Que España se había constituido en una potencia deportiva mundial de primer orden era algo que ya venía observándose desde hace años. Pero el triunfo en el pasado Mundial de fútbol no sólo ha permitido probablemente ocupar el primer lugar del escalafón, sino que tiene importantes efectos en muchos otros ámbitos de la sociedad. Acabo de regresar de unas vacaciones en las que he visitado muchas localidades de la mitad sur de la península y he comprobado la masiva proliferación de banderas españolas en balcones, coches, bares, etc. Se ha producido una mejora del sentimiento de autoestima nacional espectacular. Parece que estamos pasando de la mentalidad del “Spain is different” (somos informales pero aquí se vive muy bien) a la del “We are the Champions” (aquí se vive muy bien y además somos muy buenos). Es la confirmación de lo que respondía Javier Gómez-Navarro en una encuesta entre diferentes personalidades acerca del impacto que para la sociedad española podía tener el éxito futbolístico del verano. En la misma decía que, como ya pasó tras la Olimpiada de Barcelona, el resultado mejorará la moral y competitividad de la sociedad española.


Si dentro del campo hemos llegado a ese status, donde hace ya mucho que lideramos con diferencia es en el ámbito del periodismo deportivo. No hay otro país del mundo donde el seguimiento mediático de sus equipos y deportistas individuales se pueda equiparar al de España. Como muestra, los varios diarios de índole exclusivamente deportiva colocados entre los de mayor difusión del país, amén de la intensa cobertura que desarrollan los medios generalistas. Se trata, además, de un periodismo apasionado y que suele alinearse con alguno de los contendientes. Esta atención mediática, consecuencia de cómo se vive el deporte en la sociedad española, ha sido crucial para conseguir ese status de potencia antes comentado. Pero también significa para los nuestros una presión mayor que la que soportan sus rivales extranjeros por la diferente repercusión de sus resultados.


Hago esta larga introducción para iniciar mis comentarios sobre el Mundial de Turquia. La historia se repite desde hacia varios veranos. Un equipo con talento y ambición se reúne para afrontar el campeonato correspondiente. Tras una preparación llena de partidos espectaculares se disparan las expectativas acerca de sus posibilidades. A partir de ahí, estos son los “sentires generales” que me ha parecido detectar en los últimos 10 días en el Entorno (aficionados, prensa y gente del mundillo):

27 Agosto: “Mañana empieza el Mundial con España como gran favorita junto a USA”

28 Agosto: España-Francia: “Tropezón inesperado que abre dudas”

31 Agosto: España-Lituania: “Fracaso español, se echan en falta jugadores, decisiones tácticas discutibles, el banquillo no aporta, hay hombres en baja forma, etc.”

4 Septiembre: España-Grecia: ”Los campeones han vuelto y ya han puesto la directa”


Ante un entorno de tal volubilidad no se hace extraño que nuestra Selección no haya tenido un comportamiento estable. Yo estoy de acuerdo con Scariolo en que fundamentalmente lo que nos ha pasado es que la ansiedad nos ha condicionado. En varios partidos hemos dado la sensación de que no estar ganando de 10 puntos cada cuarto era una frustración. Consecuentemente, si la cabeza no va fina, nada va fino (“el baloncesto es ¾ mental y ¼ físico” Bobby Knight dixit). Cuando todos hemos bajado al mundo real, hemos dado la mejor medida de nuestras posibilidades.


¿Qué quiero decir con esto? Pues que creo que nos tendríamos que exigir a nosotros mismos más coherencia y rigor en nuestros juicios, así como menos tremendismo. Perdonadme que no me esfuerce en ponerle prosa, pero esta es mi reflexión sobre el campeonato:

- Probablemente España es la 2ª mejor selección del Torneo

- La 1ª no está fuera de nuestro alcance

- La diferencia sobre las supuestas 3ª, 4ª, 5ª y 6ª no es tan grande como para que no nos puedan ganar, incluso jugando nosotros un partido correcto.

- Había al menos otras 5 selecciones más que nos pueden ganar sin necesidad de nada sobrenatural

- Nuestro banquillo es peor que nuestro 5 inicial (¡por eso estos juegan de titulares, no te fastidia!)

- Que alguien me diga otros banquillos (ahora creo que se le llama 2ª unidad) del campeonato mejores que el nuestro.

- Que haya una discusión sin exageraciones entre 2 jugadores no significa que se haya perdido el “buen rollo” (es más, es una saludable muestra de que les preocupa lo que pasa)

- El entrenador lleva unos cuantos años en esto como para que cada partido haya que juzgar si vale, si es capaz de gestionar el grupo, etc.

- Los años que hemos comenzado muy bien (excepto en Japón) hemos terminado decepcionados (“maldición de cuartos”)

- Un comienzo malo no es irremediable (véase EuroBasket 2009)

- Algún año nos saldrá un mal torneo sin que signifique ninguna debacle ni fin de ciclo.

- Dejemos trabajar y juzguemos al final


Estoy escribiendo este artículo antes del partido de cuartos de final contra Serbia. Creo que nuestras posibilidades de pasar son altas si mantenemos nuestro mejor nivel. En cualquier caso, no veo que nuestra superioridad sea de una magnitud inabordable para el rival. Cuanto más conscientes seamos todos de que podemos perder, más posibilidades tendremos de ganar.


Quiero acabar con algunos elogios televisivos:

- Seguramente no soy objetivo (somos amigos), pero me gusta como conduce las retransmisiones Mel Otero. El reto de sustituir a Andrés Montes (QEPD) es tremendo, pero su entusiasmo es contagioso y vibrante.

- Las aportaciones de Epi y L. Iturriaga son de un valor muy importante. Creo que acercan realmente a lo que es la situación técnico/táctica/física/psicológica de los partidos. Por su experiencia e inteligencia creo que quienes no han tenido la suerte de vivir el baloncesto profesional de cerca harían bien en considerarlo un aprendizaje.

- La orgía de baloncesto de Marca TV es de las que no se olvidan. En nombre de todos los adictos a la pelota naranja: ¡muchas gracias!.

- De entre los comentaristas de Marca TV me quedo con Sasha Djordjevic. Si además de saber eres simpático, entonces es fantástico.


Que la Suerte nos acompañe!