La Opinión
Las Historias de Sunara: Ivkovic y Djordjevic, dos viejos ¿amigos? (I)
Iván Fernández  | 23.02.2016 - 02:21h.
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SEGUNDA PARTE: IVKOVIC Y DJORDJEVIC, DOS VIEJOS ¿AMIGOS? (II)




Sin duda, uno de los encuentros más interesantes de la última jornada de la primera vuelta del Top 16 fue el que enfrentó al Panathinaikos y al Anadolu Efes. Interesante de por sí en lo clasificatorio, el duelo entre el conjunto turco y el griego cuenta con una historia propia que, incluso, trasciende la habitual rivalidad entre escuadras de los dos países.

 

Enfrentados por primera vez en la temporada 93/94 con doble triunfo del entonces Efes Pilsen (67-82 en Atenas y 68-59 en Estambul) con grandes actuaciones de Sarica y Naumoski en un doble duelo que sentenciaba las dos primeras plazas del grupo B, los duelos más trascendentes entre Efes y Panathinaikos llegarían años después con un doble enfrentamiento en las semifinales de 2000 y 2001. Tanto en Salónica como en París, el cuadro verde se imponía dejando en la cuneta a los cerveceros en sus dos únicas apariciones en la Final Four. Rivales habituales desde entonces, el otro gran precedente entre ambos habría que buscarlo en 2005, dentro de una eliminatoria de cuartos de final tan apasionante como polémica. Entonces, como en 2001, los banquillos de Panathinaikos y Efes cobijaban a Zeljko Obradovic y Oktay Mahmuti respectivamente, en un duelo de banquillos que este Top 16 ha revivido, en esta ocasión dirigiendo al Fenerbahçe y el Darussafaka, respectivamente.

 

 

Con Obradovic de por medio, no resulta complicado encontrar historias cruzadas en casi todos sus enfrentamientos del grupo, incluyendo su duelo con quien fuera su padrino (también en la vida civil y en sentido literal), Dusan Ivkovic, y quien fuera su ex-compañero y luego pupilo Aleksandar Djordjevic. Sentados hoy en los banquillos de Efes y Panathinaikos, su duelo configura una de las notas más destacadas del año. En la previa las buenas palabras fueron la nota predominante. Unas palabras tan medidas como frío fue el abrazo final en el que era su primer duelo en los banquillos.

 

Sin excesivo esfuerzo, no resulta complicado asociar las figuras de Ivkovic y Djordjevic, partiendo, por ejemplo, del hecho que el segundo ocupa en la actualidad el cargo de seleccionador serbio al que llegaba tras la salida del propio Ivkovic. Un poco más atrás en el tiempo, podría recordarse que en 1991 y 1995 Djordjevic se proclamaba campeón de Europa de selecciones con Yugoslavia a las órdenes del hoy técnico del Efes. Pero aún siendo esa ya una buena excusa para jugar al viejo juego de las relaciones cruzadas, su particular intrahistoria podría rastrearse mucho antes...

 

 

Un rincón de Belgrado...

 

Aunque por lo general se ha situado el epicentro del baloncesto de Belgrado (y por extensión en su día poco menos que el de Yugoslavia) en el centro de la ciudad, no toda su historia puede circunscribirse a esas coordenadas. En torno a Kalemegdan dentro de la muralla la vida giraba en torno a Partizan o Estrella Roja, mientras que fuera de la misma el OKK Beograd disfrutaba su propio espacio. Sin embargo un cuarto foco acabaría por ocupar por derecho propio un sitio en la historia.

 

Situado al este de la ciudad, Crvena Krst encarnaba en los años 60 la perfecta simbiosis de barrio a medio camino entre lo obrero y lo bohemio. En ese contexto particular tenía cobijo el entonces cuarto grande de Belgrado: el KK Radnicki. Entorno propio por la "lejanía" del centro, cuna de árbitros y pionero en la celebración de torneos de 3X3 o minibasket aprovechando sus canchas al aire libre, Crvena Krst y el Radnicki pronto se significarían por otro aspecto más: ser la cuna de toda una escuela de entrenadores. Con Ranko Zeravica como ejemplo más redondo, del entorno del Radnicki surgen nombres como los de Milan Vajosevic, Bora Cenic o Dragoljub Pljakic... amén de otras cuatro figuras capitales. Ayudantes en distintas etapas del propio Zeravica, Crvena Krst es el punto de partida a su vez de las carreras de Dusan Ivkovic y Bozidar Maljkovic. Antes que ellos, otros dos nombres surgen como ejemplo rotunda de la importancia de aquel peculiar ecosistema: Slobodan "Piva" Ivkovic (hermano de Dusan) y Bratislav "Bata" Djordjevic (padre de Sasa).

