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La Esquina de Sunara: La Previa de la final, por Iván Fernández
Iván Fernández  | 14.09.2019 - 12:32h.
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"Y too esto pa dame cuenta
de que quiero más el camin llargu que´l curtiu
la torba les piedres que los llobos
famientos que m´acechen
la sienda que lo más seguro
nun tien fin
o meyor dicho yo nun voi conocer
esa ye la que quiero..."
(Pablo Texón: "La culpa y la lluz")

Tras uno de los Mundiales más imprevisibles de la historia reciente, Argentina y España disputan mañana una final inesperada pero totalmente merecida, tras dibujar ambas una trayectoria de menos a más y mostrar un concepto colectivo de juego casi impecable. Portadoras de la antorcha de sendas generaciones gloriosas, se miden dos equipos, y la palabra está bien traída, que han marcado buena parte del siglo XXI y que curiosamente sólo han tenido un gran cara a cara hasta la fecha.


PRECEDENTES


El de mañana será el octavo enfrentamiento en un Mundial entre España y Argentina en una serie que domina el conjunto hispano por 5 victorias a 2.


El primer cara a cara entre ambos llegaba en el Mundial de Puerto Rico, con victoria española por 96-89 en un encuentro en el que Brabender, con 22 puntos, era el máximo realizador. En el precedente más reciente, Argentina se imponía a España en el partido por el quinto puesto de 2010 por 86-81 tras una gran remontada y un partido enorme de la pareja Delfino-ScolaRudy Fernández, con 31 puntos, era el máximo realizador del encuentro.



Con todo, a nadie se le escapa, que el gran precedente entre ambas selecciones no es otro que la semifinal de Japón 2006, sin duda uno de los grandes partidos de la historia del torneo. El choque comenzaba con una Argentina mucho más metida en el encuentro, lo que le permitía arrancar con un 13-2 inicial que llevaba los primeros nervios a una selección española que apenas había atravesado problemas en todo el torneo. Pese a que Ginobili se mostraba excesivamente fallón, los albicelestes mandaban en el juego y en el tiro exterior hasta que la entrada de Sergio Rodríguez cambiaba la cara al partido. El base canario conseguía cambiar el ritmo e incluso se permitía anotar un par de triples que daban la vuelta al luminoso dejando a España en el descanso con dos puntos de ventaja. La inercia española llevaba a los de Pepu Hernández a lograr una ventaja de hasta 9 puntos, pero el carácter argentino devolvía la moneda llevando el partido a un cara o cruz… que había de jugarse sin Pau Gasol, lesionado a falta de poco más de un minuto. Con 30 segundos por jugar, Scola colocaba el 74-74 en el electrónico y en el posterior ataque Calderón sólo atinaba con un tiro libre, dejando a Argentina un punto abajo pero con el balón del partido. Bola doblada de Ginobili a la esquina, Nocioni falla el triple y el definitivo rebote cae en las manos de un Rudy Fernández que sellaba así el pase a la gran final.



En lo que a Juegos Olímpicos se refiere, España y Argentina se han encontrado en dos ocasiones (2004 y 2016), ambas en la primera fase y ambas con victoria española.


Antes del Mundial, y ya en tierras asiáticas, España y Argentina disputaron un amistoso con victoria para los de Scariolo en un partido en el que no estuvieron presentes ni Marc Gasol ni Facundo Campazzo.


CÓMO LLEGAN


Podría decirse que las dos selecciones llegan pletóricas a la final y con una trayectoria de menos a más en el torneo. Objetivamente, las dos permanecen invictas. Argentina, tras saber sufrir ante Nigeria y Rusia, viene de dibujar tres partidos espléndidos barriendo a Polonia y dominando a las teóricamente superiores Serbia y Francia con sendas lecciones defensivas, un ritmo enorme y una personalidad tremenda. España, a su vez, y tras su clásico inicio al tran-tran se liberó de la presión ante Italia, rozó la perfección ante Serbia, venció con la calculadora a Polonia y llega tras una semifinal agónica ante Australia. En el aspecto físico, esa doble prórroga es un factor que puede pesar, aunque a cambio la tensión en una semifinal suele ser un buen aval ante una final.


