Llega el momento decisivo de la competición. Tras un par de días de polémica en torno al partido contra Brasil y de dudas respecto del juego de la selección, llegaba la hora de la verdad, el momento de los cruces. Todo el trabajo realizado hasta ahora, los amistosos contra rivales de prestigio (y entre ellos la propia Francia), etc. sirven precisamente para llegar preparados a este tipo de partidos en los que el margen de error no existe.

Enfrente, una selección muy fuerte, la más poderosa físicamente del torneo tras los Estados Unidos, pero con varios jugadores que atesoran una notable calidad técnica. Los Parker, De Colo, Batum, Diaw o Turiaf son enemigos poco recomendables.

A diferencia de otros partidos del campeonato, como por ejemplo el de Rusia, en el que España fue claramente de más a menos, hoy hemos tardado mucho en entrar en el partido. Durante todo el primer tiempo, hemos ido a remolque, tanto en defensa como en ataque, del juego que nos proponía Francia. Y es que, en ataque, no contar con una anotación fiable desde el exterior nos ha condicionado durante todo el campeonato. Los rivales han trabajado muy duro sobre los Gasol, conscientes de que nuestras mejoras armas ofensivas desde el perímetro no atravesaban un buen momento. Basta con ver nuestros porcentajes en el tiro de tres para darnos cuenta de cuál está siendo uno de nuestros lunares durante toda la competición; debidamente explotados por los rivales.

En defensa, nuestro nivel de intensidad comenzó demasiado bajo ante un rival que movía muy bien el balón y que siempre encontraba ese último pase para conseguir una canasta cómoda. La alternativa a la defensa en zona tampoco terminaba de encontrar éxito ante un rival con notable acierto en el tiro (animándose jugadores poco habituales en esta faceta como Pietrus).

Sin embargo, la intensidad en el juego de España llegaba a un nivel muy elevado, ahora sí que el nivel defensivo es el adecuado y, poco a poco, Francia rebaja su nivel de acierto. Ya no anotan cómodo y empiezan a tomar decisiones precipitadas.

El partido llega a los momentos decisivos con un marcador igualado en el que España logra la victoria tras encadenar acciones de enorme nivel defensivo. Hoy, y es algo que me preocupa de cara a las semifinales contra Rusia, el juego ofensivo ha dejado bastante que desear, quedando limitado a acciones individuales en las que hoy, en los minutos finales, sí que se ha tenido éxito.

Al final del partido, el rival ya se daba por derrotado desde el momento de la falta de Turiaf a Rudy. Y eso no fuese suficiente, la flagrante agresión de Batum a Navarro confirmaba la sensación de impotencia de una selección que tiene marcada en rojo en la agenda a nuestra selección. Demasiadas deudas pendientes. Estando el partido ya finiquitado, quizás el seleccionador francés debió considerar la posibilidad de sentar a Batum. La verdad es que la cosa no ha pasado a mayores por el comportamiento de nuestra selección en esos momentos de máxima tensión.

Ves repetida una y otra vez la acción y no entiendes que el alero francés no haya sido descalificado. Pero tampoco sorprende demasiado si ves algunas de las decisiones tomadas durante el partido. Al colectivo arbitral hoy el partido se le había ido de las manos ya desde el primer momento.

Y ahora volvemos a encontrarnos con Rusia, ya con las medallas en juego. Toca trabajar mucho para no cometer los mismos errores que en la fase de grupos. Es una selección que nos tiene bien estudiados y que tiene un gran trabajo táctico desde el banquillo. Lo bueno de todo esto es que el factor sorpresa se ha reducido considerablemente y el partido pasa, fundamentalmente, por mantener ese ansiado nivel de juego durante todo el encuentro, y no en fases puntuales del mismo.

No vamos a descubrir ahora que la selección tiene problemas en su juego y que en ataque cuesta encontrar buenas opciones, sobre todo desde el exterior, lo que aumenta a su vez la dificultad de nuestros interiores ante defensas mucho más cerradas. Sin embargo, también hemos visto que, si en defensa respondemos como lo hemos hecho hoy durante el último cuarto, el juego en transición y las opciones de obtener ventajas en ataque también aumentan. Sobre esa base y sobre una buena circulación del balón se puede cimentar el juego ofensivo.

Por último, habrá que esperar a ver la evolución de Rudy Fernández. Su concurso, viendo el estado en que se encuentra Navarro, es muy importante. Y verle con problemas en la espalda recientemente lesionada hace saltar las alarmas. Esperemos que todo haya quedado en un susto.