La emoción del baloncesto femenino |
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Debido a la escasa cobertura que se realizan en los medios de comunicación hacia el baloncesto femenino, este baloncesto es seguido por un público muy minoritario. Después de estas últimas jornadas cargadas de emoción en la lucha por el descenso y el fantástico subcampeonato cosechado por el Perfumerías Avenida en la Euroliga femenina, me apena que este seguimiento sea tan bajo.
En las últimas jornadas de la liga, y viendo la lucha que existía por evitar el descenso, decidí acercarme al Magariños a seguir los tres últimos partidos del Estudiantes femenino. Como esperaba, y como había visto en la televisión en muchas ocasiones, el baloncesto femenino es muy diferente al masculino pero no por ello es menos emocionante. El juego, el físico, la técnica será diferente pero la competitividad es exactamente la misma. Además, a diferencia del baloncesto masculino, la menor capacidad de las canchas de juego de los equipos femeninos permite disfrutar más de la esencia del juego, de los contactos, del grado de sacrificio. Por ello, disfrutas viendo aún más baloncesto, en este caso femenino.
En la Euroliga Femenina, Perfumerías Avenida dio la gran sorpresa llegando en su F4 a la final, donde vendió cara su derrota frente a las todopoderosas rusas. Ver a una ciudad como Salamanca volcada con su equipo femenino fue realmente admirable. Por su parte, en la Liga Femenina, eran sobre todo tres equipos –Extrugasa, Mann Filter Zaragoza y Estudiantes- los que luchaban por evitar el descenso, fosa que solo un equipo evitaría. El calendario nos hacía un guiño, reservaba un Estudiantes-Mann Filter para la última jornada en el polideportivo Magariños. Los resultados previos a esta última jornada, dictaron que este resultado dictaría sentencia, pues Extrugasa había perdido todas sus opciones al perder entre semana ante el mencionado subcampeón de Europa, Perfumerías Avenida.
Por tanto, llegaban a la ‘final’ Zaragoza con seis victorias y las chicas del Ramiro con cinco en su casillero. El duelo directo dictaría sentencia, teniendo Estudiantes que ganar por una diferencia mayor a cuatro puntos para conseguir la ansiada permanencia superando en el basket-average particular a las mañas.
El Magariños era una fiesta desde una hora antes del partido: despliegue televisivo, con LaOtra en directo, sillas a pie de pista para alentar al Estu, unos 50 seguidores zaragozanos y un Magariños repleto, comandado por una Demencia a pie de pista, para conseguir la salvación. El partido comenzó con un intercambio bonito de golpes, en el que nadie quedaba KO, pero en el segundo cuarto, con una excelente animación demente y con una defensiva aguerrida, Estudiantes lograba distanciarse en el marcador consiguiendo una diferencia plácida en torno a quince puntos. Mann Filter, a principios del último cuarto, intentaba el último arreón, pero las chicas del ‘Estu’ fueron quien finalmente lo dio, extendiendo la ventaja a veinticinco puntos.
Finalmente, fiesta y decepción en el Magariños, como se sabía que iba a pasar desde el principio: las jugadoras mañas desoladas por el consumado descenso y las jugadores del ‘Estu’ celebrando junto a la afición, en especial con la Demencia, la anhelada salvación.
Desde aquí, aprovechando la oportunidad que me brinda Basketme, me gustaría que estos ambientes vividos y esa repercusión en los medios nacionales que ha tenido el subcampeonato europeo y la situación de Estudiantes en los medios autonómicos se repitieran a lo largo de todo el curso y no sólo ante éxitos cosechados o por situaciones de extremo peligro porque el basket femenino también cuenta. Por cierto, atención con los playoff por el título, donde se avecinan grandes partidos.