igualan la serie con una agónico 61-60 pero en el tercero los de Belgrado consuman la machada colandose en su segunda Final Four. El resto es historia, 82-75 al Milán con 22 tantos de Danilovic y 21 de Djordjevic y nuevo recital en la final con 25 y 23 de la pareja, incluido el triple de un Djordjevic que entra en la historia con una de las canastas más famosas de la historia de la Final Four.

Cerrada la etapa yugoslava, las ofertas se multiplican y Sasha opta por el proyecto que comanda Mike D'Antoni en Milán, al que tanto había martilleado en el curso anterior (al margen de la semifinal, el Partizan ya había vencido en tierras lombardas con otros 23 tantos de Djordjevic). El serbio pasa a vivir la que probablemente es su etapa de mayor esplendor en el juego. El veto a la selección yugoslava y su ausencia de la Copa de Europa esconden para el espectador de estos lares la definitiva explosión de un jugador que se acerca a la definición de total. Rápido y de voracidad anotadora, su tiro se convierte de manera definitiva en letal y sus piernas le permiten auténticas penetraciones suicidas. A todo ello, Djordjevic suma una visión de juego tan notable que en la 1993/94 llega a liderar la LEGA en puntos y asistencias, y todo ello compartiendo perímetro con Riva primero y con Myers o Esposito después.

En esa primera temporada 1992/93, Djordjevic comanda la liga italiana en porcentaje de triples superando el 50% y llevando a la Philips al segundo puesto en la fase regular, pese a lo cual el equipo acaba cayendo en cuartos de final ante el Scavolini de Pesaro haciendo inútiles los 35 tantos de Sasha. Con todo, el año no resulta baldío y los milanistas se alzan con la Copa Korac de manera brillante. 35 puntos, 7 asistencias y 6 rebotes en la vuelta de las semifinales o 38 puntos, 7 asistencias y 6/8 en triples en la vuelta de la final, son sólo algunos de los números del que ya es el mejor base de Europa.

VÍDEO: OLIMPIA MILANO, CAMPEÓN KORAC 1993
http://youtu.be/H2RfbRmMmdo


Con una escuadra más debilitada, la 1993/94 resulta más irregular en el devenir colectivo, que no en el de Djordjevic. En una de las LEGA más exigentes que se recuerde, el base serbio supera los 27 tantos por noche liderando la liga en porcentaje de acierto y en asistencias. En 35 partidos disputados sólo baja de la veintena en tres ocasiones (dos veces 19 y 15) pasando hasta en 10 de los 30 puntos. En la Korac las semifinales son el límte esta vez de los milanistas, que no obstante pelean al final ante un Stefanel que en la vuelta de las semifinales encaja de parte de Sasha hasta 43 tantos con 9/14 en triples (en la ida Djordjevic se había conformado con 35).

Tras esos dos años gloriosos, los problemas ya recurrentes de la escuadra de las zapatillas rojas, llevan a Djordjevic a aceptar la oferta del Fortitudo Bolonia que dirige Sergio Scariolo. El impacto del base serbio es inmediato y en su primer año la "Effe" acaba segunda en la fase regular y alcanza las primeras semifinales de su historia. Un año después, Djordjevic vuelve a liderar la clasificación de asistencias al tiempo que su compañero Carlton Myers comanda la anotación... aunque el serbio no deja de protagonizar alguna que otra explosión anotadora (48 tantos al Varese, 47 al Scavolini...). De nuevo segundos en la fase regular y semifinalistas en la Korac, los de Bolonia dan un paso más y acceden a la primera final de su historia para acabar cayendo en una cerrada eliminatoria ante el Stefanel de Tanjevic, Blackman, Bodiroga, Gentile y Fucka.

Llegado a este punto, Djordjevic opta por probar en la NBA, en lo que es su segunda tentativa. La primera, con los Celtics en 1990, se había frustrado por la intransigencia del Partizan, pero en esta ocasión el de Belgrado logar hacerse un hueco en unos Blazers en los que no obstante apenas logra participar. A mitad de temporada, Djordjevic deja Oregon y llega a Barcelona. Llegado en medio de una fuerte expectación, enseguida justifica su fichaje. Si bien ya no muestra la voracidad anotadora de su etapa en la LEGA, su perfecto dominio del tempo del partido y su instinto ganador en los finales cambian a un Barcelona que a las primeras de cambio ya goza de su sangre fría en la resolución de su debut europeo ante la Virtus de Bolonia. La metamorfosis es tal que el Barça logra alcanzar la final de la Euroliga, aunque en ella Djordjevic se ve superado por David Rivers. Con todo, el año se cierra de manera triunfal y los azulgrana logran convertirse en el primer equipo que alza la ACB sin contar con el factor pista, y lo hacen además derrotando al Madrid en su campo y en el quinto partido.

