En el segundo acto, Filipinas volvía a dar otra lección de entusiasmo a la par que el gran Alapag vivía una catarsis de gloria cercenada a partes iguales por el acierto de Mata, las excentricidades de Blatche y la enésima resolución de partido mal jugada por los "Gilas”. Con Laprovittola ejerciendo de revulsivo, Argentina volvía a dejar algunas malas sensaciones.

No suele funcionar la matemática ni el arte de la expoliación en el ámbito del baloncesto, pero el que los dos únicos partidos en los que no han tenido opciones Senegal y Filipinas fueran ante Grecia da una pista de lo que puede suceder. Y es que el cuadro heleno, consciente de sus inumerables bajas, tiene un plan y lo esta ejecutando a la perfección. Con Calathes y Zisis mandando, con un poco más de ritmo y sabiendo esconder sus debilidades. No les debería dar para un trayecto muy largo, pero tampoco convendría apostar en contra de esta vía silenciosa. En la otra parte de este cuadro, al paseo de Francia se unía una victoria de Serbia sin mucho que rascar más allá de la exhibición de Haddadi en los primeros minutos y su impecable 10/10.

Para terminar llegaba el primer plato fuerte para el cuadro local y, una vez más, la canción volvía a ser la misma. Tras dos partidos saldados por inercia, el primer cuarto devolvía la España devoradora de espacios defensivos que la retroalimentan hasta ser una máquina salvaje. Con Ricky asentado en la dirección, Navarro fino y Marc dando un clinic, la guinda llegaba con un Pau Gasol casi sobrado. El grado de dominio llegó a ser tal que se corre la tentación de desempolvar la estadística del balance de victorias/derrotas estos últimos años en los torneos con y sin el mayor de los Gasol. Con todo, y por dejar una puerta abierta a la esperanza para los que odiamos todo el tinglado de la Ñ y sus alrededores, no estaría de más preguntarse hasta qué punto Brasil no tiró demasiado pronto la toalla. Escaldado tras el esperpento de Londres y con la seguridad de que, si quieren llegar a donde por plantilla deberían, España volverá a tropezarse en su camino, bien pudiera ser que la derrota no escociera tanto a Magnano. Por otro lado, las minutadas a los hermanos Gasol, los consiguientes cabreos de un Ibaka que va camino de amagar plante como en los Juegos (quizás el único motivo por lo que podría haber debate con Mirotic) y el ostracismo de Felipe, Claver o Abrines en un partido sentenciado, no parecen la mejor planificación. En el tintero queda lo apasionante que resulta ver a un Calderón casi tan funcionarial y plano en su juego como farsante en su liderazgo de palmadas y charlas.

En definitiva, como cantan los Stormy Mondays, la vieja canción de siempre. Los haters ladramos, pero a la hora de la verdad "estos cabrones" siguen callándonos, dibujando momentos de un baloncesto brutal y casi haciendo olvidar todo lo de fuera.

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En el segundo acto, Filipinas volvía a dar otra lección de entusiasmo a la par que el gran Alapag vivía una catarsis de gloria cercenada a partes iguales por el acierto de Mata, las excentricidades de Blatche y la enésima resolución de partido mal jugada por los "Gilas”. Con Laprovittola ejerciendo de revulsivo, Argentina volvía a dejar algunas malas sensaciones.

No suele funcionar la matemática ni el arte de la expoliación en el ámbito del baloncesto, pero el que los dos únicos partidos en los que no han tenido opciones Senegal y Filipinas fueran ante Grecia da una pista de lo que puede suceder. Y es que el cuadro heleno, consciente de sus inumerables bajas, tiene un plan y lo esta ejecutando a la perfección. Con Calathes y Zisis mandando, con un poco más de ritmo y sabiendo esconder sus debilidades. No les debería dar para un trayecto muy largo, pero tampoco convendría apostar en contra de esta vía silenciosa. En la otra parte de este cuadro, al paseo de Francia se unía una victoria de Serbia sin mucho que rascar más allá de la exhibición de Haddadi en los primeros minutos y su impecable 10/10.

