La Opinión
Las mejores parejas de la Liga ACB (II): Van Lacke - Barnes
Pau Rodríguez  | 24.12.2010 - 17:54h.
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Siguiendo con la serie de artículos sobre “Las mejores parejas de la liga ACB”, esta vez hablaré sobre los dos jugadores seguramente más importantes del Blancos de Rueda Valladolid, que son el escolta Federico Van Lacke y el pívot Lamont Barnes. Antes de empezar a hablar sobre estos dos hombres, quiero agradecerle a Porfi Fisac, el entrenador del equipo pucelano, las declaraciones que dio para este blog sobre los dos jugadores. También darle las gracias a Javier García, de la web Piratas del Basket, por la opinión sobre Van Lacke y Barnes. Sin más, empezaré a hablar sobre estos dos hombres.


Estadísticas combinadas (10 jornadas disputadas): 18.1 puntos, 7 rebotes, 53% tiros de 2, 38% tiros de 3, 70.5% tiros libres y 20.4 puntos de valoración.


Al preguntarle al entrenador del Valladolid, Porfi Fisac, sobre estos dos jugadores, obtuve la siguiente respuesta:


“Fede Van Lacke y Lamont Barnes son dos jugadores que dan todo lo que tienen para el equipo cuando está la pelota en juego. Estos dos hombres llevan jugando dos años juntos, y saben compenetrarse cuando están en la pista. Para mí, todos los jugadores de mi equipo son importantes, pero quizás sea verdad que Van Lacke y Barnes son dos hombres destacados del Blancos de Rueda”.


Estas declaraciones, junto con las de Javier García al final de la página, resumen perfectamente lo que son estos dos hombres en el equipo vallisoletano: líderes del equipo en actitud, regularidad y calidad. Pocas veces se puede recriminar algo a uno de estos dos jugadores, y pocas veces hacen un mal partido. Quizás sean una de las parejas menos anotadora, pero más completa, tanto en ataque como en defensa. A continuación, pasaré a analizar el pasado del argentino, y más tarde el del americano.


- España, el país de su carrera profesional


Fede Van Lacke nació en Santa Fe el 26 de Junio del 1980. El argentino siempre dice lo mismo para describir su relación con el deporte de la pelota naranja: “Desde que nací tuve el balón bajo el brazo. Mi padre jugaba al baloncesto y eso marcó mi desarrollo.” Fede empezó a jugar en todas las divisiones formativas del Club Regatas de Santa Fe, el equipo de su ciudad natal. Tras ir avanzando como jugador por las categorías inferiores del equipo de Santa Fe, Van Lacke fue reclutado por el Atlético Echague Club de Paraná en 1998. Durante la etapa en el Echague Paraná, el escolta argentino tuvo la oportunidad de ir a España para participar en el Campus de Reclutamiento Profesional en Aranda del Duero, donde ganó el torneo de mates. Van Lacke recuerda que “fue algo muy sorprendente porque nadie confiaba en mí por ser un jugador blanco y argentino que nadie conocía. Aquellos fueron mis inicios que me abrieron en un futuro unas puertas a las oportunidades”.


Tras formarse en su país natal, Argentina, Fede Van Lacke decidió fichar por el Cantabria Lobos, que en esos momentos militaba en la liga Adecco Oro. Ese fichaje se produjo en el 2002, y durante esa temporada Van Lacke se sintió a gusto y se adaptó rápidamente. Gracias al buen debut en España, el argentino se ganó un contrato en un equipo ACB, el CB Murcia. El jugador cuajó bastante bien en el equipo, promediando aproximadamente nueve puntos y ocho de valoración, pero no pudo evitar que el Murcia perdiera la máxima categoría. Tras haberse estrenado en la mejor liga europea con gran nota, Van Lacke volvió a la Adecco Oro para jugar esta vez en el Club Baloncesto Los Barrios. Allí, el escolta promedió 9.9 puntos, demostrando su calidad. Después de ese año en Los Barrios, Van Lacke fichó por el CB Ciudad de Huelva, donde estuvo tres años promediando en total 9.4 puntos, aunque hay que destacar que la aportación de este jugador en el primer año que estuvo en el equipo fue esencial, ya que salvó a los suyos de perder la categoría, promediando en los Play-Off de descenso 17.3 puntos. Esas buenas temporadas le permitieron conseguir un contrato temporal en el CB Granada en abril de 2007, pero el jugador solo jugó dos partidos con la camiseta nazarí y se volvió ese mismo verano a la que de momento era su competición, la Adecco Oro.