 

Jugador de innegable talento en el Radnicki de los años 60, una lesión ocular precipita la prematura retirada de "Piva" Ivkovic saltando sin solución de continuidad a los banquillos. Intuitivo, con fama de innovador y fiel a las ideas de Zeravica, pronto comienza a labrarse una más que interesante carrera. Tras ser uno de los pioneros en los viajes a USA, donde entabla una relación de amistad con John Wooden, Piva Ivkovic se hace cargo del primer equipo del Radnicki dirigiéndolo por más de una década. Sin grandes estrellas más allá del tercer Ivkovic (Dragan, en este caso sin parentesco) o de Srecko Jaric (padre de Marko), "Piva" lleva al Radnicki al título liguero de la 72/73 y a las semifinales de Copa de Europa del año siguiente. Bajo su dirección el Radnicki suma, a su vez, la Copa de 1976 en lo que supone su despedida oficial de un Radnicki que en el curso siguiente cae en la final de la Recopa por tan sólo un punto ante el Cantù, ya dirigido por el antes citado Milan Vajosevic. Al margen de su etapa a nivel de club, donde también sería entrenador entre otros del MZT Skopje o el OKK Belgrado, "Piva" Ivkovic sucede a Ranko Zeravica dirigiendo a la selección junior en los Juegos de los Balcanes y en el Europeo de Vigo 1968, donde se alza con la plata en una selección en la que destacan Slavnic, Simonovic o Vinko Jelovac. A su vez, en la década siguiente Ivkovic dirige en diversas ocasiones a la selección B.

 

 

El Radnicki de la 72/73 que dirigía Pivo Ivkovic y donde figuraba el tercer Djordjevic: Miroslav

 

Foto completa: https://goo.gl/Nl8uON

 

Por su parte, Bratislav "Bata" Djordjevic surge también como jugador del Radnicki antes de dar el salto a los banquillos. Dentro de una extensa carrera, sus mayores éxitos llegan dirigiendo al Estrella Roja, donde logra la Copa de 1971 y un año después alcanza el título liguero en partido de desempate ante una Jugoplastika que semanas atrás se había quedado a un paso del título de campeón de Europa. Slavnic, Simonovic, Rakocevic o Kapicic forman una escuadra que al margen de sus éxitos locales logra alcanzar la final de la Recopa de 1972. A finales de los 70, Djordjevic lleva al Radnicki a alcanzar la final de Copa del 78 a la vez que recluta del Usce (un club amateur) a Bozidar Maljkovic como asistente en una faceta que se repetiría a la inversa en el Limoges campeón de Europa de 1993.

 

A lo evidente de esos éxitos deportivos de Ivkovic y Djordjevic conviene añadir el exigente contexto donde se producen. En una liga yugoslava de los 70 en la que los jugadores no podían salir a jugar hasta los 28 años y donde se acumulan los éxitos de la selección gracias a una generación dorada, echar un vistazo al historial de esa década permite valorar hasta qué punto era complicado arañar la gloria. Considerada por muchos como una década de más nivel incluso que la de los 80, lo que esta claro es que la Prva liga fue el ecosistema perfecto donde convivieron un montón de equipos de primer nivel. Basta echar un ojo al palmarés de aquellos años para comprobar la cantidad de equipos que pelearon por Liga y Copa. Ese nivel no sólo se circunscribió a las fronteras yugoslavas. El Bosna Sarajevo fue campeón de Europa en 1979, la Jugoplastika perdió por un punto (y con polémica seria) la final de 1972 y a las semifinales de la "Copa gorda" llegaron el Estrella Roja en 1973 ,el Radnicki en 1974, el Zadar en 1975 mientras que en la liguilla del año 1978 los de Split se quedaban a un sólo triunfo de la final.