ESPAÑA Y LAS SEMIFINALES


Campeona del mundo en 2006 y de Europa en 2009, 2011 y 2015, podría decirse que España, en sus grandes éxitos, lo ha pasado peor en semifinales que en la final. En el Mundial de Japón tras la agónica semifinal ante Argentina, y sin Pau Gasol, barría en la final a Grecia por 70-47. Tres años después, en el EuroBasket de Polonia se llevaba la semifinal ante Grecia por 18 puntos y la final ante Serbia por 22... marcadores que no reflejan la resistencia helena, mucho mayor que la balcánica. Algo parecido pasaba en 2011. A nivel estadístico (+11 en semifinales y + 12 en la final), no parecía haber mucha diferencia, pero teniendo en cuenta que la primera fue ante Macedonia y la segunda ante la que Tony Parker decía hace una semana que era la mejor Francia en la que había jugado... la cosa tiene otro cariz. Por último, en 2015 España apenas sufría en la final ante Lituania, imponiéndose por 17 puntos tras la histórica semifinal ante Francia. Una Francia que, por cierto, era campeona en 2013 de manera cómoda... tras vencer su semifinal en la prórroga.



A nivel mundialista hay dos precedentes de equipos que llegaron a la final tras una prórroga: la URSS en 1986 y Yugoslavia en 1998... con distinta suerte en las finales.


Forzando el argumento, podría decirse que pese a las derrotas el papel de España en las finales olímpicas de 2008 y 2012 fue más brillante que en las respectivas semifinales ante Lituania y Rusia.


JUEGO INTERIOR


Una de las grandes dudas argentinas al principio del campeonato y que hasta el momento ha sido muy bien solventada. El torneo de Marcos Delía está siendo impecable: inteligente en defensa, incluso en ataque está mostrando muestras de una paciencia en el poste bajo y en el pick and roll envidiable. A su lado Luis Scola sigue en su sempiterno idilio con el aro, destilando clase en cada bola que pasa por sus manos. A cambio, cuando ha tenido que jugar como 5 sus problemas defensivos y de cierre del rebote han sido significativos. Con Tayavek Gallizzi ganando terreno, probablemente lo más valiente sea tratar de aguantar así, dejando una hipotética pareja Deck-Scola sólo para cuestiones puntuales. En la semifinal, y pese a las tempranas faltas, Sergio Hernández sólo necesitó usar esa configuración durante unos segundos. Aguantar el desgaste de faltas sin perder intensidad será clave para Argentina.



A su vez, España llega a la final tras un partido histórico de Marc Gasol, a priori uno de los grandes nombres del torneo y que ha vivido un torneo de menos a más... aunque siempre siendo fundamental en lo táctico. Castigado por sus problemas en el pie y una temporada muy exigente en lo físico y en lo psicológico, Gasol no ha brillado hasta la semifinal pero ha sabido esperar su momento, sido clave en defensa y sobre todo en la generación de espacios. Por muy llamativa que sea su cifra de rebotes ofensivos, su papel abierto resulta clave para España por su amenaza en el tiro y, sobre todo, por su capacidad de pase. En una selección no sobrada de tiro exterior y sin grandes jugadores capaces de romper en el 1x1, este papel de Marc es oxígeno puro para que el equipo encuentre vías ofensivas. Ante Italia, y dada la precariedad de los de Sachetti en la pintura, Scariolo sí optó por cargar más el juego interior con Marc... con resultados irregulares. ¿Priorizará en este caso la fluidez general o a cambio intentara castigar a los pívots argentinos para meterlos en faltas? He ahí una de las claves más interesantes del torneo.


Por lo demás, jugando la mayor parte de sus minutos como 4, Víctor Claver está, como en 2013 o 2015, firmando un torneo soberbio tanto en lo individual como en lo colectivo. La gran duda de España llega con Willy Hernángomez: disperso como siempre en defensa, tampoco en ataque está sabiendo ser clave. No sería de descartar que Oriola tuviese más rol en este encuentro tratando de minimizar a Scola.


A medio plazo, Argentina anhela la llegada de Caffaro o Vaulet, que unidos a talentos superlativos como se intuye a Bolmaro o Marcos por fuera dibujan un panorama todavía más halagador.


