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En esta ocasión, el evento en cuestión es ni más ni menos que un Mundial, y además tendremos la suerte de disfrutarlo bien cerca pues somos los encargados de organizarlo. El mundo del baloncesto girará en torno a nuestro país y durante esas semanas, como anfitriones, presentaremos nuestras mejores galas en todas y cada una de las sedes. Los propios jugadores tienen marcada en el calendario esta cita desde hace ya bastante tiempo.

Aunque sea inevitable pensar en USA, y más cuando el combinado norteamericano se presenta sin algunas de sus principales estrellas (lo que se aprecia sobre todo en la pintura), focalizar este torneo en una hipotética final frente a ellos sería un error tan evidente que a buen seguro nuestros jugadores, que si algo atesoran es experiencia y "tablas" en estas lides, no van a cometer, máxime si se tiene en cuenta que ya en la fase de grupos nos veremos las caras, entre otras, con selecciones como Francia (vigente campeona de Europa) o Serbia. Cuando en cada entrevista se pregunta por USA, la ya tan manida frase de "partido a partido" cobra todo su sentido, lo que no es óbice para que los técnicos no pueden reservar algún recurso táctico para ocasiones especiales.

No se puede negar que jugar el Mundial en casa es un factor muy importante a tener en cuenta. Despreciar este hecho sería casi tanto como hacerlo del factor cancha en unos playoff. Ahora bien, una situación a priori favorable puede, mal llevada o encauzada, hacer perder la concentración en lo realmente importante e incluso conducir a una sobreexcitación o a un clima de precipitación cuando se presenten dificultades. Tal vez no esté de más revisar el EuroBasket 2007.

Pocas novedades presenta la convocatoria para este torneo lo cual, en este caso particular, lejos de evidenciar, como en algunos casos ocurre, la preeminencia del nombre frente al mérito, la existencia de un bloque sólido que con el paso de los años sigue manteniendo e incluso mejorando su nivel. Pocas selecciones pueden presumir de ello y es un valor añadido en torneos de selecciones.


LA DIRECCIÓN


La selección puede presumir de contar con un ramillete de directores de juego de un nivel muy elevado, con la ventaja adicional, antes expuesta, que supone el hecho de que todos ellos están ya habituados a coincidir en convocatorias anteriores, lo que garantiza una buena conexión entre ellos.

Empezando por el más veterano, José Manuel Calderón es un histórico de la selección que ha hecho carrera en la NBA, en la que lleva asentado ya casi una década rindiendo con gran regularidad. En los últimos campeonatos hemos podido ver a un Calderón encargado de ligar el juego de sus compañeros, con la habilidad pocas veces reconocida de aportar en cada momento exactamente lo que el equipo más necesita, siempre bajo la premisa de dar un nivel defensivo elevado.

Su compañero en este rol es Ricky Rubio, un base extraordinariamente joven (23 años) pero que, dado su temprano debut, es parte importante de esta selección ya desde los Juegos Olímpicos de 2008. Recuperado de su grave lesión, su madurez como jugador no ha desactivado su enorme talento para el juego, capacidad para ver opciones imposibles y extraordinaria facilidad para el robo de balón e interceptar líneas de pase. Aunque repetimos que estamos ante un puesto ampliamente cubierto, Ricky está llamado a ser el base de la selección, la referencia desde ese puesto, especialmente cuando el equipo trate de subir un punto la intensidad defensiva y correr.

Para cerrar esta posición, volvemos al baloncesto europeo (al más alto nivel dentro del mismo) para hablar de Sergio Rodríguez. Su juego permite completar el de sus compañeros con un talento ofensivo más intenso y explosivo, como alternativa a un baloncesto más controlado y un argumento importante que exponer cuando se precise cambiar el ritmo del partido. A la vista de lo anterior, no será extraño ver al jugador del Real Madrid coincidir algunos minutos en pista con otro base.


EL PERÍMETRO


Aunque pueda resultar significativo a la vista de los nombres que se manejan (y eso habla muy bien de nuestra selección), es la línea que más dudas ofrece de cara al campeonato.

Juan Carlos Navarro lleva siendo capital en esta selección durante toda su próspera carrera deportiva. Sus "bombas" y su letal lanzamiento de tres puntos han sacado a esta selección de muchos apuros y la han llevado a conseguir éxitos en momentos en los que la bola quemaba. Ahí siempre aparece "Juanki". Sin embargo, sus reiterados problemas físicos le han lastrado hacia una preocupante falta de regularidad en su juego y la incertidumbre de saber en qué condiciones llega a un campeonato en el que se juegan muchos partidos en pocos días y con una exigencia física muy elevada. Seguramente veremos a un jugador más dosificado.