 

Fuera de la Copa de Europa, en la Recopa el Estrella Roja alzaba el título en 1974 en un decenio que también contemplaba los subcampeonatos del propio Estrella Roja (72 y 75), Jugoplastika (73) y Radnicki (77). Unos éxitos que tenían su continuidad en la Copa Korac. Un torneo que se inauguraba en la 71/72 con la Lokomotiva de Zagreb venciendo en la final al OKK Belgrado y que sólo en sus primeros años vería los títulos de Jugoplastika (76 y 77) y Partizan (78 y 79) o los subcampeonatos de Partizan (74) o Bosna (78). Y todo eso sin contar, con innumerables presencias en semifinales incluyendo la del Rabotnicki en la Recopa de 1976, aquella de las históricas remontadas del Estudiantes.

 

Con todo, para comprender el papel de Piva Ivkovic y Bata Djordjevic no basta con contemplar el aspecto meramente deportivo. Y es que fuera de las pistas ambos acaban por resultar cruciales en la historia del Kosarka. Juntos impulsan la creación de la Asociación nacional de entrenadores, de la que Ivkovic es el primer presidente. A su vez, Djordjevic funda la editorial "Playmaker & co" y con los años llega a ser el presidente del Strucni Savet. A modo de anécdota, su relación se extiende hasta los Emiratos Árabes, donde ambos llegan a entrenar y donde el propio Djordjevic acaba por establecerse como seleccionador. Cuentan que de junior el pequeño Sasa se pasó parte de un verano ayudando a su padre... desde luego las imágenes hoy serían impagables...

 

Los primeros pasos de Aleksandar Djordjevic

Djordjevic e Ilic a las ordenes de Miljkovic en el Radnicki cadete

 

Vistos los precedentes, resulta poco menos que una obviedad afirmar que el pequeño Aleksandar crece en un ambiente puramente baloncestístico. Acompañando a su padre, el infante Sasa acude a los entrenamientos del Estrella Roja donde cuentan que se convierte en el ojito derecho de un Moka Slavnic que se divierte jugando unos contra unos contra el chaval, sin sospechar lo importante que sería en su carrera posterior. Pese a todo, el pequeño Sasa crece como aficionado al Partizan por la influencia de su abuelo partisano, siendo famosa la foto en el que de niño enarbola una bandera blanquinegra en el derby en el que Simonovic se iba hasta los 59 puntos.

 

 

 

El pequeño Sasa honrando a su abuelo....y un poco más crecido junto al mariscal Tito

 

Con apenas 10 años Djordjevic pasa ya a formar parte de la historia del kosarka al ser uno de los jugadores que disputa el primer gran torneo de minibasket del país en una Hala Sportova de Nuevo Belgrado que con el tiempo le sería muy familiar. Lo hace defendiendo al Marko Oeskevic, su escuela primaria, y lo hace además dirigido por Bozidar Maljkovic, en esos momentos asistente del padre de Sasa en el banquillo del Radnicki. Casual o no, esa es la primera influencia para un Aleksandar que con el tiempo habrá de trabajar a las órdenes de buena parte de la élite europea en los banquillos. Tras ese primer eslabón, Djordjevic pasa a formar parte de las categorías inferiores del Radnicki, donde coincide con Nebojsa Ilic a las órdenes de Goran Miljkovic. Por formar físicamente, Sasha comienza a dar muestras de su capacidad de trabajo y sobre todo de su capacidad de mando. Bata Djordjevic ha dejado el banquillo a su asistente Maljkovic para pasar a los despachos y bajo la dirección de Boza el primer equipo firma dos temporadas a muy buen nivel. Tras esos dos cursos, Maljkovic sorprende al dar un paso atrás y se va al Estrella Roja para pasar a ser asistente de Ranko Zeravica (ex jugador de Radnicki). El elegido para sustituir a Boza es Dusan Ivkovic, el hermano de Slobodan. Maljkovic e Ivkovic se conocían bien, pues años atrás habían estado un mes juntos en Estados Unidos becados por la Federación como dos de los entrenadores más prometedores de Yugoslavia.

 

 

Ivkovic, un poco más joven que en la actualidad...

