Si pensabas que verías lo mejor que Luka Doncic de Eslovenia tenía para ofrecer en el Torneo de Clasificación Olímpica FIBA ​​en Kaunas, donde se enfrentó a Angola, Polonia, Venezuela y Lituania para promediar una locura de 21.3 puntos, 11.3 asistencias y 8.0 rebotes, estabas equivocado.

Estuvo simplemente sensacional en su debut olímpico en Tokio el lunes, y contra un país como Argentina, que llegó a la Final de la Copa del Mundo de Baloncesto FIBA ​​2019 en China. Doncic sumó 48 puntos, 31 en la primera mitad, junto con 11 rebotes y cinco asistencias para que Eslovenia consiguiera un triunfo por 118-100. La actuación fue sublime, deslumbrante e histórica. Los 48 puntos fueron la mayor anotación lograda por un europeo en un partido olímpico de baloncesto.

Doncic, indiscutiblemente, es el Jugador del Día. Disculpas por los partidos que vengan, se necesitará un récord de anotadores olímpicos de todos los tiempos o algo de esta magnitud para derribar a Luka de esta posición.

"El mejor jugador del mundo", así lo llamó el técnico argentino Sergio Hernández después del primer partido del Grupo C, un choque que comenzó antes de que la mayoría de los europeos normalmente se levanten de la cama.

Saber que Doncic estaba haciendo su debut olímpico probablemente llevó a muchos a madrugador en el Viejo Continente. Su actuación fue como un trago de espresso. En una jugada de la segunda mitad, entregó un pase detrás de la espalda fascinante en un pick-and-roll exitoso con Mike Tobey, quien es uno de los principales beneficiarios de la creatividad de Doncic. Incluso si Argentina hubiera tenido a su MVP olímpico de 2004 y la leyenda del baloncesto internacional Manu Ginóbili en su mejor momento en este partido, uno tiene que preguntarse si el resultado habría sido diferente.

Ginóbili se quedo paralizado por la brillantez de Doncic, de 22 años.

El tweet de Ginóbili decía: "Increíble dominio del juego de Doncic, 31 puntos en la mitad. Qué bestia".

Hay mucho baloncesto por jugar, pero la evidencia está ahí para que todos la vean. Doncic ha sido una fuerza imparable este verano y Eslovenia estará disfrutando de sus posibilidades de subir al podio gracias a su talismán. De hecho, ¿quién podría culparlos por poner su mirada en la medalla de oro?