La derrota hoy ante Serbia nos devuelve a la Tierra tras una inmaculada gira de preparación.
Siempre podemos decir "se veía venir"... pero el caso es que la preparación ha sido la misma en los últimos quince años, así que criticarla sería algo hipócrita. Serbia arrancó fuerte, pero los nuestros supieron reaccionar. Parecían sentadas las bases del triunfo, pero todo se fue desmoronando cual castillo de naipes.
De los exteriores sólo Rudy, y por dentro un enorme Felipe Reyes fueron insuficientes para hacer frente a una Serbia sólida y con un entrenador que se las sabe todas. Mañana toca Turquía y habrá que recuperarse en un grupo de la máxima exigencia. ¿La clave? La defensa tiene que volver a aparecer a su nivel, así como ganar mayor fluidez en ataque.
Seguimos, esto no para...