Continuamos con esta posición con Sergio Llull. Aunque en el Real Madrid juega principalmente como base, en la selección jugará de escolta. Jugador muy físico, eleva la intensidad defensiva exterior, ayuda en el rebote, etc., si bien en ataque peca de cierta precipitación que no obstante ha dejado canastas decisivas.

La principal referencia exterior apunta hacia un Rudy Fernández que poco a poco ha pasado de ser ese jugador atlético y talentoso capaz de volar hacia canastas imposibles, y gran tirador, a ser mucho más completo y sacrificado para el equipo, que asume generosamente un desgaste defensivo y en el rebote enorme, a costa de su propio lucimiento personal. El problema se encuentra en su estado físico: sus molestias, sin impedirle participar, le vienen condicionando demasiado. Y aunque siempre suponen un problema, en esta ocasión es especialmente delicado dado que el perímetro de la selección es el aspecto a priori más débil de ésta de cara a este torneo.

Los tres anteriores asumirán la mayoría de los minutos. El único alero alto de la selección es Víctor Claver, un jugador con unas cualidades físicas casi únicas pero que no parece encontrar su sitio ni en la NBA ni en la propia selección. Su imponente planta física conduce incluso al debate de si su juego no debe (ha debido) evolucionar hacia la posición de cuatro. Sea como fuere, se espera que algún día pueda ofrecer el nivel que se le supone y consolidarse en el puesto de la selección que más ha cambiado en estos años tras el paso de jugadores tan fiables como Carlos Jiménez o Alex Mumbrú. Confiemos cuanto menos en que pueda aportar minutos de calidad.

Cierra el juego exterior el joven Álex Abrines. Tras una primera temporada en la ACB en Unicaja y dos en el Barça, el joven alero mallorquín, cuyo estilo recuerda mucho a Rudy a su edad, parece haber encontrado un sitio en la rotación del equipo catalán y un hueco en la selección. Aunque en principio llega como último hombre en la rotación, el estado físico de algunos compañeros puede darle un protagonismo mayor del esperado. Es más, el propio Abrines ha tenido problemas que han obligado al seleccionador a contar más tiempo de lo esperado con la generosa aportación de Pau Ribas y de Dani Díez.


LA PINTURA


Sin duda alguna es el auténtico punto fuerte de la selección. Volvemos a disfrutar un campeonato más de los hermanos Gasol.

Pau Gasol, descansado, estrenando franquicia y con ganas de reivindicarse tras un año difícil, y Marc Gasol, asentado ya como pívot dominador en las canchas de la mejor liga del mundo. Ambos están llamados a liderar el torneo. Es imposible para cualquier rival no pensar en ellos. Defensas cerradas y las continuas ayudas dejarán un sinfín de oportunidades para nuestros exteriores. Sobre ellos girará todo el juego de España.

Les acompaña Serge Ibaka, un jugador que, a su extraordinaria capacidad para defender, taponar y rebotear se le une un mejor uso de los recursos ofensivos. Otro pívot ya asentado en la selección.

Cierra el juego interior uno de los líderes de esta selección: Felipe Reyes. Con menos minutos y un rol complementario de los tres anteriores, Felipe siempre encuentra la forma de sumar y aportar en cada acción, especialmente en los momentos de mayor presión y dificultad, lo que le hace aún más valioso.


LOS TÉCNICOS


Tras la alargada sombra que dejaron Pepu, Aíto García Reneses y Sergio Scariolo, Juan Antonio Orenga y su equipo tienen ante sí un reto muy complicado, a la par que ilusionante: demostrar ser las personas idóneas para comandar a una de las selecciones favoritas, llamada a pelear por el título. El contrapunto lo pone el nivel de exigencia, tan elevado que sólo resulta comparable a de USA.

Intensidad defensiva, juego rápido y ritmos de partido elevados son ya señas de identidad de una selección que atrae y gusta mucho al aficionado.

