DESCARGAR LA GUÍA BASKETME EUROLEAGUE FINAL FOUR 2013

Quisiera centrarme en esta ocasión en la ausencia de una figura, sin duda el buque insignia de los banquillos en la última década; no un entrenador sino un activista de las personas y el talento. Hablamos, claro está, de Zeljko Obradovic. De él se ha dicho todo: lo que ha ganado, dónde lo ha ganado y cómo lo ha ganado. Lo único que falta por saber es por qué lo ha ganado, dónde reside el éxito en clave de dirección de grupos y gestión del talento.

Deberíamos retrotraernos un poco a sus inicios, en una magnifica entrevista en el blog "Vive el basket", de Eduardo Burgos, Zeljko hace alusión a que todo su universo baloncestístico se elaboraba desde el autodidactismo.

“Toda la información me llegaba desde la experiencia personal; siendo jugador con veintidós años ya entrenaba a los niños de los colegios cercanos a mi casa. Por eso desde mi juventud he amado más al baloncesto”.

Pero esto no significa que creara su baloncesto en solitario, en absoluto. Bebió de las fuentes de la escuela yugoslava, sobre todo del maestro Aza Nikolic, pero lo adaptó y lo desarrollo dándole su propia forma. Puso la experiencia adquirida al servicio de la creatividad (algo que no se enseña en la escuela de hoy). “No matéis a vuestros jugadores, dejadlos que jueguen”, añade.

A partir de este vínculo, de este “amor” al baloncesto, se desarrolla el punto clave, la techne, o lo que hoy llamamos innovación, descubierta hace más de dos milenios. Es el arte, o la técnica, de construir una realidad donde antes no había nada. Como el zapatero, el escultor, o también hoy en día el diseñador, el emprendedor o el cineasta, de igual manera Obradovic desde la juventud hasta la pasada temporada destacó por crear su propio baloncesto donde antes no lo había.

“Empezaba a apuntar los entrenamientos que realizábamos y los ejercicios que practicábamos, sabiendo que nuestro baloncesto siempre se ha caracterizado por el buen tiro y el buen manejo de balón”. De este modo, además de aumentar su conocimiento también aumentaba su organización, la clasificación de lo aprehendido y la puesta en marcha de una metodología práctica que le acompañará durante toda su carrera.

Es importante hacer notar en este punto que no estamos hablando de gestión de grupos, búsqueda de liderazgos, otorgar roles... No, estamos hablado de ejecutar una PASIÓN, simplemente, algo que debería hacer cualquier joven con vocación por entrenar. Un paso previo e ineludible que pasa desapercibido en los temarios para entrenador, gestor de personal, director, etc..

Rápidamente y a medida que avanzaba su carrera nos acercamos a otro elemento no menos importante: el tratamiento del talento. Un concepto tan necesario, y tan prescindible para él si no está envuelto en trabajo. Lo define de la siguiente manera: “El talento sólo es que el jugador más rápido y más fácil puede aprender algo”.

Desde luego confía en lo talentoso, en el genio como parte integrante de los buenos jugadores, llegando a afirmar que “sin talento no se consigue nada”. Zeljko se presenta aquí como un gestor de equipos, y resulta difícil que dé un talento por perdido. Los quiere a todos, y los quiere mejorables, protestones, delincuentes, vagos, engreídos y de cualquier otra calaña. Su carrera da sobradas muestras del trabajo con ellos, y nos habla como ejemplo de Danilovic.

“La gente no se lo va a creer si les digo que Danilovic ha recibido en categorías de formación no mano 'dura', sino una mano de 'piedra', pero él ha tenido una voluntad de hierro. Cada día no paraba el entrenamiento hasta anotar 1000 tiros. No intentos, sino tiros". A lo que añade en referencia sin duda a la actual salida al estrellato de jugadores imberbes: “Si el jugador joven gana pronto mucho dinero, existe una gran probabilidad de que se olvide del trabajo”. Lo dicho: el talento sin actitud es como un rolex sin muñeca.

En la misma línea reconoce Pepe Laso que en una ocasión le llegó a escuchar decir: “yo quiero a los mejores, dádmelos y haré un equipo con 12 líderes”, echando por tierra la archiutilizada, tanto en deporte como en la empresa, teoría de los roles, abogando por un liderazgo compartido que comenzaba por él mismo y su ayudante.

La teoría de los roles nos dice que es esa conjunción de saberes y competencias la que, repartida de forma equilibrada y armoniosa, da como resultado el cuadro perfecto de desarrollo de un equipo o de una empresa. Falso: el deporte no es una empresa, aplica conocimientos de ella pero no lo es, y si en una empresa te vale un perfil determinado enfocado a una función más o menos importante, en el deporte profesional sólo te vale ganar y para ello sólo te sirven los mejores, Los Rolex, o aquellos que desde un talento innato se disponen a querer ser los mej" /> DESCARGAR LA GUÍA BASKETME EUROLEAGUE FINAL FOUR 2013

Quisiera centrarme en esta ocasión en la ausencia de una figura, sin duda el buque insignia de los banquillos en la última década; no un entrenador sino un activista de las personas y el talento. Hablamos, claro está, de Zeljko Obradovic. De él se ha dicho todo: lo que ha ganado, dónde lo ha ganado y cómo lo ha ganado. Lo único que falta por saber es por qué lo ha ganado, dónde reside el éxito en clave de dirección de grupos y gestión del talento.

