Los Susijengi recibieron una ovación en pie de cinco minutos al marcharse de la canchade manos de los más de 5000 aficionados finlandeses presentes en las gradas de Praga.

Finlandia disputó una prórroga el primer día, pero no pareció notarlo menos de 24 horas después y se mostró como un equipo fresco y lleno de energía para derrotar con facilidad a Polonia por 89-59.

Polonia no pudo igualar el acierto en el tiro de Finlandia, y a buen seguro el seleccionador Igor Milicic no estará contento con los 17 triples permitidos. Sasu Salin tuvo uno de sus días, de esos en los que ningún equipo puede hacer algo al respecto.

Finlandia se puso por delante desde el comienzo, pero en esta ocasión logró proteger su ventaja de dos dígitos, a diferencia del encuentro ante Israel. Una vez que los tiros comenzaron a caer en la segunda mitad, los finlandeses se alejaron de manera decisiva y la victoria por 30 puntos podría hacer maravillas para ellos en caso de un posible empate al final de la fase de grupos.

Lauri Markkanen hizo lo habitual con 17 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias, pero fue Sasu Salin la estrella del día con 18 puntos, 6/10 en tiriples y 6 asistencias. Quizás la mejor estadística para mostrar la influencia de Salin en el juego fue que los finlandeses sumaron un +29 en sus 21 minutos en la cancha. Alexander Madsen fue el compañero de equipo más cercano en este apartado con +20.

Finlandia sumó 17 triples y Polonia tuvo 16 tiros de campo. No es una buena señal que tengas más pérdidas de balón (18) que tiros (16), algo que le sucedió a la escuadra polaca.

Ambos equipos se colocan 1-1 antes del día de descanso. Finlandia se lamenta por su derrota en la prórroga ante Israel, pero al mismo tiempo una actuación como esta podría llevarlos a cuartos de final. Por su parte, Polonia tuvo un duro despertar después de su gran actuación contra República Checa. Las alarmas están encendidas, sobre todo porque ninguno de sus jugadores alcanzó los dos dígitos de anotación.