Nos dejó también, por culpa del maldito cáncer, el amigo Toa Paterna. Un amante del baloncesto que nos ha dado una nueva lección de cómo asumir esa fatídica enfermedad que se ha convertido en la gran epidemia del siglo XXI.


Todos los recuerdos y el trato recibido por este amante del baloncesto fueron con mi persona correctísimos, en aquella época en la que como jefe de prensa las llamadas y las conversaciones en el Pabellón veleño eran prácticamente diarias. Mi última conversación, en la pasada Semana Santa, en los prolegómenos del partido de LEB, Clínicas-Vigo. Se había acercado a saludar a muchos amigos que tenía en ambos conjuntos, con su sonrisa de siempre y la educación por bandera. Comprometido con la causa de Jerez en estos últimos años, luchando con sus jugadores dentro y fuera de las canchas ante los incumplimientos con los pagos de las instituciones, en una situación que a otros hubiese reclutado en casa. La llegada a su vida del Cáncer no fue excusa nunca para abandonar los banquillos en los que ha permanecido siempre. Y es que su casa era la cancha de baloncesto. Encontraba en el deporte de la canasta las fuerzas necesarias para seguir viviendo de forma intensa y paralela en su lucha por la vida.





Toa Paterna contaba con 47 años. Una persona curtida en mil batallas a nivel de baloncesto base en Málaga y Andalucía, que probaba el salto al baloncesto profesional en el primer año dentro del proyecto LEB en la Axarquía. Hijo del que fuera presidente de la Federación Malagueña de Baloncesto, Pepe Paterna, y que la carretera se lo quitaba, se había curtido desde pequeño en este deporte en las canteras paleñas que tanto han dado para el baloncesto malagueño. Su trabajo en el baloncesto base lo llevó a moverse en la élite en estas categorías. Como psicólogo y pedagogo, conocía en todo momento cómo acompañar a estos jóvenes jugadores, inmersos en una lucha con equipos mucho más curtidos. Antes de venir a la Axarquía para hacerse cargo del equipo a formar en LEB Plata, tuvo una primera inclusión en el stage técnico del equipo ACB, pero precisamente su sustituto después en el conjunto axárquico tomaba también su lugar en el primer equipo.


En Vélez-Málaga, sin duda, aprendió a forjarse como técnico profesional porque así siempre lo confesaba. Él también venía a aprender, pese a que se las sabía todas. Y en unas condiciones muchas veces deplorables, sacaba poco a poco todo lo que podía de los jóvenes futuribles cajistas. Su trabajo se fue mermando poco a poco por temas más bien extradeportivos que no vienen al caso pero que en un acoso y derribo terminaron con su cese en el proyecto axárquico tras casi dos temporadas. Para el recuerdo, aquella imagen de dirigir un entrenamiento desde una camilla porque necesitaba estar, a pesar de su fuerte lumbalgia, en la última Navidad en la Axarquía. Y es que siempre era motivo para uno poder aprender junto a Toa en esto de estar con un grupo. Disfrutar sus entrenamientos y a la vez disponerse a explicarte el porqué de muchas cosas, con la confianza de sentirte cercano siempre. Un maestro del baloncesto, sin duda, que siempre se disponía a mi llamada antes de las ruedas de prensa en los desplazamiento porque valoraba como nadie tu trabajo.





Toa Paterna tomó su reválida en Jerez donde hizo grande al baloncesto. Los problemas de distinto índole, sobre todo los económicos, no eran problema para deportivamente lograr el ascenso y eso que la enfermedad ya había entrado en su vida. Las veces que lo llamé, siempre fueron para felicitarlo por clasificarse o ganar una Final Four y lograr el ascenso. Y llegaba luego tras su paso en LEB Bronce, su temporada en LEB Plata donde los problemas se multiplicaron. Nueva campaña solventada con creces pero que se va al garete por temas económicos que bajan al equipo a la EBA.


Este año, se ha paseado en el grupo D de esta categoría a pesar de nuevo de las dificultades. Huelgas, sentadas, lectura de manifiestos,… por un momento, creemos incluso que la enfermedad está superada. Pero es que hay gente que sabe llevar sus cruces con garbo y de esa gente era Toa. A pesar de todo, nueva fase de ascenso y eso que afrontaba viajes maratonianos de una punta a otra, como ya hacía en Plata, por carretera. Al final, logró su clasificación para la fase de ascenso que a lo mejor tampoco se podría haber hecho efectivo porque como ha pasado con Toa, el baloncesto en estas categorías lleva tiempo camino de su desaparición.


La noticia que he leído esta noche en el blog de mi compañero Juan Ramón Padilla me ha dejado pillado. Cada vez son más las veces que me ocurre últimamente. El tener que escribir, compungido por una noticia de este tipo. Quizás sea por el hecho de que uno se va haciendo mayor. Y de nuevo uno se pregunta el porqué.


Me quiero quedar con la lección dada por el amigo Toa hasta el final. Esas ganas de estar al 100 % con lo que más le gustaba. Tal como me lo encontré la última vez, con la sonrisa en la cara y tomando el tema de la situación de Jerez y Vigo, en aquel partido, como su mayor preocupación y como tema principal de conversación, porque lo demás, no era tema. Lo era quizás más para otros; no para él. Queda por hacer esa vuelta que tenía prevista con Unicaja para la nueva temporada. Pendiente una reunión con su amigo de infancia Ramón García para cuando se levantara de esta última trombo que se lo ha llevado. Ni por asomo nadie esperaba este final





Hoy, me siento orgulloso de haber compartido y aprendido tanto del baloncesto junto a Toa. Algo que sabe porque lo hemos hablado. Era muy fácil trabajar a su lado para poder informar. Gran parte de los halagos que constantemente te hacía en tu labor durante aquellos años, llegaron por su forma de estar y de ser; viendo siempre lo positivo en todo. Con su ejemplo me quedo en mi recuerdo en basketaxarquía, que pierde así un seguidor y sobre todo, un amigo.


A las 16:30 horas de hoy lunes se llevará a cabo el funeral religioso en Parcemasa. Desde aquí también nuestra oración.

Antonio J. Reyes

Artículo publicado en www.basketaxarquia.com