La Opinión
Copa del Rey: Análisis del CAI Zaragoza
Luis Blanco  | 04.02.2014 - 01:08h.
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Al iniciar la temporada, el conjunto aragonés se había planteado como objetivos clasificarse para la segunda fase de la Euroliga, para la Copa del Rey y jugar los play-offs. Las dos primeras se han cumplido, pero sus expectativas de juego a tenor de la plantilla confeccionada no se han visto correspondidas.


Con el bagaje de la experiencia del año pasado, el equipo, mediatizado por la continuidad que permiten las circunstancias económicas, y a pesar de la pérdida de dos de sus elementos fundamentales la temporada pasada, Van Rossom y Pablo Aguilar, ha logrado repetir presencia en la Copa. Pero esta vez su trayectoria está marcada por la irregularidad. Con problemas en la pretemporada para trabajar en grupo debido a los compromisos internacionales de sus jugadores, el conjunto zaragozano responde a los mismos esquemas de juego que le condujeron a alcanzar el tercer puesto el año anterior: monopolio del lanzamiento exterior, dificultades para la lectura y elaboración del juego estático y un sistema defensivo que adolece de fundamentos tácticos.





La dupla georgiana Shermadini-Sanikidze, la polivalencia de Pere Tomas, la intermitencia de Tabu y la inclusión temporal de Álex Urtasun han sido las novedades que presentaba el roster maño. Desconocemos todavía si finalmente Henk Norel se reincorporará al equipo, felizmente recuperado de su grave lesión, y que en los pocos partidos que ha disputado ha ido a más. Su presencia sería una buena noticia.


La plantilla



El CAI tiene un equipo competitivo, que sufre cuando las circunstancias de los partidos le obligan a modificar el previsible guión inicial. Pedro Llompart, el único base puro, finalizó la temporada pasada de forma soberbia, y poco a poco en la actual comienza a recobrar sus cualidades como director de juego y hábil gestor de los finales de partido. Por su parte el belga Jonathan Tabu, encargado de la difícil misión de sustituir a su compatriota Van Rossom, combina grandes momentos de tensión defensiva y buenos porcentajes de lanzamiento con otros de ofuscamiento y pérdidas gratuitas de balón.


En cuanto a los escoltas, el californiano Michael Roll parece estar en la salida de una particular travesía del desierto en la que no ha mostrado sus enormes facultades técnicas y su facilidad para leer el juego. El islandés Jon Stefansson, a pesar de una reciente lesión, volverá a ser uno de los termómetros del equipo en cuanto a su nivel de implicación e intensidad, aunque a veces ese ímpetu viene acompañado de precipitaciones y errores. El canterano Javier Marín, en la actualidad lesionado, no parece contar con excesivos minutos, y de los que goza no parece aprovecharlos. El último fichaje, Álex Urtasun, contratado para suplir al escandinavo durante su ausencia, no ha sido renovado tras expirar el contrato temporal.





La batería exterior se completa con los aleros. El mallorquín Pere Tomás, después de una vida entera en la Penya, aporta esfuerzo defensivo y un sorprendente acierto desde más allá del 6,75. Por su parte Damjan Rudez continúa dando muestras de su enorme talento, tanto a través de la fiabilidad de su tiro exterior como su efectividad en el poste bajo, con unos fundamentos técnicos que le catapultarían a equipos de más entidad si añadiera una mayor intensidad en su dinámica de juego. El georgiano Viktor Sanikidze encarna el concepto de jugador total. Buen defensor, a lo que añade un potente y controlado salto, posee más recursos ofensivos de los que ha mostrado hasta ahora, pero no es el cuatro tirador que representaba Pablo Aguilar. A pesar de su versatilidad, en numerosas ocasiones parece perdido y ofuscado, quizá por la indefinición de su rol en el equipo, lo que le conduce a la frustración.


En cuanto a los pívots, el fichaje estelar fue el pívot georgiano Giorgi Shermadini, dos veces campeón de la Euroliga. Jugador de enorme capacidad ofensiva a pesar de su aparente lentitud, sufre más en defensa con pívots rápidos, aunque ha demostrado sobradamente su inteligencia al leer los flash y en la captura de rebotes. Todavía puede dar más de sí, a pesar de ser el jugador más valorado de la plantilla. Se mantienen Albert Fontet, capitán del conjunto, que aporta relevo a los titulares, rebote e intimidación, a lo que debemos añadir la notable mejora de su porcentaje de acierto en los tiros libres. Por su parte Joseph Jones empezó la temporada de forma magnífica, quizá por la inercia de su participación en la liga portorriqueña, pero poco a poco se ha ido diluyendo. Buen jugador de equipo e inteligente en la cancha, facilita la labor de sus compañeros a través de los famosos intangibles (bloqueos, ayudas defensivas…). Pero sin duda la mejor noticia sería la presencia de Henk Norel. El holandés, tras su grave lesión, proporcionaría un enorme salto de calidad por su dominio en ambas zonas. Su gancho, su juego de pies al poste bajo y sus rebotes fortalecería el juego del equipo maño.





EL entrenador



Reforzado por su tercer puesto en la temporada pasada, el zaragozano José Luis Abós continúa al frente de la nave rojilla. La estabilidad institucional del club y su dupla con el director deportivo Willy Villar parecen interrelacionadas. Entrenador de la casa, basa el éxito del colectivo en el acierto exterior, aunque quizá adolece de un amplio catálogo de recursos tácticos y de no leer con agilidad circunstancias del juego.


La estrella



Giorgi Shermadini, curtido en mil batallas y con diversos éxitos internacionales, debería ser la piedra angular sobre la que gravitaran las expectativas del conjunto zaragozano. Resolutivo en ataque, sería necesario que aumentara sus prestaciones defensivas y utilizara su capacidad de intimidación con más contundencia. Aunque no es capaz de generar sus propios tiros, muestra un enorme porcentaje de aciertos tanto en los tiros de dos como en los lanzamientos libres.


El tapado



Victor Sanikidze podría convertirse en el jugador revelación de la Copa. A pesar de su intermitencia, su enorme talento podría emerger con mayor continuidad que hasta la fecha si logra encontrar su posición en la cancha. Gran defensor y eficaz anotador, rendiría mucho más si no se le exigiera tan sólo anotar desde el exterior.





Puntos fuertes



La experiencia. El CAI ya no es el equipo bisoño que acudió el año pasado a Vitoria. Su tercer puesto en la Liga Endesa, la participación en la Eurocup y las aportaciones de sus jugadores internacionales le convierten en un equipo más adaptado a este tipo de competiciones.


Un sorteo benévolo. A pesar de ser el equipo organizador y ofrecer síntomas de mejora en los últimos compases de la Liga, Unicaja es el más accesible de los conjuntos que podría haberles tocado en suerte. Pero a pesar de la victoria obtenida en el Martín Carpena en la primera vuelta de la Liga, el pase a las semifinales no será sencillo.


Hacia la regularidad. El equipo parece haber aumentado los automatismos, mejorando el nivel de juego y la aportación de todos sus componentes.


Puntos débiles



La dirección de juego. A pesar de la mejoría de Pedro Llompart, el equipo ofrece lagunas en la dirección. Tabu es más un escolta que un base, y el mallorquín no tiene un relevo que dote de estabilidad y dinamismo al conjunto.


La carencia de otra marcha. Si el tiro exterior funciona, el CAI es una amenaza difícil de superar. Pero si los lanzamientos no alcanzan el porcentaje necesario, no dispone de alternativas en su juego y se convierte en un equipo previsible.th


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Artículo publicado por Luis Blanco

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