Deberíamos retrotraernos un poco a sus inicios, en una magnifica entrevista en el blog "Vive el basket", de Eduardo Burgos, Zeljko hace alusión a que todo su universo baloncestístico se elaboraba desde el autodidactismo.

“Toda la información me llegaba desde la experiencia personal; siendo jugador con veintidós años ya entrenaba a los niños de los colegios cercanos a mi casa. Por eso desde mi juventud he amado más al baloncesto”.

Pero esto no significa que creara su baloncesto en solitario, en absoluto. Bebió de las fuentes de la escuela yugoslava, sobre todo del maestro Aza Nikolic, pero lo adaptó y lo desarrollo dándole su propia forma. Puso la experiencia adquirida al servicio de la creatividad (algo que no se enseña en la escuela de hoy). “No matéis a vuestros jugadores, dejadlos que jueguen”, añade.

A partir de este vínculo, de este “amor” al baloncesto, se desarrolla el punto clave, la techne, o lo que hoy llamamos innovación, descubierta hace más de dos milenios. Es el arte, o la técnica, de construir una realidad donde antes no había nada. Como el zapatero, el escultor, o también hoy en día el diseñador, el emprendedor o el cineasta, de igual manera Obradovic desde la juventud hasta la pasada temporada destacó por crear su propio baloncesto donde antes no lo había.

“Empezaba a apuntar los entrenamientos que realizábamos y los ejercicios que practicábamos, sabiendo que nuestro baloncesto siempre se ha caracterizado por el buen tiro y el buen manejo de balón”. De este modo, además de aumentar su conocimiento también aumentaba su organización, la clasificación de lo aprehendido y la puesta en marcha de una metodología práctica que le acompañará durante toda su carrera.

Es importante hacer notar en este punto que no estamos hablando de gestión de grupos, búsqueda de liderazgos, otorgar roles... No, estamos hablado de ejecutar una PASIÓN, simplemente, algo que debería hacer cualquier joven con vocación por entrenar. Un paso previo e ineludible que pasa desapercibido en los temarios para entrenador, gestor de personal, director, etc..

Rápidamente y a medida que avanzaba su carrera nos acercamos a otro elemento no menos importante: el tratamiento del talento. Un concepto tan necesario, y tan prescindible para él si no está envuelto en trabajo. Lo define de la siguiente manera: “El talento sólo es que el jugador más rápido y más fácil puede aprender algo”.

Desde luego confía en lo talentoso, en el genio como parte integrante de los buenos jugadores, llegando a afirmar que “sin talento no se consigue nada”. Zeljko se presenta aquí como un gestor de equipos, y resulta difícil que dé un talento por perdido. Los quiere a todos, y los quiere mejorables, protestones, delincuentes, vagos, engreídos y de cualquier otra calaña. Su carrera da sobradas muestras del trabajo con ellos, y nos habla como ejemplo de Danilovic.

“La gente no se lo va a creer si les digo que Danilovic ha recibido en categorías de formación no mano 'dura', sino una mano de 'piedra', pero él ha tenido una voluntad de hierro. Cada día no paraba el entrenamiento hasta anotar 1000 tiros. No intentos, sino tiros". A lo que añade en referencia sin duda a la actual salida al estrellato de jugadores imberbes: “Si el jugador joven gana pronto mucho dinero, existe una gran probabilidad de que se olvide del trabajo”. Lo dicho: el talento sin actitud es como un rolex sin muñeca.

En la misma línea reconoce Pepe Laso que en una ocasión le llegó a escuchar decir: “yo quiero a los mejores, dádmelos y haré un equipo con 12 líderes”, echando por tierra la archiutilizada, tanto en deporte como en la empresa, teoría de los roles, abogando por un liderazgo compartido que comenzaba por él mismo y su ayudante.

La teoría de los roles nos dice que es esa conjunción de saberes y competencias la que, repartida de forma equilibrada y armoniosa, da como resultado el cuadro perfecto de desarrollo de un equipo o de una empresa. Falso: el deporte no es una empresa, aplica conocimientos de ella pero no lo es, y si en una empresa te vale un perfil determinado enfocado a una función más o menos importante, en el deporte profesional sólo te vale ganar y para ello sólo te sirven los mejores, Los Rolex, o aquellos que desde un talento innato se disponen a querer ser los mej" data-page-subject="true" />
 
 
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Final Four 2013: Obradovic y la teoría de los Rolex, por Jorge Pérez
Jorge Pérez  | 10.05.2013 - 11:48h.
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A las puertas de la Final Four de Londres, el mayor interés que me despierta la gran cita del basket europeo no es quién se llevará el gato al agua, si el basket-bostezo de Messina, si el basket and roll del Olympiacos, si el basket tripledimensional de Laso o si el bueno de Xavi Pascual hace alguna de las suyas. Tampoco si la actuación de cuatro jugadores como cuatro soles, Navarro, Spanoulis, Rudy y Teodosic (quisiera añadir algún interior pero no me sale ninguno) es más o menos destacada o aparecen otros, amén de elucubraciones, análisis, y los vaticinios previos...

