Clasificada por segunda vez en su historia, la presencia de Venezuela es una de las grandes sorpresas de los Juegos de Rio. De la mano del técnico argentino Néstor 'Che' García, la 'vinotinto' lograba hace dos años como local el segundo Sudamericano de su historia apoyada en el liderazgo de un espectacular Greivis Vásquez. Un año después, y sin su estrella, el conjunto venezolano duplicaba su gesta al lograr llevarse también un Torneo de las Américas mucho más exigente y en el que se sobreponía a un tibio inicio. Tras lograr a principios de este verano revalidar el título Sudamericano, Venezuela se enfrenta ahora a su prueba más exigente, y lo hace de nuevo con la ausencia de Vásquez tras un autentico culebrón. Incorporado tardíamente y tras disputar sólo un amistoso, el nuevo jugador de los Nets se hacía a un lado por no tener el seguro firmado. Una vez solucionado este inconveniente, y a sólo una semana de los Juegos, Vasquez renunciaba nuevamente alegando presiones de su nuevo conjunto.

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Justa de centímetros y calidad interior, Venezuela llega a los Juegos apoyándose en un estilo de juego creado a la imagen y semejanza de su entrenador. Siempre con dos y hasta tres bases en pista, García apuesta por controlar el ritmo y masticar los ataques, a la par que intenta suplir su déficits en la pintura con agresividad en los cambios defensivos. Algo dependiente en ocasiones de su tiro exterior, el cuadro venezolano necesita dar un paso adelante ofensivo respecto a lo visto en la preparación. La madurez de Gregory Vargas y el buen momento anotador de Cox o Cubillán se presentan como avales a la espera de la posible irrupción de un Anthony Pérez que deja destellos de calidad por doquier.

Con potencial para competir de tú a tú con China, de  la maximización de sus virtudes y del papel que Bethelmy, Colmenares o Echenique puedan aportar en el juego interior dependerán las opciones venezolanas para añadir otra muesca   a su reguero de éxitos.

Los jugadores

Construida en los últimos veranos en torno a una idea grupal que minimizaba sus defectos, Venezuela contemplaba con esperanza la vuelta de Greivis Vásquez, suspirando que su calidad diferencial se uniera a la química mostrada por el equipo en el clasificatorio mexicano del verano pasado. Tras incorporarse tarde, disputar un sólo partido y “marear” la perdiz durante semanas, la ausencia a una semana del inicio de los Juegos del exterior de los Nets deja al equipo de García sin un referente claro.

A punto de iniciar una nueva etapa en el basket francés tras un gran año en Israel, Gregory Vargas tiene las condiciones y la ascendencia para ser quien más se aproxime a esa condición de referente. Cómodo con un García bajo cuya dirección ha desarrollado su mejor juego, el nuevo jugador del Nancy destaca por su capacidad de dirección. Un tanto desdibujado en la preparación, Vargas llega a los Juegos con el aval de haber sido elegido como el MVP del reciente torneo Sudamericano, donde Venezuela renovaba su medalla de oro.

Apartado de las pistas durante más de seis meses por una lesión, Heissler Guillent vuelve a la selección tras dibujar una más que interesante preparación. De su estado físico dependerá el papel de un jugador explosivo en su mejor versión y con puntos en sus manos, algo de lo que siempre va necesitada esta Venezuela.

Intenso en defensa, David Cubillán pasa por ser un jugador que en ataque mueve al equipo con sencillez y aparece ofensivamente en los momentos comprometidos. Llamado a subir la intensidad desde el banquillo en ambos lados, puede ser una solución puntual al problema del tiro exterior.

Fundamental el año pasado y reincorporado ahora tras perderse el Sudamericano, John Cox aporta veteranía y puede ayudar en la subida de balón. Atlético aunque algo justo de fuelle, Cox es un buen anotador más cómodo en la media que en la larga distancia y con facilidad para buscar el aro a través del contacto. Conocido por ser primo de Kobe Bryant, los Juegos deben ser un espaldarazo a una carrera que no siempre ha sido justa con su talento.

Alternando los puestos de escolta y alero siendo en ambos una buena amenaza ofensiva, José Vargas pasa por ser un buen manejador de balón. Con facilidad para levantarse desde el triple con un gran rango de tiro, le falta continuidad ofensiva para ser más importante.

Grande para el puesto de tres, Anthony Pérez posee envergadura, buena visión de juego y clase fuera de toda duda... en definitiva, mucho talento que no siempre cristaliza en las mejores opciones. Con problemas defensivos cuando se enfrenta a jugadores más pequeños, la definitiva ausencia de Vásquez puede permitirle tener más balón lo que suele redundar en su mejor versión.

Con talla de escolta pero partiendo como tres suplente, Dwight Lewis destaca por su notable presencia atlética y su capacidad de salto que le permiten ser un buen comodín exterior. Muy irregular de fuera, destaca por un primer paso largo y explosivo, siendo probablemente el mayor oasis de espectáculo en esta sobria Venezuela.

Jugador de confianza de García, Néstor Colmenares llega a los Juegos tras un verano de menos a más, donde tras un irregular Sudamericano ha alcanzado su mejor nivel en la preparación. Capaz de alternar los dos puestos interiores, Colmenares tiene instinto para el rebote en ambos tableros y cumple en defensa por lo que su termómetro tendrá mucho que ver con la capacidad que muestre para anotar en el poste.  

Temperamental y en ocasiones penalizado por sus problemas de carácter, Windi Graterol posee una más que aceptable mano exterior, corre la pista,  sabe usar el cuerpo y no es mal pasador. Si, por una vez, logra que sólo eso pese en la balanza, Venezuela respirará aliviada.

Pese a su falta de altura, Miguel Ruiz actúa como cuatro, supliendo su falta de centímetros con actitud y una notable capacidad de salto. Intenso en defensa pero bastante limitado en ataque, dará relevos cortos pero intensos.

Grande y corpulento, Gregory Echenique parte como center titular de la escuadra del Che. Con capacidad para usar su cuerpo, Echenique tiene presencia en el rebote ofensivo y un sexto sentido para el juego sin balón. Algo carente de lateralidad y fondo físico, debe cuidar su tendencia a cargarse de faltas porque es fundamental.  

De larga trayectoria en la selección ya, en ocasiones Miguel Marriaga ha sido víctima de unas expectativas demasiados altas. Consciente de su papel, tiene capacidad de intimidar y ayudar en el rebote intentando compensar la habitual inferioridad en la pintura de la vinotinto.

El entrenador

Por encima de cuestiones baloncestísticas, Néstor García pasará a la historia por haber conseguido dotar a Venezuela de una identidad y estilo propios. Ausente Vásquez, le toca volver a apostar por la química grupal, una faceta que ya ha sabido exprimir estos tres últimos veranos y que harán de nuevo a Venezuela una selección seria defensivamente y complicada de doblegar si consigue imponer su ritmo.

Puntos fuertes

- La ausencia de Vásquez al menos refuerza la química grupal

- Control del ritmo de partido

- Concentración los 40 minutos. Rara vez se salen de los partidos

- Buena disposición defensiva

Puntos débiles

- Justos de centímetros y calidad en el juego interior

- Abuso del triple sin contar con grandes especialistas

- Poca flexibilidad ofensiva

- Sufren en partidos de ritmo altos

- La baja de Vásquez les deja sin un referente anotador claro y les priva, de largo, de su mejor jugador.

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