- Qué gran contrasentido que el calor, el sofoco y hasta cierto enrojecimiento de la piel, en esta jornada inaugural haya sido improvisado por Finlandia. Una de las dos cenicientas de la competición, llegada a última hora, ha sido capaz de poner en jaque a un buen equipo, al menos sobre el papel. Y es que los croatas cuentan con excelentes jugadores de baloncesto, que demasiado a menudo distan de ser un bloque que juega unido... Hora de romper con los clichés.

- No menos contrario al pensamiento establecido ha sido ver cómo el país del fútbol ponía contra las cuerdas al país del basket, en su propia casa. Gran Bretaña aún necesita más rodaje y, sobre todo, añadir jugadores a su rotación, pero han dado la cara hasta el minuto 34. Conviene tenerles muy en cuenta. Cotizan al alza.

- El motor del equipo nacional serbio, Milos Teodosic, que da señales de una ideal puesta a punto, sin llegar a sobrecalentarse.

- La pizca de emoción y entusiasmo (que no de buen juego) del Macedonia-Montenegro, partido resuelto en la 1ª prórroga del campeonato a favor de los montenegrinos.

- Las bocanadas de aire caliente que recorren Lituania, gracias a momentos "on fire" de actores principales como Pau Gasol, Dirk Nowitzki ó Tony Parker, así como de otros destacados actores de reparto, como es el caso del "hombre de negro" Janis Blums.







- Demasiadas historias tristes y/o negativas, concentradas en la última semana de preparación de la selección española, han pasado la factura que todos hemos visto hoy, frente a Polonia. Afortunadamente, tenemos la mejor pareja de rompehielos del Eurobasket... Huelga decir nombres.

- El banquillo de Gran Bretaña, que sólo ha sido capaz de contribuir con 2 puntos (1 canasta de Sullivan) en los 40 minutos.

- Escasa afluencia de público a los partidos. Si los anfitriones no están sobre el parquet, el Eurobasket aún no transmite. No electriza. Deja frío.
La sensación generalizada es que estamos ante un torneo con demasiados equipos que, prensa especializada y algún afortunado turista aparte, gozan de una limitada atención del espectador.

- Si gélido estaba el ambiente en las sedes, gélida también la muñeca de Mirza Teletovic: 0/9 T3p para el bosnio de Caja Laboral.

- El exceso de celo de algunos árbitros que propician situaciones ridículas, como la del vendaje de Henry Domercant, pintado manualmente con rotulador azul por un asistente bosnio, a instancias del propio colegiado. Al parecer era preferible perpetrar esa "pintura rupestre", antes que facilitar una posible confusión con los colores blancos de la equipación helena... A la nevera con estos desatinos, por favor.