El equipo burgalés, que sigue creciendo en su periodo de adaptación a la Liga Endesa, solo sucumbió ante el último empujón local. Los valencianos mantienen la segunda plaza y siguen tras los pasos del Real Madrid.

La presencia en ACB de San Pablo Burgos es un sueño que despierta. Una cuestión de fe y de justicia. Aletargada durante los tres últimos años, la ilusión de toda una ciudad pasea ahora por feudos casi siempre inaccesibles. El triunfo es simplemente estar; hacerlo de manera digna el reto que queda por delante. La Fonteta, bastión del actual campeón de Liga, era para los burgaleses una de esas plazas incluidas en el manual del sueño.

En el bando contrario, era evidente que la intensidad de juego no sería la de otras noches. El cansancio acumulado en la visita a Estambul se unía a la falta de motivación. Entendible cuando te enfrentas al colista de la competición con el recuerdo y el deseo de cotas mayores. No por esperado dejaba de sorprender.

En los primeros compases del choque, Bojan Dubljevic, liberado ya de la máscara que lucía en las últimas semanas, equilibraba los esfuerzos interiores de San Pablo Burgos. Goran Huskic y Thompson acaparaban buena parte del sistema ofensivo burgalés. Por su parte, Dubi amarraba el rebote en ambos lados de la pista y obtenía réditos en casi todas las facetas del juego (17 puntos de valoración al descanso).

La apabullante defensa de Fenerbahce había provocado el primer apagón de Erick Green en lo que va de temporada. El americano regresó a la Fonteta con la puntería de siempre; 8 puntos de una tacada para mantener la igualdad y dar incluso las primeras ventajas del partido a su equipo. 16-13 ya en el séptimo minuto de juego.

Diego Epifanio, Epi, introdujo entonces la variante táctica que tan buen resultado le había dado ante el Real Madrid: Sebas Sáiz como pívot puro y Deon Thompson más lejos del aro disfrutando de libertad ofensiva. Se encargó de deshacer el experimento Tibor Pleiss, que impuso sus centímetros para sumar 7 puntos de manera casi consecutiva. El alemán capturó además 7 rebotes en esta primera fase del partido. Grande, mucho más grande que sus rivales. Ya lo había advertido Epi en la previa. 23-15 tras los primeros 10 minutos de juego.

El empeño de San Pablo Burgos seguía manteniendo vivo el partido. La defensa visitante se aplicaba sobre un Guillem Vives incapaz de encontrar el mejor pase. Dos robos como dos puñales de los visitantes provocaban el tiempo muerto de Txus Vidorreta (26-20).

Pero la cruda realidad iba a dejar, sin embargo, muy pocas grietas para que Burgos avanzara en el partido. Al menos de momento. Los triples de Rafa Martínez, Abalde y Green abrieron la primera brecha del encuentro. 37-22 a falta de tres minutos para llegar al descanso. La ventaja creció hasta los 16 puntos, merced al dominio taronja en el rebote; tras 20 minutos de juego, 24 rechaces para los locales y solo 8 para los burgaleses. Las acciones de Thompson (17 puntos) impedían hablar de una ruptura definitiva. Huskic anotaba un triple inverosímil sobre la bocina que situaba el 45-34 en el marcador. Asumible para los visitantes. Tunel de vestuarios. Lo mejor estaba por llegar.

En la reanudación apareció el talento ofensivo de Corey Fisher, que tiró de los suyos hasta el 52-47. La defensa visitante obligaba a Valencia a abusar del lanzamiento desde el 6,75; y la falta de acierto terminó por colapsar al equipo de Vidorreta. Precisamente un nuevo triple de Fisher igualaba el marcador a 52. El base americano de San Pablo Burgos sumó 8 de sus 17 puntos en el tercer cuarto. Hasta ese momento nada se sabía de los bases del equipo local.

Sedekerskis llegó a poner por delante a los suyos, 52-54. Fue un espejismo, o más bien un revulsivo para el rival. La Fonteta reaccionó y despertó a su equipo. Van Rossom irrumpió en el partido y obligó el tiempo muerto visitante (58-54). Tras 27 minutos el calor había llegado a la grada. El nuevo escenario terminó de conectar al belga, que supo imponer una marcha más en el juego. Con el cambio de escenario Burgos volvía a sufrir. 65-58 y un único cuarto por delante.

La brillante actuación de Deividas Gailius en la segunda mitad volvía a reenganchar a los visitantes. El lituano, completo en pista contraria y autor de 17 puntos, se erigió como un estilete más para Epifanio. Ya no habría minutos de sosiego para los locales. 73-70 tras un triple de Alex López y otra canasta de Corey Fisher. 5:10 para la conclusión. La dignidad burgalesa ya era un hecho.

Pleiss había conseguido mantener a su equipo por delante cuando más arreciaba el temporal. Pero las medallas se las iba a llevar el de casi siempre. Desde el banquillo regresaba Erick Green; con el fusil recargado, olvidó errores previos y se presentó en el momento de la verdad con toda la tranquilidad del mundo. Letal. Disipó cualquier tipo de duda con un triple sobre la bocina (82-74) y se exhibió en las últimas acciones hasta alcanzar los 21 puntos. No había tiempo para más. 87-78 y nueva victoria para Valencia Basket.

A lo largo de los próximos días la competición volverá a poner a prueba las aspiraciones de los valencianos. En Euroliga, los de Txus Vidorreta viajarán a Moscú con la intención de competir ante otro de los favoritos del torneo. El domingo, buscarán en Bilbao la séptima victoria en Liga Endesa a la espera de un posible tropiezo del líder. Por su parte, los burgaleses recibirán en el Coliseum a UCAM Murcia con el objetivo de completar su adaptación; la irregularidad de los murcianos puede ser el filón necesario para que el Club Baloncesto Miraflores sume la primera victoria de su historia en la máxima categoría.

87 - VALENCIA BASKET (23+22+20+22): Van Rossom (10), Green (21), San Emeterio (10), Thomas (2), Dubljevic (12); Abalde (5), Vives (3), Rafa Martínez (7), Pleiss (11) y Doornekamp (6).

78 - SAN PABLO BURGOS (15+19+24+20): López (5), Fisher (14), Gailius (17), Thompson (17), Huskic (11); Schreiner (-), Sedekerskis (4), Barrera (3), Vega (2), Saiz (2) y Edu Martínez (3).

Equipo arbitral: Cortés, García Ortiz y Mendoza.

Partido correspondiente a la séptima jornada de la Liga Endesa. Pabellón Fuente de San Luis de Valencia. 8.000 espectadores.