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por JUAN CARLOS SÁNCHE" /> DESCARGA GRATIS LA GUÍA BASKETME COPA DEL MUNDO 2014

En esta ocasión, el evento en cuestión es ni más ni menos que un Mundial, y además tendremos la suerte de disfrutarlo bien cerca pues somos los encargados de organizarlo. El mundo del baloncesto girará en torno a nuestro país y durante esas semanas, como anfitriones, presentaremos nuestras mejores galas en todas y cada una de las sedes. Los propios jugadores tienen marcada en el calendario esta cita desde hace ya bastante tiempo.

Aunque sea inevitable pensar en USA, y más cuando el combinado norteamericano se presenta sin algunas de sus principales estrellas (lo que se aprecia sobre todo en la pintura), focalizar este torneo en una hipotética final frente a ellos sería un error tan evidente que a buen seguro nuestros jugadores, que si algo atesoran es experiencia y "tablas" en estas lides, no van a cometer, máxime si se tiene en cuenta que ya en la fase de grupos nos veremos las caras, entre otras, con selecciones como Francia (vigente campeona de Europa) o Serbia. Cuando en cada entrevista se pregunta por USA, la ya tan manida frase de "partido a partido" cobra todo su sentido, lo que no es óbice para que los técnicos no pueden reservar algún recurso táctico para ocasiones especiales.

No se puede negar que jugar el Mundial en casa es un factor muy importante a tener en cuenta. Despreciar este hecho sería casi tanto como hacerlo del factor cancha en unos playoff. Ahora bien, una situación a priori favorable puede, mal llevada o encauzada, hacer perder la concentración en lo realmente importante e incluso conducir a una sobreexcitación o a un clima de precipitación cuando se presenten dificultades. Tal vez no esté de más revisar el EuroBasket 2007.

Pocas novedades presenta la convocatoria para este torneo lo cual, en este caso particular, lejos de evidenciar, como en algunos casos ocurre, la preeminencia del nombre frente al mérito, la existencia de un bloque sólido que con el paso de los años sigue manteniendo e incluso mejorando su nivel. Pocas selecciones pueden presumir de ello y es un valor añadido en torneos de selecciones.


LA DIRECCIÓN


La selección puede presumir de contar con un ramillete de directores de juego de un nivel muy elevado, con la ventaja adicional, antes expuesta, que supone el hecho de que todos ellos están ya habituados a coincidir en convocatorias anteriores, lo que garantiza una buena conexión entre ellos.

Empezando por el más veterano, José Manuel Calderón es un histórico de la selección que ha hecho carrera en la NBA, en la que lleva asentado ya casi una década rindiendo con gran regularidad. En los últimos campeonatos hemos podido ver a un Calderón encargado de ligar el juego de sus compañeros, con la habilidad pocas veces reconocida de aportar en cada momento exactamente lo que el equipo más necesita, siempre bajo la premisa de dar un nivel defensivo elevado.

Su compañero en este rol es Ricky Rubio, un base extraordinariamente joven (23 años) pero que, dado su temprano debut, es parte importante de esta selección ya desde los Juegos Olímpicos de 2008. Recuperado de su grave lesión, su madurez como jugador no ha desactivado su enorme talento para el juego, capacidad para ver opciones imposibles y extraordinaria facilidad para el robo de balón e interceptar líneas de pase. Aunque repetimos que estamos ante un puesto ampliamente cubierto, Ricky está llamado a ser el base de la selección, la referencia desde ese puesto, especialmente cuando el equipo trate de subir un punto la intensidad defensiva y correr.

Para cerrar esta posición, volvemos al baloncesto europeo (al más alto nivel dentro del mismo) para hablar de Sergio Rodríguez. Su juego permite completar el de sus compañeros con un talento ofensivo más intenso y explosivo, como alternativa a un baloncesto más controlado y un argumento importante que exponer cuando se precise cambiar el ritmo del partido. A la vista de lo anterior, no será extraño ver al jugador del Real Madrid coincidir algunos minutos en pista con otro base.


EL PERÍMETRO


Aunque pueda resultar significativo a la vista de los nombres que se manejan (y eso habla muy bien de nuestra selección), es la línea que más dudas ofrece de cara al campeonato.

Juan Carlos Navarro lleva siendo capital en esta selección durante toda su próspera carrera deportiva. Sus "bombas" y su letal lanzamiento de tres puntos han sacado a esta selección de muchos apuros y la han llevado a conseguir éxitos en momentos en los que la bola quemaba. Ahí siempre aparece "Juanki". Sin embargo, sus reiterados problemas físicos le han lastrado hacia una preocupante falta de regularidad en su juego y la incertidumbre de saber en qué condiciones llega a un campeonato en el que se juegan muchos partidos en pocos días y con una exigencia física muy elevada. Seguramente veremos a un jugador más dosificado.

