Complicado seleccionar esta semana a uno solo como el mejor jugador, la competencia está siendo dura. Chris Bosh nos recordó —ante la ausencia de LeBron— en Portland que él también es una estrella: partidazo culminado con triple ganador sobre la bocina. También admirable cómo Paul Millsap se ha echado el equipo a sus espaldas una vez confirmado que Horford se perderá toda la campaña. Por otro lado, los números de Kevin Durant están siendo más descomunales incluso que los habituales desde que Westbrook fue nuevamente operado de la rodilla, pero sus Thunder ya han cosechado dos derrotas. Así que el hombre a destacar de estos últimos siete días es un californiano que está llevando el sol a la gélida Minneapolis.

Sencillamente como brillante se puede calificar la temporada que está cuajando Kevin Love. Si no fuera por la presencia en la competición de dos extraterrestres como James y Durant, no sería nada descabellado pensar que Love podría optar al MVP. Sus medias son salvajes: 26.3 puntos, 13.5 rebotes y 4.1 asistencias; y aún solo tiene 25 años. Durante la exhibición con la que se deleitó en Milwaukee (33 pts., 15 rebs., 5 asist.) los comentaristas de la televisión americana llegaron a plantear un debate sobre quién era mejor a esta edad, si Garnett o Love. Tal vez un tanto aventurada esta disyuntiva, o tal vez no. De lo que no cabe duda es que el impacto de Kevin en Minnesota y en toda la liga está siendo brutal.

Volviendo a su actuación semanal, frente a los Mavericks dejó otra actuación estelar. Se fue hasta los 36 puntos, 11 rebotes y 4 asistencias, pero no pudo dar la victoria a los Wolves… porque no le dejaron. A falta de 3 segundos para acabar el partido, con Dallas 2 arriba en el marcador, Kevin Love recibió en la esquina para jugarse el último tiro. Probablemente buscase el triple para sentenciar el encuentro, pero estaba pisando la línea. Sin embargo, todo esto dio igual porque Shawn Marion logró taponar el tiro. El Target Center explotó en abucheos, Adelman no daba crédito, Love sonreía irónicamente; todo el mundo lo había visto, había sido falta de ‘the Matrix’ al golpear el brazo de Kevin en pleno lanzamiento. Todo el mundo menos los colegiados, que dieron la acción por válida y Dallas se llevó el triunfo. Al día siguiente, la propia NBA reconoció el error arbitral y que Love debió haber lanzado dos tiros libres, con la posibilidad de forzar la prórroga y quién sabe si haber ganado el encuentro.

La injusta derrota —presuponiendo que hubiera anotado los dos tiros libres— no minó la moral de los Timberwolves que se repusieron rápido y ganaron su siguiente partido frente a New Orleans. Kevin Love estuvo algo más flojo que de costumbre y esta afirmación habla de la dimensión de este jugador: en un partido flojo anota 21 puntos, captura 6 rebotes y reparte 3 asistencias. ¿De quién podemos decir algo así? Únicamente de los más grandes. Kevin Love es un grande y grande ha sido su semana, por eso estas líneas han sido para él.



Rookies

La carrera por el ROY parece ser claramente ya cosa de tres: Oladipo, Burke y Carter-Williams. Cualquiera de ellos podría ser el protagonista de esta sección. Tal vez Oladipo está perdiendo enteros desde la inclusión de Tobias Harris en el quinteto titular de Orlando, que le ha relegado al banquillo y se han visto mermados sus minutos en pista. Es el principal hándicap que tiene respecto a los otros dos rookies, la competencia; Burke y Carter-Williams no tienen ningún recambio de garantías en su puesto por lo que permanecen más en la cancha y tienen más galones.

En el duelo entre bases, esta vez gana el de los Sixers, fundamentalmente por su actuación frente a Phoenix: 27 puntos, 6 rebotes, 6 asistencias y 4 robos. Cifras de All-Star. Además, en Denver no se quedó demasiado lejos del triple doble: 16 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias. Y más allá del box score, las sensaciones que Carter-Williams deja sobre el parqué es que ahí hay jugador para altas cotas en el futuro.