El Baloncesto Fuenlabrada y el centro escolar Manuel Bartolomé Cossío han renovado su acuerdo de colaboración. Ambas entidades llevan adelante conjuntamente actividades de formación y promoción para estudiantes de la ciudad.

Proximidad y confianza, profesionalidad e innovación. Son algunos de los rasgos que comparten el Baloncesto Fuenlabrada y el colegio Manuel Bartolomé Cossío y que hacen posible que se extienda una colaboración que dura ya más de una década.

El club y el centro docente llevan adelante conjuntamente actividades de formación y también de carácter lúdico para los jóvenes de la ciudad. Así por ejemplo, los jugadores del Montakit Fuenlabrada acuden cada temporada al colegio a colaborar en distintas iniciativas como charlas con los alumnos o talleres de radio.

Del mismo modo, los equipos de cantera del Club Baloncesto Fuenlabrada disfrutan de las instalaciones deportivas del centro en su labor formativa diaria, tanto en entrenamientos como en partidos de competición oficial. Una colaboración que se abre fuera de los alumnos del centro y de los jugadores del club con actividades como los campus de baloncesto, de inscripción abierta y en los que participan niños y jóvenes de toda la ciudad y de la zona ser de Madrid.

Y es que el colegio Manuel Bartolomé Cossío es uno de los centros de referencia en el ámbito educativo del sur de la Comunidad. En sus aulas los alumnos reciben formación en educación infantil, primaria, secundaria y bachillerato, con un equipo de profesionales dinámico y muy bien preparado que además del profesorado incluye gabinete psicopedagógico y servicio médico.

El colegio busca la formación integral de sus alumnos como ciudadanos del futuro, respetando su diversidad, fomentando la cooperación, motivación, respeto y creatividad, donde el alumno sea el centro de toda la atención educativa. Todo ello sin olvidarse de la cercanía e implicación de las familias como elemento primordial de la tarea educativa.

El colegio Cossío lleva adelante una metodología participativa en la que el alumnado puede aprender a ejercer una libertad responsable, una actitud crítica, objetiva y constructiva, a tener autocontrol y autodisciplina. El objetivo es la adquisición de hábitos y técnicas de estudio que favorecen la constancia, la tenacidad y la disciplina, actitudes necesarias para que el alumnado aprenda la auténtica dimensión humana.