La Opinión
Rudy, el temporero galáctico
Óscar Giménez  | 30.09.2011 - 02:57h.
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Es el fichaje más sonado del Real Madrid en años. Rudy Fernández, flamante campeón de Europa en Lituania, entrena ya de blanco. El escolta, recién fichado este verano por el campeón de la NBA, ha llenado de ilusión la parroquia merengue en su excedencia obligada por el lockout.


Si en fútbol el Madrid se ha caracterizado por hacerse con lo mejor del mercado a base de talonario, en baloncesto no ha seguido la misma estela (de hecho, Sergio Llull, jugador franquicia la pasada temporada, llegó procedente de la liga LEB). Pero el aterrizaje de Rudy es una incorporación "galáctica" y ha causado una enorme expectación. No es para menos. Es un jugador joven pero consagrado, que milita en la NBA y es titular en la mejor selección, como mínimo, del continente.


Pero viene con interrogantes. A modo de temporero, con contrato de fin de obra, según determinen las negociaciones entre jugadores y patronal de la NBA. Sin posibilidad de ninguna maniobra, ipso facto viajará a Dallas cuando haya acuerdo, pero mientras jugará en el Palacio de los Deportes. Pese a los rezos en algún despacho de Valdebebas, no será por mucho tiempo, pero su estancia puede dejar una línea positiva que rompa con la impotencia del club blanco en los tres últimos años, pasados sin pena ni gloria lejos del Barça.


Independientemente del tiempo que finalmente esté en esta primera etapa en el Real Madrid, Rudy podría ser el símbolo que cambie la cara del equipo. El proyecto puede pintar muy bien, si Carroll y Pocius aportan lo que se espera de ellos, Velickovic vuelve a ser el mismo que apuntaba en su aterrizaje en la ACB, Carlos Suárez y Mirotic siguen creciendo, Sergio Rodríguez confirma las buenas sensaciones del final de temporada y Begic las del EuroBasket, mientras que con Felipe y Llull hay seguridad en su aportación.


Con estos mimbres Pablo Laso podría crear un equipo competitivo que pueda acercarse al Barcelona y Rudy, por supuesto, sería la punta de lanza del nuevo Madrid. Incluso, si como apuntan las previsiones, antes de enero abandona la capital, el equipo afrontaría los títulos con una gran pérdida, pero con un grupo fuerte y seguro de sí mismo, conformado ya desde los primeros meses de competición.


También puede ocurrir lo contrario. Que Rudy genere dependencia en el equipo, como inevitablemente sucede con los grandes jugadores en cualquier club. Si el resto de la plantilla no da un paso al frente, el Madrid se sumergiría otra vez en el fango de la mediocridad en el que ha vivido desde la Liga de Plaza.


Lo que parece en cualquier caso es que es un fichaje acertado. Acertadísimo. Ha insuflado de ilusión al madridismo, como pocas incorporaciones pueden conseguirlo. Aunque sólo sea por jugar unas semanas. Y quizás lo más importante: el Real Madrid se asegura que, en unos años, su contrato será indefinido.


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Artículo publicado por Óscar Giménez

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