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Mundial 2019: Uruguay 1967, por Iván Fernández
Iván Fernández  | 26.08.2019 - 14:20h.
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Nuestro especialista Iván Fernández repasa la historia del Mundial de baloncesto ofreciéndonos un interesante recorrido desde los orígenes de la competición hasta la última edición en 2014.

IGUALDAD BAJO CERO


Buscando contentar a la última de las grandes potencias sudamericanas del momento, la FIBA otorgaba la organización del quinto Mundial de la historia a una Uruguay (aunque como curiosidad cabe destacar que la fase final de consolación se disputó en Argentina) que, en principio, se prestaba a recuperar el orden natural. Sin embargo de nuevo la política se cruzaba en el camino, y la celebración de las elecciones generales aconsejaba a los organizadores a retrasar unos meses el inicio de un torneo que se veía desplazado a los meses de mayo y junio de 1967.



La primera consecuencia del aplazamiento llegó en forma de crudo invierno, con temperaturas varios grados bajo cero e imágenes curiosas en las que los jugadores reservas aguardaban su turno ataviados con gruesas mantas. Por si fuera poco, la llegada de la fase final en Montevideo aumentó la percepción climatológica al pasar a disputarse los partidos en el enorme pabellón de la capital, popularmente conocido como... ´el frigorífico´, versión charrúa y mastodóntica de la mítica nevera estudiantil.


Cartel anunciador del Mundial Uruguay 1967


 



Pero la ola de frío también deparó imágenes ilusionantes, como la de los delegados federativos de USA y URSS que, en plena guerra fría (valga la redundancia) no dudaron en compartir manta en el palco presidencial mientras contemplaban el partido que dirimían sus dos selecciones y que terminaría por ser uno de los más ´calientes´ del torneo. Y es que, como no podía ser menos en aquel gélido ambiente, la URSS se encontraría como pez en el agua y terminaría llevándose su primer Mundial de una manera de lo más ajustada, y con él la primera Copa de oro de la historia, un trofeo forjado en Egipto y que llegaba a Montevideo en medio de unas medidas de seguridad desconocidas hasta la fecha.



Ciñéndose a lo meramente deportivo, la liguilla final se iniciaba con expectativas de enorme igualdad y con varios candidatos claros a las medallas, que comprendían desde la local Uruguay, que debutaba en el Mundial en esta liguilla, a las tres selecciones invictas en la primera fase (USA, Brasil y URSS) e incluso a una Yugoslavia que parecía dispuesta a dar lo mejor en el momento oportuno.


Comenzada la liguilla, la candidatura local pronto se venía abajo ya que los uruguayos iniciaban su andadura con dos derrotas ante Brasil y Argentina dentro de una cierta igualdad, así como una tercera aplastante ante una gran USA. Por su parte, amén de cumplir algún que otro trámite, yugoslavos y soviéticos vencían por 4 y 3 puntos a los brasileños. Con estas premisas el enfrentamiento en la sexta jornada entre la URSS y USA comenzaba a tomar ya unos tintes definitorios… deparando un partido lleno de polémica, con amago de retirada de los jugadores de Gomelsky incluida, que se resolvía por un apretado 59-58 para los norteamericanos gracias a una canasta final de Mike Barret.



Gennadi Volnov (URSS)


Dirigidos por Hal Fischer, los jugadores estadounidenses parecían postularse como los principales candidatos al oro, pero apenas dos días después de su agónica victoria ante la URSS vivían la otra cara de la moneda y en otro final dramático caían por 73-72 ante una Yugoslavia que liderada por los 26 puntos de Ivo Daneu permanecía como única invicta. Los de Zeravica parecían lanzados a por el oro y sin embargo, y rememorando fantasmas pasados, en la penúltima jornada caían ante un equipo anfitrión que sumaba así su único triunfo por un pírrico 57-58.



De esta guisa, la jornada final deparaba dos interesantes duelos: en el primero Yugoslavia y la URSS se enfrentaban con una sola derrota en su casillero, mientras que en el segundo USA y Brasil hacían lo propio con una y dos respectivamente. 
Con la casi unánime opinión de que USA vencería a Brasil, el Yugoslavia - URSS se presentaba espectacular, ya que una victoria plavi les daba el oro, mientras que una de los soviéticos haría que estos dependieran de los brasileños para lograr el primer puesto del cajón.



Con una defensa de libro, de la que sólo se salía un Daneu autor de 23 puntos, los de Gomelsky borraban a una Yugoslavia que mostraba su peor cara del torneo y terminaba por caer por 71-59. Con este resultado, USA afrontaba el último partido con la certeza de que si vencía se llevaba la medalla de oro, pero que si perdía caería al cuarto puesto… como así acabaría siendo. Superados por la presión y con un ambiente abiertamente hostil del público, los jugadores estadounidenses jamás encontraban el ritmo de partido y se iban ya al descanso con una desventaja de 11 puntos que auguraba el definitivo 80-71 a favor de Brasil, dando el oro a la URSS y el bronce a los propios cariocas.


URSS - Argentina





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