La selección de Lituania se ha convertido en el primer semifinalista del Mundobasket al derrotar a Turquía por 73-61 tras un partido gris en el que el cuadro de Kazlauskas supo sobreponerse a sus carencias en el puesto de base. Las rachas puntuales de acierto exterior lituano frente al desacierto en la misma parcela de los otomanos acabaron por ser más decisivos que el planteamiento defensivo de Ataman. Divorciada durante muchos años, desde la derrota ante Bielorrusia en 1993, de la historia mundialista, Lituania firma así su segunda clasificación consecutiva para las semifinales.

El partido arrancaba con una canasta de Valanciunas que para nada presagiaba lo que iba a suceder en los primeros minutos. Con un excelente planteamiento de Ataman, Turquía saltaba en media pista al dos contra uno a Juskevicius obligando al base lituano a tomar excesivo protagonismo ofensivo. Pese a aguantar gracias al rebote ofensivo, el cuadro báltico no se encontraba cómodo con sólo el pívot de los Raptors anotando. Entretanto, con un Preldzic de nuevo brillante Turquía iba ganando confianza en la parcela ofensiva obligando a Kazlauskas a parar el partido (6-14). Tras la pausa Lituania respiraba con cinco puntos casi consecutivos, aunque sufría para minimizar a Asik cerrándose el primer cuarto con un escueto 13-18.

La reanudación comenzaba con los dos Lavrinovic en pista intentando poner un punto más de generación de juego en un partido que iba ganando ritmo. Tres triples de Darjus y una puerta atrás de Juskevicius provocaban el primer cambio de liderazgo en muchos minutos (24-23). Los cambios interiores en la pintura otomana no funcionaban, lo que unido a la falta de tiro exterior llevaba el control del partido definitivamente a una Lituania que llegaba al descanso con cinco puntos de ventaja (33-28).

Para abrir la segunda parte Maciulis anotaba un triple que elevaba la renta a los ocho puntos, en lo que era la única canasta del partido en casi tres minutos. Una racha que se cortaba con un mate de Gonlum y un triple de Arslan, o lo que es lo mismo, con un nuevo tiempo muerto lituano. El duelo funcionaba a tirones con Lituania cargando la pintura mientras Turquía buscaba recuperar la presión sobre el puesto de base. Pese al parón, una técnica y una suspensión de Guler daban la vuelta al encuentro en una sangría que llegaba a elevarse hasta un 0-13 de parcial que dejaba el marcador en 36-40. En su peor momento del partido, Lituania encontraba dos triples casi consecutivos, gracias en buena parte a la labor de un Darjus clave en el "extra pass", mientras que el cuadro de Ataman sumaba agónicamente desde el 4'60. Un tercer triple de un inspirado Pocius y un par de acciones extrañas dejaban el marcador en 47-44.

El acto decisivo se abría con Seibutis anotando una canasta de media distancia a la que se unía otra en el poste de un Maciulis que se aprovechaba del cansancio de Preldzic. Sin velocidad y muy roma en el tiro exterior, Turquía se ahogaba falta de ritmo perdiendo un punto de convicción en la parte defensiva (53-44). Ataman apostaba por jugar con cuatro pequeños, pero lo que ganaba en circulación lo acababa perdiendo a causa del nulo acierto exterior (2/16 en triples en ese momento), mientras que en la otra canasta Maciulis aprovechaba su superioridad física para llevar a Lituania a una renta de 11 puntos a falta de poco más de cuatro minutos para el final (62-51). Con el partido abocado a un carrusel de tiros libres, un robo y posterior canasta de Osman marcaba el último acto de resistencia de una Turquía que finalmente terminaba cediendo por el definitivo 73-61.