Para terminar llegaba el primer plato fuerte para el cuadro local y, una vez más, la canción volvía a ser la misma. Tras dos partidos saldados por inercia, el primer cuarto devolvía la España devoradora de espacios defensivos que la retroalimentan hasta ser una máquina salvaje. Con Ricky asentado en la dirección, Navarro fino y Marc dando un clinic, la guinda llegaba con un Pau Gasol casi sobrado. El grado de dominio llegó a ser tal que se corre la tentación de desempolvar la estadística del balance de victorias/derrotas estos últimos años en los torneos con y sin el mayor de los Gasol. Con todo, y por dejar una puerta abierta a la esperanza para los que odiamos todo el tinglado de la Ñ y sus alrededores, no estaría de más preguntarse hasta qué punto Brasil no tiró demasiado pronto la toalla. Escaldado tras el esperpento de Londres y con la seguridad de que, si quieren llegar a donde por plantilla deberían, España volverá a tropezarse en su camino, bien pudiera ser que la derrota no escociera tanto a Magnano. Por otro lado, las minutadas a los hermanos Gasol, los consiguientes cabreos de un Ibaka que va camino de amagar plante como en los Juegos (quizás el único motivo por lo que podría haber debate con Mirotic) y el ostracismo de Felipe, Claver o Abrines en un partido sentenciado, no parecen la mejor planificación. En el tintero queda lo apasionante que resulta ver a un Calderón casi tan funcionarial y plano en su juego como farsante en su liderazgo de palmadas y charlas.

En definitiva, como cantan los Stormy Mondays, la vieja canción de siempre. Los haters ladramos, pero a la hora de la verdad "estos cabrones" siguen callándonos, dibujando momentos de un baloncesto brutal y casi haciendo olvidar todo lo de fuera.

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La esquina de Sunara (Jornada 3, I): Same old song, por Iván Fernández
Iván Fernández  | 02.09.2014 - 12:23h.
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Para los que pretendemos ver el mayor número de encuentros, la jornada partida es un alivio que permite por un lado seguir casi toda la acción en directo, más si el Francia-Egipto resulta tan previsible como descafeinado, y a la par recuperar algo de lo ya atrasado (a estas alturas un servidor ya solo 'debe' dos partidos del pleno).

A esa sensación ya de por sí positiva se añadía un primer encuentro mucho más interesante de lo esperado. Insistiendo en la idea de las dinámicas en los torneos cortos, Senegal se subía a la ola de su remontada ante Puerto Rico para desplegar a una Croacia demasiado relajada. Hezonja de titular, minutos para Andric o Markota... podría buscarse razones de índole "rotacional" para explicar lo vivido, pero lo cierto es que en la segunda parte Repesa tiro de ortodoxia y ni así pudo con una Senegal muy madura. Física, intensa y con muchas manos atrás, la selección africana acabó por desactivar a una autocomplaciente Croacia que aún así dispuso de hasta tres opciones de dar la vuelta al asunto... a cada cual peor jugada.

Ahora que Montenegro ha quedado fuera del EuroBasket, es buen momento para traer a escena la lesión de Nikola Pekovic. La misma que en su momento dio luz verde a que Gorgui Dieng contara con minutos en los Timberwolves. Sin haber llegado a los dobles dígitos en todo el curso, el ex de Louisville encadenaba en sus tres primeras oportunidades en el mes de marzo otros tantos dobles-dobles, el último de ellos saldado con una descomunal actuación ante Houston de 22 puntos y 21 rebotes. Lejos de ser un espejismo, el Mundial esta confirmando las sensaciones de un Dieng que tras disputar los 40 minutos no escatimó en un gramo de intensidad y calidad para firmar 26 tantos. Junto a él, otro ausente del pasado Afrobasket, un enorme D'Almeida, lograba sacar una sonrisa a todos aquellos nostálgicos del Pau-Orthez de principios de siglo donde el base senegalés arañaba minutos a Fouthoux, Lukovski o Chatman para alimentar a Foirest, Drozdov, Marcelic o Gadou (mientras su hermano Didier dirigía).



