La Opinión
CAI Zaragoza: los resultados como norma
Luis Blanco  | 30.01.2012 - 00:45h.
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Finalizada la primera vuelta de la competición, el CAI Zaragoza ofrece un rendimiento desde el punto de vista casuístico muy bueno, con un balance de 8 victorias y 9 derrotas que le han permitido coquetear con la Copa del Rey hasta que Navarro decidió acabar con el sueño desde la línea de los 4,60 en el Palau.


Si nos regimos por la constatación objetiva de los resultados, el equipo está cumpliendo sobradamente. Incluso ofrece una versión netamente mejorada de su anterior temporada en la ACB lejos de casa, compitiendo en todos y cada uno de los encuentros salvo excepciones, como en Málaga ante el Unicaja, lejos de aquel frustrante conjunto que se arrastraba cuando jugaba fuera del hogar. Parece un grupo sólido, bien armado, capaz de suplir la ausencia física y virtual de un alero extracomunitario desde el principio de la temporada (el caso Burstchi sea probablemente el mayor fiasco de Villar desde que llegó al cargo de Director General de la entidad), de sobreponerse a la presencia/ausencia guadianesca de un Archibald necesario pero demasiado propenso a las lesiones, o de subsanar las intermitencias y lagunas de su jugador franquicia, Pablo Aguilar.


Dispone de una eficaz y compensada pareja de bases, con un Van Rossom más cerebral y polivalente en su posición de escolta y un Cabezas que busca reivindicarse definitivamente aunando mejoría física y altas dosis de talento. Entre los escoltas debemos destacar la prodigiosa facilidad de Wright para generar canastas de mérito, demostrando su enorme clase, y la necesaria y positiva reconversión de Stefansson a alero alto, aunando entrega y efectividad a partes iguales. Almazán y Topper en el puesto de 3 van camino de convertirse en especialistas. El primero es un consumado defensor, mientras que el segundo tiene mayores dificultades que el año pasado para evidenciar su mágica muñeca desde la línea de tres, sin duda porque ya no se trata de un desconocido en la Liga.


Aguilar merece un comentario aparte. Dotado de unas cualidades enormes, busca su identidad obsesionado por el lanzamiento exterior, del que abusa en exceso, y mostrando demasiadas precauciones cuando penetra en la zona. Debe ser consciente del enorme esfuerzo que ha hecho el club al ficharlo del Real Madrid y convertirle en uno de los jugadores mejor pagados de la plantilla, y ofrecer no sólo destellos intermitentes.


En cuanto a los pívots, Rafa Hettsheimer se ha convertido en uno de los motores del equipo y en un jugador codiciado por los grandes. Ha dado un enorme salto de calidad, aunque sigue mostrando algunas lagunas de concentración que le lastran a veces en exceso. Algo lento en el uno contra uno, pero muy hábil en el pick and roll y en los rebotes, su buena muñeca y la estructura del equipo le han estimulado a lanzar más veces de 3 que el año anterior. Archibald por su parte está empezando a salir de su travesía del desierto en forma de lesiones constantes. Ofrece al equipo bloqueos sólidos, contundencia defensiva y una experiencia muy útil para equipos que desean asentarse en la categoría. Fontet, aunque en numerosos aspectos tiene un tratamiento de júnior, cumple cada vez que sale en forma de intimidación y rebotes.


Sin embargo, pese a sus buenos números, el CAI se muestra como un conjunto escasamente trabajado, con fundamentos defensivos escasos y muy determinados por la intensidad individual de los jugadores, con una zona irritante y exasperante en la que las ayudas y los balances son fruto de la inspiración. La constante utilización de cambios automáticos, una reliquia baloncestística, o la inexistencia de sistemas alternativos que pudieran provocar un cambio de tendencia en el juego siguen siendo la base teórica desde el banquillo, muy atenazado y lento en sus reacciones (ejemplar en este sentido son las peticiones de tiempos muertos, casi siempre tarde o a deshora, o la gestión de jugadas determinantes puestas en evidencia por los micrófonos)


En ataque sólo dispone del tiro exterior como argumento. El concurso de triples en el que se convierte cada partido del conjunto maño contagia incluso a sus 5. Está bien disponer de una amenaza constante desde el 6,75, pero no como única fórmula. El equilibrio interior-exterior garantiza a medio plazo mayores éxitos que la constante y monotemática apelación a los triples. Es necesario disponer de una marcha más, de una alternativa que impulse al equipo cuando los porcentajes de tiro bajen.


En definitiva, el CAI se muestra como un equipo que busca estabilizarse en la Liga Endesa, que está obteniendo buenos resultados y que cumple con uno de los objetivos marcados desde principio de temporada, pero al que se puede y debe exigir un salto de calidad en su juego y un mejor aprovechamiento de su plantilla. Los problemas económicos impiden contratar a un alero alto, pero ello no debe ser una coartada para dejarse ir en la segunda vuelta.


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Artículo publicado por Luis Blanco

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