Continuamos con esta posición con Sergio Llull. Aunque en el Real Madrid juega principalmente como base, en la selección jugará de escolta. Jugador muy físico, eleva la intensidad defensiva exterior, ayuda en el rebote, etc., si bien en ataque peca de cierta precipitación que no obstante ha dejado canastas decisivas.

La principal referencia exterior apunta hacia un Rudy Fernández que poco a poco ha pasado de ser ese jugador atlético y talentoso capaz de volar hacia canastas imposibles, y gran tirador, a ser mucho más completo y sacrificado para el equipo, que asume generosamente un desgaste defensivo y en el rebote enorme, a costa de su propio lucimiento personal. El problema se encuentra en su estado físico: sus molestias, sin impedirle participar, le vienen condicionando demasiado. Y aunque siempre suponen un problema, en esta ocasión es especialmente delicado dado que el perímetro de la selección es el aspecto a priori más débil de ésta de cara a este torneo.

Los tres anteriores asumirán la mayoría de los minutos. El único alero alto de la selección es Víctor Claver, un jugador con unas cualidades físicas casi únicas pero que no parece encontrar su sitio ni en la NBA ni en la propia selección. Su imponente planta física conduce incluso al debate de si su juego no debe (ha debido) evolucionar hacia la posición de cuatro. Sea como fuere, se espera que algún día pueda ofrecer el nivel que se le supone y consolidarse en el puesto de la selección que más ha cambiado en estos años tras el paso de jugadores tan fiables como Carlos Jiménez o Alex Mumbrú. Confiemos cuanto menos en que pueda aportar minutos de calidad.

Cierra el juego exterior el joven Álex Abrines. Tras una primera temporada en la ACB en Unicaja y dos en el Barça, el joven alero mallorquín, cuyo estilo recuerda mucho a Rudy a su edad, parece haber encontrado un sitio en la rotación del equipo catalán y un hueco en la selección. Aunque en principio llega como último hombre en la rotación, el estado físico de algunos compañeros puede darle un protagonismo mayor del esperado. Es más, el propio Abrines ha tenido problemas que han obligado al seleccionador a contar más tiempo de lo esperado con la generosa aportación de Pau Ribas y de Dani Díez.


LA PINTURA


Sin duda alguna es el auténtico punto fuerte de la selección. Volvemos a disfrutar un campeonato más de los hermanos Gasol.

Pau Gasol, descansado, estrenando franquicia y con ganas de reivindicarse tras un año difícil, y Marc Gasol, asentado ya como pívot dominador en las canchas de la mejor liga del mundo. Ambos están llamados a liderar el torneo. Es imposible para cualquier rival no pensar en ellos. Defensas cerradas y las continuas ayudas dejarán un sinfín de oportunidades para nuestros exteriores. Sobre ellos girará todo el juego de España.

Les acompaña Serge Ibaka, un jugador que, a su extraordinaria capacidad para defender, taponar y rebotear se le une un mejor uso de los recursos ofensivos. Otro pívot ya asentado en la selección.

Cierra el juego interior uno de los líderes de esta selección: Felipe Reyes. Con menos minutos y un rol complementario de los tres anteriores, Felipe siempre encuentra la forma de sumar y aportar en cada acción, especialmente en los momentos de mayor presión y dificultad, lo que le hace aún más valioso.


LOS TÉCNICOS


Tras la alargada sombra que dejaron Pepu, Aíto García Reneses y Sergio Scariolo, Juan Antonio Orenga y su equipo tienen ante sí un reto muy complicado, a la par que ilusionante: demostrar ser las personas idóneas para comandar a una de las selecciones favoritas, llamada a pelear por el título. El contrapunto lo pone el nivel de exigencia, tan elevado que sólo resulta comparable a de USA.

Intensidad defensiva, juego rápido y ritmos de partido elevados son ya señas de identidad de una selección que atrae y gusta mucho al aficionado.

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por JUAN CARLOS SÁNCHE" data-page-subject="true" />
 
 
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Copa del Mundo 2014: Análisis de España, por Juan Carlos Sánchez
BasketMe  | 29.08.2014 - 18:50h.
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Como cada verano, esta fantástica generación de jugadores -que empatiza como pocas con el público- nos regala unas semanas intensas de buen baloncesto. Mientras los equipos de ACB y Euroliga preparan sus plantillas de cara a la próxima temporada, nuestras estrellas vuelven a unirse para darnos un refrescante baño de cercanía y buen baloncesto del que debemos sentirnos sin duda afortunados.

