Rodillo blanco en Málaga
Óscar Giménez
| 19.11.2011 - 18:08h.
El Real Madrid protagonizó una capacidad para atacar espectacular en el Martín Carpena. No es ganar en Málaga, y menos hacerlo así. El Madrid ha vuelto a demostrar su enorme facilidad para correr y anotar, y en un partido muy vivo, con muchos ataques, ganó con claridad.
Y es que en ataque todo el mundo se suma a la fiesta. Rudy juega ‘sobrado’, Carroll es un auténtico microondas que necesita muy pocos minutos para acercarse o sobrepasar los 20 puntos, y el resto, Llull, Mirotic, Tomic, etc, no andan a la zaga.
El Unicaja por su parte estuvo siempre más allá de los 10 puntos de distancia. Le faltó apretar en defensa y quizás embarrar el encuentro. En un continuo intercambio de canastas, ofreció un gran espectáculo pero no pudo poner en problemas al Madrid, a pesar de la brillantez de Darden y sobre todo de Freeland, que se fue a los 28 de valoración con 20 puntos y 10 rebotes.
Pero en el vendaval ofensivo no le costó triunfar al equipo de Pablo Laso. El técnico madridista lleva toda la temporada buscando que su equipo corra y anote, que todos se sientan importantes y puedan aportar puntos. Sólo Pocius con pocos y desacertados minutos, y Begic, que no jugó, no pudieron sumarse a la fiesta.
La duda en el Real Madrid es simple: ¿Qué pasará cuando haya que jugar en estático y a menos de 70 puntos? Porque en muchas canchas de Europa y alguna española, es lo que buscan los rivales. ¿Conseguirán imponer el ritmo? Hay equipos, como los griegos, que seguramente sí. Y hay dudas razonables del rendimiento del Madrid en estos casos.
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Artículo publicado por Óscar Giménez