Echando la vista atrás uno intenta pensar en cómo Mike Fratello contempla hoy aquella gira de los Hawks por la Unión Soviética, la derrota en Georgia (curiosamente en el único partido jugado con reglas NBA) y del inicio de la relación con Aleksandar Volkov. Es probable que cuando éste le ofreció el cargo de seleccionador muchos tendieran al escepticismo, pero ahí está el pequeño gran hombre sacando petróleo de un grupo de una fortaleza mental sin precedentes. Cambió a Burtt por Jeter, no dudo en prescindir de Medvedenko o Pecherov en pro de un grupo de más recorrido y más hambre al que llevó a los cuartos de final del pasado EuroBasket. Tenían el caramelo de organizar el de 2015, pero incluso sin ese aliciente y con el país al borde de mil cosas, Fratello ha querido seguir trabajando. Ha vuelto a armar un grupo intachable y además ha dado la alternativa a un Mykhailiuk que por un momento acaparó los focos. Les toca ahora pelear con la más que posible baja de Gladyr, en un déjà vu del año pasado, que a buen seguro consiguen solventar.

Hablando de déjà vu , podríamos citar el hundimiento de una Nueva Zelanda plana, lo peor que se puede decir de un grupo siempre tan estimulante. Entre el palo de ayer y el partido de Francisco García empieza a dar la sensación de que nos quedan pocas Hakas que disfrutar justo cuando mejor pintaban. Déjà vu también en un Francia-Serbia cuasi calcado al de 2011. Esta vez no falló Savanovic, aunque el déjà vu con Bogdanovic eligiendo mal la última acción empieza a ser preocupante. En el otro lado, más dudas para Collet, más certeza para Lauvergne (¡qué pinta tiene el Khimki este curso que viene!) y la delicia final de Diaw dirigiendo a su antojo como el condenado artista que es.

Un último déjà vu para la siempre imprevisible Puerto Rico. Si hace cuatro años lo echaban todo al garete con su surrealista derrota ante Costa de Marfil, esta vez han empezado a complicarse ya de manera seria cayendo ante una Senegal con más basket del que aparenta. Y cómo no, déjà vu de un Scola al nivel del Mundial de Turquía, con un Campazzo dibujando varias acciones de mago... pero insuficiente ante una Croacia que ha ajustado rotación y a la que se le caen los puntos de las manos... casi al mismo tiempo que a nosotros la baba con las combinaciones entre Saric y Tomic. Sí, esas que parece que Repesa nos quiere dosificar hasta lo enfermizo.

Déjà vu con España ganando de manera anodina mientras en la distancia Ataman a base de zona y pases en la mano conseguía propiciar el primer atasco a la USA de Mr. K. ¿Habrá en el Brasil-España un déjà vu de Londres? Parece poco probable que España opte por volver a dejarse llevar, pero teniendo en cuenta el sistema de competición... ¿no esconderá sus cartas Magnano?


LA B.S.O. DEL DÍA


Heredada en el tiempo, aún sigue usándose el "One horse town" como expresión pseudopeyorativa para aquellas ciudades, pueblos o lugares pequeños en lo geográfico o en interés. Por suerte, tipos como Mike Fratello o Henrik Dettman pertenecen a la estirpe de quienes saben que en cualquier rincón puede aflorar el talento.

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Echando la vista atrás uno intenta pensar en cómo Mike Fratello contempla hoy aquella gira de los Hawks por la Unión Soviética, la derrota en Georgia (curiosamente en el único partido jugado con reglas NBA) y del inicio de la relación con Aleksandar Volkov. Es probable que cuando éste le ofreció el cargo de seleccionador muchos tendieran al escepticismo, pero ahí está el pequeño gran hombre sacando petróleo de un grupo de una fortaleza mental sin precedentes. Cambió a Burtt por Jeter, no dudo en prescindir de Medvedenko o Pecherov en pro de un grupo de más recorrido y más hambre al que llevó a los cuartos de final del pasado EuroBasket. Tenían el caramelo de organizar el de 2015, pero incluso sin ese aliciente y con el país al borde de mil cosas, Fratello ha querido seguir trabajando. Ha vuelto a armar un grupo intachable y además ha dado la alternativa a un Mykhailiuk que por un momento acaparó los focos. Les toca ahora pelear con la más que posible baja de Gladyr, en un déjà vu del año pasado, que a buen seguro consiguen solventar.