Fede Van Lacke tiene mucha calidad y un gran potencial físico (Fuente: ACB Photo / J.Marqués)



Tras su corta experiencia en la ACB con el conjunto de Granada, Van Lacke fichó por el CB Valladolid para disputar una temporada que fue muy especial tanto para él como para el equipo pucelano. El escolta argentino promedió durante los 34 partidos de liga regular – el Valladolid no disputó los Play-Off porque subió directamente a la ACB por quedar primero de la liga – 13.5 puntos, 2.9 rebotes y 2.3 asistencias. El de Santa Fe recuerda la temporada 08/09 de la siguiente manera: “Salimos campeones, y yo fui el máximo anotador y uno de los referentes del equipo, teniendo la confianza de mi entrenador, del club, la afición y, por supuesto, de los propios compañeros.” Fede estuvo trabajando mucho, como siempre, para prepararse para afrontar la ACB en la que sería su tercera etapa en la mejor liga europea. Y la verdad es que no le fue nada mal, ya que Van Lacke realizó seguramente su mejor temporada, no solo por sus promedios – 11 puntos, 2 rebotes y 3 asistencias -, sino también por su buen juego y su impacto en la liga. El argentino ayudó mucho a su equipo para ser una de las revelaciones de la temporada, ya que el Valladolid acabó en la 13º posición de la clasificación en un final un poco flojo. En el inicio de esta temporada, Van Lacke está siendo de nuevo uno de los jugadores más importantes del Valladolid, y sabe sacrificarse cuando toca defendiendo como nadie, o sabe llevar a su equipo hacia la victoria gracias a su buena mano. El buen momento de forma del escolta está siendo clave en el gran inicio del equipo pucelano en la liga. Pero un único jugador no puede empujar a un equipo, y por eso Fede Van Lacke está bien acompañado por Lamont Barnes, un jugador interior sacrificado con mucha calidad.


Un trotamundos de mucha calidad


Lamont Barnes nació el 4 de septiembre de 1978 en Lexington, una ciudad situada en el estado de Kentucky. La carrera deportiva del interior del equipo pucelano es muy movida, y se le puede considerar perfectamente un trotamundos. El pívot americano empezó a jugar a baloncesto de manera seria en su universidad, Temple. Barnes estuvo en el equipo universitario durante los cuatro años de carrera, y en esa etapa, Lamont promedió 10.9 puntos y 6.6 rebotes, participando en la NCAA. Tras su periplo universitario, Barnes empezó a jugar de manera profesional, pero nunca se estabilizó en un sitio, sino que fue cambiando de equipo casi cada temporada. Como que esto es un pequeño resumen sobre su pasado, solo hablaré de cuando estuvo en España, aunque decir que este buen jugador ha estado jugando en Polonia, Puerto Rico, Italia, Francia, Bulgaria y Holanda.


En 2004, el León Caja España fichaba a un pívot americano de 26 años para disputar la Adecco Oro. Ese jugador era Lamont Barnes, que en su temporada “rookie” promedió 15.5 puntos y 9.1 rebotes, siendo una de las estrellas de la liga. El pívot hizo que su equipo jugara los Play-Off de ascenso, donde promedió en siete partidos 20.7 puntos y 10.9 rebotes, unos promedios de estrella NBA. A pesar de ser bueno en defensa, Barnes, como demostraron las estadísticas, también tuvo una gran importancia en el ataque leonés. En su segunda temporada en España, Lamont bajó un poco los números de la anterior temporada, pero siguió siendo uno de los referentes de la liga. En ese segundo año, Barnes promedió 14.4 puntos y 7.6 rebotes. Sus dos primeros años en la Península Ibérica habían sido muy buenos, pero el traslado a Polonia no permitió que Lamont siguiera en nuestro país. Su aventura polaca no duró mucho, ya que a finales de marzo, el americano fichó por el Fuenlabrada. Sus buenos números en LEB, y su condición de no extranjero por su matrimonio con una mujer española, decidieron a los directivos del equipo madrileño a darle una oportunidad en ACB, donde jugaría por primera en su carrera. Al estadounidense le dio tiempo de jugar ocho partidos durante esa temporada con el Fuenla, donde promedió en 16 minutos 5.5 puntos y 4.1 rebotes.