El paso atrás de Aito, una mala configuración de plantilla y el poco peso de Manel Comas llevan al Barcelona a vivir un año gris y con él la vuelta del propio Aito. Sin excesivo feeling con el técnico madrileño, la 1998/99 supone la última etapa de Djordjevic en un Barcelona del que se despide ganando la Liga y su tercera Copa Korac, previa remontada ante un heroico Estudiantes. Dolido por su salida, opta por reunirse con Scariolo de nuevo en un Real Madrid que tres años después devuelve la moneda de alzarse con la liga como visitante en el quinto partido y en la pista del eterno rival. Pese a la lógica bajada de rendimiento Djordjevic es el líder del cuadro blanco y su imagen saltando en el Palau se convierte en una de las icónicas de la historia de la ACB.

Tras ese éxito, la carrera de Djordjevic entra en su recta final. Dos años más sin títulos en el Madrid y la vuelta a la LEGA. Ya en su ocaso, Sasha aún resulta clave para que el Scavolini sea subcampeón copero y un año después Milano lo sea de la LEGA.

Tal y como lo define Juanan Hinojo en el imprescindible “Sueños Robados. El baloncesto yugoslavo”: “Hábil, astuto, intuitivo, en su periodo de máximo esplendor alcanzó un grado de perfección técnica, tanto en el bote como en el lanzamiento que le sitúa en lo más alto de un hipotético ranking de elegancia. Uno de los mejores tiradores de la historia del baloncesto europeo y, posiblemente, el mejor en lanzamientos bajo presión. Killer”.


REPREZENTACIJA


Tradición familiar, una excelsa carrera a nivel de club, carácter ganador... pese a todos los ingredientes citados, la trascendencia de Sasha Djordjevic no puede terminar de entenderse sin su paso por las distintas selecciones yugoslavas.

Fuera del radar en categoría cadete, la primera aparición oficial de Sasha Djordjevic llega en el Preuropeo junior del 84. De la mano de Rusmir Halilovic, el base de Belgrado participa en Estambul en la fase de clasificación para el Europeo de Suecia. Con sólo una derrota, ante los anfitriones el último día, Yugoslavia certifica su pase a un torneo en el que se colgará el bronce aunque ya sin la presencia de un Djordjevic que ya en el Preeuropeo tiene una presencia testimonial entre los Pavicevic, Perasovic, Paspalj o Nakic. Tan sólo un año después, y con Goran Miljkovic en el banco, Djordjevic repite convocatoria junior en el equipo que disputa los Juegos de los Balcanes. Oro sin conocer la derrota, Yugoslavia tiene en Djordjevic a su máximo anotador con 135 puntos, 83 más que un Ilic que es el segundo máximo realizador del equipo. Meses más tarde, y con Svetislav Pesic como entrenador, Djordjevic repite en los Juegos Balcánicos senior sumando un nuevo oro, aunque con un papel lógicamente algo menos preponderante en un conjunto en el que sobresale su compañero en el Partizan Danko Cvjeticanin junto a nombres como Stojko Vrankovic, Slobo Jankovic o el genial Mario Primorac.

En la recta final del año, y tras participar en la preseleccion para la Universiada de Kobe, Kresimir Cosic cita a Djordjevic para disputar tres amistosos, en uno de los cuales endosa 29 puntos a Cuba. 1986 trae, al margen de una pequeña decepción en los Juegos de los Balcanes, el primer gran éxito de un Sasha Djordjevic que bajo las órdenes de Pesic se cuelga la medalla de oro en el Europeo de Gmunden. Junto a los Kukoc, Radja, Divac o Ilic (máximo anotador plavi), Sasha destaca en la dirección de un grupo histórico que tan sólo un año después tocará el cielo alzándose con el Mundial tras derrotar a USA en el inolvidable torneo de Bormio. Ese mismo verano de 1987, y no sin suspense, Djordjevic entra en la selección de Cosic para el EuroBasket de Atenas. Con una presencia testimonial, aprovecha su hueco para endosar 20 puntos a Rumania y acaba por tener un papel preponderante en el partido por el bronce.

VÍDEO: ESPAÑA-YUGOSLAVIA (ATENAS 1987)
http://youtu.be/mZsQ1MrafkA


Con todo a favor para convertirse en un fijo, Djordjevic no volvería a un gran torneo hasta el EuroBasket de 1991. La llegada de Dusan Ivkovic al cargo de seleccionador y el supuesto veto de Drazen Petrovic suscitan una polémica en torno a un jugador que brilla en el Partizan pero que no encuentra hueco en la Reprezentacija. Entre medias, Sasha suma un nuevo oro en los Juegos de los Balcanes de 1988. Coincidencia, o no, la ausencia de Drazen en Roma devuelve a Djordjevic a un gran torneo, siendo parte del oro que despide a una de las mejores selecciones de la historia.

