La Opinión
Las Historias de Sunara: La previa de cuartos de final
Iván Fernández  | 02.08.2021 - 19:40h.
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Llegan por fin los cuartos de final, para mi gusto el día más bonito de los Juegos por la cantidad y trascendencia de los partidos. Esperemos que haya algo más de emoción que hace cuatro años, donde solo el Serbia-Croacia se decidió por menos de 25 puntos.



Se abren con el ESLOVENIA-ALEMANIA, obviamente un partido sin precedentes olímpicos. Eso sí, las dos veces anteriores en las que los eslovenos habían estado en un Preolímpico de él salió Alemania como clasificada. En 2008, de la mano de un excelso Nowitzki, a costa de Puerto Rico, que precisamente se había cargado a una Eslovenia muy favorita en ese momento pero a la que le pudo la presión. En 1992 ambos se jugaron en cierta forma la última plaza. Eslovenia se llevó el duelo directo por 88-76 pero acabó pagando la derrota arrastrada de la primera fase (sin saber que contaba) ante Checoslovaquia. Era la Alemania de Pesic en el banquillo, de Schrempf en la pista… y en la que estaba Rodl como puntal, hoy actual seleccionador germano.


Parte hoy Eslovenia con el favoritismo, legítimo y ganado, pero siendo el peor equipo de los clasificados en tiros libres y el tercer peor en triples. Se enfrentan ante una Alemania sin la cintura táctica de España, pero con Bonga o Giffey que pueden hacer su papel ante Doncic y un juego interior por versatilidad y longitud que sí puede mermar a los eslovenos. Y todo con una querencia por el ritmo que no les va a hacer extraño el ir y venir de los de Sekulic. Le cuesta, eso sí, a Alemania cambiar el paso si la cosa se vuelve intensa… pero si, como en 2008, entra el juego la presión… Con todo, exhibiciones de claridad mental como la de Doncic en la segunda parte ante España invitan al optimismo.



Después vendrá el USA-ESPAÑA, con muchas cosas cambiadas desde el amistoso de Las Vegas, para lo bueno y lo malo. ¿Qué decir? La final de 1984 es poco menos que un recuerdo, porque esta será la quinta vez consecutiva que se midan en un cruce decisivo de los Juegos. Probablemente -no cuento la victoria de 2002 por ser lo que era- la única barrera mental que esta España nunca ha podido superar… muchas eliminaciones, derrotas buscadas para evitarlos, pero también partidos memorables como las finales de Pekín y Londres.


Hace cinco años una España ya algo decadente hizo partido ante una USA menos exuberante. Es esta España todavía algo más crepuscular… pero entre medias, el Mundial y el cambio de jerarquías han cambiado muchas cosas para bien. Y enfrente, una USA con dudas, pese a la segunda parte ante los checos. Porque a favor de corriente está claro que son imparables, pero queda ver cómo gestionan un partido largo y táctico si España se agarra. La simplificación de la rotación y las sensaciones de Durant apuntan, no obstante, a una tendencia hacia arriba. Un Durant que es el único que repite de aquella semifinal en Río por parte estadounidense, frente a nueve (incluyendo a Scariolo) por parte hispana…



El tercer plato es un FRANCIA-ITALIA con mucha más miga de la que pueda parecer. Solo una vez se han encontrado en los Juegos. Fue en Sidney, y entonces la Italia de Tanjevic, vigente campeona de Europa, se imponía con exhibición de Myers por 10 puntos a una Francia que acabaría por colgarse una histórica plata. Italia se había impuesto el primer día a Lituania, a la postre bronce, pero no pasaría de cuartos. Aquella Francia que pelearía a Estados Unidos la final tras echar a los anfitriones en semifinales y secar a Steve Nash en cuartos tras aquella primera fase de Canadá ya para siempre en el panteón de equipos para paladares diletantes. Una Francia con Bonato maduro anotando, con físico en las alas (¡ay, la defensa de Sonko en aquellos cuartos!), altura dentro y la batuta de Rigadeau, el gran exponente entonces de la cantera del Cholet y justo a las puertas de ganarlo todo el curso siguiente con la Virtus. Pero la vida es curiosa y Francia tardaría en volver, mientras que Italia pagaría la dinámica con un horrible Europeo de 2001, y con él quedándose fuera del Mundial de Indianápolis.