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En esta ocasión, el evento en cuestión es ni más ni menos que un Mundial, y además tendremos la suerte de disfrutarlo bien cerca pues somos los encargados de organizarlo. El mundo del baloncesto girará en torno a nuestro país y durante esas semanas, como anfitriones, presentaremos nuestras mejores galas en todas y cada una de las sedes. Los propios jugadores tienen marcada en el calendario esta cita desde hace ya bastante tiempo.

Aunque sea inevitable pensar en USA, y más cuando el combinado norteamericano se presenta sin algunas de sus principales estrellas (lo que se aprecia sobre todo en la pintura), focalizar este torneo en una hipotética final frente a ellos sería un error tan evidente que a buen seguro nuestros jugadores, que si algo atesoran es experiencia y "tablas" en estas lides, no van a cometer, máxime si se tiene en cuenta que ya en la fase de grupos nos veremos las caras, entre otras, con selecciones como Francia (vigente campeona de Europa) o Serbia. Cuando en cada entrevista se pregunta por USA, la ya tan manida frase de "partido a partido" cobra todo su sentido, lo que no es óbice para que los técnicos no pueden reservar algún recurso táctico para ocasiones especiales.

No se puede negar que jugar el Mundial en casa es un factor muy importante a tener en cuenta. Despreciar este hecho sería casi tanto como hacerlo del factor cancha en unos playoff. Ahora bien, una situación a priori favorable puede, mal llevada o encauzada, hacer perder la concentración en lo realmente importante e incluso conducir a una sobreexcitación o a un clima de precipitación cuando se presenten dificultades. Tal vez no esté de más revisar el EuroBasket 2007.

Pocas novedades presenta la convocatoria para este torneo lo cual, en este caso particular, lejos de evidenciar, como en algunos casos ocurre, la preeminencia del nombre frente al mérito, la existencia de un bloque sólido que con el paso de los años sigue manteniendo e incluso mejorando su nivel. Pocas selecciones pueden presumir de ello y es un valor añadido en torneos de selecciones.


LA DIRECCIÓN


La selección puede presumir de contar con un ramillete de directores de juego de un nivel muy elevado, con la ventaja adicional, antes expuesta, que supone el hecho de que todos ellos están ya habituados a coincidir en convocatorias anteriores, lo que garantiza una buena conexión entre ellos.

Empezando por el más veterano, José Manuel Calderón es un histórico de la selección que ha hecho carrera en la NBA, en la que lleva asentado ya casi una década rindiendo con gran regularidad. En los últimos campeonatos hemos podido ver a un Calderón encargado de ligar el juego de sus compañeros, con la habilidad pocas veces reconocida de aportar en cada momento exactamente lo que el equipo más necesita, siempre bajo la premisa de dar un nivel defensivo elevado.

Su compañero en este rol es Ricky Rubio, un base extraordinariamente joven (23 años) pero que, dado su temprano debut, es parte importante de esta selección ya desde los Juegos Olímpicos de 2008. Recuperado de su grave lesión, su madurez como jugador no ha desactivado su enorme talento para el juego, capacidad para ver opciones imposibles y extraordinaria facilidad para el robo de balón e interceptar líneas de pase. Aunque repetimos que estamos ante un puesto ampliamente cubierto, Ricky está llamado a ser el base de la selección, la referencia desde ese puesto, especialmente cuando el equipo trate de subir un punto la intensidad defensiva y correr.

Para cerrar esta posición, volvemos al baloncesto europeo (al más alto nivel dentro del mismo) para hablar de Sergio Rodríguez. Su juego permite completar el de sus compañeros con un talento ofensivo más intenso y explosivo, como alternativa a un baloncesto más controlado y un argumento importante que exponer cuando se precise cambiar el ritmo del partido. A la vista de lo anterior, no será extraño ver al jugador del Real Madrid coincidir algunos minutos en pista con otro base.


EL PERÍMETRO


Aunque pueda resultar significativo a la vista de los nombres que se manejan (y eso habla muy bien de nuestra selección), es la línea que más dudas ofrece de cara al campeonato.