En el segundo acto, Filipinas volvía a dar otra lección de entusiasmo a la par que el gran Alapag vivía una catarsis de gloria cercenada a partes iguales por el acierto de Mata, las excentricidades de Blatche y la enésima resolución de partido mal jugada por los "Gilas”. Con Laprovittola ejerciendo de revulsivo, Argentina volvía a dejar algunas malas sensaciones.

No suele funcionar la matemática ni el arte de la expoliación en el ámbito del baloncesto, pero el que los dos únicos partidos en los que no han tenido opciones Senegal y Filipinas fueran ante Grecia da una pista de lo que puede suceder. Y es que el cuadro heleno, consciente de sus inumerables bajas, tiene un plan y lo esta ejecutando a la perfección. Con Calathes y Zisis mandando, con un poco más de ritmo y sabiendo esconder sus debilidades. No les debería dar para un trayecto muy largo, pero tampoco convendría apostar en contra de esta vía silenciosa. En la otra parte de este cuadro, al paseo de Francia se unía una victoria de Serbia sin mucho que rascar más allá de la exhibición de Haddadi en los primeros minutos y su impecable 10/10.

Para terminar llegaba el primer plato fuerte para el cuadro local y, una vez más, la canción volvía a ser la misma. Tras dos partidos saldados por inercia, el primer cuarto devolvía la España devoradora de espacios defensivos que la retroalimentan hasta ser una máquina salvaje. Con Ricky asentado en la dirección, Navarro fino y Marc dando un clinic, la guinda llegaba con un Pau Gasol casi sobrado. El grado de dominio llegó a ser tal que se corre la tentación de desempolvar la estadística del balance de victorias/derrotas estos últimos años en los torneos con y sin el mayor de los Gasol. Con todo, y por dejar una puerta abierta a la esperanza para los que odiamos todo el tinglado de la Ñ y sus alrededores, no estaría de más preguntarse hasta qué punto Brasil no tiró demasiado pronto la toalla. Escaldado tras el esperpento de Londres y con la seguridad de que, si quieren llegar a donde por plantilla deberían, España volverá a tropezarse en su camino, bien pudiera ser que la derrota no escociera tanto a Magnano. Por otro lado, las minutadas a los hermanos Gasol, los consiguientes cabreos de un Ibaka que va camino de amagar plante como en los Juegos (quizás el único motivo por lo que podría haber debate con Mirotic) y el ostracismo de Felipe, Claver o Abrines en un partido sentenciado, no parecen la mejor planificación. En el tintero queda lo apasionante que resulta ver a un Calderón casi tan funcionarial y plano en su juego como farsante en su liderazgo de palmadas y charlas.

En definitiva, como cantan los Stormy Mondays, la vieja canción de siempre. Los haters ladramos, pero a la hora de la verdad "estos cabrones" siguen callándonos, dibujando momentos de un baloncesto brutal y casi haciendo olvidar todo lo de fuera.





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Noticia publicada por Iván Fernández

1 comentarios
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1 - Alguién habrá por ahí más ilustrado que yo para que me explique cual es el mérito de Calderón, Felipe Reyes tiene una lesión más grave de lo que parece -tengo fuentes fiables- y Abrines creo que debería tomar parte con más minutos "de la verdad" por que le sobra. Claver no está preparado mentalmente, no transmite ni siquiera disgusto cuando falla... raro. Iván, eres de lo mejorcito de la red en baloncesto. Por lo menos da la impresión de que dices simplemente lo que piensas. Salud amigo.

Publicado por BuscemaBMT el día 04/09/2014 a las 01:32h.
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