Después de una de las temporadas de Euroliga mas igualadas que se recuerdan llegó el fin de semana que lo decide todo. Una de las ciudades cuna del baloncesto europeo acoge la gran cita, con tres equipos clásicos y un recién llegado a la élite que puede dar mucho que hablar.

PRIMERA SEMIFINAL: OLYMPIACOS - MÓNACO

El conjunto griego, tres veces campeón (1997, 2012 y 2013), respondió a una cruel eliminación en semifinales de la anterior Final Four siendo el mejor equipo de la fase regular. Con Sasha Vezenkov como estilete ofensivo (17 puntos por partido y MVP de la competición) y un bloque prácticamente calcado al de la anterior temporada (el tirador Isaiah Canaan sustituyendo a Tyler Dorsey es el cambio mas destacado), el Olympiacos ha mostrado a ratos un nivel defensivo de absoluta élite. En cuartos sufrieron de lo lindo para superar a un correoso Fenerbahçe en cinco partidos, con un triple de Sloukas sobre la bocina que entrará en la mitología del equipo griego si terminan por alzarse con el titulo. Delante tendrán a un equipo que juega la primera Final Four de su historia: el AS Mónaco. El equipo francés, que hace apenas diez años andaba en la cuarta división francesa, ha tenido un ascenso meteórico, pero no se puede decir que su presencia en Kaunas sea una sorpresa. En 2021 se alzó con la Eurocup, y la temporada pasada se quedó a las puertas de la Final Four tras perder en cinco partidos contra su rival de hoy.

No contentos con eso, el equipo monegasco se reforzó con los fichajes del versátil alero John Brown, el base internacional francés y ex NBA Elie Okobo, el escolta Jordan Loyd y el ala pívot Adrien Moerman. El resultado ha sido uno de los equipos con mas nivel atlético de la competición, que ademas le ganó ambos partidos de fase regular a su rival de hoy. ¿Pagaran la novatada o serán capaces de repetir la machada en el mayor escenario de todos?

Desde luego, en las gradas no hay partido alguno: se podría estar jugando en el corazón de Atenas. El inicio es algo parco en anotación; Vezenkov no encuentra el camino al aro y son los monegascos los que consiguen las primeras ventajas (6-10). Desde luego no parecen intimidados por la disparidad en las gradas. Son los de Bartzokas los que parecen mas inseguros, con algunos fallos impropios y sufriendo mucho para anotar en estático. Intercambio de canastas para terminar el cuarto y los de Sasa Obradovic mandan en el electrónico (14-20).

Obradovic da descanso a Mike James y los del Pireo lo aprovechan para subir lineas. El Mónaco no se encuentra cómodo y pierde varios balones que se convierten en canastas fáciles en el otro lado (22-22). Un tiempo muerto calma los ánimos de la grada, y cinco puntos de Loyd devuelven la iniciativa a los franceses. El Olympiacos sigue teniendo graves problemas para encontrar buenas situaciones en estático, y ademas su porcentaje en tiros libres no pasa de un paupérrimo 50%. La vuelta de Mike James a pista y el despertar de Okobo hacen que el parcial del inicio de cuarto parezca poco más que un espejismo. Un triple en contraataque del base francés y tres tiros libres del americano elevan la diferencia hasta los doce puntos (29-41). Las estadísticas de tiro del Olympiacos en esta primera parte hablan por si solas: 8/24 en tiros de campo y 9/18 en tiros libres. Necesitan una reacción ya mismo.

Los griegos empiezan la segunda parte mordiendo gracias a un parcial de 8-0, con Motiejunas lanzando tiros incomprensibles en ataque. La marea roja se viene arriba y Sasa Obradovic se ve obligado a pedir tiempo muerto. Sin embargo, su equipo no levanta cabeza, y los triples de Papanikolau y Vezenkov dan la primera ventaja a los suyos (43-41). La ventaja de los monegascos se ha esfumado en cuatro minutos dantescos. La (enorme) pájara del Mónaco. sigue sin dar visos de remitir. El parcial se eleva a 27-2 (!!!!) y los del Pireo acaban el cuarto totalmente al mando del encuentro (56-43). Si las estadísticas del Olympiacos en la primera parte habían sido malas, este cuarto del Mónaco debe haber batido todos los récords. No sé si hablar de inexperiencia, ya que jugadores como Okobo, James o Loyd desde luego no van faltos en estas lides, pero han desaparecido todos en combate. Es obvio decir que la defensa de Olympiacos ha tenido mucho que ver; he perdido la cuenta de las veces que los monegascos se han comido la posesión sin tirar o han tenido lanzar en el ultimo segundo en situaciones simplificas.

Tras el éxtasis del tercer cuarto, los de Bartzokas bajan algo de revoluciones. El Mónaco asoma la cabeza (60-53), pero nadie entre los de Obradovic da la sensación de creer que hay todavía posibilidades de remontada. El martillo pilón de Moustapha Fall está siendo decisivo en este último cuarto, castigando la decisión del técnico monegasco de defenderle sin ayudas (68-57 a falta de tres minutos). El partido termina con un 76-62 a favor de los atenienses, que vuelven a una final de Euroliga por primera vez desde 2017. El trabajo de Papanikolau (15 puntos) en ambos lados de la cancha ha sido decisivo, pero sobre todo la defensa colectiva que ha anulado completamente al Mónaco en un tercer cuarto que no se olvidará.

