La última derrota en casa de Túnez se produjo el 29 de agosto de 2015 en las semifinales del AfroBasket frente a Angola.

Un Egipto intrépido y combativo mandó un mensaje claro este viernes tras vencer a los actuales campeones africanos, Túnez, ante el público tunecino.

La victoria por 67-61 no solo ayudó a Egipto a mejorar su balance en la clasificación africana para la Copa del Mundo ​​2023 con 6-1, sino que también puso fin a la racha invicta de Túnez (15-0 hasta este encuentro). 

Ehab Amin cumplió cuando los faraones más lo necesitaban. El escolta de Al Ahly anotó 9 de sus 18 puntos, (máximo anotador de su equipo) desde el triple, mientras que Assem Marei brindó un gran apoyo en la pintura. Su agresividad de Marei en ambos lados de la cancha resultó un muro para Túnez, que parecía impotente para contrarrestar sus 15 puntos y 13 rebotes.

A pesar de ir perdiendo por 12 en el primer cuarto, Egipto nunca entró en pánico. Incluso silenciaron el Pabellón Mohamed Mzali cuando Túnez intentó coger impulso. Los 33 puntos al descanso reflejaban la tenacidad y confianza en sí mismo de Egipto.

Salah Mejri fue un espectáculo para Túnez al principio, pero su segunda técnica a principio del tercer cuarto hizo mucho daño a Túnez. A pesar de su temprana marcha del encuentro, el pívot terminó con 19 puntos, el máximo del partido, con 9 rebotes, máximo de su equipo, en sólo 18:37 minutos. Omar Abada y Makram Ben Romdhane sumaron 21 entre ambos, pero pudieron proteger la racha como invicta de Túnez, que finaliza tras siete años.

Con Egipto cuatro puntos arriba (38-34) en la expulsión de Mejri, Túnez luchó por recuperarse mientras su rival daba un estirón hasta el 60-47, su mayor ventaja en el partido. Cinco pérdidas de balón de Túnez en un momento tan crítico del partido resultó letal para los locales, que finalizaron con 14 pérdidas.

Los egipcios sufrieron durante la mayor parte del partido, pero su mentalidad ganadora y combativa fue la mayor diferencia en esta importante victoria sobre los campeones africanos.