 

Dusan Ivkovic, a la sazón también ex jugador del Radnicki, había accedido al primer plano siendo asistente de Zeravica en el Partizan del 78 que se lleva la Korac ante el Bosna en la mítica final de Banja Luka. La siguiente temporada, el paso atrás por motivos de salud del propio Zeravica deja a Ivkovic al frente de un Partizan donde, pese a la ausencia de Dalipagic, logra repetir título en la Copa Korac a lo que suma el doblete nacional. Tras ese rutilante éxito, Dusan se va a Salónica, donde pasa dos años en el Aris antes de arribar en el Radnicki. Un Radnicki que pasa por problemas financieros y que ese mismo verano pierde a alguna de sus referencias en la pista. Sea como sea, tras un catastrófico año el Radnicki desciende y lo que es peor se deshace de su estructura de categorías inferiores. Ivkovic, que había subido al primer equipo a Ivica Mavrenski (MVP del Europeo juvenil de 1983) recibe algunas críticas por su pasividad al respecto pero continúa en el puesto.

 

El Radnicki en los cromos de la 81/82 con Boza de entrenador

 

Foto completa: AQUÍ

 

De esa manera, Djordjevic junto a Ilic, el resto de sus compañeros y el propio Goran Miljkovic pasan a formar parte de la estructura del Estrella Roja. Tras sólo unas semanas de evaluación, Djordjevic es descartado. La decisión última la toma Zdravko Kubat, aunque es el propio Miljkovic quien se la comunica a Sasa, a la vez que le anima a probar suerte en el Partizan. Excelente y reputado formador, Miljkovic apuesta firmemente por Djordjevic pero recién llegado al Crvena su influencia es muy escasa. Con el propio Nikolic como intermediario, Djordjevic llega al Partizan donde su historia cambia de manera radical. En apenas unas semanas Borislav Dzakovic le hace debutar en el primer equipo en plena temporada 1983/84. La 1984/85 se abre con la llegada de Zoran Slavnic al banquillo de los partisanos y el circulo se cierra: de jugar unos contra unos con un infante Sasa a establecerlo como miembro regular de la primera plantilla. El Partizan cae en semifinales, resultado que el fichaje de Petar Vilfan y la llegada al banquillo de Vladislav Lucic no pueden superar el curso siguiente. Con una madurez impropia de sus años, Djordjevic empieza a destacar por su buen bagaje técnico, su buena dirección y una notable capacidad defensiva. Aún sin en la capacidad de tiro que le haría famoso, Sasha ya protagoniza sus primeros días de acierto ofensivo alcanzando su cénit en la disputada semifinal liguera ante la Cibona, con el recordado 124-123 a la cabeza.

 

 

 

En el verano de 1986 llegan al Partizan Zarko Paspalj (clave junto a Dusko Ivanovic en el tercer puesto del Buducnost el curso anterior) y un Vlade Divac del que poco más hay que decir. Tras un inicio titubeante, en enero el Partizan decide cambiar de entrenador y llega al equipo un joven Dusko Vujosevic cuya carrera había comenzado en la segunda división, dirigiendo a un OKK de Belgrado (con Cvjeticanin cedido por el Partizan por cierto) en el que había sucedido al omnipresente Slobodan Ivkovic. Con Sasha repartiendose el mando con Zeljko Obradovic, la sangre nueva y el rendimiento ofensivo de Goran Grbovic multiplican las opciones de un equipo que acaba por llevarse el título liguero ante el Estrella Roja. Djordjevic se asoma a su vez a una Europa dentro de una Copa Korac donde consigue alguna de sus mejores actuaciones individuales del año: 22 puntos en Zaragoza, 30 en Torino... todo parece ir rodado y la 1987/88 no será una excepción.

 

 

En paralelo a su progresión en el Partizan, Djordjevic ha ido labrándose una emergente carrera en la selección. Fuera del radar en categoría cadete, la primera aparición oficial de Sasha Djordjevic llega en el Preeuropeo junior de 1984. De la manos de Rusmir Halilovic, el base de Belgrado participa en Estambul en la fase de clasificación para el Europeo de Suecia. Con sólo una derrota, ante los anfitriones el último día, Yugoslavia certifica su pase a un torneo en el que se colgará el bronce aunque ya sin la presencia de un Djordjevic que en el Preeuropeo había tenido una presencia testimonial entre los Pavicevic, Perasovic, Paspalj o Nakic. Tan sólo un año después, y con Goran Miljkovic en el banco, Djordjevic repite convocatoria junior en el equipo que disputa los Juegos de los Balcanes, aunque al estar inmerso en la dinámica del primer equipo no obtiene permiso para viajar a Manheim. Oro sin conocer la derrota, Yugoslavia tiene en Djordjevic a su máximo anotador con 135 puntos, 83 más que un Ilic que es el segundo máximo realizador del equipo.