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Quisiera centrarme en esta ocasión en la ausencia de una figura, sin duda el buque insignia de los banquillos en la última década; no un entrenador sino un activista de las personas y el talento. Hablamos, claro está, de Zeljko Obradovic. De él se ha dicho todo: lo que ha ganado, dónde lo ha ganado y cómo lo ha ganado. Lo único que falta por saber es por qué lo ha ganado, dónde reside el éxito en clave de dirección de grupos y gestión del talento.

Deberíamos retrotraernos un poco a sus inicios, en una magnifica entrevista en el blog "Vive el basket", de Eduardo Burgos, Zeljko hace alusión a que todo su universo baloncestístico se elaboraba desde el autodidactismo.

“Toda la información me llegaba desde la experiencia personal; siendo jugador con veintidós años ya entrenaba a los niños de los colegios cercanos a mi casa. Por eso desde mi juventud he amado más al baloncesto”.

Pero esto no significa que creara su baloncesto en solitario, en absoluto. Bebió de las fuentes de la escuela yugoslava, sobre todo del maestro Aza Nikolic, pero lo adaptó y lo desarrollo dándole su propia forma. Puso la experiencia adquirida al servicio de la creatividad (algo que no se enseña en la escuela de hoy). “No matéis a vuestros jugadores, dejadlos que jueguen”, añade.

A partir de este vínculo, de este “amor” al baloncesto, se desarrolla el punto clave, la techne, o lo que hoy llamamos innovación, descubierta hace más de dos milenios. Es el arte, o la técnica, de construir una realidad donde antes no había nada. Como el zapatero, el escultor, o también hoy en día el diseñador, el emprendedor o el cineasta, de igual manera Obradovic desde la juventud hasta la pasada temporada destacó por crear su propio baloncesto donde antes no lo había.

“Empezaba a apuntar los entrenamientos que realizábamos y los ejercicios que practicábamos, sabiendo que nuestro baloncesto siempre se ha caracterizado por el buen tiro y el buen manejo de balón”. De este modo, además de aumentar su conocimiento también aumentaba su organización, la clasificación de lo aprehendido y la puesta en marcha de una metodología práctica que le acompañará durante toda su carrera.

Es importante hacer notar en este punto que no estamos hablando de gestión de grupos, búsqueda de liderazgos, otorgar roles... No, estamos hablado de ejecutar una PASIÓN, simplemente, algo que debería hacer cualquier joven con vocación por entrenar. Un paso previo e ineludible que pasa desapercibido en los temarios para entrenador, gestor de personal, director, etc..

Rápidamente y a medida que avanzaba su carrera nos acercamos a otro elemento no menos importante: el tratamiento del talento. Un concepto tan necesario, y tan prescindible para él si no está envuelto en trabajo. Lo define de la siguiente manera: “El talento sólo es que el jugador más rápido y más fácil puede aprender algo”.

Desde luego confía en lo talentoso, en el genio como parte integrante de los buenos jugadores, llegando a afirmar que “sin talento no se consigue nada”. Zeljko se presenta aquí como un gestor de equipos, y resulta difícil que dé un talento por perdido. Los quiere a todos, y los quiere mejorables, protestones, delincuentes, vagos, engreídos y de cualquier otra calaña. Su carrera da sobradas muestras del trabajo con ellos, y nos habla como ejemplo de Danilovic.

“La gente no se lo va a creer si les digo que Danilovic ha recibido en categorías de formación no mano 'dura', sino una mano de 'piedra', pero él ha tenido una voluntad de hierro. Cada día no paraba el entrenamiento hasta anotar 1000 tiros. No intentos, sino tiros". A lo que añade en referencia sin duda a la actual salida al estrellato de jugadores imberbes: “Si el jugador joven gana pronto mucho dinero, existe una gran probabilidad de que se olvide del trabajo”. Lo dicho: el talento sin actitud es como un rolex sin muñeca.

En la misma línea reconoce Pepe Laso que en una ocasión le llegó a escuchar decir: “yo quiero a los mejores, dádmelos y haré un equipo con 12 líderes”, echando por tierra la archiutilizada, tanto en deporte como en la empresa, teoría de los roles, abogando por un liderazgo compartido que comenzaba por él mismo y su ayudante.

La teoría de los roles nos dice que es esa conjunción de saberes y competencias la que, repartida de forma equilibrada y armoniosa, da como resultado el cuadro perfecto de desarrollo de un equipo o de una empresa. Falso: el deporte no es una empresa, aplica conocimientos de ella pero no lo es, y si en una empresa te vale un perfil determinado enfocado a una función más o menos importante, en el deporte profesional sólo te vale ganar y para ello sólo te sirven los mejores, Los Rolex, o aquellos que desde un talento innato se disponen a querer ser los mejores.




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Noticia publicada por Jorge Pérez

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