Bronce en los dos últimos Mundiales y con una medalla de cada color en los Europeos comprendidos entre 2011 y 2015, a Francia le pesa la imagen de alguno de sus petardazos en momentos decisivos. Una sensación acrecentada por la figura de un Collet “víctima” también de aquellas derrotas como local en los quintos partidos con el Strasbourg. A cambio, las cinco medallas citadas, dos en torneos intercontinentales, son argumentos de peso a la hora de considerarlos un equipo histórico. Un equipo que ha sobrevivido a la retirada de Parker o Diaw y que camina a un horizonte de renovación ilusionante, pero con un presente también esplendoroso. Con la misma base del Mundial y química renovada, queda la espina de los Juegos.


Queda muy lejos aquella medalla de Sidney y pesan, mucho, los últimos chascos. Las duras derrotas y la pésima gestión de las mismas en los últimos cuartos, pero también la no participación en Pekín y Atenas. De Pekin se quedaron fuera hasta del Preolímpico al caer en el último partido del EuroBasket de Madrid ante Eslovenia (veremos si no hay que sacar este precedente en semifinales). Pero más duro fue lo de Atenas. Tres plazas en juego en el EuroBasket de Suecia y un devenir sólido. Semifinal dura en la que logran parar el caudal ofensivo de Lituania, pese a lo que no les llega. Todo o nada en el bronce, con favoritismo claro ante una Italia con la que nadie contaba a esas alturas… Una Italia que tras el fiasco de 2001 emprendía la renovación. Recalcati, leyenda del pallacanestro, sin Meneghin (Andrea), sin Fucka y sin Myers apostaba por un equipo sin tanto nombre pero una idea clara de juego. Una idea muy abierta, con muchos focos de tiro exterior y una confianza ciega en sus posibilidades. Se lo llevaba Italia. Francia fuera de los Juegos e Italia dentro. Sería su última participación hasta ahora. El resto es historia, con la noche de Colonia en la previa y el espectáculo ya en Atenas para acabar plata sucediendo en ese lugar del podio a la propia Francia.


Sin Hackett, Bellineli o Datome, la nueva Italia llega vía Preolímpico esta vez con otra leyenda en el banquillo y cierta querencia por un juego similar. Ha costado meter a Gallinari, pero la química funciona; ya se cargaron a Serbia en Belgrado y van a jugar con la presión de los galos. Nada que perder y mucha historia por hacer. Enfrente, mucha presión pero ciertos cambios ilusionantes para ellos. Desde una preparación centrada en lo importante y en la que no se dio importancia a los resultados hasta una rotación muy engrasada. Y al frente, un De Colo con mando y plaza destilando clase, talento y clarividencia. 21 años después, como Antoine, otro canterano del Cholet (también lo es Gobert, por cierto) dispuesto a ahuyentar fantasmas por doquier. Quizás, el partido que espero con más ganas…



Y cierra la jornada un AUSTRALIA-ARGENTINA. Australia invicta y una Argentina que sólo ha ganado a Japón, pero aún así… La baja de Baynes, la falta de plan B y el pasado de Goorjian pueden sembrar alguna duda a una Australia que en la preparación se llevó el duelo directo en el último segundo. Una Argentina floja en el arranque, con problemas en el tiro, muy de ida y vuelta, pero a la que le está costando encontrar continuidad defensiva y donde a veces parece no estar claro cómo rotar a los distintos bases sin atreverse a probar con quintetos más equilibrados. Pero una Argentina que mantiene el carácter, que va a llegar liberada y donde varios jugadores, en especial Campazzo, parecen haber limpiado la cabeza. Una Argentina que no quiere que el último baile de Luisfa sea tan pronto.


¿Historia? Solo una vez se encontraron en los Juegos, con aquella victoria argentina en 2008 de la que sobreviven ambos entrenadores, Scola, Mills o Ingles. Pero hay otro mucho más simbólico sin duda: las semifinales del Mundial U22 de 1997. Hay muchos puntos que se podrían citar como fundacionales de la generación dorada, desde la creación de la Liga nacional, del papel de Najnudel o incluso el buen papel en los Juegos de Atlanta... pero pocos como la derrota en aquellas semifinales ante Australia. Allí estaban Ginobili, Oberto, Pepe, Palladino, Victoriano, Leo Gutiérrez, Gabriel Fernández o Julio Lamas… y el más joven de todos, Luis Scola. 24 años después buscando cerrar otra herida. Yo de los aussies no estaría tranquilo...




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Artículo publicado por Iván Fernández

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