Copa del Rey: Análisis del Unicaja |
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Ya tenemos ante nosotros una nueva edición de un acontecimiento deportivo que es único por muchos motivos: por contar con los ocho mejores equipos de la competición, porque cada partido es a cara o cruz, pero, sobre todo, por reunir a ocho aficiones que conviven durante un largo fin de semana y crean un ambiente festivo en la ciudad que los acoge. Este año, Málaga tiene el honor de ser la sede de este evento. Una ciudad en la que el baloncesto se encuentra fuertemente arraigado y que siempre se ofrece como candidata para organizarlo.
En esta ocasión, llega en un momento delicado para Unicaja. Los años gloriosos dejaron paso a una larga travesía por el desierto donde el equipo vagaba por la zona media de la tabla sin ganarse siquiera el derecho a disputar la Copa del Rey ni los Play Off por el Titulo. Sólo la Euroliga, donde el nivel ha mantenido dentro de las expectativas, servía para apaciguar el desánimo que poco a poco iba invadiendo las cada vez menos pobladas gradas del Palacio Martín Carpena.
Esta temporada se decidió dar un golpe de efecto. Un cambio de rumbo. El proyecto se puso en manos de
Joan Plaza, un entrenador reconocido a nivel nacional y europeo, que gozaba del favor del aficionado. Y con él, un bloque construido fundamentalmente con jugadores, por edad, en la plenitud de sus carreras, con experiencia en la ACB, pero que, por unas u otras circunstancias, no habían encontrado acomodo entre los clubes económicamente más poderosos del continente:
Carlos Suárez,
Nick Caner Medley,
Rafa Hettsheimeir... A ellos se unen
Jayson Granger y
Ryan Toolson, y sólo un joven conocido de Plaza,
Mindaugas Kuzminskas, y el rocoso pívot
Vladimir Stimac, debutan en la competición doméstica (no así en la Euroliga).
El resultado ha sido extraño. La sensación general es la de equipo en construcción, lo cual puede ser comprensible con tantos jugadores nuevos, pero peligroso cuando entramos ya en el mes de febrero. Y es que la realidad muestra que las piezas básicas en lo que a la anotación se refiere,
Toolson y
Caner Medley, han tenido lesiones fortuitas pero que les han impedido rendir con regularidad. En cambio, jugadores llamados a disfrutar de pocos minutos como
Dragic o
Stimac, han dado un paso al frente y son los que están sosteniendo al equipo en muchos partidos. Y si nos remitimos a los fríos números, éstos dicen que el equipo está entre los cuatro primeros de la competición y, pese a clasificarse in extremis, está peleando a buen nivel en el Top16 de la Euroliga.
En esta situación, y con la inoportuna lesión de
Calloway, llega la Copa del Rey. El sorteo le ha deparado un emparejamiento en cuartos frente al Cai Zaragoza. No obstante, se le ha dado mayor repercusión mediática al eventual cruce en semifinales frente al Real Madrid, seguramente el equipo a día de hoy más potente de todo el continente. Es tan habitual como peligroso pensar en eventuales cruces y enfrentamientos futuros. Lo de pensar día a día, partido a partido, es esencial en una competición como ésta. No sólo por el debido respeto que merecen equipos como el Gran Canaria, el gran perjudicado en el sorteo pero que no es la primera vez que demuestra su capacidad para poner en aprietos y destapar las vergüenzas de equipos poderosos, o porque la Copa siempre depara alguna sorpresa, sino sobre todo porque el nivel de Unicaja y CAI es lo suficientemente parejo como para que el anfitrión pueda permitirse el lujo de pensar más allá de los 40 minutos de este enfrentamiento.
En efecto, el CAI cuenta con un equipo fuerte, equilibrado en todas sus líneas, y que ha demostrado tener nivel no sólo para pelear contra grandes plantillas sino para, sin ir más lejos, obtener una valiosa victoria en el Martín Carpena frente a Unicaja en su enfrentamiento en la Liga ACB.
A la vista de todo lo expuesto es difícil predecir cuál puede ser el nivel que ofrezca Unicaja. ¿Mantendrán
Granger,
Dragic o
Stimac el nivel que vienen ofreciendo hasta ahora? ¿Será capaz
Vidal de responder en el rol de base o tendrá
Plaza que buscar otras opciones? ¿Podrá
Granger cargar con toda la responsabilidad? ¿Veremos al
Toolson que nos deleitó en los pasados Play Offs? ¿Y la mejor versión de
Caner Medley? Los más veteranos como
Hettsheimeir,
Suárez o
Fran Vázque... ¿darán un paso al frente en un evento como éste?
Son muchas las preguntas que cabe plantearse, pero que nos llevan a una misma conclusión: cuantas más respuestas positivas puedan darse, mayores serán las opciones de Unicaja, no sólo superar el peligroso cruce de cuartos sino, quién sabe, llegar lejos en el torneo ante rivales que parecen imposibles de batir. Mientras, al aficionado sólo queda disfrutar de unos días de buen baloncesto, confiando en que su equipo esté a la altura y despierte del letargo que empieza a durar ya demasiado.