Sentado en el banquillo del equipo junior de Unicaja, con la actitud discreta que corresponde a un entrenador ayudante, un exjugador ACB, con una experiencia de más de veinte años en el baloncesto senior, aporta sus conocimientos a jóvenes talentos. Paco Vázquez (Ibiza 1974) sigue disfrutando del baloncesto.

“La sociedad ha cambiado y hoy es menos rigurosa en la relación de los jóvenes con los padres, maestros e incluso entrenadores pero por encima de todo deben prevalecer valores que siempre han sido fundamentales en el deporte y en la vida como son la amistad, el respeto, el esfuerzo, el Equipo”.

Reconforta ver exjugadores de alto nivel trabajando con jugadores jóvenes. Es esa una combinación fundamental que, bien enfocada, puede ofrecer inmensas posibilidades de una parte a los exjugadores que realizan la transición de la pista al banquillo y de otra y más importante si cabe a unos jugadores que reciben los consejos de quien mejor conoce la realidad del juego, de quien mejor conoce el oficio.

Paco Vázquez se formó en las categorías inferiores del Manresa y fue ascendiendo paso a paso desde la entonces Segunda División, la Liga EBA, las Ligas Adecco y la ACB. Ese jugador forjado desde su propio esfuerzo por mejorar, desde la humildad de quien no se ha considerado nunca una estrella pero sí un jugador capaz de aceptar cualquier reto, llegó a ser internacional con España, conoció el éxito máximo proclamándose campeón de la ACB con el Manresa, campeón de la Korac con el Unicaja o de la FIBA Eurocup con el Joventut. Compitió en finales, vivió los mejores momentos y aquellos menos buenos que también forman parte de la trayectoria de un deportista de élite y, rondando los cuarenta ha decidido seguir disfrutando del baloncesto, ahora, desde el trabajo de cantera en Unicaja.

“Cuando estoy con los juniors de Unicaja no olvido mi etapa en Manresa, doblando con el senior, con Ángel Palmi como Director Deportivo, con Pedro Martínez, Salva Maldonado o con Ricard Casas como entrenadores… e intento transmitir a los chicos la importancia dar siempre lo máximo aceptando que luego, Dios dirá. Algunos talentos llegan más pronto, otros tardan más años pero si un deportista quiere llegar, no debe dejar nunca de luchar”. En el tono de Paco Vázquez se descubre esa especial emoción e interés de quien ha vivido la realidad del baloncesto con pasión. Él mismo diferencia perfiles de jugadores con los que ha compartido vestuario en esos más de veinte años como jugador senior. “Hay muchas motivaciones diferentes para jugar al baloncesto y la mía, desde siempre, fue la de disfrutar mucho en todas sus variantes. Por eso cuando llegó la hora de dejar de jugar no dudé en seguir disfrutando como entrenador porque además de creer que soy capaz de enseñar el juego también creo que es fundamental transmitir todos los valores adquiridos durante años, tanto de los muchos y buenos entrenadores que he tenido como de grandes compañeros que he conocido”.

Paco Vázquez trabaja como entrenador ayudante de otro exjugador, Leandro Ruiz, en uno de los mejores equipos juniors españoles, y desde esa perspectiva analiza aquellos aspectos que considera fundamentales para incidir en la formación. “La sociedad ha cambiado y hoy es menos rigurosa en la relación de los jóvenes con los padres, maestros e incluso entrenadores pero por encima de todo deben prevalecer valores que siempre han sido fundamentales como es el de la amistad, el del respeto, el del esfuerzo, el del Equipo. No es fácil actualmente porque esos jóvenes jugadores tienen su entorno influyente que no siempre beneficia pero en general creo que los entrenadores debemos conseguir transmitirles los consejos adecuados”. Ya metidos en la pista, en el juego, en la enseñanza del oficio de baloncestista Vázquez profundiza sobre un aspecto que considera clave para la progresión de los más jóvenes. “Desde muy pequeños hay que enseñar al jugador a pensar, a saber aplicar en el juego lo que trabaja en los entrenamientos. A saber el porqué de las acciones que hace. El baloncesto es un juego que alterna ritmos, que vive los partidos con una intensidad muy alta y que por lo tanto para conseguir un mejor rendimiento individual y colectivo exige entender el sentido de lo que se hace. Hoy en día hay un nivel físico impresionante y técnicamente los jugadores trabajan mucho y reciben también mucha información en imágenes de sus jugadores referentes. Pues bien, todas esas capacidades hay que enseñar a aplicarlas adecuadamente, ¿desde cuando?, en mi opinión de desde el inicio”.

Desde siempre, incluso siendo jugador muy joven, Paco Vázquez mostró inquietud por lo que sucedía en el baloncesto, no sólo en su equipo sino a su alrededor en el deporte. Quizás fue esa curiosidad la que le llevó a cursar INEF y la que ahora le lleva a sacarse primero el título de Segundo Nivel y próximamente a cursar el Superior. Ha vivido el baloncesto de élite en paralelo a los éxitos de nuestro baloncesto y desde esa perspectiva analiza esa generación que ha llevado nuestro deporte a lo más alto. “Se hablaba mucho de los chicos de la generación de los ochenta y ellos mismos, cada uno con su estilo, con talento y con trabajo, han demostrado con hechos que había razones para apostar por ellos. A partir de ese grupo de jugadores se fue creando una inercia favorable en nuevas generaciones cambiando la mentalidad de muchos jugadores y convirtiendo nuestras selecciones en ganadoras. Ahora estamos ante la oportunidad de volver a apostar por jóvenes sabiendo que los grandes logros se han construido siempre a partir de los errores y que por lo tanto en la apuesta por la juventud lleva implícito el compromiso de saber aceptar que no será fácil. Por eso es básico seguir potenciando, como se hace actualmente, la figura de los entrenadores de base”. Y, si se me permite, seguir potenciando esas canteras desde la presencia de exjugadores que, como Vázquez, sientan esa vocación por transmitir experiencias a las nuevas generaciones. Experiencias relacionadas con los valores del baloncesto que van desde la pista, a la vida.