 

Meses más tarde, y con Svetislav Pesic como entrenador, Djordjevic repite en los Juegos balcánicos senior sumando un nuevo oro, aunque con un papel lógicamente algo menos preponderante, en un conjunto en el que sobresale su compañero en el Partizan, Danko Cvjeticanin, junto a nombres como Stojko Vrankovic, Slobo Jankovic o el genial Mario Primorac. En la recta final del año, y tras participar en la preseleccion para la Universiada de Kobe, Kresimir Cosic cita a Djordjevic para disputar el Torneo de Navidad de Madrid y tres amistosos con la selección absoluta , en uno de los cuales el joven base del Partizan endosa 29 puntos a Cuba. 1986 trae, al margen de una pequeña decepción en los Juegos de los Balcanes, el primer gran éxito de un Sasha Djordjevic que bajo las órdenes de Pesic se cuelga la medalla de oro en el Europeo de Gmunden. Junto a los Kukoc, Radja, Divac o Ilic (máximo anotador plavi) Sasha destaca en la dirección de un grupo llamado a ser histórico.

 

Si 1986 es bueno, el verano de 1987 habrá de ser mejor. Junto a Radja, Kukoc y Divac, Djordjevic es seleccionado por Cosic para disputar el EuroBasket de Atenas... al que Sasa acabará yendo con suspense. Dado de baja por la Federación por enfermedad, el base del Partizan es sustituido por un Ilic siempre tan ligado a su carrera (llegaron incluso a realizar el servicio militar a la vez y hoy coinciden en la selección). Pero, en una vuelta más de tuerca, este tiene un problema con su pasaporte y Sasa es llamado de nuevo para el EuroBasket. Con una presencia testimonial, Djordjevic aprovecha su hueco para endosar 20 puntos a Rumanía y acaba por tener un papel preponderante en el partido por el bronce ante España.

 

 

Lejos de ser el cénit del verano, éste llega en Bormio donde con la selección junior, en la que Pesic le ha nombrado capitán, Djordjevic se proclama campeón del mundo junto a una generación poco menos que irrepetible.

 

 

La selección de Yugoslavia campeona en Bormio 1987

 

Arranca así la temporada 1987/88. Aunque, de inicio, la marcha doméstica no es igual de brillante que el curso anterior, el Partizan se convierte en la sensación de la Copa de Europa terminando como líder la liguilla semifinal entrando por la puerta grande a la Final Four de Gante (de hecho con el formato del año anterior hubieran entrado directamente en la final). Tras caer en las semifinales ante el Maccabi, el Partizan repite final doméstica tras eliminar a la Cibona en la penúltima ronda. Sin factor pista, los de Belgrado logran trabar el tercer partido sacando de su juego a un Drazen Petrovic que vive su último partido en Yugoslavia en la que es su tercera eliminación consecutiva como local. Al finalizar el encuentro y un tanto desquiciado por la defensa a la que se ha visto expuesto surge la polémica: Djordjevic y Petrovic se encaran y el de la Cibona afirma que va a vetar la presencia de Sasa en la selección, a lo que éste replica con insultos. Sea como sea, el Partizan alcanza de nuevo la final.

 

 

 

Tras sendas victorias locales, la Jugoplastika, con un espléndido Sobin que suma 27 tantos y minimiza a Divac, se proclama vencedora y abre las puertas a su participación en la Copa de Europa. En una época en la que sólo el campeón liguero acude a la Copa de Europa, el título nacional cobra especial relevancia como bien podían atestiguar la Cibona de 1986 o el Tracer de Milán de 1988, quienes tras proclamarse campeones de Europa no podían defender su condición la temporada siguiente.

 

¿Existió el veto?