A partir de esa etapa en el Fuenlabrada, Barnes se ubicó definitivamente en España. En agosto de 2007, el americano volvió al León, esta vez para jugar en la ACB, tras los intentos fallidos de subirlo él mismo de categoría. Y de nuevo, Lamont no decepcionó. El jugador promedió en los 34 partidos de liga 8.1 puntos, 5.6 rebotes y un total de 11.1 puntos de valoración. Su segunda etapa en la liga ACB fue muy bien, aunque no pudo evitar el descenso de su equipo. Pero Barnes se había presentado a los aficionados y clubes españoles, y ofertas no le faltaron. Al final fichó por el CB Murcia para ser el referente interior del equipo junto con Moss. De nuevo, el pívot americano rindió muy bien, jugando a un gran nivel. Al acabar la temporada, Barnes firmó unos buenos promedios, 8.5 puntos, 6.3 rebotes y 11.3 puntos de valoración, y en ese mismo año realizó su mejor partido de la carrera ACB firmando una gran actuación con 16 puntos, 17 rebotes y 3 tapones frente el CB Granada. Esta vez, el Murcia no bajó a la Adecco Oro, y Barnes no tuvo que buscar un nuevo equipo. Pero eso no fue así, ya que decidió trasladarse a Valladolid, para jugar en la ciudad pucelana. Según el propio pívot americano, fichó por el Blancos de Rueda por las siguientes razones: “Pensé que iba a ser una gran idea venir a Valladolid y vivir la experiencia de jugar en esta ciudad con esta afición. Busco el éxito del equipo, hacer que la gente disfrute y transmitir buenas sensaciones”. Por su parte, los directivos del equipo vallisoletano dijeron de él lo siguiente: “Tenemos muy buenas referencias de él como jugador y persona, por lo que es el tipo que de jugador que queremos tener. Nos va a dar estabilidad en el juego interior y en defensa”. En su primera temporada con el equipo pucelano, Barnes promedió 9.2 puntos, 5.9 rebotes y 11 puntos de valoración, siendo el referente interior del equipo y uno de los mejores jugadores altos de la liga. Jugó muy buenos partidos, pero me gustaría destacar uno muy importante frente el Obradoiro, donde el pívot firmó una gran actuación en 29 minutos, anotando 19 puntos – 9/13 en tiros de campo – y capturando nueve rebotes. En el contrato firmado el verano de 2009, el jugador americano fichaba por un año en Valladolid con opción a una temporada extra. Y Barnes decidió renovar con su equipo para afrontar un año que de momento está siendo bueno para él, manteniendo más o menos los números del primer año, y para su equipo.





Lamont Barnes sabe sacrificarse y esforzarse para que su equipo gane (Fuente: ACB Photo / C.Minguela)



El Blancos de Rueda Valladolid está siendo el equipo revelación de la temporada, demostrando que a pesar de ser en teoría uno de los equipos pequeños de la liga, tiene mucha calidad para llegar primero a la Copa del Rey y luego a Play-Off. Los pucelanos son el cuarto equipo que menos puntos recibe, el tercer equipo más recuperador y el quinto más taponador – en esa faceta Barnes tiene mucha importancia -. El entrenador del equipo, Porfi Fisac, es humilde y solo quiere ir paso a paso para asegurarse la salvación, el principal objetivo. Pero con un grupo humano muy bueno y de calidad, los vallisoletanos se han plantado en la parte alta de la clasificación. Y mucha culpa de este gran nivel que está ofreciendo el Valladolid la tienen los dos jugadores de este artículo, que saben ejercer de capitanes del equipo, y saben cuando tienen que sacrificarse. Desde luego, es una de las parejas más experimentadas y más sacrificadas de la liga.