Hablando de déjà vu , podríamos citar el hundimiento de una Nueva Zelanda plana, lo peor que se puede decir de un grupo siempre tan estimulante. Entre el palo de ayer y el partido de Francisco García empieza a dar la sensación de que nos quedan pocas Hakas que disfrutar justo cuando mejor pintaban. Déjà vu también en un Francia-Serbia cuasi calcado al de 2011. Esta vez no falló Savanovic, aunque el déjà vu con Bogdanovic eligiendo mal la última acción empieza a ser preocupante. En el otro lado, más dudas para Collet, más certeza para Lauvergne (¡qué pinta tiene el Khimki este curso que viene!) y la delicia final de Diaw dirigiendo a su antojo como el condenado artista que es.

Un último déjà vu para la siempre imprevisible Puerto Rico. Si hace cuatro años lo echaban todo al garete con su surrealista derrota ante Costa de Marfil, esta vez han empezado a complicarse ya de manera seria cayendo ante una Senegal con más basket del que aparenta. Y cómo no, déjà vu de un Scola al nivel del Mundial de Turquía, con un Campazzo dibujando varias acciones de mago... pero insuficiente ante una Croacia que ha ajustado rotación y a la que se le caen los puntos de las manos... casi al mismo tiempo que a nosotros la baba con las combinaciones entre Saric y Tomic. Sí, esas que parece que Repesa nos quiere dosificar hasta lo enfermizo.

Déjà vu con España ganando de manera anodina mientras en la distancia Ataman a base de zona y pases en la mano conseguía propiciar el primer atasco a la USA de Mr. K. ¿Habrá en el Brasil-España un déjà vu de Londres? Parece poco probable que España opte por volver a dejarse llevar, pero teniendo en cuenta el sistema de competición... ¿no esconderá sus cartas Magnano?


LA B.S.O. DEL DÍA


Heredada en el tiempo, aún sigue usándose el "One horse town" como expresión pseudopeyorativa para aquellas ciudades, pueblos o lugares pequeños en lo geográfico o en interés. Por suerte, tipos como Mike Fratello o Henrik Dettman pertenecen a la estirpe de quienes saben que en cualquier rincón puede aflorar el talento.

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La esquina de Sunara (Jornada 2): One horse town, por Iván Fernández
Iván Fernández  | 01.09.2014 - 10:57h.
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Se enfrentaban en la segunda jornada las dos únicas selecciones que debutaban en un Mundial, y lo hacían deparando un partido vivo, intenso y que derivaba en el estreno de Finlandia.

Una Finlandia arropada de nuevo por una manada de lobos tan hambrienta como entrañable, un Equipo, así con mayúscula, que volvía a dibujar uno de esos cuartos que le hacen tan especial. Ritmo, tiro exterior, circulación de balón, flashes defensivos... un catálogo de impresión adornado por la guinda de quien se divierte jugando. Las risas de un Salin que parece el gemelo del que tira en Ljubljana, las carantoñas de Lee o el liderazgo que sabe dar pasos atrás de Koponen distan de ser una marca de fábrica para convertirse en una manera de ser tan natural como difícil de encontrar.

