España ya se encuentra en las semifinales del Eurobasket 2011.

Esa era la única frase que, una hora después de finalizado el encuentro, había conseguido poner en negro sobre blanco. Durante todo ese espacio de tiempo había intentado dar con cualquier sutileza estadística, cualquier recóndito sistema potencialmente ganador, con algún escondido entresijo que explicase el poderío y autoridad que este equipo demuestra sobre la pista, aunque no de forma permanente. Fracasé en el intento y, paradójicamente, ese fue mi mayor éxito. ¿Cómo es eso posible? Me dije a mí mismo que no buscaría más hilos de titiritero y que debía reconocer que la explicación buena era, como casi siempre, la más simple... Y todo empezó a encajar. Me apresuré a dar carpetazo a la prosa barroca y otras zarandajas, para proclamar la única verdad absoluta: España tiene a Pau Gasol y a Juan Carlos Navarro. El resto del mundo, no. Eso es todo.

Si Navarro ha puesto las bombas en esta primera entrega de los Cuartos de Final, la selección de Macedonia ha provocado un estallido nuclear, cuya onda expansiva ha arrasado a todo un país. Fabulosa sorpresa la protagonizada por los macedonios, al apear de las semifinales al equipo local. Fabulosa por lo gigantesco de su significado, para un pequeño país de modestas aspiraciones deportivas y fabulosa porque parece extraída de la fábula mitológica de David y Goliath, aunque cambiando hondas y piedras por zapatillas y balones de baloncesto. El triple decisivo del "David" Ilievski, a falta de 11 segundos, ha entrado en el aro, derribando al sorprendido "Goliath" lituano.







- Juan Carlos "La Bomba" Navarro es, en sí mismo, todo un fenómeno físico y químico. Cuando Navarro activa el detonador, comienza una extraordinaria rutina de lanzamientos de bolas de fuego que golpean las murallas y defensas rivales más resistentes, hasta derribarlas. Y con el desplome de las empalizadas aflora la frustración y la decepción en el contrincante y el cambio brusco en los biorritmos emocionales entre sus compañeros, a los que deja paso para que finiquiten la contienda. Es el Game-Changer europeo por excelencia.

- Sin Bo McCalebb nada de lo conseguido por Macedonia hubiese sido posible, pero sin el fantástico 100% (5/5) en triples conseguido hoy por Vojdan Stojanovski, tampoco. Cuando Lituania parecía estirarse, ahí aparecía Stojanovski, crucial, para seguir enganchando a su equipo. On-fire.

- Calor y ambientazo en la semifinal Lituania - Macedonia. Mucha entrega y colorido por parte de ambas aficiones que han empujado incesantemente a sus jugadores. Surge ahora la inevitable incógnita de si el aspecto que presentarán las gradas, en unas semifinales huérfanas de Lituania, será igual de vivo y excitante.




- El escalofrío y ataque de pánico que miles de seguidores de nuestra selección han sentido al ver que el tobillo de Jose Calderón podía haber dicho basta. Calderón parece el único base con capacidad para salir de esa fría fosa abisal de juego en la que nuestros "timoneles" se han venido manejando, durante el presente campeonato. Se le necesita para manejar con firmeza ese timón hacia aguas más templadas.

- ¿Qué más frío que una Lituania con el ánimo congelado? Han pagado el peaje de ese 13% en triples (2/15) y, más importante, el peaje de la falta de sosiego, de la excesiva precipitación y de cierta búsqueda individual de heroismo, especialmente palpable en los 3 minutos finales. Tan increíble e impropio de un ramillete de jugadores de primerísimo nivel, como cierto.