 

 

Djordjevic, Vrankovic, Drazen Petrovic y Slavnic

 

A riesgo de pecar de anticlimáticos y de abusar del spoiler, la respuesta más evidente parece ser que sí. Tras el EuroBasket de Atenas y el Mundial junior de Bormio, Sasa vuelve a la selección durante la temporada 1987/88 participando en todos los partidos que disputa Yugoslavia tanto amistosos como clasificatorios para el EuroBasket 1989 (donde Yugoslavia debía ganarse plaza pese a ser el anfitrión). Tras las semifinales ante la Cibona y la amenaza de Drazen, Sasa limita su papel en la selección a un nuevo oro en los Juegos de los Balcanes de 1988 y a su presencia en la Universiada de 1989. No volverá hasta 1991.

 

La vuelta no parece coincidencia tampoco y no se confirma hasta que se concreta la ausencia de Drazen. Para reforzar la sensación, mientras el de Sibenik no despeja la incógnita de su presencia, Djordjevic no figura entre los preseleccionados. Tras el no definitivo del croata (añadido a la renuncia de un Zeljko Obradovic que pasa directamente a ser entrenador del Partizan) es cuando Sasa vuelve a la selección, incorporándose justo en el séptimo amistoso previo al Europeo... y todo cuando su carrera sigue creciendo.

 

 

En el EuroBasket de Atenas...

 

A nivel personal, la 1988/89 significa un enorme paso adelante para un Djordjevic al que la baja de Obradovic le confiere un rol mucho más determinante en el aspecto ofensivo. Campeones coperos en Maribor ante la Jugoplastika, los de Belgrado suman el segundo título del año alzándose con la Copa Korac ante el Cantù. Djordjevic supera la veintena de puntos en los dos actos de la final y por si fuera poco resulta clave en el triunfo liguero sobre la Jugoplastika que, a dos jornadas para la final de la fase regular, da la ventaja de campo al Partizan. Tras algunos apuros en unas semis donde los triples de Oliver Popovic y la vuelta de Miroslav Peckarski de USA se antojan claves, el conjunto de Belgrado alcanza la final, donde esperan la otra vez los de Split. Con la final programada por primera vez en la historia a cinco partidos, el duelo se antoja clave no sólo para dirimir la hegemonía en Yugoslavia sino también en Europa… y es aquí donde Zan Tabak emerge en el inesperado actor que acabaría por cambiar el rumbo de la historia.

 

En un partido trabado y más del gusto de los de Split, el primer acto de la final llega a sus dos últimos minutos con 71-70 para el cuadro local, pero un mate de Radja tras un excelente pick and roll con Sretenovic y una canasta de Sobin tras un error de Danilovic colocaban un 71-74 en el marcador. En un tramo final lleno de nervios, el Partizan reduce distancias con dos tiros libres de un Divac que acaba de forzar la quinta falta a Dino Radja. Una gran defensa posterior fuerza a los de Maljkovic a agotar la posesión, por lo que el balón del partido pasa a las manos de un Partizan que de nuevo trata de buscar a Divac, logrando que este fuerce la eliminación de Sobin. En esa tesitura aparece un Zan Tabak que no había disputado ni un sólo segundo de partido hasta el momento y que tiene la misión de enfrentarse a Divac. Con siete segundos por jugar, el pívot del Partizan lanza un semigancho que tras tocar el aro es barrido por el hoy entrenador del Maccabi. Ese palmeo devuelve el factor pista a la Jugoplastika… en una final que no habría de acabar, ya que en el segundo acto y tras verse 5 abajo, un supuesto monedazo a Divac (la final se jugaba de manera alterna en cada pista) provoca el abandono del Partizan y una posterior sanción que daba por terminada la final.

 

 

La 1989/90 resulta diametralmente opuesta. Divac y Paspalj se van a la NBA, Danilovic se lesiona y Sasa tiene que realizar el servicio militar, por lo que apenas pasa de jugar algunos partidos en la Recopa. Un año más tarde, con Djordjevic y Danilovic ya de vuelta, el regreso de Paspalj devuelve la competitividad a un equipo que, no obstante, no puede plantar cara a un Pop 84 intratable en la que a la postre resulta ser la última final de la liga yugoslava. En 1990 Sasa prueba con los Celtics, en una encuesta entre los entrenadores de la liga yugoslava sale elegido de manera abrumadora como mejor base del país... el veto parece claro.




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Artículo publicado por Iván Fernández

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