Uno de los entrenadores superiores más jóvenes y técnico de la cantera gallega, nos presenta el I Campus Obradoiro Barbanza.

Todos tenemos algún sueño, y el de Adrián Sueiras es llegar a ser un buen entrenador. Probablemente uno de los entrenadores más jóvenes a nivel nacional con el título de Entrenador Superior, Adrián formará parte del grupo técnico que dirigirá esta primera edición del campus organizado por el Blusens Monbus.

¿Qué opinión te merece la puesta en marcha del I Campus Obradoiro Barbanza? Creo que es una idea genial, es otra forma más de hacer sentir el obradoirismo y de difundir el fenómeno de la Miudiño Terapia entre los más pequeños de toda Galicia. Además, supone una oportunidad para nosotros de ver jugadores y cuidar nuestra cantera.

¿Cómo se desarrollará la actividad del campus? Vamos a tener todo tipo de actividades en el tiempo libre, pero lo que nos importa es que nuestros jugadores cuando terminen la actividad se vayan con la seguridad de haber perfeccionado partes de su juego y que sepan en qué y cómo han de prestar más atención durante la temporada para seguir una buena progresión.

También será un campus de encuentro para entrenadores, donde aportaremos todos a los planes individuales y donde las reuniones se harán imprescindibles para aprender como técnicos de los demás y como grupo de trabajo.

Hablemos de ti a nivel personal. ¿Qué hay que hacer para conseguir el título de Entrenador Superior tan pronto? Cuando jugaba en cadetes empecé con el primer título de entrenador y ahí me dieron ganas de tomármelo un poco más en serio. Pregunté qué tenía que hacer y ahí me explicaron todo el proceso. Primero el Curso de Iniciación, después Nivel I, Nivel II y Superior. Con quince- dieciséis años saqué el primero, y a partir de ahí a medida que iba creciendo mi interés, fui superando los distintos niveles hasta que este año con dieciocho hice el último, el Superior. Fue cómo un reto personal. La mayoría de la gente que va tiene mucha más experiencia. Te encuentras con ex jugadores ACB, entrenadores que desempeñan su trabajo en categorías mayores, en EBA o en Autonómica, gente que lleva muchos años. Evidentemente, yo experiencia no tenía mucha, y es cierto que cuando me lo planteé estuve pensando si sería capaz o no. Me habían comentado que no era fácil, que había que trabajar mucho. Al final lo más duro fue la estancia allí, porque son 24 horas de baloncesto durante quince días. Si a esto le sumamos todos los trabajos que tienes que enviar…. Se convierte en la felicidad máxima cuando apruebas!

¿Qué tipo de juego te gusta que desarrollen tus equipos? Hay un refrán que me dijeron una vez que dice algo así como “Tengo unos principios, pero puedo tener otros”. Esto varía en función de los jugadores que tengas, lo que intento hacer con mis equipos es que tengan un juego dinámico, de muchas posesiones, posesiones cortas, poco ataque estático se pueden romper en situaciones de contrataque, jugar con espacios, la continuación, la triangulación, el juego directo.

Hablemos del equipo al que tú entrenas en el club, el Junior. ¿Cómo terminasteis en la clasificación? ¿Ves a algún jugador con proyección? En la clasificación no quedamos todo lo ideal que a mí personalmente me gustaría, pero bueno, el trabajo está ahí. Y sí que tenemos o tengo la gran suerte de tener un par de jugadores que si se les ve cierta proyección. Creo que si seguimos trabajando con ellos como hemos hecho desde el primer momento, tanto en el trabajo de tecnificación individual que depende de Mozan como yo personalmente, que intento enseñarles todo lo que puedo, que viene siendo técnica y táctica y otras cosas que son importantes como controlar el tempo, la visión de juego, la visión espacial, saber cuándo hay que echarse el equipo a la espalda, cuándo has de jugar para tus compañeros… La verdad es que tenemos la suerte de tener a estos jugadores con los cuales yo estoy encantado porque son la viva imagen del trabajo y del esfuerzo.

Me imagino que personalmente tendrás un entrenador o más de uno al que admires o te sirva de referencia…. Pues aquí tenemos la viva imagen de Moncho en el Blusens Monbus. Ser un entrenador ACB, gallego y de Santiago; o Gonzalo y Víctor, que son de Santiago igualmente. Son gente que los tienes ahí al lado, accesible, que puedes hablar con ellos, y eso es una maravilla.