Juan Carlos Navarro lleva siendo capital en esta selección durante toda su próspera carrera deportiva. Sus "bombas" y su letal lanzamiento de tres puntos han sacado a esta selección de muchos apuros y la han llevado a conseguir éxitos en momentos en los que la bola quemaba. Ahí siempre aparece "Juanki". Sin embargo, sus reiterados problemas físicos le han lastrado hacia una preocupante falta de regularidad en su juego y la incertidumbre de saber en qué condiciones llega a un campeonato en el que se juegan muchos partidos en pocos días y con una exigencia física muy elevada. Seguramente veremos a un jugador más dosificado.

Continuamos con esta posición con Sergio Llull. Aunque en el Real Madrid juega principalmente como base, en la selección jugará de escolta. Jugador muy físico, eleva la intensidad defensiva exterior, ayuda en el rebote, etc., si bien en ataque peca de cierta precipitación que no obstante ha dejado canastas decisivas.

La principal referencia exterior apunta hacia un Rudy Fernández que poco a poco ha pasado de ser ese jugador atlético y talentoso capaz de volar hacia canastas imposibles, y gran tirador, a ser mucho más completo y sacrificado para el equipo, que asume generosamente un desgaste defensivo y en el rebote enorme, a costa de su propio lucimiento personal. El problema se encuentra en su estado físico: sus molestias, sin impedirle participar, le vienen condicionando demasiado. Y aunque siempre suponen un problema, en esta ocasión es especialmente delicado dado que el perímetro de la selección es el aspecto a priori más débil de ésta de cara a este torneo.

Los tres anteriores asumirán la mayoría de los minutos. El único alero alto de la selección es Víctor Claver, un jugador con unas cualidades físicas casi únicas pero que no parece encontrar su sitio ni en la NBA ni en la propia selección. Su imponente planta física conduce incluso al debate de si su juego no debe (ha debido) evolucionar hacia la posición de cuatro. Sea como fuere, se espera que algún día pueda ofrecer el nivel que se le supone y consolidarse en el puesto de la selección que más ha cambiado en estos años tras el paso de jugadores tan fiables como Carlos Jiménez o Alex Mumbrú. Confiemos cuanto menos en que pueda aportar minutos de calidad.

Cierra el juego exterior el joven Álex Abrines. Tras una primera temporada en la ACB en Unicaja y dos en el Barça, el joven alero mallorquín, cuyo estilo recuerda mucho a Rudy a su edad, parece haber encontrado un sitio en la rotación del equipo catalán y un hueco en la selección. Aunque en principio llega como último hombre en la rotación, el estado físico de algunos compañeros puede darle un protagonismo mayor del esperado. Es más, el propio Abrines ha tenido problemas que han obligado al seleccionador a contar más tiempo de lo esperado con la generosa aportación de Pau Ribas y de Dani Díez.


LA PINTURA


Sin duda alguna es el auténtico punto fuerte de la selección. Volvemos a disfrutar un campeonato más de los hermanos Gasol.

Pau Gasol, descansado, estrenando franquicia y con ganas de reivindicarse tras un año difícil, y Marc Gasol, asentado ya como pívot dominador en las canchas de la mejor liga del mundo. Ambos están llamados a liderar el torneo. Es imposible para cualquier rival no pensar en ellos. Defensas cerradas y las continuas ayudas dejarán un sinfín de oportunidades para nuestros exteriores. Sobre ellos girará todo el juego de España.

Les acompaña Serge Ibaka, un jugador que, a su extraordinaria capacidad para defender, taponar y rebotear se le une un mejor uso de los recursos ofensivos. Otro pívot ya asentado en la selección.

Cierra el juego interior uno de los líderes de esta selección: Felipe Reyes. Con menos minutos y un rol complementario de los tres anteriores, Felipe siempre encuentra la forma de sumar y aportar en cada acción, especialmente en los momentos de mayor presión y dificultad, lo que le hace aún más valioso.


LOS TÉCNICOS


Tras la alargada sombra que dejaron Pepu, Aíto García Reneses y Sergio Scariolo, Juan Antonio Orenga y su equipo tienen ante sí un reto muy complicado, a la par que ilusionante: demostrar ser las personas idóneas para comandar a una de las selecciones favoritas, llamada a pelear por el título. El contrapunto lo pone el nivel de exigencia, tan elevado que sólo resulta comparable a de USA.

Intensidad defensiva, juego rápido y ritmos de partido elevados son ya señas de identidad de una selección que atrae y gusta mucho al aficionado.

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