En rueda de prensa, Sasa Obradovic admite la incapacidad para reaccionar cuando las cosas se han puesto cuesta arriba, si bien también habla del logro que supone haber estado aquí. Aunque tenga razón, en opinión del autor la plantilla del Mónaco es lo suficientemente buena como para no haberse derrumbado de tal manera y deja un regusto amargo en un equipo que ha sido de los grandes animadores de la competición. Olympiacos espera rival para la final del domingo.

SEGUNDA SEMIFINAL: FC BARCELONA - REAL MADRID

Por segunda temporada consecutiva los eternos rivales se encontraran en semifinales de la máxima competición europea. La derrota de los azulgrana en la pasada Final Four fue una daga directa al corazón del equipo entrenado por Saras, que vio sin recompensa una temporada donde habían superado constantemente al equipo blanco hasta aquel momento. Sin embargo, éstos llegan con las importantes bajas de Gabriel Deck, Vincent Poirier y Yabusele, este ultimo sancionado la lamentable tangana en cuartos de final contra el Partizan. Por su parte, el Barca llega con la baja de Cory Higgins.

Sale el Madrid mas enchufado, con Tavares como estilete. La decisión de Saras de salir con Sanli de inicio no parece la adecuada, si bien el técnico lituano tampoco cuenta con ningún jugador que pueda ser efectivo contra el caboverdiano. Sorprende también la decisión de Chus Mateo de salir con Eli Ndiaye de inicio para defender a Nikola Mirotic. El joven jugador había hecho un buen trabajo con Zach Leday en algunos momentos de la serie contra el Partizan, pero esa es una apuesta arriesgada del coach madrileño. Sin embargo, la apuesta sale bien, Mirotic se encuentra incómodo y marra sus primeros cuatro lanzamientos y Saras se ve obligado a mandarle al banquillo. Sin embargo, el Barca contesta el 3-10 inicial desde la linea de tres con un pletórico Abrines (tres triples ya en el primer cuarto). Curiosamente, los azulgrana solo anotan desde los 6,75 este primer cuarto, y los diez primeros minutos terminan con empate en el marcador (18-18). Los azulgrana siguen enchufados desde el triple, con Kuric tomando el relevo de Abrines y empiezan a abrir brecha. Pese a que Mirotic sigue negado, Satoransky toma la iniciativa y empieza a hacer daño con sus penetraciones. La distancia se acerca a los dobles dígitos (40-31), pero un arreón final de los blancos, con un triplazo de Llull cerca de la bocina de medio tiempo deja a los blancos a seis puntos (42-36). La sensación es que el Barcelona no ha aprovechado todo lo que debería sus buenos minutos y su fantástico acierto desde el triple (9/14).

La segunda mitad empieza con un fallo incomprensible y un triplazo de Hezonja en el otro lado. El Madrid emplea una zona 3-2 que, con la presencia de Tavares en la zona, logra cerrar las cercanías del aro y al mismo tiempo dificulta los lanzamientos exteriores. Poco a poco los de Mateo van ganando enteros y haciéndose con el control del encuentro, con un Barcelona cuyo acierto exterior mengua por momentos (49-54). Tavares sigue causando estragos y está ya con 16-10, pero los triples de Kuric y Laprovittola cierran la brecha al final del tercero (55-58). El ultimo cuarto es un quiero y no puedo de los azulgrana. Con la zona como territorio prohibido, los azulgrana siguen intentándolo desde el triple sin apenas acierto. Por su parte, en el Madrid aparece el Chacho, que con una racha de magia eleva la diferencia hasta los ocho puntos con poco mas de cuatro minutos por jugar (61-69). Los últimos minutos son una nueva demostración de Tavares, que intimida cualquier intento de acercarse al aro, coronado con un un soberano tapón ante un intento de mate de Abrines, el mejor de los azulgrana con 16 puntos. Al final, 66-78 y una nueva demostración de impotencia de los de Saras en el partido mas importante de la temporada. El horrendo partido de Mirotic (1/10) ha sido clave, pero sobretodo la incapacidad de acercarse al aro. Y es que el Barcelona termina con mejor porcentaje desde el triple que de dos (10/33 en tiros de dos por 15/39 en triples). En un partido de similar desarrollo al de la anterior temporada, los de Saras caen, pero esta vez de manera mas clara.

Saras se centra en la incapacidad de jugar en equipo, y que incluso en los mejores momentos del segundo cuarto no han encontrado su nivel habitual de juego de los últimos meses. La clave es que no ha encontrado respuesta para Tavares y el planteamiento defensivo de Chus Mateo. Por parte blanca, la satisfacción del técnico es palpable, sus decisiones tácticas han sido clave, con la defensa zonal causando pesadillas, y la decisión de utilizar a Ndiaye sobre Mirotic funcionando de maravilla. Después del abismo del 0-2 ante el Partizan, el Madrid jugará la gran final este domingo. Será la cuarta final entre ambos equipos (1995, 2013 y 2015), con dos victorias blancas hasta la fecha.