DEFENSA


El santo y seña que ha traído a los dos equipos a la final. Más allá de la presencia de especialistas, ambos equipos han ejecutado una defensa colectiva por momentos impecable. Y lo que es más reseñable, por lo general más basada en lo táctico y en la preparación que en lo meramente individual. En España, además del ya citado Claver, vuelve a ser necesario reparar en el extraordinario torneo de Rudy Fernández, probablemente uno de los mejores defensores de la historia reciente a nivel FIBA y sin duda el más intuitivo. Su capacidad para las ayudas largas o atacar las líneas de pase puede sacar de partido a casi cualquiera. El buen papel de Ribas, mucho menos superado en lo decisivo que en 2015, e incluso de un Sergio Llull a muy buen nivel ante Mills completan a una España donde sus dos principales figuras son defensores de primer nivel. Y todo ello aderezado con la multitud de alternativas zonales y de cambios que ha ido diseñando Sergio Scariolo.



Algo más convencional en su propuesta, pero extremadamente concentrada, Argentina ha dado el paso en el momento ideal, minimizando sus problemas interiores con ayudas duras, con la rotación de bases permitiendo atacar desde la defensa al contrario y con el físico en las alas ahogando espacios. Junto a especialistas como Patricio Garino, el papel de jugadores como Luca Vildoza (grandísimo Mundial el suyo), está siendo enorme... en un papel que no suele ser el habitual.


RITMO


Más poliédrica España, Argentina está encontrándose más cómoda jugando a un ritmo alto que retroalimenta desde la defensa. Incluso cuando se ve obligada a jugar 5x5 el dinamismo de Facundo Campazzo hace que el ritmo de partido sea alto. España, con problemas de anotación, vive mejor en la transición... pero no se obsesiona y ha empezado a cogerle el gusto a ataques más tranquilos. En los últimos partidos España está optando por no cargar el rebote ofensivo, lo que unido al papel abierto de Marc Gasol le da un balance defensivo impecable, lo que le ha llevado a encajar muy pocos puntos en contraataque. Sergio Hernández va a intentar correr con Campazzo dando dinamismo y Gabriel Deck tratando de explotar su facilidad en campo abierto para no dejar pensar a ese engranaje defensivo español.


TIRO EXTERIOR


Con un baloncesto moderno que cada vez gira más en torno al triple, ninguno de los dos equipos llega sobrado en ese aspecto. Undécima en el campeonato en porcentaje, Argentina llega con buenas sensaciones en los últimos partidos, mientras que España figura como vigésima del torneo y un pobre 32%. Eso sí, en volumen de tiro España lanza más que Argentina y ha perdido el miedo a los porcentajes, lo que en otras ocasiones le llevaba a grandes atascos. Ese volumen de tiro y el carácter en las grandes citas parecen augurar a una España que por momentos encontrará su tiro y que va a trabajar la línea exterior argentina.



Sin especialistas puros, más allá de un Lucio Redivo que no cuenta en la rotación, Argentina cuenta a cambio con una amplia nómina de jugadores que pueden anotar desde el triple. Nicolás Laprovittola generándoselo, Campazzo sorprendiendo, Scola o Deck abiertos, Vildoza por personalidad y buena mano, Nicolás Brussino por clase o Garino por fiabilidad a pies parados conforman un grupo de jugadores que sin ser tiradores puros pueden anotar con facilidad. Cortocircuitar la excelente circulación ofensiva argentina para que no haya tiros librados será una de las misiones de esta España.


ENTRENADORES


Que el juego es de los jugadores es una de esas máximas que nunca deberíamos olvidar... pero, teniéndola presente, tampoco se debe caer en lo opuesto menospreciando el papel vital de unos seleccionadores que en este torneo han tenido un peso trascendental.


Hablar de Sergio Scariolo suena ya casi redundante. Tras su colección de medallas con España, sus torneos de menos a más y su capacidad para exprimir ventajas y castigar deficiencias, este torneo le está trayendo (¡ya era hora!) el reconocimiento público que ameritaba desde hace muchos años. Excelente en la preparación de partidos y en la dirección de los mismos, el encontrarse con un grupo mas corto y con menos talento diferencial le ha permitido sacar todo su repertorio de alternativas defensivas... y ofensivas, menos reconocidas por brillar menos pero fundamentales para dar espacios a una selección que las necesite.