- La Opinión sobre esta pareja de… Javier García (Piratas del Basket)


Lamont Barnes y Fede Van Lacke son la pareja más fiable y destacable del equipo morado que dirige Fisac. En los tiempos que corren tener no ya uno, sino dos jugadores de máxima regularidad es una autentica bendición. En el caso del escolta hispano-argentino, amén de ser la prolongación de su entrenador en la cancha, es un jugador que se encuentra en su máximo esplendor, capaz de hacer de todo y todo bien. Su posición natural es la de escolta pero puede defender a aleros mucho más altos que él por su gran condición atlética en el puesto de “3”. A pesar de ser y saberse el líder del equipo, es el primero que marca territorio en labores defensivas sabiendo que sus compañeros seguirán el camino que él proponga.


Como decía, su capacidad atlética muy mejorada gracias su trabajo durante los últimos veranos, han tenido resultados y ahora probablemente nos encontremos ante el jugador más físico de la liga en la posición de escolta, su tren inferior, basado en una fortaleza de piernas increíbles, le permiten saltar más alto y correr más deprisa que los demás. Suele encargarse de la defensa del mejor jugador del equipo al que se enfrente sin que esto (normalmente) le reste protagonismo en ataque, convirtiéndose inmediatamente en una pesadilla para el Carroll de turno. Hiperactivo en defensa, a final de temporada volverá a estar entre los mejores “ladrones” de la competición. Mientras que en tareas ofensivas su juego es imprevisible. Sin ser un especialista en tiro exterior, no es aconsejable dejarle lanzar solo. Se aprovecha de los continuos bloqueos en la cabeza de la bombilla de los hombres altos para desde allí, iniciar entradas que pude acabar él o cualquier compañero merced a su gran capacidad de pase. Técnicamente notable, es de los pocos jugadores del equipo que puede crearse su propio tiro, además de ser un finalizador brillante en lo que más le gusta: correr el contraataque.


En cuanto a Lamont Barnes, si fuera una película, sin duda se titularía “El profesional”. Se ha adaptado rápidamente a lo que le pedía Fisac y responde en la cancha con una sobriedad y regularidad de la que muy pocos pueden presumir. Su juego esta basado en lo que más le gusta a Porfi, que no es otra cosa sino hacer el basket sencillo. Siempre dispuesto para ofrecer bloqueos a sus compañeros, para terminarlos él mismo o mantenerse alerta a un posible rebote. Lamont esta muy lejos de ser un jugador espectacular pero apuesten a que todos y cada uno de los entrenadores de la ACB lo querrían tener de su lado.


En ataque puede fabricarse su propia canasta, a pesar de no ser un virtuoso con el balón, y le gusta moverse (como se espera de un pivot) en posiciones siempre cercanas al aro, aunque eso no signifique que tenga que renunciar a su tiro de 4/5 metros, que dicho seas de paso, suele ser bastante efectivo. Pero donde más destaca Barnes es en el trabajo sucio, es decir, en la defensa. Un regalo para los espectadores ver como Barnes defiende al hombre que le postea, aguantándole, taponándole o lo que sea menester. En definitiva, haciendo pasar un mal trago a su rival. Tan intenso en la pista como tímido fuera de ella, en una de las escasísimas declaraciones que se le conocen decía: “Yo solo hago mi trabajo, si tengo que subir el balón, lo subo, si tengo que llevarle hacia la canasta, lo hago“.


En un equipo como el Blancos de Rueda en el que no existen las parejas como tal, sino que suman todos, la pareja Van Lacke/Barnes es sin ninguna duda, la mas representativa. Curiosamente y por distintitos motivos, ambos estuvieron este verano mas fuera que dentro de Valladolid, pero finalmente se sumaron a la cruzada morada. Los que juguéis a SM no os olvidéis de ellos… ¡son un valor seguro!


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Artículo publicado por Pau Rodríguez

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