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La cuarentena burgalesa del ilustre Diego Ocampo
FEB.ES  | 16.04.2022 - 18:46h.
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Curtido en mil batallas en el baloncesto nacional, el técnico Diego Ocampo se hizo un hueco en la historia de la Liga LEB Oro en una temporada 2017/18 en la que necesitó de apenas 42 días para ascender a la Liga Endesa a un Baxi Manresa del que había tomado sus riendas apenas unas horas antes del inicio de los Playoffs por el ascenso. Una fórmula que tratará de repetir ahora en la Liga LEB Plata de la mano de un Tizona Burgos dispuesto a emular lo acontecido por aquel entonces en tierras catalanas..

Corría la mañana del pasado lunes cuando el Tizona Universidad de Burgos hacía oficial la contratación de Diego Ocampo como su nuevo entrenador para el tramo final de la temporada. Un nuevo destino para uno de los técnicos con mayor experiencia de la categoría y que, sin embargo, iba a suponer todo un reto personal al contar con apenas 5 jornadas de entrenamientos antes de poder dirigir su primer encuentro en la tarde de este próximo domingo.

Porque si ya de por sí suele resultar complicado el tener que tomar las riendas de una plantilla mediada la temporada, el reto parece adquirir una dificultad aún mayor cuando el debut al frente del equipo llega en la misma noche en la que dan comienzo los Playoffs por el ascenso. Todo un riesgo asumido con valentía por el técnico ourensano y, en especial por un club al que no le ha temblado la mano a la hora de tomar la decisión.

Y es que la directiva encabezada por Miguel Ángel Benavente no ha dudado a la hora de intentar emular la historia de su nuevo técnico, un Ocampo que llegó al Baxi Manresa en idénticas circunstancias a finales de la temporada 2017/18 para lograr el ambicioso objetivo del retorno a la Liga Endesa. Una historia que guarda un buen número de similitudes con la de un Tizona Burgos que asumió el cambio de técnico con la conclusión de la Liga Regular y con el único objetivo de poder buscar el retorno a una categoría superior un año después de su descenso. 

Pero para poder repetir lo acontecido por aquel entonces, Diego Ocampo tendrá incluso algunas horas menos de trabajo que en un 2018 en el que le bastaron 42 días para culminar el reto, los transcurridos entre su fichaje en la mañana del 20 de abril y el quinto encuentro de la final ante Melilla en la noche del 2 de junio. Y es que, en este 2022, serán un total de 40 los días que separen su firma en la tarde del 11 de abril del segundo encuentro de una hipotética final el próximo 21 de mayo.

Toda una "cuarentena burgalesa" para la que Ocampo conoce a la perfección la fórmula a seguir teniendo que ejercer como el agente motivador de una plantilla repleta de calidad y experiencia. Así sucedió por aquel entonces y ese deberá ser por tanto el punto de partida para que Diego pueda sentir todo un "Déjà vú" manresano a orillas de su nuevo destino junto al Río Alarzón. 

Pero, ¿logrará repetir tan complicada y exigente historia? La respuesta, a partir de este domingo...





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