Pep Cargol da un paso más en su carrera como entrenador, al convertirse en ayudante de Joaquín Ruiz en el banquillo del CAI Zaragoza. "Es fácil entrenar con él", dice, a la vez que destaca la ilusión con la que afronta esta nueva experiencia.

afronta una nueva experiencia como entrenador ayudante en un equipo de Liga Endesa. En su nueva etapa, aporta el bagaje de una dilatada trayectoria como exitoso jugador profesional más su etapa de entrenador de formación en las categorías base de nuestro club, primero en el equipo júnior y luego en el vinculado de Liga EBA.

Nunca se aparta de su estilo calmado y ordenado, sin perder detalle de lo que sucede en pista y escrutando todo aquello que rodea a su nuevo rol, ya sea preparando un entrenamiento o aferrado a un ordenador repasando partidos. “Al final es baloncesto”, explica escuetamente respecto de una tarea a la que llega con “ilusión. Esa es la palabra”, comenta.

El técnico catalán, afincado en Aragón desde hace años, tiene presente su nueva labor en el banquillo, frente a su anterior equipo en Liga EBA. “Hasta ahora venía entrenado equipos con el carácter más de formación y ahora es una perspectiva de equipo profesional. Mi trabajo es echar una mano en lo que me pida Joaquín”, simplifica.

Una tarea que comprende “scouting, preparación, entrenamientos y partido. Estoy cómodo y muy a gusto. Intento estar muy positivo y muy receptivo para buscar respuestas a las necesidades que se vayan planteando dentro de mi alcance y capacidad”, explica.

Cargol contempla el momento desde la preparación de un equipo en plena construcción donde el trabajo prima sobre los resultados de los amistosos. “La pretemporada sirve para conocer, adaptarnos y que se adapten los jugadores para estar lo más preparados en octubre”, algo que destaca está siendo “relativamente fácil porque el talento y la predisposición es buena, con ganas de dar por su parte para acoplarse y ayudar al equipo con los hábitos que estamos poniendo en funcionamiento”, describe.

En esa dinámica, una de las peculiaridades es trabajar con otro exjugador de elite como él: “Joaquín y yo hablamos el mismo lenguaje y es fácil trabajar con él. Es una persona que lo tiene claro, muy trabajadora y plantea las cosas con claridad. La relación es fluida”, destaca.

En ese sentido, concede relativa importancia a la faceta profesional como exjugadores, que Joaquín Ruiz como él ha desarrollado previamente a su llegada a los banquillos: “El entrenador que haya vivido el ambiente de un equipo profesional como jugador tiene unos cimientos que le ayudan pero solo es un primer paso, te da un poso, pero necesitas otra serie de armas y estrategias”, asevera. Por lo que “debes evolucionar luego: el jugador lo ve desde un punto de vista individual y el entrenador debe llevarlo a la competición y a la globalidad”, diferencia.

Sin embargo, en algunos aspectos, el gerundense sí reconoce que ayuda la experiencia como exjugador: “Sí que ayuda a la hora de saber lo que pasa por su cabeza cuando ha fallado o cuando está metiendo mucho o cuando le pides algo. Lo has vivido y sentido, lo tienes archivado, y ahí sí que ayuda”, comenta.

En lo personal, insiste en la “ilusión” como definición de su estado de ánimo en su nuevo trabajo. Una labor que desarrolla en una cancha que le coronó rey de Europa hace diecinueve años: “Específicamente no te acuerdas de eso. A veces lo comentas en plan de broma”, pero sí reconoce que “en el Príncipe Felipe siempre me han pasado cosas buenas. Es un sitio donde me encuentro muy a gusto, como Zaragoza en sí: un lugar donde me he adaptado y me siento querido”, recalca.

Finalmente, para Pep Cargol, la Liga Endesa 2014-2015 vendrá marcada por la igualdad y la calidad de un buen grupo de equipos que tienen objetivos comunes: “La ACB siempre ha sido competida y disputada. Este año parece que los equipos se han reforzado y estabilizado. No va a haber cenicientas ni equipos que se descuelguen. En muy pocas victorias estará la línea del playoff y de estar por abajo. El partido a partido será fundamental, no hay otra opción”, concluye desde Vielha antes de meterse de nuevo en un portátil para seguir escrutando casos y cosas del CAI Zaragoza.