Quizás si el mundo del baloncesto no fuera tan endogámico, en unos días Henrik Dettman tendría ofertas para hacerse cargo de un banquillo de prestigio. Nadie parece recordar a su Alemania, aquella que con Nowitzki fue más coral y alegre que la de Bauermann y a la que sólo un triple en el último segundo de Turkoglu apeó de la final del EuroBasket 2001. Un año después Dettman les llevaría al bronce mundialista y poco después sumaría el segundo título alemán en una competición europea de clubes. El mismo Dettman que metía a Finlandia en el EuroBasket 1995 y que en Eslovenia la llevaba por segunda vez consecutiva a una segunda fase… haciéndolo por la vía más difícil y bonita: la del convencimiento. Porque los lobos siguen siendo ese equipo alegre, temerario y que degusta el sabor de lanzarse a una competición triplista. Pero además defienden, de manera solidaria o con zonas realmente trabajadas (esa presión tras canasta, la 3-2 agresiva en las esquinas…) y buscan involucrar a todos los jugadores en pista aún teniendo en cuenta que Koponen es su líder. Un líder que no ha rechistado cuando le han cambiado para que Rannikko decidiera desde el libre. Y grande es el Dettman pedagógico que habla, deja hablar y escucha en los tiempos muertos, el mismo que rota como si su plantilla fuera larga, el mismo para el que Muurinen, Koivisto o hasta el vitoreado Lehto cuando salen a la pista son iguales que Lee, Salin o Koponen. Tuvo su hueco también el inmortal Mottola y tuvo su broche el fin de partido con el saludo entre los dos técnicos mientras ambos hacían una mínima genuflexión ante su rival. Y es que no sólo conviene hablar de los vencedores, porque Ucrania hasta por tres veces se ha vuelto a meter en un partido en el que muchos otros se hubieran dejado llevar.



Echando la vista atrás uno intenta pensar en cómo Mike Fratello contempla hoy aquella gira de los Hawks por la Unión Soviética, la derrota en Georgia (curiosamente en el único partido jugado con reglas NBA) y del inicio de la relación con Aleksandar Volkov. Es probable que cuando éste le ofreció el cargo de seleccionador muchos tendieran al escepticismo, pero ahí está el pequeño gran hombre sacando petróleo de un grupo de una fortaleza mental sin precedentes. Cambió a Burtt por Jeter, no dudo en prescindir de Medvedenko o Pecherov en pro de un grupo de más recorrido y más hambre al que llevó a los cuartos de final del pasado EuroBasket. Tenían el caramelo de organizar el de 2015, pero incluso sin ese aliciente y con el país al borde de mil cosas, Fratello ha querido seguir trabajando. Ha vuelto a armar un grupo intachable y además ha dado la alternativa a un Mykhailiuk que por un momento acaparó los focos. Les toca ahora pelear con la más que posible baja de Gladyr, en un déjà vu del año pasado, que a buen seguro consiguen solventar.

Hablando de déjà vu , podríamos citar el hundimiento de una Nueva Zelanda plana, lo peor que se puede decir de un grupo siempre tan estimulante. Entre el palo de ayer y el partido de Francisco García empieza a dar la sensación de que nos quedan pocas Hakas que disfrutar justo cuando mejor pintaban. Déjà vu también en un Francia-Serbia cuasi calcado al de 2011. Esta vez no falló Savanovic, aunque el déjà vu con Bogdanovic eligiendo mal la última acción empieza a ser preocupante. En el otro lado, más dudas para Collet, más certeza para Lauvergne (¡qué pinta tiene el Khimki este curso que viene!) y la delicia final de Diaw dirigiendo a su antojo como el condenado artista que es.

Un último déjà vu para la siempre imprevisible Puerto Rico. Si hace cuatro años lo echaban todo al garete con su surrealista derrota ante Costa de Marfil, esta vez han empezado a complicarse ya de manera seria cayendo ante una Senegal con más basket del que aparenta. Y cómo no, déjà vu de un Scola al nivel del Mundial de Turquía, con un Campazzo dibujando varias acciones de mago... pero insuficiente ante una Croacia que ha ajustado rotación y a la que se le caen los puntos de las manos... casi al mismo tiempo que a nosotros la baba con las combinaciones entre Saric y Tomic. Sí, esas que parece que Repesa nos quiere dosificar hasta lo enfermizo.

Déjà vu con España ganando de manera anodina mientras en la distancia Ataman a base de zona y pases en la mano conseguía propiciar el primer atasco a la USA de Mr. K. ¿Habrá en el Brasil-España un déjà vu de Londres? Parece poco probable que España opte por volver a dejarse llevar, pero teniendo en cuenta el sistema de competición... ¿no esconderá sus cartas Magnano?


LA B.S.O. DEL DÍA


Heredada en el tiempo, aún sigue usándose el "One horse town" como expresión pseudopeyorativa para aquellas ciudades, pueblos o lugares pequeños en lo geográfico o en interés. Por suerte, tipos como Mike Fratello o Henrik Dettman pertenecen a la estirpe de quienes saben que en cualquier rincón puede aflorar el talento.





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