Lo mismo sucede con un Thomas Abercormbie que tiene talento a raudales y unos muelles que, con permiso de los malabarismos de Kyrie Irving, le permitieron protagonizar la jugada más espectacular de la segunda jornada con un tapón en el que puso la cabeza por encima del aro y sólo le faltó colgarse del techo de BEC.

Pero lo atractivo de estas primeras jornadas no se queda ahí. Da gusto ver a la mejor Croacia en décadas, a una Filipinas tan loca y descarada como su estrella Andray Blatche, al dominicano Francisco García capaz de marcar las diferencias incluso tocado físicamente y también la exuberancia de un Jack Michael Martínez que desprende algo especial en su constante brega. No esperábamos los vascos que miles de fineses desatados iban a convertir por momentos el Bilbao Exhibition en una extensión de Helsinki –y decían que eran fríos estos suomi-, al igual que lo que está sucediendo en Sevilla, con San Pablo tomado por los filipinos.

No sólo de España y Estados Unidos vive el basket y este Mundial. Aunque no estuvo nada mal ver cómo una selección vulgar como Turquía ponía el susto en cuerpo al Team USA durante 25 minutos... y más que el talento de otros, fue la pelea de Faried que la que desatascó la frustración estadounidense. Para España de momento han sido dos pachangas y lo lúdico ha podido más que lo baloncestístico; pero esperando que lleguen días donde haya mucho más en juego, por ahora es una maravilla ver anotadores, pívots comeniños, bases habilidosos y todo tipo de jugadores llegados desde diferentes baloncestos. Lo verdaderamente emocionante llegará con los cruces, pero que nadie me diga que no se puede disfrutar de esta primera fase, porque argumentos los hay para ello y de s" />

Lo mismo sucede con un Thomas Abercormbie que tiene talento a raudales y unos muelles que, con permiso de los malabarismos de Kyrie Irving, le permitieron protagonizar la jugada más espectacular de la segunda jornada con un tapón en el que puso la cabeza por encima del aro y sólo le faltó colgarse del techo de BEC.

Pero lo atractivo de estas primeras jornadas no se queda ahí. Da gusto ver a la mejor Croacia en décadas, a una Filipinas tan loca y descarada como su estrella Andray Blatche, al dominicano Francisco García capaz de marcar las diferencias incluso tocado físicamente y también la exuberancia de un Jack Michael Martínez que desprende algo especial en su constante brega. No esperábamos los vascos que miles de fineses desatados iban a convertir por momentos el Bilbao Exhibition en una extensión de Helsinki –y decían que eran fríos estos suomi-, al igual que lo que está sucediendo en Sevilla, con San Pablo tomado por los filipinos.

No sólo de España y Estados Unidos vive el basket y este Mundial. Aunque no estuvo nada mal ver cómo una selección vulgar como Turquía ponía el susto en cuerpo al Team USA durante 25 minutos... y más que el talento de otros, fue la pelea de Faried que la que desatascó la frustración estadounidense. Para España de momento han sido dos pachangas y lo lúdico ha podido más que lo baloncestístico; pero esperando que lleguen días donde haya mucho más en juego, por ahora es una maravilla ver anotadores, pívots comeniños, bases habilidosos y todo tipo de jugadores llegados desde diferentes baloncestos. Lo verdaderamente emocionante llegará con los cruces, pero que nadie me diga que no se puede disfrutar de esta primera fase, porque argumentos los hay para ello y de s" data-page-subject="true" />
 
 
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El contraataque (Jornada 2): Campazzos y Abercrombies, por Iker Sagasti
Iker Sagasti  | 01.09.2014 - 11:02h.
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Dicen que el verdadero Mundial comienza cuando llegan los cruces, cuando cada partido es a vida o muerte y las estrellas sacan lo mejor de sí mismas para llevar a sus respectivas selecciones lo más lejos posible. Sin embargo, estos primeros compases de la Copa del Mundo de España están dejando perlas baloncestísticas para todos aquellos afortunados que podemos seguir in situ los partidos desde cualquiera de las cuatro sedes de esta primera fase o para los locos por el basket que nos rebelamos con la más que insuficiente cobertura televisiva del torneo y pagamos el abono a FIBA para poder seguir todos los partidos a través de Internet.

Y es que, para los amantes del baloncesto, por muchos partidos que se vean durante la temporada lo habitual es tener bajo el radar competiciones como ACB, Euroliga o NBA, y en cambio un Mundobasket te permite disfrutar de jugadores y estilos que no se ven todos los días. Estas dos primeras jornadas han traído palizas y pachangas, pero también auténticos partidazos y actuaciones deliciosas.

El eléctrico liderazgo de Campazzo, tirando de Argentina junto a un superheroico Luis Scola, sirve de avance de lo que ‘Facu’ va a aportar al Real Madrid en los minutos que se gane con los de Laso. El pequeño base ya ex de Peñarol, que en Argentina es todo un ídolo, es en cambio prácticamente un desconocido para el aficionado español, que en este Mundial se puede hacer una buena idea de la dimensión de un jugador que es inversamente proporcional a su talla física.



Lo mismo sucede con un Thomas Abercormbie que tiene talento a raudales y unos muelles que, con permiso de los malabarismos de Kyrie Irving, le permitieron protagonizar la jugada más espectacular de la segunda jornada con un tapón en el que puso la cabeza por encima del aro y sólo le faltó colgarse del techo de BEC.

Pero lo atractivo de estas primeras jornadas no se queda ahí. Da gusto ver a la mejor Croacia en décadas, a una Filipinas tan loca y descarada como su estrella Andray Blatche, al dominicano Francisco García capaz de marcar las diferencias incluso tocado físicamente y también la exuberancia de un Jack Michael Martínez que desprende algo especial en su constante brega. No esperábamos los vascos que miles de fineses desatados iban a convertir por momentos el Bilbao Exhibition en una extensión de Helsinki –y decían que eran fríos estos suomi-, al igual que lo que está sucediendo en Sevilla, con San Pablo tomado por los filipinos.

No sólo de España y Estados Unidos vive el basket y este Mundial. Aunque no estuvo nada mal ver cómo una selección vulgar como Turquía ponía el susto en cuerpo al Team USA durante 25 minutos... y más que el talento de otros, fue la pelea de Faried que la que desatascó la frustración estadounidense. Para España de momento han sido dos pachangas y lo lúdico ha podido más que lo baloncestístico; pero esperando que lleguen días donde haya mucho más en juego, por ahora es una maravilla ver anotadores, pívots comeniños, bases habilidosos y todo tipo de jugadores llegados desde diferentes baloncestos. Lo verdaderamente emocionante llegará con los cruces, pero que nadie me diga que no se puede disfrutar de esta primera fase, porque argumentos los hay para ello y de sobra.




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Noticia publicada por Iker Sagasti

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