Menos brillante en lo táctico que su rival (¿y quién no?), Sergio Hernández vive el que está siendo su mejor torneo con la selección. De enorme complicidad con sus jugadores, la decisión de acudir a los Panamericanos de Lima con el mismo equipo ha resultado un acierto absoluto. Al margen del oro, previa derrota ante México (como en 2003 y que tantas veces acabó siendo un punto de inflexión), esa decisión ha permitido a Argentina llegar a China muy rodada, físicamente pletórica y con un juego colectivo más propio de un club que de una selección. Eso y la continuidad respecto al equipo de las ventanas y en general de los últimos años, ha repercutido en un equipo más que en una selección, que juega de memoria y con unos automatismos muy afianzados.


Tras adaptar el planteamiento de Scariolo ante Serbia a sus necesidades y desactivar a Gobert, no conviene tampoco minimizar la labor táctica del banquillo argentino. Anulada la diferencia interior de Serbia y Francia, en ambos casos optaron por ahogar a los exteriores sin preocuparse del flujo anotador de Bogdanovic o Fournier, al final muy solos. El problema es que por un lado Scariolo es mejor entrenador que Collet (brillante a la contra ante USA como ante España en 2014 pero mediocre una vez más con ventaja) y mucho mejor que Djordjevic, y además España no tiene un foco tan claro de referencia, por lo que no dudará en plantear también un partido desde la contra.


ACB


En un Mundial marcado por la presencia de hasta 57 jugadores NBA, sólo cuatro disputaran la final... ninguno de ellos de una Argentina donde sólo ScolaBrussinoLaprovittola y Garino saben lo que es pasar por la mejor liga del mundo. A cambio, tendremos hasta 21 jugadores que juegan o han pasado por la ACB. Podremos criticar, con razón, muchas cosas de "nuestra" liga... pero la competitividad que da es una cosa de locos.



COMPETITIVIDAD


Como decía Ginobili, "estos partidos no se ganan con huevos, se ganan jugando bien". Pero, al margen de lo obvio, es difícil encontrar dos equipos tan competitivos, tan capaces de aferrarse a un partido. Un par de equipos que no sólo adoran ganar, sino que odian perder.


EXPERIENCIA


Probablemente el factor más diferencial para una España en la que el grueso de sus jugadores está más que acostumbrado a jugar este tipo de partidos frente a una Argentina donde, Scola al margen, nadie llega a los 30 años y casi nadie ha vivido un partido de este tipo. De llevarse el oro, Rudy y Marc se unirán al selecto club de jugadores que han sido dobles campeones del mundo (CurryGayRoseBodirogaDivacTomasevicDrobnjakS. BelovPaulaskasCosicTomsonMarques, Pasos, Carmo de Souza, Schall, Blatskauskas). A cambio, Scola puede unirse al de campeones olímpicos y mundiales.


MVP


En un torneo donde alguna de las mas destacadas actuaciones individuales está fuera de la final (MillsFournierBogdanovicSatoranskyWebsterBohacik...), el partido puede decantar el galardón para alguno de los candidatos: Ricky RubioCampazzoGasol o Scola.



EL DATO CHORRA


Ausente en Filipinas 1978, campeona en Japón 2006 e invicta en este de China, España todavía no sabe lo que es perder un partido mundialista en tierras asiáticas.


PRONÓSTICO


Una final es una final y Argentina ya ha demostrado que es capaz de voltear los pronósticos, pero la pegada española y la experiencia me hacen decantarme por el triunfo de los de Scariolo: España 65% Argentina 35%


DESEO


Hecho el pronóstico desde la cabeza, con el corazón me remito a esto que escribí hace tres años y a la presencia de Luisfa, siempre uno de los nuestros. En esta tesitura: Argentina 110%. Como decía la demencia: "Lo veo tan chungo, tan rematadamente difícil… que es hasta posible". Fue en la final de 2004; Estudiantes logró ganar dos veces seguidas al Barcelona igualando la final... para luego perderla. Eso sí, en 2004 Argentina salió campeona.



Empezaba esta previa con un extracto de un poema de Pablo Texón sacado de su (maravilloso) "La culpa y la lluz" y la cierro pensando en el camino de esta Argentina otra vez eterna. Cabeza contra deseo... una final para vivirla y disfrutarla.





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Noticia publicada por Iván Fernández

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