El dilema Cuthbert Victor |
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El polivalente y atlético ala-pivot Cuthbert Victor ha fichado por el Melilla de la liga LEB Oro. Esta escueta noticia no debería pasar desapercibida para las gentes del baloncesto, por cuanto el jugador de las Islas Vírgenes, las mismas que vieron nacer al genial Tim Duncan, ha desatado una interesante controversia entre quienes consideran que sus limitaciones le condenan a jugar en la LEB sin dar el salto a la ACB y aquellos que ven en él un diamante en bruto con una enorme capacidad de progresión.
Victor llegó a España en la campaña 2004-2005, concretamente al Plasencia Galco, tras su paso por la Universidad de Maryland. Posteriormente militó en las filas del CBT Tarragona, Lobos Cantabria y finalmente el pasado año en el CAI Zaragoza, siempre en la LEB. Desde el principio destacó por su potencia física y una enorme capacidad de salto, que le permitía competir a pesar de su estatura (1,96) con pivots más altos que él, al mismo tiempo que aseguraba el espectáculo con mates, rebotes y tapones. Pero paulatinamente ese cuerpo de atleta dejaba ver atisbos de progresión técnica en el uno contra uno, en participación e implicación con el equipo, y durante su estancia en el Alerta Cantabria experimentó una notable mejoría en el tiro exterior, obteniendo buenos porcentajes en triples (40%).
Durante el curso pasado, fue uno de los artífices del ascenso del CAI a la ACB, realizando algunos partidos memorables como el que disputó en la cancha del Alicante Costa Blanca, a la vez que ofrecía a los aficionados rojillos todo un repertorio de mates para su deleite y sobre todo una enorme capacidad competitiva no exenta de compromiso con el juego colectivo. Quizá no sea muy aventurado comentar que su condición de extracomunitario sea una de las causas más importantes a la hora de explicar su no continuidad en el equipo aragonés, por cuanto había calado muy hondo entre el staff técnico y la afición caísta.
Este argumentario no obstante debe contrastarse con algunas de sus limitaciones en el juego. No es demasiado alto para ser un cuatro, por lo que a pesar de sus buenos movimientos de espaldas al aro y de que supla esas carencias con la gran potencia de salto, sufre ante pivots puros. Además, aunque ya hemos comentado su progresión en el tiro exterior, tiene una mecánica de tiro algo lenta que favorece su defensa.
Entre esta dicotomía discurre la carrera baloncestística de Victor. La obsesión por establecer categorías herméticas y divisiones estancas entre jugadores válidos para la LEB y los que son susceptibles de ACB debilita nuestra percepción del deporte de la canasta a nivel nacional. Victor no es ajeno a ese debate, y ya se le ha tildado de especialista en la segunda categoría de nuestro baloncesto. ¿Dará alguna vez el salto? Su juventud (nacido en 1983) y su tenacidad en el perfeccionamiento técnico pueden favorecer su crecimiento como jugador, pero tal vez la norma que obliga a tener un cupo de jugadores seleccionables se posicione en su contra. A no ser que algún equipo ACB (este año ya no, por ahora) arriesgue y apueste por él.