Bahía Blanca, una ciudad argentina con un encanto especial en lo que al deporte de la canasta se refiere, tendrá dos representantes en La Laguna: Nico Richotti y Lucio Redivo.

El Iberostar Tenerife-RETAbet Bilbao Basket de este sábado (18:00 hora canaria, Movistar Deportes 1) deparará un bonito duelo con especial resonancia al otro lado del Atlántico, por aquello de la coincidencia sobre el parqué del Santiago Martín de los escoltas argentinos Nicolás Richotti y Lucio Redivo, dos de los últimos estandartes vinculados a una ciudad, Bahía Blanca, con un encanto especial en lo que al deporte de la canasta se refiere.

Más de 600 kilómetros al Sur de Buenos Aires, al límite con la Patagonia, yace una ciudad portuaria que presume de ser "la capital del básquetbol en Argentina". Uno de esos enclaves que, como Kaunas, Liubliana o Belgrado, respira baloncesto en cada rincón.

Cuna antaño de figuras de la albiceleste como el `Beto` Cabrera o `Lito` Fruet, referentes de los años 60 y 70 y, más recientemente, de estrellas como Ginóbili, Pepe Sánchez, Alejandro Montecchia o Pancho Jasen, Bahía Blanca es la ciudad natal del actual seleccionador argentino, Sergio `Oveja` Hernández o del técnico de Montakit Fuenlabrada, Néstor `Che` García; y con ella mantiene también un fuerte vínculo personal la saga de los Richotti.

Aunque Nico, antes de emprender su precoz aventura europea, solo vistió los colores de Resistencia de Hindú, uno de los múltiples ejemplos del enorme enjambre de clubes federados que aglutina la ciudad, lo cierto es que el capitán del Iberostar Tenerife tiene allí sus raíces familiares.

Y bahiense como él es también Lucio Redivo, la última joya forjada en el Bahía Basket, club que lo captó con 16 años del Atlético Pacífico, equipo donde Marcelo Richotti, padre de Nico, fue una auténtica leyenda. Redivo es uno de los internacionales argentinos de nuevo cuño y este verano encarnaba uno de los fichajes más sonados del RETAbet Bilbao Basket.

Nico y Lucio coincidirán pues este sábado en el Santiago Martín en un duelo que será seguido muy de cerca al otro lado del Atlántico, allí en el corazón del básquetbol argentino, donde el deporte de la canasta es religión y pasión.