Convocado para el Preolímpico de 1992, la sanción a Yugoslavia abre un periodo de casi tres años que se rompe de manera triunfal en 1995. La vuelta de los plavi tiene lugar en Bulgaria en el torneo de repesca para el EuroBasket de Atenas. Con cinco participantes, se disputa en modo liguilla y los dos primeros clasificados acceden a la fase final. Con más nervios y apuros de los previstos, Yugoslavia (ya sólo formada por Serbia y Montenegro) abre su participación necesitando de una prórroga para imponerse al cuadro local. La dureza del primer envite no resulta profética y Yugoslavia encadena trece triunfos para acabar colgándose el oro en una final memorable ante Lituania. Recordada como una de las mejores finales de la historia, la final de 1995 tiene muchos protagonistas pero ninguno como un Djordjevic que cierra un EuroBasket algo irregular con una exhibición que incluye 41 puntos y 9 triples (récords a día de hoy).

VÍDEO: YUGOSLAVIA-LITUANIA (1995)
http://youtu.be/xddMTa_tC94


Un año después, en los Juegos de Atlanta Yugoslavia arranca el torneo haciendo gala de un baloncesto cuasi superlativo. 91 puntos a Australia, 118 a Corea, 101 a Brasil, 97 a Puerto Rico y hasta 128 a China en cuartos atestiguan el salto ofensivo de una escuadra que se planta invicta en semifinales. Allí, de nuevo es Lituania el rival y aunque el partido transcurre por unos lances muy distintos a los de Atenas, el fin es el mismo. Ya en la final, la selección que dirige Obradovic afronta el reto de enfrentarse a USA s¡n la presencia de Zoran Savic. Pese a todo, durante más de 16 minutos se mantiene por delante e incluso a falta de poco más de 10 una canasta del propio Djordjevic deja el marcador en un sólo punto de diferencia. Finalmente, la eliminación de Divac y el desplome físico hacen el resto. Con todo, la medalla de plata es un nuevo éxito incuestionable.

Tras el éxito en los Juegos, Yugoslavia afronta el EuroBasket de España sin Paspalj ni Divac y con un Djordjevic que ya es definitivamente el líder de los plavi. Tras un arranque plácido ante Polonia, en la segunda jornada Yugoslavia cae ante la Italia de Messina pese a los 29 tantos de un Sasha que vuelve a superar la veintena en el siguiente choque ante Letonia. Con todo, el momento más recordado de ese torneo llega en la segunda jornada de la segunda fase. Por primera vez, Yugoslavia y Croacia cruzan sus caminos y lo hacen en situaciones inesperadas. Si la derrota ante Italia cuestiona a Yugoslavia, en el lado croata las cosas son bastante peores. Huérfanos de sus principales estrellas (faltan Kukoc, Radja, Komazec, Perasovic o Tabak), los croatas afrontan el partido como un cara a cruz ya que una derrota les deja fuera del torneo. El partido resulta tenso y trabado. Con Rimas como estilete ofensivo, los croatas acarician el triunfo pero en el último instante, y en una jugada que recuerda a la final de Estambul, Sasha Djordjevic da la vuelta al partido con un triple definitivo.

VÍDEO: TRIPLE DE DJORDJEVIC A CROACIA (1997)
http://youtu.be/RKsQuzL5aHs


Tras deshacerse de Lituania una vez más, esta vez en cuartos, y de Grecia, Yugoslavia se planta en una final donde espera Italia. Hija de su época, la final del EuroBasket transcurre por derroteros de baja anotación y basket-control que derivan en un nuevo oro para Yugoslavia. A la alegría del título, Djordjevic suma el hecho de ser elegido como MVP del torneo. El último servicio del de Belgrado a la Reprezentacija llega en el Mundial de 1998. Duda hasta última hora por problemas físicos, Sasha viaja por el torneo de menos a más para acabar siendo fundamental en cuartos de final ante Argentina, y en definitiva completando su palmarés con una nueva medalla de oro.


BANQUILLOS


Con poca experiencia hasta la fecha, la carrera en los banquillos de Sasha Djordjevic contaba hasta la fecha con dos etapas bien marcadas. Sin casi transición de su etapa como jugador, coge la batuta del Armani Milán en plena 2005/06 sustituyendo a Lino Lardo. En su debut europeo, Djordjevic cambia la cara a los lombardos venciendo a un Maccabi que llega como vigente campeón por 23 puntos, aunque finalmente el techo de los milanistas llega en los cuartos de final ligueros.

En la 2006/07 el técnico serbio logra colarse en las semifinales de la LEGA. Expresivo, intenso y con rotaciones nada dogmáticas, Djordjevic ofrecía una cara relativamente controladora. Con un juego más dinámico, la segunda etapa del hoy seleccionador serbio llegaría en la temporada 2011/12, haciéndose cargo de una Benetton Treviso herida de muerte en la que seria su última temporada en la élite. El undécimo puesto sería el límite de un equipo que no obstante dejaba entrever unas señas de identidad cuanto menos interesantes.

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por IVÁN FERNÁNDEZ




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